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En nuestro webinar sobre "poder militar" una de las cuestiones que abordamos fueron los tipos de movimientos violentos y de qué manera se enfrentan al Estado, sin embargo antes de ello conceptualizamos los tipos de violencia y explicamos cómo se pueden diferenciar, por eso en este artículo vamos a ahondar en esta cuestión.

El objetivo es establecer un modo básico de clasificar a estos grupos y apuntar algunos de los pequeños matices que marcan grandes diferencias entre los mismos.

Logo de ETA en Mendaro. Vía Joxemai.

El DRAE ofrece numerosas acepciones para la palabra "violento", destacando las 4 primeras:

  1. Dicho de una persona: Que actúa con ímpetu y fuerza y se deja llevar por la ira.
  2. Propio de la persona violenta.
  3. Que implica una fuerza e intensidad extraordinarias.
  4. Que implica el uso de la fuerza, física o moral.

En la mayor parte de ellas se destaca el uso de "fuerza" y es que por violencia aquí entenderemos el uso de la fuerza física que proporcionan las armas a la hora de alcanzar objetivos económicos, políticos o personales.

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El modo en que se utiliza esa violencia puede variar enormemente de unas organizaciones a otras. Por ejemplo, los cuerpos policiales hacen un uso moderado de la violencia junto a otras herramientas coactivas (leyes, sanciones administrativas, presiones...) con el fin de mantener un orden legal.

Los grupos terroristas en cambio utilizan un elevado grado de violencia, siendo esta su principal herramienta, al objeto de alcanzar objetivos políticos.

Los ejércitos al igual que los grupos terroristas convierten a la violencia en su principal herramienta, y sus principales objetivos también son políticos en última instancia, sin embargo el modo de usar y orquestar esa violencia tiene medios y fines muy distintos.

La trinidad de Clausewitz, una herramienta de análisis algo obsoleta pero útil para hacer distinciones básicas.

Acudiendo a la tradicional trinidad clausewitziana de población-gobierno-ejército, los ejércitos buscan destruir a los otros ejércitos para a continuación dominar a gobiernos y poblaciones. Se trata por tanto de una violencia entre máquinas de guerra especializadas en el oficio del combate, la forma más compleja y masiva de violencia organizada que ha desarrollado el ser humano.

La violencia militar es un arte y una ciencia, y en ocasiones lo político y lo militar llegan a fusionarse.

La guerra del Nagorno-Karabaj del 2020 es el último ejemplo actual de la guerra clásica.

Un ejemplo sencillo es el de la guerra del Nagorno-Karabaj de 2020. El ejército azerí se enfrento al ejército armenio, lo derrotó y forzó al gobierno armenio a claudicar y aceptar la partición del Nagorno-Karabaj.

El grupo terrorista en cambio hace un uso de la violencia que procura afectar al gobierno y a sus instituciones. El grupo terrorista hace un uso de la violencia con objetivos directamente políticos, por eso tiende a atacar a la población y al gobierno.

Incluso cuando el grupo terrorista ataca a los ejércitos o fuerzas de seguridad, no lo hace bajo una lógica de táctica militar, si no que nuevamente se trata de un objetivo político: se busca influir en la población y en el gobierno esencialmente.

Por ejemplo, cuando el grupo terrorista vasco ETA atacaba un cuartel del ejército, su objetivo no era acabar con una guarnición para controlar un territorio -no seguía una lógica militar táctica- sino que buscaban horrorizar al gobierno y ganar adeptos entre la población vasca para en última instancia alcanzar sus objetivos políticos.

Llegados este punto conviene distinguir entre terrorismo y grupo terrorista. Los grupos terroristas se caracterizan por convertir a la violencia terrorista en el centro de su estrategia política, sin embargo el terrorismo es solo un modo de usar la violencia que puede ser adoptado por gobiernos, guerrillas y ejércitos.

De otro lado encontramos al grupo guerrillero, en el que destaca el uso militar de la violencia. Es decir, que comparten el mismo campo del saber que los ejércitos, pero con una diferencia: la guerrilla se especializa en el nicho del combate guerrillero y en las pequeñas acciones militares.

La guerrilla se concibe para alcanzar el poder y para contestar e idealmente derrotar al ejército. Vemos nuevamente como la guerrilla se especializa en luchar contra el ejército dentro de ese triángulo clausewitziano.

Bandera del grupo insurgente chipriota EOKA que logró expulsar a los británicos.Vía Dahn.

Si pensamos en Fidel Castro y la revolución cubana, en la guerrilla española contra los franceses, en la guerrilla mapuche contra los españoles o en el EOKA chipriota veremos que se buscaba neutralizar al ejército enemigo para tomar el poder y dominar la triada gobierno-población-ejército dentro de un territorio.

Nuevamente hay que distinguir bien la guerrilla -una rama del arte y la ciencia militar que puede ser usada por cualquiera- y el grupo guerrillero, un grupo que convierte a dicha rama en la herramienta central al servicio de los objetivos políticos.

Por ejemplo, muchas fuerzas especiales del mundo adoptan la guerrilla como su modo de combatir al servicio de su ejército. No en vano a las fuerzas especiales españolas a menudo se les llama los "guerrilleros".

¿Pero qué sucede en el caso de grandes grupos criminales, como los distintos cárteles mexicanos?. ¿Qué sucede cuando estos son capaces de adoptar procedimientos y equipamiento militar?

En este caso la distinción es que la finalidad del narco es la protección y expansión de un negocio ilegal. Sus objetivos son económicos, no políticos. Precisamente debido a la presión policial, el narco necesita de gente de confianza, por lo que la familia, el vecindario y la comarca se convierten en el centro de poder natural de estas organizaciones. Queremos con esto decir que son muy territoriales, y aunque se puedan expandir, rara vez pueden luchar de tú a tú con el Estado o reemplazarlo en toda su extensión.

Pero existe un grave peligro. Si los Estados tienden pro naturaleza a tratar de acabar con las guerrillas y grupos terroristas hostiles, los narcos no representan una amenaza violenta directa, así que tienen mayor capacidad para infiltrarse en las instituciones y corromperlas.

El narco hace un uso oportunista de la violencia y no la organiza claramente entorno a un enfoque terrorista, guerrillero o militar. El narco reacciona y trata de expandirse, y sus "guerras" con otros narcos a menudo carecen de planificación: se trata de tiroteos, emboscadas, extorsiones y venganzas.

El narco puede llegar a desarrollar una red tan grande que colisione directamente con el Estado. Vía José Luis Esquivel Zubiri.

Siguiendo la trinidad clausewitziana, el narco emerge de la población, encuentra en ella su "ecosistema natural" y trata de influir y neutralizar al gobierno y ejército, pero no pretende reemplazarlos.

La violencia usada por el narco no debe ser considerada una guerra cuando se trata de la violencia típica para alcanzar sus objetivos económicos. Si mucha gente perece debido a que el narco extorsiona, se venga o adopta represalias, ahí no hay enfrentamiento.

En cambio, si el narco inicia un esfuerzo sistemático para acabar con una organización rival, con el gobierno o contra las fuerzas de seguridad sí que podremos hablar de guerra en sentido amplio, aunque recordando que el arte y la ciencia de lo militar son secundarios en la misma.

Con esta última distinción busco aclarar que la cantidad de muertos que provoque el narco no es un medidor de si existe un enfrentamiento o guerra abordable mediante medios militares, el medidor son los objetivos y medios, así como la lucha con otra organización estatal o no estatal.

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