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Por Guillermo Pulido Pulido

El muy negativo escenario económico al que se enfrenta España no deja demasiadas alternativas ni margen de maniobra para hacer una política económica óptima. En el marco del euro, básicamente tres son las alternativas a las que se enfrenta España y la periferia de la moneda única: 1) rescate, 2) depresión o 3) ruptura del euro.

Naturalmente, también pueden haber salidas intermedias entre las opciones del rescate y la depresión económica, pero los tres tipos ideales de situaciones sirven de marco de referencia para el análisis. Por ejemplo, un rescate económico podría ir seguido de una depresión, en caso que se impongan medidas de ajuste muy estrictas para limitar el déficit público.

Hay que partir de la base de la negativa coyuntura económica en la que está España. Por ejemplo, el FMI publicó el martes 14 de abril indican que el PIB español se contraería un 8% en 2020, el déficit público sería del 9,5%, la deuda escalaría al 113% y el paro al 20%.

Sin embargo, la situación probablemente será mucho peor a lo que indica el FMI. Hay que tener en cuenta que turismo representa el 13% del PIB de España, y en el sector ya se da por descontado que 2020 está perdido y la caída será del 80%. Esto significa que solo por turismo el PIB caería un 10,4%. Aunque el turismo nacional podría podría compensar parcialmente la caída de visitantes extranjeros, solo lo haría en muy pequeña escala.

Escenarios del FMI para la crisis del coronavirus, con y sin rebrote (desviación en PIB respecto a no crisis del coronavirus)

Las semanas de confinamiento y estado de alarma también restarán considerablemente puntos de PIB. En añadidura, la menor renta disponible de familias y la menor inversión de la empresas, además de las expectativas negativas que inducirán a menor gasto en consumo e inversión (por pura preferencia por la liquidez y miedo), retraerán aún más la demanda y PIB en los próximos meses (aunque en el lado positivo del PIB estaría la disminución de importaciones y una mejora del saldo de cuenta corriente).

La caída en la recaudación fiscal y los aumentos en el gasto público (por desempleo, etc) también implicarán que probablemente el déficit esté por encima del 9,5% (en 2019 el déficit fue del 2,7%).

Esto plantea una serie de dilemas para España de muy difícil elección, dilemas extensibles al conjunto de la zona euro porque otros países periféricos como Italia o Grecia.

Para países como España o Italia, enfrentar déficits públicos de más del 10% en los mercados de deuda, es insostenible sin un gran apoyo del Banco Central Europeo y otras instituciones europeas, especialmente en un contexto de bajo crecimiento económico como parece que enfrentará nuestro país.

El BCE probablemente no apoyará indefinidamente las grandes emisiones de deuda de los países de la periferia. Las agencias de calificación de deuda, en algún momento, es posible que empiecen a disminuir la calidad de la deuda de España, Italia, etc, ya que tendrán una gran cantidad de deuda y un PIB menguante.

Los inversores, incluso antes de la rebaja en la calificación de la deuda, entenderán que el apoyo europeo a los países de la periferia del euro es muy insuficiente. Sin ir más lejos, la deuda italiana está ya bajo fuertes presiones a pesar del paquete de 750.000 millones de euros del BCE.

El motivo es que aunque el BCE puede comprar en el mercado secundario la deuda, no puede hacerlo directamente como ya está haciendo el Banco de Inglaterra. Además, al no haber un tesoro único europeo que mutualize la deuda (coronabonos), los inversores ven la sostenibilidad de la deuda en clave nacional, no del BCE.

A medida que la situación fiscal de los países de la periferia empeore y sea mucho más difícil emitir deuda pública, las alternativas más inmediatas serán las de pedir un rescate o hacer un fuerte ajuste económico interno (depresión económica).

Ha de tenerse en cuenta que las ayudas europeas hasta el momento son claramente muy insuficientes. El acuerdo del jueves 9 de abril de los 550.000 millones del euro es de cuantía muy escasa (apenas un 4% del PIB europeo), por no hablar que en realidad (en dinero contante y sonante) es mucha menos cantidad, ya que son préstamos y créditos pero no transferencias (lo que empeorará la posición deudora de los países de la periferia). Dado que incluso para préstamos del 4% del PIB ha habido problemas, los coronabonos están ni deberían esperarse.

Si los gobiernos de la periferia del euro no pueden financiar sus déficits, sencillamente tendrán que reducir de manera sensible y abrupta su gasto público para reducirlo . Esto agravaría el retroceso económico de manera severa. Si a una disminución del 10% en el sector privado se aplica una disminución de (por ejemplo) un 6% del gasto público, el PIB de la actividad económica interna terminaría reduciéndose un 16%.

Ese menor gasto público significa reducción en el gasto en pensiones, desempleo, menos ayudas a los que caigan en la pobreza, etc, induciendo a su vez a menor gasto privado en los receptores de esas rentas. Es decir, una depresión económica.

La opción realista para evitar ese panorama, es empezar cuanto antes las negociaciones para un rescate con la UE que impida que en 2020 España y la periferia del euro caiga en una muy contracción económica que implique una depresión, y que permita la financiación del gasto público que impida una depresión sin ahogar a impuestos al sector privado.

El problema, es que las condiciones que se impongan para ese rescate sean demasiado onerosas. Es posible que se exija un plan de sostenibilidad de la deuda que implique disminuciones en el gasto (fuertes recortes) para el año 2021, lo que implicaría que la recuperación económica podría ser en W, tal y como ocurrió en 2012. Si para las condiciones del rescate exigieran una reducción de déficit en 2020 la situación sería aún peor.

Escenario de ruptura del euro

En el caso que los países centrales del euro exigieran ajustes fiscales severos a los países de la periferia, podrían hacer que la situación económica, política y social en esos países fuera insostenible. Eso implica que los países tendrían que buscar financiación fuera del euro poniendo en riesgo la continuidad de la moneda única europea.

De hecho, es lo planteado por el Deutsche Bank recientemente (ver desde párrafo 17 de este enlace). Que el euro podría entrar en crisis también se plantea desde columnas del Financial Times.

Lo anterior no significa que tenga que ocurrir necesariamente ese escenario de ruptura, pero sí indica que los dilemas que enfrenta España, el euro y la periferia de la moneda única son difíciles y muy graves.

Hay elección entre depresión, rescate y ruptura. Además, el rescate no tiene que ser un rescate duro que nos lleve a una recuperación en W (todo dependerá de las condiciones impuestas, gravedad de la crisis económica, etc).

Pero en lo más básico, estas son las alternativas y los dilemas esenciales que debe enfrentar el Gobierno de España, la periferia del euro, los países centrales y el conjunto de las instituciones europeas.

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