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Por Gretel Colman.

Aquellas voces que afirman que los conflictos por el agua en el mundo irán en aumento son cada vez mayores. La situación se agrava en distintas partes del globo, donde muchos de los cauces hídricos en disputa son claves para el desarrollo de la población de cada país. Según Charles Iceland[1], del Instituto de Recursos Mundiales, el conflicto por el agua nace por la gran demanda de este líquido vital frente a la disponibilidad existente.

Mucho se podrá explicar o analizar, pero lamentablemente, entre discursos por un lado y opiniones por el otro, lo cierto y lo concreto es que el enfrentamiento por el agua es un hecho latente, sobre todo en zonas donde ya existían conflictos anteriores como, por ejemplo, las aguas del Nilo. Con factores como el cambio climático o la insuficiencia de recursos para garantizar una vida digna a sus poblaciones, la situación se vuelve cada vez más complicada tanto para Egipto como para Etiopía, que cuentan con buenos argumentos para justificar sus reclamos.

Resulta que el conflicto vigente es consecuencia de una disputa que no solo concierne a Egipto y a Etiopía, sino que también al resto de los países que se encuentran sobre la cuenca del río Nilo, Burundi, Uganda, Eritrea, Kenia, Ruanda, Sudán, Sudán del Sur, Tanzania y la República Democrática del Congo. Estos últimos han rechazado rotundamente reconocer los acuerdos alcanzados durante la era colonial y su posterior actualización en 1959, en los cuales Egipto y Sudán de forma unilateral deciden repartirse la totalidad del cauce del Nilo y sus afluentes.

En respuesta a esa desconsiderada alianza, nació el Acuerdo de Entebbe, firmado en el 2010 por siete de los países mencionados más arriba, estableciendo como principal objetivo modificar de manera equitativa el reparto de las aguas del Nilo, el cual inicia su trayecto en la zona de los Grandes Lagos de África Central, pasa por Sudán, donde se lo denomina Nilo Blanco y se une al Nilo Azul, que emerge en Etiopía. Para terminar, sigue su cauce hacia Egipto penetrando en un gran valle hasta que forma un delta antes de desembocar en el Mar Mediterráneo.

Hace 10 años, en el contexto de esos constantes roces y en plena Primavera Árabe, Etiopia anunció y rápidamente inició la construcción de una monumental presa de 1.800 km2 cuya capacidad se cree que rondará los 70.000 millones de metros cúbicos. Sin olvidar la situación interna actual en Etiopía, con las libertades limitadas y una constante amenaza de que se desate una guerra civil, este enorme proyecto bandera denominado “Gran Embalse Etíope del Renacimiento” (GERD, por sus siglas en inglés) es justificado por el Gobierno etíope como una fuente de desarrollo para todo el país y el camino seguro para ir erradicando la extrema pobreza que afecta a su población, sobre todo porque la generación de electricidad será la función principal del embalse, lo que le permitirá en el mejor de los casos, convertirse en un potencial exportador para sus vecinos.

Mientras tanto Egipto argumenta que el Nilo representa casi el 90% de los recursos hídricos del árido país, un dato no menor a mencionar es el papel crucial del río Nilo para el nacimiento y desarrollo de la civilización que se situó en sus orillas, sin embargo, justamente esa antigua población se asentó solamente en los últimos 1.300 km de cauce, lo que ahora representa un desafío para el país de las pirámides, debido a que eso dejó el 85% de todo el cauce del Nilo en las superficies altas de Etiopía, por lo que la presencia de la enorme presa etíope provoca una creciente inquietud en los egipcios.

El “Gran Embalse Etíope del Renacimiento” (GERD, por sus siglas en inglés), en 2020. Autor: GIOIA FORSTER.

La principal preocupación de Egipto se basa en no poder contar con la capacidad para controlar su flujo de manera soberana, sumado a la predicción de las Naciones Unidas (ONU), que predice que el país podría empezar a sufrir de escasez de agua en los años venideros. En pocas palabras, sin pecar de extremistas, se puede afirmar que cualquier factor que pudiera amenazar las aguas de Egipto se podría considerar un atentado a su soberanía. No en vano, en el año 1979, Anwar el Sadat, primer ministro egipcio afirmó: “Lo único que podría llevar a Egipto otra vez a la guerra es el agua”.

