Medio de comunicación independiente

Por Jesús M. Pérez Triana

El Pentágono, think-tanks, centros de estudios e instituciones académicas son una máquina de producir conceptos en una interminable carrera de sus autores intelectuales por alcanzar la notoriedad y vender sus ideas. En ese inabarcable supermercado de las ideas surgió el concepto de conflictos en la zona gris que nació para complementar y superar el concepto de guerras híbridas, cuya popularización terminó por transformarlo en algo tan amplio como poco útil. Su aplicación y capacidad de dar sentido a numerosos contextos y conflictos reflejan en última instancia su utilidad y relevancia.

De las guerras híbridas a la zona gris

En “Guerras Híbridas: el concepto que murió de éxito” vimos la respuesta que Frank Hoffman dio al debate en el Pentágono sobre el futuro de la guerra en el mundo post-11S. Mientras unos lamentaban que las campañas de insurgencia en Afganistán e Iraq eran una distracción innecesaria cuando había que prepararse para las futuras guerras convencionales frente a potencias como China, otros se quejaban de que la obsesión por las guerras tecnológicas de alta intensidad en un futuro incierto, la “nextwaritis” en palabras del secretario de Defensa Robert Gates, estaba dificultando vencer en las guerras del presente.

Para Hoffman el futuro no se presentaría en forma de modelos opuestos y puros, sino que tendría una naturaleza híbrida. Los ejércitos enemigos emplearían estrategias asimétricas y allí donde el aparato estatal entrase en colapso se comportaría como una banda armada dedicada al contrabando y el pillaje. Por su parte, los grupos insurgentes se dotarían de sistemas de armas avanzados que hasta la fecha sólo estaban en manos de los ejércitos. Este último concepto pareció quedar validado con la Guerra del Líbano de 2006, donde el grupo libanés Hezbolá empleó al menos dos misiles antibuque y misiles anticarro de forma masiva (Pérez, 2020).

El concepto de “guerra híbrida” apareció en sucesivos documentos oficiales del Pentágono pero alcanzó su verdadero momento de gloria tras la invasión rusa de Crimea. El despliegue de militares rusos sin insignias nacionales junto con la intervención militar en Ucrania Oriental con militares en excedencia forzosa, en medio de una potente campaña de desinformación, causó alarma en Occidente. Los rusos parecían emplear una novedosa forma de hacer la guerra contra la que no había respuesta evidente. La cumbre de la OTAN celebrada en Gales en septiembre de 2014 consagró el término “amenaza híbrida” que apareció en el punto 13 de su declaración final.

Como vimos, el término “guerra híbrida” murió de éxito. Se convirtió en un término que abarcaba tantos fenómenos de una forma tan amplia que perdió su capacidad explicativa. De esta manera, las amenazas híbridas, según una definición de la OTAN, combinan “los medios militares con no militares, así como los medios abiertos con los encubiertos, la desinformación, los ciberataques, la presión económica y el despliegue de grupos armados irregulares y el uso de fuerzas irregulares” (2014).

Por tanto, las guerras híbridas comprenderían acciones que tienen lugar en tiempos de paz como en tiempos de guerra, como son los ciberataques y las campañas de desinformación. Con esto podríamos decir que las actividades de ambas potencias durante la vieja Guerra Fría constituyeron una guerra híbrida y que el término se popularizó a partir de la crisis de Ucrania de 2014 como eufemismo de la Nueva Guerra Fría. Pero si todo es guerra híbrida todo el tiempo, el término no nos ayuda a entender la realidad. Se hace necesario otro enfoque. Surgió así la idea de conflictos en la zona gris.

Zona Gris

Posiblemente una de las menciones más tempranas del término “zona gris” apareció en la Revisión de la Defensa Cuatrianual de 2010 (DoD, 2010:73). Pero el concepto sólo apareció mencionado en una frase: “El futuro panorama estratégico presentará crecientemente desafíos en la ambigua área gris que no son ni completamente guerra ni completamente paz”.

