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¿Están los países PIGS más preparados que en 2009?

Ya han pasado 11 años de la caída de Lehman Brothers y 7 años del famoso “whatever it takes to save euro” del presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, cuando la situación financiera europea y mundial pendía de un hilo. La estrategia era transmitir confianza a los mercados y comprar deuda pública a través de los bancos centrales. Crearon una estructura financiera para que ayudase a los países con más desequilibrios económicos a financiarse barato y así sanear sus cuentas. Esta estrategia iba principalmente dirigida a los países PIGS (Portugal, Italia, Grecia, y España).

Pero contando con este nuevo instrumento… ¿Qué es lo que realmente han estado haciendo estos países? ¿Quién ha hecho los deberes? Y, sobre todo, ¿cuánto de débil se encuentra España comparado con cada uno de sus compañeros del mediterráneo para afrontar la crisis económica que está por venir?

Portugal

En 2009

Portugal contaba con una deuda pública de 86,3% y un déficit del 9,80% del PIB en 2009. Durante varios años había promovido el sobregasto. Las políticas de contratación provocaron el aumento hasta niveles excesivos en el número de funcionarios públicos.

En 2014, se ejecutó el último crédito concedido a Portugal que completaba el rescate financiero por valor de 78.000 millones de euros. Con ello, Portugal despidió a los agentes/inspectores de La Troika(Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional). 

La tasa de paro se encontraba en el 10,7% en 2009. 

En 2019

Según informa El País, la economía portuguesa crece hoy por encima de la media de la Unión Europea y de la zona euro, apoyada en un fuerte crecimiento de la inversión y las exportaciones. El paro se encuentra en niveles de antes de la crisis —7% en 2018—y la tasa de empleo crece de forma robusta. La balanza de pagos por cuenta corriente se ha mantenido en superávit en los últimos seis años. La renta per cápita en 2018 se encuentra en 17,900 euros frente a los 17,200 euros en 2009.

Sin embargo, los niveles de deuda pública aún se mantienen en el 121% del PIB en 2018. 

  • Portugal es el país de los PIGS que mejor ha hecho sus deberes. 
  • Por otro lado, la deuda pública debe seguir siendo reducida para crear una confianza mayor en posibles inversores y en sus actuales acreedores.

Italia

En 2009

Italia mantenía unos niveles de deuda altos entrando en la crisis financiera. La deuda pública italiana era del 112,5% y con un déficit del 5,2% respecto al PIB de 2009.

Italia llevaba teniendo unos niveles de deuda por encima del 100% durante mucho tiempo. Sin embargo, los peligrosos desequilibrios financieros no han sido los únicos culpables de la entrada de Italia en los principales planes de mejora económica de Europa.

En primer lugar, aun con una tasa de desempleo caracterizada por estar controlada —7,7% en 2009 según informa El Economista— el PIB per cápita de Italia se encuentra en niveles de 1998: unos 26.300 euros por italiano. La falta de reformas, la inestabilidad política, la adopción del euro y la Gran Recesión han deteriorado el crecimiento económico de Italia.

A consecuencia de aquellos factores, Italia lleva teniendo bastantes problemas para impulsar el crecimiento de la productividad y el crecimiento económico, que es prácticamente lo mismo. El sistema judicial es uno de los causantes de ello —comentan los economistas de Commerzbank—.

En segundo lugar, según el BCE, casi el 20% del crédito que muestra retrasos en el pago son préstamos de los bancos al sector público; lo que deteriora la confianza y a consecuencia la inversión. Y, en tercer lugar, Italia es uno de los países de la Eurozona que menos invierte en investigación y desarrollo (I+D): un 1,29% del PIB.

El 4% del PIB es lo que Italia destina anualmente a educación, solo Rumanía y Grecia presentan un gasto relativo inferior en esta partida. “Con estos datos no es de extrañar que Italia sea uno de los países con menor nivel en Europa en compresión lectora y comprensión matemática para personas entre 16 y 65 años. Bajo estas condiciones resulta complejo promover el progreso y la eficiencia”, comenta Commerzbank

En 2019

Italia en 2019 se encuentra en una recesión técnica, puesto que lleva más de dos trimestres decreciendo su PIB. Su deuda pública se encuentra en un 133% con respecto al PIB y cuenta con un gobierno inestable el cual no es capaz de mantener una relación adecuada ni con sus socios europeos ni con sus acreedores —quienes les han concedido financiación—; que en gran porcentaje son los mismos.

El desempleo se encuentra en un 10,5%.

  • Italia está claramente posicionado como el país que menos ha aprendido de la crisis financiera y sigue cometiendo desequilibrios que no están dispuestos a mejorar. La productividad estancada a largo plazo es muy alarmante.
  • No cabe duda de que Italia será de nuevo, uno de los países que más le afecte la próxima crisis financiera.

Grecia

En 2009

En 2009, junto a una enorme fuga de capitales y notables reducciones de inversión pública y privada, empezó la crisis financiera griega. Esta crisis estaba presidida por una falta de confianza de los acreedores con respecto al pago de la deuda concedida a Grecia; puesto que, después de muchos años en los cuáles sus gobiernos gastaban mucho más de lo que ingresaban, se financiaban con entidades de crédito (principalmente con Goldman Sachs).

Además, Grecia, al financiarse con otras divisas que no fueran euros, no tenía obligación de comunicar a sus amigos europeos el nivel de descontrol que reinaba en sus asuntos financieros estatales. De hecho, desde 1999—año en el que Grecia se unió a la Eurozona— el gasto público medio se incrementó un 50%.

