Democracia en la CELAC
Con vistas a la cumbre de la CELAC en la Argentina, se elevaron una serie de interrogantes y quejas respecto de sus invitados. Tanto la oposición argentina como de otras partes del mundo cuestionaron que países como Venezuela y Cuba asistieran a la cumbre de un organismo que, si bien representa a los ‘Estados Latinoamericanos y Caribeños’, pregona ‘la preservación de la democracia y de los valores democráticos, la vigencia de las instituciones y el Estado de Derecho, el compromiso con el respeto y la plena vigencia de todos los derechos humanos para todos’[1].

Es aquí donde se encuentra una encrucijada en el ámbito de la política: ¿Qué es la democracia? Podríamos representarla como el sistema político que tiene elecciones frecuentes. Luego podría adicionarse el respeto a las libertades civiles o al Estado de Derecho.
Algunos politólogos como Robert Dahl[2] hablan de poliarquía y sus tres facetas (Democrática, republicana y liberal). Esta variedad de formas de democracia lleva a las confusiones y debates que hoy rigen la actualidad. Así es que, en palabras de Collier y Levitsky[3], encontramos que hoy existe la democracia, pero con adjetivos.
El artículo que estos politólogos escribieron al respecto retrata como en la ciencia política, al buscar encontrar qué es una democracia exactamente, se pierde su capacidad de adaptarse plenamente a la realidad que acontece al mundo.

Esto implica que, buscando desarrollar una definición ideal que contenga todo aquello que uno considera propio de una democracia, especifica demasiado al concepto y genera que ninguna democracia sea una ‘democracia verdadera’.
A su vez, hacer definiciones demasiado generales cómo plantear que es un sistema político que tiene elecciones frecuentes lleva a que todo se considere una democracia, hasta aquellas que falsifican estas elecciones en pro de mantener su fachada democrática.
Es debido a este constante tira y afloja entre especificidad y generalidad que han surgido una enorme cantidad de tipos y subtipos de democracia, generando una sobrepoblación de términos al respecto. Aquí es donde destacan las ‘democracias limitadas’, las ‘democracias controladas’, las ‘democracias iliberales o electorales’ o las ‘democracias tuteladas’, entre muchas otras[4].

Ninguna de estas se adapta a la definición común de ‘democracia liberal’, pero podrían adaptarse a ciertas definiciones de democracia. Es gracias a estas confusiones sobre que es democracia y que no, combinado con cierto nivel de búsqueda de réditos políticos de ciertos actores de la arena internacional, que muchos intelectuales debaten la idea de una democracia liberal como la ‘única forma de democracia’ y avalan y fomentan la creación de estos conceptos que permitan encuadrar dictaduras y regímenes híbridos dentro de democracias.
Me gustaría trasladar este debate al artículo de Larry Diamond (Traducido por Darío López López)[5]sobre regímenes híbridos y elecciones sin democracia. Este escrito plantea la misma cuestión de la diseminación conceptual sobre la democracia, y se lo atribuye a, en parte, la gran proliferación democrática de la ‘tercera ola de democratización’, y como estos países no siempre logran obtener la entera sustancia de lo que es el régimen democrático que buscaban imitar.
Es en esta situación que nuestro autor plantea el interrogante de los sistemas de partidos hegemónicos o los autoritarismos competitivos; y la cuestión de si estos no son regímenes híbridos que quedaron a mitad de camino en la transición democrática.

Esta hibridación del sistema político puede deberse al hecho de que, como menciona Larry Diamond, las élites gobernantes encontraron formas de limitar y controlar a la sociedad civil, así como debido a condiciones estructurales como la falta de institucionalización y estructuración de los partidos y falta de controles institucionales para garantizar las elecciones; pero manteniendo la fachada democrática como forma de no caerse de un sistema internacional dominado por democracias.
Así es como nuestro autor resalta que, con esta última ola de democratización, muchos países se transformaron en democracia, pero que a su vez, otros muchos se transformaron en estos regímenes híbridos. Tal es así que, ante estos nuevos interrogantes respecto de las democracias y los autoritarismos, la ciencia política nos recuerda que ‘la mayoría de los regímenes son “mixtos” de una manera u otra’, ya que todos contienen elementos de cierta arquitectura institucional que bebe de las aguas de las ‘democracias’ o de los ‘autoritarismos’.
Estas cuestiones sobre la adjetivación de la democracia y los regímenes híbridos son las que levantaron las sospechas en torno a la cumbre de la CELAC. ¿Es Venezuela una democracia? ¿Qué clase de democracia? ¿Es Cuba acaso una democracia? Dependiendo de la definición que el lector tenga sobre la democracia, o sobre el autoritarismo, la respuesta variará; para tal punto, ¿podemos decir que la Argentina cumple todos los estándares de una democracia, o de una poliarquía?

Estos cuestionamientos de la ciencia política no buscan, al menos en aquellos con honestidad intelectual, proteger a uno u otro o justificar una u otra forma de gobierno, sino que buscan ahondar en el entendimiento de la ingeniería social que es un sistema político y aquello que lo mantiene; de esta forma es que, adhiriendo a los comentarios de Collier y Levitsky, debemos buscar comprender el fenómeno de la democracia, buscarle su significación, pero evitando que esta sea demasiado general o demasiado específica; ninguno de estos extremos ayudará a iluminar esta cuestión.
Dejo en manos del lector que este considere cuál es su definición de democracia, si considera que el objetivo de preservación democrática de la CELAC se está cumpliendo o no con aquello que auguró, o si esta organización no es más que un antro donde se juntan dictadores y sus seguidores; todas estas percepciones y más son válidas e invito cándidamente a continuar el estudio de estas cuestiones, ya que son en extremo necesarias para preservar el verdadero espíritu de la democracia.
[1] https://minrel.gob.cl/que-es-la-celac/minrel_old/2012-08-29/093712.html#:~:text=Entre%20los%20objetivos%20de%20CELAC,objetivos%20esenciales%20de%20nuestros%20pa%C3%ADses.
[2] ‘La democracia no solamente requiere de elecciones competitivas, justas y libres, sino también de
libertades que las hagan realmente significativas (como la libertad de organización y la libertad de expresión), fuentes alternativas de información e instituciones para asegurar que las políticas del gobierno dependan de los votos y preferencias de los ciudadanos’.
[3] Collier, Levitsky. Democracy With Adjectives: Conceptual Innovation in Comparative Research, World Politics. Abril 1997 (pp. 430-451). Cambridge University Press
[4] Ídem
[5] Diamond, Larry (traducido por Darío López López). Elecciones sin democracia: A propósito de los regímenes híbridos, Estudios Políticos-. Enero-Junio 2004 (pp. 117-134)