Si bien la disputa la encabezan Egipto y Etiopia, otro afectado de cualquier rumbo que tomen las, hasta ahora negociaciones diplomáticas, es Sudán, teniendo en cuenta que el GERD se encuentra a nada menos que 25 km de su frontera con Etiopía. Como en todas las negociaciones, cada parte buscará anteponer sus intereses individuales y Jartum no es la excepción, tomando partido por aquel rival que lo provea de beneficios; al principio, cuando las relaciones con Egipto eran complicadas a causa de los problemas con la delimitación de fronteras entre ambos países, Sudán había tomado partido por los intereses etíopes.

No obstante, su criterio ha cambiado debido al hecho de que el acuerdo firmado con Egipto en 1959, mencionado más arriba, le otorga una cuota de aproximadamente 18.000 millones de m3 de agua, aunque no le reporta mayores provechos debido a que no cuenta con una presa dentro de su territorio que le permita darle una utilidad significativa a ese recurso. Pero si podría serle útil en caso de que decida iniciar un acuerdo con la otra parte, Etiopía, porque este le estaría otorgando a Sudán la posibilidad de almacenar ese mismo excedente de agua en el GERD.

Estado actual de las relaciones

Hoy por hoy, las negociaciones tripartitas no han dado mayores resultados y se encuentran en su punto más álgido y alarmante para la región, sobre todo por el posible estallido de violencia que podría generar la falta de un acuerdo satisfactorio para las partes.

Por un lado, la Gran Presa del Renacimiento Etíope ya se encuentra completa en un 78% según el Ministerio de Riesgo de Etiopía. Este proyecto responde a tres puntos claves para el Estado etíope, en primer lugar, servir de impulso para la recuperación gradual de la economía. En el ámbito social, la generación de electricidad es clave para el desarrollo de la población del país, teniendo en cuenta que Etiopía tiene aproximadamente 60 millones de personas sin electricidad. Por último, los analistas afirman que la colosal obra podría contribuir a aminorar las tensiones que se viven en este país a causa de las elecciones postergadas y del conflicto en la región etíope de Tigray.

El presidente egipcio, Abdel Fattah al-Sisi, le da la mano al primer ministro etíope, Abiy Ahmed.

Egipto, en cambio, argumenta su dependencia considerable de las aguas del Nilo. Según Addis Abeba, el principal objetivo de la GERD será garantizar el cumplimiento de las necesidades energéticas del país, lo que significa que no será destinado a la irrigación de cultivos. Por lo tanto, no habría consecuencias considerables sobre el caudal que reciben Sudán y Egipto, sin embargo, la situación se complica cuando se habla de los periodos de sequía, por esa razón, El Cairo se mantiene en su postura de exigir que el gobierno etíope le otorgue garantías de que su flujo mínimo de agua no sufrirá alteraciones. En cuanto a Sudán, al principio de las negociaciones veía con buenos ojos el proyecto etíope con la finalidad de obtener importantes beneficios, con todo, actualmente su política exterior está influenciada por variables en el escenario político interno y ha decidido alinearse con los requerimientos egipcios.

Cada país cuenta con sus propias exigencias, Egipto quiere que la presa libere 40.000 millones de m3 de agua al año durante los periodos de sequía, sumada a su pretensión de que el llenado del embalse se alargue a más de 10 años. Por otro lado, Sudán se opone al llenado de la presa por parte de Etiopía, sin que exista un previo acuerdo tripartito. Por su parte, Etiopía tiene la intención de liberar 31.000 millones m3 de agua al año y llenar la presa en un tiempo comprendido entre 4 y 7 años. Este último también asegura que las preocupaciones egipcias son infundadas, afirmando que la presa no causara perjuicio ni para Egipto ni para Sudán, llegando incluso a acusar a estos últimos de querer seguir imponiendo su hegemonía sobre el Nilo, negándose a buscar un acuerdo de cooperación.

Las conversaciones se han estado sucediendo en los últimos años, lamentablemente sin muchos avances. Los países en controversia han recurrido a distintos organismos para intentar conseguir una mediación, como la Unión Africana, el Banco Mundial o la ONU, sin que ninguno produjera mayores cambios en las tensas relaciones, incluso Egipto ha recurrido a sus aliados más pesados, Estados Unidos y Arabia Saudita, para presionar a Etiopía, aunque este movimiento diplomático no dio resultados prometedores.

