A la cuarta va la vencida: Israel tienen un nuevo gobierno sin Netanyahu
El pasado domingo día 13 de junio tuvo lugar la votación en el parlamento israelí del que salió, por fin, un nuevo gobierno. Israel había pasado en los últimos años por cuatro elecciones parlamentarias (abril de 2019, septiembre de 2019, marzo de 2020 y marzo de 2021). En las tres ocasiones anteriores se había agotado el plazo legalmente establecido para alcanzar un acuerdo y el país vivió durante estos dos últimos años el síndrome del día de la marmota. La pregunta siempre fue si sería posible una alianza que presentara una alternativa creíble de gobierno a “Bibi” Netanyahu, el hombre que ha marcado la política del país en los 12 últimos años.

Finalmente ese acuerdo llegó y reúne en un mismo gobierno a una peculiar variedad de partidos que cubren un espectro muy amplio del panorama político israelí. Encontramos así al progresista "Vigor", al socialdemócrata Partido Laborista, al centrista y secular "Hay Futuro", la candidatura "Azul y Blanco" (heredera de una alianza disuelta y cuyo nombre retuvo el partido centrista "Resiliencia por Israel"), el partido liberal de centro-derecha "Nueva Esperanza", el centro-derechista "Nuestra casa Israel", la candidatura "Hacia la derecha" (heredera de una alianza disuelta y cuyo nombre retuvo el partido "Nueva Derecha") y la islamista Lista Árabe Unida.
They say Netanyahu is a divisive politician, but he did bring together some pretty unusual allies ... to kick him out of office. Pictured: Yair Lapid, secular leader of Israeli opposition, Naftali Bennett, settler party head, and Mansour Abbas, leader of Islamist Arab party Raam. pic.twitter.com/7D80Gtod3R
— Yair Rosenberg (@Yair_Rosenberg) June 2, 2021
Como vemos, en Israel no encontramos, casi sin excepción, partidos con denominaciones comparables a los de países de tradición política occidental (partido conservador, partido liberal, partido verde, etcétera), sino que su panorama de partidos políticos es el resultado de las sucesivas escisiones y reagrupaciones de los partidos tradicionales con muchos de ellos convertidos en "partidos atrapalotodo" (catch-all party) que apelan al votante de centro. A esto acompaña que el sistema político israelí es de circunscripción única, lo que contribuye a recoger las sensibilidades minoritarias.
Hay dos grandes novedades en este gobierno. La primera es que el puesto de primer ministro se lo han repartido los líderes de "Hay Futuro" ("Yesh Atid") y "Hacia la Derecha" ("Yamina"), con lo que cada cual ejercerá el cargo por dos años. Primero será el turno de Naftali Bennett y luego el de Yair Lapid. Considerando que Lapid lidera un grupo parlamentario de 17 diputados frente a los 7 de Benett podemos decir que es el verdadero hombre fuerte del nuevo gobierno.

Pero la gran novedad del nuevo gobierno israelí es que en él participa el partido islamista y conservador Lista Árabe Unida. Esto supone que la agenda de derechos LGTB quedará congelada en el país. Mientras tanto, las concesiones políticas logradas por el partido islamista junto con la voluntad manifestada de Lapid de enfrentar la fractura social podrían restañar las heridas abiertas en el país durante el último conflicto entre Jerusalén y Gaza. Los disturbios vividos en el país han de entenderse no como una reacción puntual, sino como el afloramiento de un malestar de fondo. De momento, se habla de un plan multimillonario de diez años para las minorías árabe, drusa, circasiana y beduina.
Emerging coalition deal with UAL/Ra'am to include:
— Ron Skolnik (@Ron_Skolnik) June 1, 2021
* Chair of Knesset Interior Cmte
* Freeze "Kaminitz Law" on unauthorized construction until superseding legislation passed
* 50 billion Shekel 10-year plan
* Recognition of 14 unrecognized villages in the Negev https://t.co/kGi57dyVNA
En las últimas décadas la importante comunidad árabe de Israel se había alejado de las urnas. Si este gobierno es capaz de ofrecer resultados concretos a la comunidad y volver a interesarla por la política del país, su mayor participación en en las urnas podría cambiar el equilibrio entre la izquierda y la derecha en los próximos años.

La gran cuestión de fondo es la capacidad de un gobierno tan heterogéneo en lo ideológico para sacar adelante una agenda coherente, más allá del ideario común de "cualquier cosa menos Netanyahu". La impronta dejada por el hombre fuerte del país durante 12 años ha hecho pensar a muchos que estamos ante un gobierno débil que colapsará fácilmente en caso de conflicto armado o una grave amenaza externa. Pero las lecciones de la historia nos muestran que el peligro no reside ahí. Precisamente en el verano de 2006, la inexperiencia de un gobierno que no era percibido como fuerte llevó a sobreactuar en la frontera norte y terminó embarcándose en una guerra contra Hezbolá sin una estrategia definida.
Uno de los asuntos a seguir serán las citas de "Bibi" Netanyahu ante la justicia por cargos de corrupción. Una condena judicial que pusiera fin a la carrera política del líder conservador llevaría a una pugna por el poder en su partido. Ese nuevo líder podría ofrecer a Lapid o Bennet una alianza de derechas más coherente que el actual gobierno arco iris. En cualquier caso el actual gobierno puede que no fuera el mejor posible pero si el necesario. El hombre fuerte, Lapid, parece dispuesto a tener una especial conexión con Joe Biden en la Casa Blanca y a tratar las heridas internas de Israel.