Medio de comunicación independiente

Por Elena Labrado y Germán Díez Gómez

LAS CONSECUENCIAS

Así las cosas, el problema se generaliza, y se ahonda, cuando, como se ha visto, el enfrentamiento virtual permea la realidad y empiezan a repetirse bulos y mentiras, y no solo eso, porque se añaden tergiversaciones, exageraciones y medias verdades. Pero, a la vez, se traspasan las tácticas descritas en el apartado anterior, las campañas de descrédito, y medios de comunicación y personalidades públicas se hacen eco de “los temas que se mueven por redes sociales”.

Puede pasar por despiste o ignorancia o por interés, entre tanto ruido hay que alzar mucho más la voz para llegar a una parte más grande del público y, además, porque, sin el adecuado altavoz, tu mensaje no llega y puedes perder el tren, en medio de tanta vorágine. Entonces, personalidades públicas endurecen el discurso para que se les oiga y ganar adeptos. Y los medios de comunicación recogen sus diatribas:

https://www.lavanguardia.com/politica/20200416/48558961813/torra-catalunya-independiente-respondido-mejor-coronavirus.html
https://www.naiz.eus/es/actualidad/noticia/20200314/el-estado-de-alarma-un-articulo-155-encubierto-para-vascos-y-catalanes
https://elpais.com/espana/2020-04-13/vox-acusa-al-gobierno-de-aplicar-una-eutanasia-feroz-con-el-coronavirus.html

Los grupos vinculados al espectro ideológico calificado como de derecha, que llevan tiempo haciendo ruido, han visto en esto una oportunidad de atacar al Gobierno desde más ángulos. Hay varios ejemplos: “La extrema derecha trata de expandirse aprovechando la pandemia y saca la artillería contra el Gobierno” publica eldiario.es el 24 de marzo, “El PP advierte de que Sánchez es el “único responsable” de la gestión del coronavirus y “debe asumir las consecuencias”, en el mismo diario y el mismo día, “El PP acusa al Gobierno de “anteponer la ideología” en la gestión de la crisis del coronavirus”, publicado en La Vanguardia el 25 de marzo, o “Vox critica “la improvisación continua” del Gobierno en la gestión de la COVID”, en eldiario.es el 21 de abril.

Como se ve en los ejemplos anteriores, ya lo hacían por el tema económico, gestión sanitaria y políticas de presidencia, con esto ven una manera de hacer creer a la sociedad que el Gobierno manipula las redes en su beneficio, acusándolo a la vez de manipulador y censor. Por ejemplo:

https://www.20minutos.es/noticia/4233460/0/numerosas-cuentas-falsas-comparten-y-elogian-en-facebook-los-mensajes-del-ministerio-de-sanidad/

Y hay más: PP, Vox y Cs acusan al Gobierno de querer “poner un bozal” a la libertad de expresión, publicado en Madridpress.com el 15 de abril, “Pablo Casado y el exministro Zoido piden explicaciones al Gobierno por las declaraciones sobre los bulos”, en Siglo XXI el 19 de abril, o “Ridículo del PP: acusa a TVE de manipular Twitter y quedan como ignorantes”, publicado en elnacional.cat el 16 de abril.

También buscan cómo ensalzar las virtudes de los sanitarios, CFSE y FAS haciéndose garantes de sus derechos con vídeos y publicaciones de todo tipo en diferentes plataformas.

Los grupos vinculados al lado contrario, el espectro ideológico calificado como de izquierda, tanto desde filas independentistas como socios de gobierno, ven una gran oportunidad de desgastar a este. Los primeros atacando la gestión gubernativa en su beneficio para así argumentar la necesidad de la independencia de territorios, vinculando los casos de fallecidos y contagiados a la mala gestión del Gobierno central.

Buscan la noticia o la crean para argumentar la recentralización del estado que ataca las autonomías, la falta de recursos, falta de prospectiva, etc… Ejemplos: “La Generalitat sostiene que en una Cataluña independiente “no habría tantos muertos”, publicado en El País el 20 de abril, “Torra da a entender que una Catalunya independiente habría respondido mejor al coronavirus”, en La Vanguardia el 16 de abril, “Mediavilla (PNV) critica la “escalada preocupante de recentralización” mostrada por el Gobierno central, en Europa Press el 18 de abril, o “El PNV cree que “la centralización” del estado de alarma ha generado deficiencias en compra y reparto de material” en Infolibre el 24 de marzo.

Asimismo, usan el caso del JEM de la Guardia Civil para alegar que desde hace tiempo se les está monitorizando en RRSS para acallar a la mayoría que quiere ser independiente, incluso su discurso continuo ha conseguido que CCAA no vinculadas al independentismo confluyan en atacar al gobierno por la gestión del estado de alarma acusándolo de recentralizador menoscabando el estado de las autonomías.

https://www.eleconomista.es/politica/noticias/10442193/03/20/Madrid-Murcia-Cataluna-Las-CCAA-se-rebelan-contra-la-autoridad-del-Gobierno-en-el-estado-de-alarma.html

Otros ejemplos: “Las autonomías acentúan sus críticas por la gestión de la crisis”, publicado en Las Provincias el 12 de abril, o “Sánchez defiende su gestión ante un nuevo alud de quejas y críticas de presidentes autonómicos”, en La Vanguardia el 12 de abril.