Como consecuencia, en 2009, el país contaba con un déficit del 15,4% y una deuda pública del 126,1% del PIB. Por ello, Grecia tuvo que financiarse apoyándose en entidades como La Troika. Hasta la actualidad la financiación asciende hasta los 350.000 millones de euros. 

En los años siguientes, los gobiernos griegos tuvieron que llevar a cabo unas políticas de austeridad (recortes) de 75.000 millones de euros desde 2010 hasta 2015: recortes salariales del 40% desde 2010 y una reducción de las pensiones del 50% en algunos casos. En 2016 el 60% de los sintecho eran griegos con edades entre 30 y 40 años. Las tasas de suicidio se incrementaron y se abrieron más de 200 comedores sociales.

El desempleo en 2008 era de un 8,6%, con un salario medio de 24.156 euros y un salario mínimo de 794 euros. El desempleo en Grecia alcanzó su máximo en Julio de 2013 con un 27,9%

En 2019

Actualmente, en 2018 el superávit griego fue del 1,1% del PIB de 1.991 millones de euros; por lo que ingresa más que gasta. Sin embargo, la deuda pública con respecto al PIB es del 181,1%. El nivel de desempleo actual es del 18,5% que, aunque se ha visto reducido desde sus máximos en 2013, es el más alto de la eurozona y sigue siendo un tema crucial para la recuperación económica en Grecia. El salario medio actual es de 21.214 euros y el salario mínimo mensual es de 638 euros, notablemente lejos de los niveles de 2009. La economía sumergida de Grecia representa el 27% del PIB. 

  • Grecia ha conseguido redirigir la situación económica de horrible o alarmante a una situación a tener en cuenta y no descuidarla. 
  • Sin embargo, están muy lejos de recuperar la calidad de vida que tenían antes de la crisis financiera y están muy expuestos a sufrir peores consecuencias en la crisis financiera siguiente.

España

En 2009

España empezaba a descuidar la deuda pública contando con un 35,5% en 2007 a un 52,8% de deuda pública y un déficit del 10,85% del PIB en 2009. España también empezaba a descuidar la tasa de desempleo, que en 2007 era del 8,57%, en 2008 era del 13,79% y una tasa de paro del 18,66% en 2009. España alcanzó su máximo de parados en 2012 con un 25,77%, notablemente superior la ocupación masculina.

En 2019

Según informa El EconomistaEspaña cuenta con un déficit estructural del 2,5% ,es decir, gasta más de lo que ingresa anualmente. La deuda pública en 2019 se sitúa en el 98,5% del Producto Interior Bruto Español, pero teniendo ya síntomas de desaceleración económica —de crecer un 3% anual a estimaciones del 2,5% para el próximo año— es arriesgado mantenerlo a vísperas de una crisis económica. 

¿Y por qué? Porque, en el supuesto de una recaudación menor ya en el escenario de crisis, las cuentas públicas se exponen a desequilibrios económicos molestos a corto plazo y perjudiciales a medio y largo plazo. Esto se debe al envejecimiento de la población española, al mayor gasto en pensiones públicas y de sanidad y dependencia, acompañado de una fuerza laboral cada vez menor.

La tasa de desempleo es del 14%.  La recuperación de la economía desde el último escenario de la crisis ha sido acompañada por una fuerte devaluación de los salarios y no por las mejoras de las cadenas de valor de las industrias y de los servicios españoles.

Durante la recuperación, el crecimiento de la economía está siendo muy intenso en empleo. Lo cual deja poco margen para la productividad, pues todo el crecimiento se logra a fuerza de recuperar parados para el mercado laboral, que además suelen reunir una menor cualificación y experienciaEn 2018, mientras que el PIB se ha elevado un 2,5%, la ocupación ha sumado otro 2,5%. Es decir: el avance de la productividad ha sido ya nulo, del 0%.

España cuenta con unos niveles de productividad similares al año 1981 debido a la falta de innovación, deficiencias en el nivel educativo, deterioro del funcionamiento del mercado laboral, baja competencia del mercado de productos y mayores limitaciones al acceso a la financiación.

Según los datos de 2018, la cuota conjunta de mercado de los cinco primeros bancos españoles se situaba en el 61,8%, lo cual puede poner en riesgo la competencia del mismo sector. Además, el nivel de capital propio de las entidades bancarias españolas es muy bajo. La rentabilidad de los bancos es cada vez menor, y buena parte de ello se centra en la actividad comercial exterior del Banco Santander y del BBVA.

  • La mejora de España es notable y ha conseguido redirigir la situación la cual estaba al borde del rescate a ser uno de los países que más crecen de la eurozona desde 2018-2020. 
  • Sin embargo, no debe aumentar los niveles de deuda que mantiene hasta ahora, y comenzar a redirigir la inversión y el empleo a industrias más productivas.

Conclusiones

La desaceleración de la economía alemana, el decrecimiento de Italia, las revueltas sociales en Europa como los chalecos amarillos, la posibilidad del Brexit duro, el crecimiento de las compras de oro —normalmente caracterizado en épocas pre crisis— y la guerra comercial entre EEUU y China impulsan la posibilidad de una inminente recesión situada por cada vez más economistas en 2020.

Con todos los problemas que nuestra sociedad lidió con la crisis financiera de 2009… ¿De verdad no hemos aprendido nada?

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