Fue en el periodo 2015-2016 cuando varios autores le dieron consistencia y profundidad al término “zona gris”. El punto de partida fue la comparecencia del general Joseph L. Votel, comandante del Mando de Operaciones Especiales estadounidense (USSOCOM), ante el Subcomité de Amenazas y Capacidades Emergentes del Congreso de los Estados Unidos el 18 de marzo de 2015.

El general Votel planteó un entorno estratégico en el que la globalización y los avances tecnológicos han puesto al alcance de toda clase de actores no estatales (desde movimientos sociales a grupos armados) medios avanzados que antes estaban sólo al alcance de las fuerzas gubernamentales. Se trata de una idea que hemos planteado aquí recientemente, haciendo un recorrido a cómo grupos terroristas en la India usan aplicaciones de comunicación, a cómo los narcotraficantes en México han creado sus propias redes de comunicaciones, a cómo los grupos yihadistas de Oriente Medio comenzaron a usar drones comerciales y cómo su uso se ha difundido de Oriente Medio a otros tipos de actores no estales como narcotraficantes en Europa y el Norte de África.

El general Joseph L. Votel en 2019.

Según el general Votel (2015) en aquel entonces “nuestro éxito en este entorno será determinado por nuestra habilidad para navegar adecuadamente conflictos que caen fuera del tradicional constructo de guerra o paz” y en el que “actores siguiendo una aproximación en la ‘zona gris’ buscan asegurar sus objetivos mientras minimizan el alcance y la escala del combate propiamente dicho”. Además, esta “zona gris” supone que “nos enfrentamos con la ambigüedad de la naturaleza del conflicto, las partes implicadas y la validez de las reclamaciones legales y políticas en juego”.

El papel relevante del general Votel en la comunidad de fuerzas de operaciones especiales de Estados Unidos llevó a que fueran sus miembros los primeros en tratar el nuevo concepto o en desarrollar ideas a partir de la comparecencia del general.

Uno de los primeros autores en tratar el nuevo concepto fue el oficial de la armada Philip Kapusta, destinado entonces en el USSOCOM. Kapusta (2015) trata de introducir la idea de que, entender el espacio que hay entre la guerra y la paz como un amplio espectro en el que existen intervenciones armadas sin que haya una declaración formal de guerra, es simplemente una descripción de la experiencia histórica de las fuerzas armadas de los Estados Unidos, que entre 1915 y 2015 participaron en más de 50 intervenciones en el extranjero con tan sólo unos pocos ejemplos en los que hubo declaración formal de guerra.

Kapusta aporta tres características fundamentales de los conflictos en la zona gris (op. cit.: 21-22): implican “cierto nivel de agresión", su condición de guerra o no es "dependiente de la perspectiva" y encontramos "ambigüedad respecto a la naturaleza del conflicto".  Kapusta adelanta además una idea relevante que encontramos en otros autores: las estrategias en la “zona gris” son llevadas a cabo por países que desafían a los poderes establecidos (op. cit.: 23).

A finales de 2015, Michael J. Mazarr, analista senior de la RAND Corporation, trataría de proporcionar una definición y caracterización del término “zona gris” en un trabajo extenso para el Instituto de Estudios Stratégicos (SSI) del ejército estadounidense. Mazarr ofrece varias caractesrísticas (2015: 58). Se trataría de un conflicto que:

  • “Persigue objetivos políticos a través de campañas cohesionadas e integradas”.
  • “Emplea en su mayor parte herramientas no militares y no cinéticas”.
  • “Se esfuerza por mantenerse bajo umbrales clave de escalada o líneas rojas para evitar conflictos totales y convencionales”.
  • "Se mueve gradualmente hacia sus objetivos en vez de buscar resultados concluyentes en un periodo específico de tiempo”.

Mazarr plantea también que las estrategias en la “zona gris” son llevadas a cabo por países que desafían el statuo quo existente, a las que él denomina como “potencias revisionistas” (2015: 20-21). Al contrario que en el caso de los textos sobre guerras y amenazas híbridas, Mazarr trata de dar una explicación de por qué suceden. Según Mazarr, “el coste de las agresiones a gran escala se ha vuelto severo mientras los beneficios potenciales han decrecido” (op. cit.: 55).