Por parte del principal socio de gobierno se está usando las RRSS para culpar a este de todo lo negativo y usan estas mismas redes para hacer publicidad de sus políticas y gestiones, desgastando al partido que gobierna y sacar así rédito político en un futuro, acusando del veto que el Gobierno les hace y por lo que no pueden hacer políticas sociales fundamentalmente o publicitando las que sí han podido realizar, no como acuerdos de gobierno sino como acciones en solitario de imposición.

https://www.lavanguardia.com/politica/20200521/481308941897/pablo-iglesias-derogacion-integra-reforma-laboral-rectificacion-psoe-bildu-estado-de-alarma.html

Más ejemplos: la opinión de Fernando Ónega en Onda Cero el 17 de abril “Podemos necesita demostrar que es el motor social del Gobierno”, o “Unidas Podemos confía en lograr el ingreso mínimo antes de acabar el estado de alarma”, en Bolsamanía el 7 de abril.

Se ha visto anteriormente cómo con la emoción va el ataque personal. El problema es cuando se ataca personalmente a los que representan instituciones. Se personaliza a las instituciones y empiezan a perder su valor, ya no son de todos, son de unos pocos y el resto, en contra.

Y, así, se desestabiliza el sistema, se atacan los cimientos en los que se asienta. La crítica es legítima y la defensa de la crítica también, el problema es cuando nos saltamos todas las normas democráticas para hacerlo. Hay que recorrer un trecho muy grande para salir de la crítica y llegar al linchamiento, aunque sea mediático o virtual.

Algo similar ocurre con los bulos, mentiras, exageraciones y tergiversaciones, todas muy alejadas de la búsqueda de una información veraz y contrastada por diversas fuentes. A distancia también del esfuerzo por reflejar cuantos más matices mejor y más de un punto de vista de cada acontecimiento.

Si a este caldo de cultivo se le añade el confinamiento, el estar ocioso, la necesidad de información ante la gravedad y el avance de la pandemia y, por último, la peor recesión económica desde la Gran Depresión, el cócktail podría ser hasta explosivo.

En este sentido, el profesor de Estética y filósofo italiano Massimo Cacciari, afirma en una entrevista en El Confidencial: “Mire, no creo que estemos enfrentándonos aún al verdadero problema. Las tensiones sociales explotarán en septiembre u octubre, cuando sabremos con certeza cuántos parados ha producido esta crisis, cuántos trabajos precarios se han perdido, cuánto han caído los ingresos de las familias y qué ha pasado con los precios. Lo de ahora es solo un preámbulo”7.

Ahondando en esta última idea, José Luis Pontijas Calderón señala en “Efectos geopolíticos de la COVID-19: punto de situación”, publicado por el Instituto de Estudios Estratégicos, que: “La falta de expectativas socioeconómicas a corto y, sobre todo, a medio plazo, fortalecerían los movimientos antisistema y las soflamas populistas, lo que podría espolear a un sector desesperado de la población hacia los disturbios. De ser así, los Estados se verían obligados a sofocarlos, convirtiendo las ciudades, nudos de comunicación, infraestructuras estratégicas, etc., en el escenario de confrontaciones, en una espiral de violencia y desintegración social que pudiera amenazar la estabilidad misma de las sociedades. Aquellas naciones aquejadas de fracturas previas (étnicas, religiosas, políticas, etc.) serían especialmente vulnerables”8.

De hecho, con el proceso descrito en este texto y el contexto social cada vez más tensionado, ya hay suficientes ejemplos de cómo se traslada la furia y el enfrentamiento desde las redes sociales a la calle, y viceversa.

7 https://www.elconfidencial.com/amp/mundo/europa/2020-06-05/massimo-cacciari- entrevista_2616840/?
utm_source=twitter&utm_medium=social&utm_campaign=BotoneraWeb& twitter_impression=true consultado el 07/06/2020
8file:///C:/Users/Usuario/Downloads/Telegram%20Desktop/DIEEEA18_2020JOSPON_geopoliticaCovid.pdf consultado el 07/06/2020

Hasta llegar a un punto de intoxicación, como puede verse en la columna de Tendencias de Twitter, por ejemplo:

Además, desde filas socio-políticas de diferente corte independentista, se ataca a la “recentralización” del Estado durante el estado de alarma.

https://www.diariovasco.com/politica/bildu-denuncian-optica-20200403193846-nt.html

También lo recoge La Vanguardia. “EHBildu y ERC acusan al Gobierno de aprovechar la Covid- 19 para recentralizar”, publicado el 3 de abril, “Así usa el independentismo catalán el coronavirus para atacar España”, en Voz Pópuli el 2 de abril o “El Govern marca distancias con los nuevos Pactos de la Moncloa y pone el foco en la autodeterminación”, publicado en El País el 13 de abril.

