El rol de las criptomonedas en la financiación del terrorismo: ¿realidad o fake news?
Por Diego Duarte Valdivia
Desde que se empezó a masificar su uso, las criptomonedas han estado bajo la lupa de inversores, gobiernos y bancos. Las agencias de inteligencia y seguridad han sido escépticas respecto al uso que se le podría dar a las criptomonedas.
La ausencia de un ente centralizador ha despertado miedo y preocupación de autoridades alrededor del mundo. Temen que grupos terroristas puedan utilizarla como un método de financiamiento.

Pero ¿Qué tan real es la posibilidad de que grupos terroristas se financien con criptomonedas?
¿Qué son las criptomonedas?
Las criptomonedas son un medio de cambio que trabaja y opera en un espacio virtual. Según la definición del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), están compuestas por tres elementos principales:
1. Un conjunto de normas (protocolo), que consiste en un código informático que especifica la forma en que pueden realizarse las transacciones.
2. Un registro contable, en el que se deja constancia del historial de transacciones.
3. Una red descentralizada de participantes que actualizan almacenan y comprueban el registro de transacciones con arreglo al protocolo.
Hablamos de un mercado multilateral con alcance global, que no está regido por ningún banco central, empresa o gobierno.
Las criptomonedas no se materializan en papel o en tarjetas de crédito. En este caso, el dinero se encuentra en carteras virtuales protegidas mediante una cadena de bloques, o base de datos, que recibe el nombre de Blockchain. En estas carteras, también llamadas “wallet”, se registran todas las operaciones realizadas por cualquier persona que tenga una criptomoneda.
Las criptomonedas siguen siendo monedas, pero digitales. Esto quiere decir que tienen el mismo uso que cualquier otra moneda física. Así, podemos realizar pagos entre personas. De hecho, empresas como Microsoft, Destinia, WordPress, entre muchas otras, ya permiten comprar con bitcoins, u otras criptomonedas, en sus páginas webs.
Según sus defensores, su objetivo principal es servir como una alternativa digital al sistema de pagos actual, permitiendo realizar transacciones sin los límites usuales al movimiento de capitales: transferencias a cualquiera país, sin someterse a los bancos centrales y sin la intervención de intermediarios, tales como bancos. Es únicamente la mano invisible del mercado (oferta y demanda) quien las controla.
Las principales características de las criptomonedas son:
· Anonimato.
· Descentralización del sistema y ausencia de agentes de intermediación.
· Libertad transfronteriza.
A continuación, se presenta un mapa donde se indica el estatus legal de las Bitcoin por país. Cabe destacar que en algunos países es “legal” debido a que no hay regulación. En otras palabras, son legales porque no son explícitamente ilegales.

Algunos ejemplos de criptomonedas y terrorismo
A principios de febrero de 2019, el grupo palestino Hamás solicitó a sus seguidores contribuciones en bitcoins para financiar las operaciones que mantienen en la Franja de Gaza. El objetivo era evadir el bloqueo y las restricciones que implementa Israel y otros países, a través de sus agencias de inteligencia.
En 2018, una mujer de Nueva York, identificada como Zoobia Shahnaz, se declaró culpable de lavar dinero con criptomonedas para financiar al Estado Islámico.

Los alarmantes descubrimientos que se hicieron en 2018, incluyeron una dirección en la Deep Web (Internet profunda) de una plataforma para el financiamiento con criptomonedas de las actividades de los muyahidines sirios.
La plataforma, denominada SadaqaCoins, fue lanzada a finales de agosto 2018, es accesible mediante el navegador Tor y presenta varios proyectos respaldados por el grupo terrorista que acepta donaciones de bitcoin, ether y monero (tres tipos distintos de criptomonedas). Permite, además, que los colaboradores naveguen por la plataforma y elijan el proyecto que desean apoyar, ofreciendo ayuda según su conveniencia.

