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“Espero que marque el comienzo de una nueva fase de la acción árabe por la solidaridad entre nosotros, por la paz en nuestra región, el desarrollo y la prosperidad en lugar de la guerra y la destrucción” expresaba el Presidente sirio Bashar al-Assad en la cumbre anual de la Liga de los Estados Árabes (LEA) en Yidda (Arabia Saudí) en referencia a la readmisión de Damasco en el organismo regional.

El presidente de la República Árabe Siria, Bashar al-Assad, durante una reunión con el presidente de Rusia, Vladimir Putin. Fuente: Kremlin.ru

Tras 12 años de suspensión, Siria vuelve a ser miembro de pleno derecho de la LEA, así lo acordaban los 21 Ministros de Asuntos Exteriores de los correspondientes Estados miembros. En 2011, los líderes del mundo árabe determinaron por unanimidad “congelar” temporalmente la membresía siria en la organización internacional. Esta decisión se tomó como respuesta ante la brutal represión ejercida por el Ejército sirio, bajo las órdenes de Assad, contra las masivas protestas antigubernamentales, desencadenando la actual guerra civil que vive el país.

La Liga Árabe readmite a la Siria de El Asad tras 12 años de suspensión
Los miembros de la organización asumen que el presidente sirio ha ganado virtualmente una guerra que ha causado unos 500.000 muertos y ha expulsado de sus hogares a más de la mitad de la población

No es casual que Siria haya sido readmitida este mayo de 2023 en la Liga Árabe, sino que responde a una serie de factores geopolíticos, especialmente, regionales.

En cuanto a política interior, puede afirmarse que el régimen de Bashar Al Assad ha ganado militarmente la guerra. Las fuerzas gubernamentales dominan más de un 60% de territorio nacional. “El régimen está aquí para quedarse y es inevitable lidiar con él” declara Zaid Eyadat, Director del Centro de Estudios Estratégicos de Jordania. Ahora bien, la oposición sigue siendo fuerte en el noroeste del país y Rojava supone un obstáculo para el completo control soberano.

Las dinámicas geopolíticas en Oriente Medio también son fundamentales para entender el fin de la política de aislamiento internacional a la cual ha sido sometida Siria.  En primer lugar, la creciente normalización de relaciones diplomáticas árabe-sirias tras el devastador terremoto del pasado 6 de febrero. Bajo un pretexto humanitario, un número importante de Estados árabes, como Egipto, Túnez u Omán, decidieron reabrir sus embajadas y reiniciar la actividad diplomática con las autoridades sirias.

Fuente: Departamento de Seguridad Nacional

Ahora bien, el reingreso de la República Árabe Siria a la LEA no implica la restauración inmediata de las relaciones diplomáticas de todos y cada uno sus integrantes con el régimen baazista. “La reincorporación de Siria no significa la normalización de las relaciones entre los países árabes y Siria. Se trata de una decisión soberana que debe tomar cada país ", manifestó el egipcio Ahmed Aboul Gthei, Secretario General de la Liga Árabe.

Adicionalmente, el triunfo diplomático de Assad no puede entenderse sin la presión de Arabia Saudí. El reino del príncipe heredero Mohamad bin Salman, quién apoyó fielmente a los rebeldes sirios, ha sido uno de los principales precursores del retorno de Siria a la Liga Árabe. El lobby saudí debe entenderse en una redefinición del orden regional: Como vimos hace unas semanas, Teherán y Riad ponían fin a sus hostilidades y volvían al sendero diplomático, gracias a la medicación de Pekín.

El acuerdo ha traído estabilidad a la región, reduciendo tensiones en aquellos conflictos armados donde estos apoyan bandos opuestos. Primero en Yemen, y ahora en Siria. Por otro lado, son más que fundados los temores de la monarquía sunní de una mayor influencia del régimen ayatolá en Siria: La guerra en Ucrania ha forzado el desplazamiento de tropas rusas de Siria a continente europeo, posiciones que pueden ser fácilmente ocupadas por Irán y sus proxis. Rehabilitando regional e internacionalmente al Gobierno de Assad, Arabia Saudí garantiza mantener su hegemonía política y religiosa sobre Oriente Medio.

Irán y Arabia Saudí: Vuelta al sendero diplomático
Auspiciado por la República Popular China, la República Islámica de Irán y el Reino de Arabia Saudí firmaban el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países, rotas en 2016 por parte de Riad.

Al rol esencial desempeñado por Arabia Saudí, se le suma Jordania. El regreso de Siria a la LEA es fruto directo de la denominada “Iniciativa Jordana”: Una hoja de ruta, basada en la reciprocidad, para establecer un diálogo político con el objetivo de resolver el conflicto sirio, abordando el retorno con garantías de los refugiados, el contrabando de droga y la expulsión de fuerzas militares extranjeras (Turquía y Estados Unidos) de Siria, entre otros asuntos.

El plan de Amán, más allá de buscar la paz en el país vecino, es motivado por la consecución de intereses propios. En primer lugar, el reino hachemita busca acabar con el “problema” de los refugiados sirios. Actualmente, Jordania acoge a 660.000 refugiados sirios. No obstante, a pesar de ser un dato oficial, la cifra es más elevada, puesto que Jordania ordenó a ACNUR que parase de registrarles en marzo de 2022.

Con la invasión rusa de Ucrania, los donantes internacionales han desviado parte de la ayuda humanitaria a Kiev, en detrimento de Jordania. La lógica del Gobierno jordano es que los refugiados sirios han dejado de ser una fuente de financiación internacional, convirtiéndose en una carga para un país con serias deficiencias económicas.

Otra cuestión que ha impulsado la actuación de Jordania ha sido la lucha contra el narcotráfico. Al puro estilo de Hezbollah en el Líbano, Bashar Al Assad está financiando el Estado sirio en base a la producción y exportación del captagon: Anfetamina en pastilla con un muy bajo precio de venta. El captagon se ha convertido en la droga recreacional más utilizada por los jóvenes de Oriente Próximo. Aunque la principal destinación de esta droga son los Estados del Golfo, hay una preocupante tendencia de consumo en las principales ciudades jordanas. Una cooperación más estrecha con Damasco podría prevenir la actual situación.

‘Important, but difficult’: Can Jordan’s initiative to resolve the Syrian crisis succeed?
On March 21, Jordanian Foreign Minister Ayman Safadi announced his country’s “engagement with the Syrian government in a political dialogue aimed at resolving the crisis and addressing its humanitarian, security and political ramifications” at a press conference in Amman. Safadi said this “J…

En clave internacional, la noticia ha sido bien recibida por Rusia, pero no ha tenido una muy buena acogida en los despachos de Washington. Estados Unidos ha condenado públicamente la decisión de los gobernantes del mundo árabe, considerando que el régimen de Bashar no ha dado los pasos suficientes para encontrar una solución política al conflicto. Aunque este es un golpe más a la influencia americana en Oriente Medio es clara la desafección de la Casa Blanca, centrándose más en Asia, y particularmente China, dejando a los actores regionales que jueguen un mayor papel.

Es indiscutible que la readmisión de Siria a la Liga Árabe ha sido un punto de inflexión diplomático para el Gobierno de Bashar Al-Assad. Ahora bien, el cese del aislamiento institucional de Siria no supone la solución definitiva a todos sus problemas: Las sanciones occidentales al régimen siguen estrangulando la economía siria, los rebeldes controlan el nordeste y los kurdos se han asentado en el noroeste sin ninguna intención de recapitular, y aún son miles los sirios y sirias internamente desplazados y refugiados sin garantías de poder volver a sus hogares.

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