Una nueva escalada en las tensiones se dio luego de que Etiopia haya comenzado, en julio del 2020, la primera fase del llenado de su embalse, incumpliendo con lo acordado por los tres Estados que se habían comprometido a evitar cualquier acto que se considere “unilateral” sobre la presa.

Ésta disputa como otras tantas, involucra indirectamente a las principales potencias extranjeras en la zona, USA y China.

A inicios de este año, la plataforma de noticias referentes a la gestión del agua, iAgua, informó que la ronda de negociaciones del domingo 10 de enero entre Egipto, Sudán y Etiopía, con el auspicio de Sudáfrica a cargo de la presidencia de la Unión Africana (UA) y con la presencia de observadores internacionales, se había cerrado sin acuerdo.

Con la llegada de Joe Biden a la presidencia de los EE.UU, se abren nuevas posibilidades para las negociaciones en el continente africano. Egipto ya ha encaminado las acciones para involucrar, ahora directamente, al gigante norteamericano en las conversaciones, mientras que Etiopía cuenta con la financiación de China en gran parte de la infraestructura. En ese sentido, también existen intereses contrapuestos más grandes al fondo de la cuestión.

Hoy en día, todo se encuentra estancado. Entre los temores de la comunidad internacional se encuentra la preocupación de que las desavenencias traigan a colación antiguos conflictos étnicos y separatistas mientras que, por otro lado, no se sabe a ciencia cierta cómo afectará todo esto al cambio climático y cuáles serán los efectos en las temporadas de lluvia.

Teniendo en cuenta que más de 500 millones de habitantes dependen de los recursos naturales presentes en la región, como las aguas del Nilo, para producir alimentos y energía, la cooperación entre las partes es clave para lograr un acuerdo conveniente para los intereses de cada país y su población.

El agua es una fuente indispensable para el desarrollo del ser humano y podremos contar con este recurso vital siempre y cuando comprendamos que la conservación de los ecosistemas depende de nosotros, la gestión correcta del agua evitará que en los próximos años se convierta en una fuente de conflicto.

Bibliografía

Redacción, (04, 08,2016). La humanidad ya se gastó los recursos naturales del 2016, El Tiempo. Recuperado de: http://www.eltiempo.com/vida/ciencia/la-humanidad-ya-se-gasto-los-recursos-naturales-del-2016-46724

Londoño, Claudia Lilián; (2006). Los recursos naturales y el medio ambiente en la economía de mercado. Revista Científica Guillermo de Ockham, Enero-Junio, 25-42. Recuperado de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=105316847003

Brunet Icart, Ignasi; Böcker Zavaro, Rafael; (2015). Desarrollo sostenible, humano y endógeno. Estudios Sociológicos, XXXIIIMayo-Agosto, 311-335. Recuperado de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=59844199003

Sánchez De Rojas, E. “Un caso de estudio: la cuenca del Nilo”. Cuaderno de estrategia 186: El agua: ¿fuente de conflicto o de cooperación? Disponible en: http://www.ieee.es/publicaciones- new/cuadernos-de-estrategia/2017/Cuaderno_186.html

Europa Press. (11 de enero de 2021). Etiopía, Sudán y Egipto cierran sin acuerdo las negociaciones sobre la Gran Presa del Renacimiento. iAgua. Recuperado de https://www.iagua.es/noticias/europa-press/etiopia-sudan-y-egipto-cierran-acuerdo-negociaciones-gran-presa-renacimiento

Deustche Welle. (22 de marzo de 2020). Crece la amenaza de conflictos por el agua. Semana Sostenible. Recuperado de https://sostenibilidad.semana.com/medio-ambiente/articulo/crece-la-amenaza-de-conflictos-por-el-agua-en-el-mundo/49122#:~:text=Existen%20conflictos%20internacionales%20por%20el,la%20cuenca%20del%20Nilo%20Azul.


[1] Charles Iceland, Director del Global and National Water Iniciatives en conversación con el Deustche Welle para Semanario Sostenible.

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