En agosto de 2019, The New York Times lanzaba un reportaje en el cual profundizaban en la genuina preocupación de los gobiernos en el aprendizaje de los grupos terroristas sobre el mercado de las criptomonedas. En el reportaje se hablaba acerca del caso de Hamas, de cómo en su página web existía la opción de que se le enviara al usuario una dirección única de Bitcoin para donar a las Brigadas Al Qassam.[4]
Las criptomonedas son atractivas para los delincuentes porque pueden guardar y transferir dinero sin una autoridad central, como PayPal, que pueda cerrar cuentas y congelar fondos. Cualquier persona en el mundo puede crear una dirección de Bitcoin y comenzar a recibir monedas digitales sin siquiera dar un nombre o un domicilio.
Cabe destacar, que los países que enfrentan sanciones económicas de Estados Unidos como Irán, Venezuela y Rusia, también han tomado medidas para crear sus propias criptomonedas a fin de eludir el bloqueo.
Las conclusiones del PIPVTR
En mayo de 2020, el Instituto Filipino de Investigaciones sobre la Paz, la Violencia y el Terrorismo (PIPVTR), informó[5]de los grupos terroristas relacionados con el Estado Islámico (IS) en el Asia sudoriental que recientemente han realizado sus primeras transacciones utilizando criptomonedas. Los fondos están ayudando a financiar grupos terroristas regionales como el Jemaah Ansharut Dalauh y el Mujahideen de Timur Oriental en Mindanao.
En el informe se detallaba el uso de criptomonedas en una operación de lavado de dinero, que constaba de dos fases según el PIPVTR. La primera era en la que los criptoactivos de "origen sospechoso" se realizaban a través de exchanges no identificados, lo que "ofuscaba deliberadamente"las transacciones y los orígenes de las monedas, dificultando su rastreo.
La segunda fase se refiere a un intercambio de estos criptoactivos por dinero fiduciario que, a continuación, devuelve los fondos al ciclo monetario legal. En los exchanges solo de criptomonedas, estas pueden intercambiarse entre sí.
¿Qué tan frecuente es el uso de las criptomonedas por los terroristas?
Una postura común entre los escépticos de bitcoin y otras criptomonedas es precisamente considerar que facilitan el financiamiento al terrorismo. Sin embargo, los últimos estudios e investigaciones dan cuenta de que el vínculo entre las criptomonedas y las organizaciones terroristas es más débil de lo que se piensa.
En 2018, un estudio del Banco Central Europeo ya mostraba lo poco usadas que eran las criptomonedas con fines terroristas. Bitcoin, al ser la que tiene mayor relevancia en el sistema, ha sido apuntada insistentemente como una vía fácil de financiar a este tipo de organizaciones, argumentando una privacidad que en realidad no es inherente a la red, tal como el propio medio vinculado al Estado Islámico advertía a sus seguidores y simpatizantes cuando intentaban recolectar “impuestos” a los musulmanes que quisieran donar.[6]
Cabe destacar que, de los movimientos ilícitos que se hicieron en criptomonedas, fueron los extremistas religiosos y políticos quienes más las han utilizado con fines delictivos, de forma no sistemática y moviendo bajos volúmenes de capital. Por lo que, a corto plazo, ven poco peligro de crecimiento en este tipo de actividad.
Sin embargo, países como Pakistán han puesto en la mira a las criptomonedas pensando en imposibilitar o dificultar el apoyo económico a organizaciones terroristas. En Colombia, la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras ha considerado que las criptomonedas facilitan ese apoyo económico, con particular énfasis en el narcotráfico.
Los informes de Chainalysis
A inicios de 2020, Chainalysis, grupo especializado en el estudio de la evolución de las transacciones de las criptomonedas, publicaba un informe donde desmentían al New York Times y otras agencias de noticias que advertían la posibilidad de que las monedas virtuales fueran el futuro del financiamiento de grupos terroristas.[7]
Para la elaboración de su informe, Chainalysis revisó y estudió los movimientos financieros que se hicieron desde el 2017 al 2019 en criptomonedas.
Con respecto a los métodos empleados, Chaianlysis declara que el financiamiento del terrorismo a través de las criptomonedas todavía está en sus inicios, pero a mediados de 2019 se volvió más sofisticado. Destacan que la operación realizada por Hamas para concretar el financiamiento fue “la más importante y más sofisticada hasta la fecha”.
Según los resultados de este estudio, el volumen de transacciones en criptomonedas que pasaron por “entidades ilícitas”, más allá del terrorismo, aumentó un 180% entre 2018 y 2019, aunque las transacciones ilegales siguen representando una pequeña parte del conjunto de las actividades de las criptomonedas, con solo el 1,1%.

Entonces, si efectivamente el uso de las criptomonedas por parte de los grupos terroristas es mucho menor a lo que se creía, ¿de dónde provienen los principales ingresos de estos grupos? ¿Quiénes financian a los grupos terroristas? ¿Por qué alguien estaría dispuesto a entregarles dinero?
Esas, son respuestas para otro artículo.
[1] https://www.oecd.org/ctp/crime/lavado-de-activos-y-financiacion-del-terrorismo-manual-para-inspectores-y-auditores-fiscales.pdf
[2] https://www.oecd.org/ctp/crime/lavado-de-activos-y-financiacion-del-terrorismo-manual-para-inspectores-y-auditores-fiscales.pdf
[3] https://www.oecd.org/ctp/crime/lavado-de-activos-y-financiacion-del-terrorismo-manual-para-inspectores-y-auditores-fiscales.pdf
[4] https://www.nytimes.com/es/2019/08/21/espanol/negocios/bitcoin-terrorismo.html
[5] https://pipvtr.org/2020/05/20/terrorism-financing-continues-unabated-during-the-covid-19-pandemic/
[6] https://www.europarl.europa.eu/RegData/etudes/STUD/2018/604970/IPOL_STU(2018)604970_EN.pdf
[7] https://go.chainalysis.com/2020-Crypto-Crime-Report.html