Los conflictos en la “zona gris” serían entonces el resultado de tres tendencias: "Las intenciones de las potencias revisionistas, la confianza en aproximaciones graduales y el empleo de herramientas no convencionales” (op. cit.: 55). La identificación de las estrategias en la “zona gris” con las potencias revisionistas abre la posibilidad de entender mejor las acciones de Rusia, China e Irán en diferentes contextos.

La recepción en España y su amplia aplicación

El concepto “zona gris” ha sido bien acogido en España. Destacan principalmente los trabajos de los profesores Josep Baqués y Javier Jordán. El primero realizó un trabajo de acotación y síntesis del concepto para el Instituto de Estudios Estratégicos (2017), mientras que el segundo trató de ponerlo en relación con el pensamiento de la escuela realista de Relaciones Internacionales (2018). Vemos por tanto que ante la indefinición y falta de profundidad de la versión popularizada del término “guerra híbrida”, esto otro de “zona gris” tiene mayor recorrido.

La característica aportada por autores como Kapusta y Mazarr de que se trataría de un tipo de estrategia seguida por potencias emergentes que desafían a otras establecidas, ha dado pie para diversos estudios sobre Rusia, China e Irán. En España Javier Jordán (2018) ha tratado sobre Irán y sus estrategias en la zona gris en el ámbito marítimo, mientras que Josep Baqués ha hecho una aproximación general al caso chino (2018) y ruso (2019). Sin olvidar la perspectiva de Guillermo Pulido (2020) sobre España y Marruecos, continuada por Josep Baqués (2020) y Carlos Fernández López (2021). Esto significa que, ante el potencial explicativo del concepto, en el futuro seguiremos viendo nuevos trabajos sobre las estrategias y conflictos en la “zona gris”.

REFERENCIAS

BAQUÉS, Josep: "Hacia una definición del concepto «Gray Zone» (GZ)". Documento de investigación 02/2017. Instituto Español de Estudios Estratégicos. Ministerio de Defensa Madrid, 2017

BAQUÉS, Josep: “La versión china de la “zona gris””. Global Strategy. 13 noviembre 2018.

BAQUÉS, Josep: “Rusia y la Zona Gris. El nuevo terreno de juego”. Revista Ejércitos. Nº12. Noviembre 2019.

BAQUÉS, Josep: “Marruecos y la Zona Gris. ¿La mejor herramienta para conquistar Ceuta y Melilla?”. Nº 18. Noviembre 2020.

FERNÁNDEZ, Carlos: “Zona gris en la frontera sur”. Global Strategy. 15 febrero 2021.

JORDÁN, Javier: “El conflicto internacional en la zona gris: una propuesta teórica desde la perspectiva del realismo ofensivo”. Revista Española de Ciencia Política. Número 48. Noviembre 2018. Págs. 129-151.

JORDÁN, Javier: “Estrategias de Irán en la zona gris del conflicto: su dimensión marítima”. Revista General de Marina. Vol. 275-4. Noviembre 2018. Págs. 723-741.

KAPUSTA, Philip: “The Gray Zone”. Special Warfare. Vol. 28 Nº4. Octubre-Diciembre 2015. Págs. 18-25

MAZARR, Michael J.: Mastering the Gray Zone: Understanding a Changing Era of Conflict. United States Army War College Press, Carlisle, 2015.

NATO: “Wales Summit Declaration”. 5 septiembre 2014.

PULIDO, Guillermo: “Incidentes con Marruecos, ¿Una zona gris?”. The Political Room, 12 agosto 2020.

VOTEL, Joseph L.: “Posture Stament”. United States Special Operations Command Pacific. 28 marzo de 2015.

Te has suscrito correctamente a The Political Room
¡Bienvenido! Has iniciado sesión correctamente.
¡Excelente! Te has registrado correctamente.
¡Éxito! Su cuenta está completamente activada, ahora tiene acceso a todo el contenido.