A este respecto, Nicolás de Pedro, en el informe publicado por el Instituto de Seguridad y Cultura sostiene que: “el separatismo catalán está utilizando las redes sociales, especialmente Twitter, para promover un discurso de odio a España que difunde mensajes como que el coronavirus “viene y es culpa de Madrid”; que al Estado no le importan la “muerte de catalanes” o que con la “independencia, habría menos muertos”. Además, el autor pone de ejemplo de cómo “la Generalitat está tratando de fijar en el imaginario nacionalista una narrativa insidiosa de tono conspirativo”9.

9 https://seguridadycultura.org/un-informe-desvela-la-estrategia-de-desinformacion-del-separatismo- catalan-durante-la-crisis-del-coronavirus/ consultado el 07/06/2020

Las manifestaciones serán un conjunto de las reivindicaciones de los diferentes grupos socio-políticos del país sumando el derecho de independencia. Es probable que sean las más violentas pues desde los grupos radicales están esperando con ansia el levantamiento de las restricciones para llevar a cabo acciones como las ocurridas en la Plaza de Urquinaona, habiendo ya manifestado que buscan ese tipo de altercados.

Por todo lo que se ve en las RRSS es muy probable un verano-otoño muy duro: la crisis económica que deriva de la pandemia10 ahondará en la escalada de violencia que se pueda producir en las calles, y, de prolongarse esta situación, es muy probable que desde los sectores independentistas catalanes en septiembre-octubre, aprovechando las fechas insignes para ellos, haya manifestaciones que alcancen un cierto grado de violencia11 porque desde ya se están haciendo llamamientos a la DUI para esas fechas:

Y no solo para esas fechas, Lliris de Foc, un grupúsculo radical de corte independentista, además de lanzar mensajes contra “la vuelta a la normalidad” ha reivindicado un incendio en un apeadero del metro de Plaza de España (han elegido la parada por el simbolismo del nombre) a finales del pasado mes de abril:

10https://elpais.com/economia/2020/04/16/actualidad/1587035630_565470.html
11 https://cronicaglobal.elespanol.com/vida/incendio-lliris-foc-metro_340572_102.html

Este tipo de grupos ya demostraron durante el segundo semestre del año pasado su extraordinaria capacidad de movilización de seguidores a través de redes sociales, de convocatoria y de llevar a cabo acciones más o menos violentas en el “mundo físico”. Según datos recabados por el Observatorio Cívico de la Violencia Política en Cataluña, se trata de grupos nuevos, opacos, violentos, apoyados por un entramado social y que están organizados.

En su Informe sobre Violencia Política en Cataluña, este organismo expresa su “especial preocupación” por eso, por un “incipiente fenómeno de carácter terrorista” y por la “tolerancia” hacia este tipo de acciones por parte de las instituciones públicas catalanas. Entre otros motivos, por el rédito político que se les puede sacar como arma de presión en una posible negociación con el Gobierno central. Todo ello, concluye el texto, “puede derivar en situaciones que pueden quedar fuera de control” 12.

Ahora, tras una tregua debido a la Covid-19, parece que se preparan ya para una nueva oleada. Solo cabe esperar a ver qué tipo de reacción llega desde la sociedad civil y desde los Ejecutivos catalán y central a este fenómeno en los próximos meses.

Sin salir de Cataluña, tampoco hay que obviar las acciones de grupos vinculados a la extrema derecha. Según la Oficina de Derechos Civiles y Políticos de la Generalitat de Cataluña, en su memoria del año 2019, destaca el aumento de actos también más o menos violentos por parte de estas organizaciones13.

12 file:///C:/Users/Usuario/Documents/BulosyCaos/Informe-violencia-politica-segundo-semestre- 2019.pdf consultado el 25/05/2020

13 Íbid.

¿CÓMO DEFENDERSE?

Sobre todo, cuando ante las narrativas solo cabe la respuesta con otras narrativas y esto supone no dejar espacio ni para el argumento ni para la racionalidad. No obstante, como dice Felipe Sahagún, maestro de periodistas en la Complutense, saltarse las líneas rojas de la democracia por parte del Gobierno, no parece, a priori, la mejor solución. Ya que, lo más probable, es que esta actitud provea de argumentos a los que ya están “vociferando”.

Por ejemplo, las declaraciones del general Santiago de la Guardia Civil, en rueda de prensa a mediados del pasado mes de abril, hacen saltar todas las alarmas. El general había señalado que: “La Guardia Civil trabaja para minimizar el clima contrario a la gestión de crisis por parte del Gobierno”, mediante la monitorización de bulos en redes sociales, entre otras cosas 14.

Tras la polémica desatada por sus palabras, el general Santiago se desdice y afirma que: “Al hablar de bulos me refiero a que la monitorización de la Guardia Civil trata de identificar esos bulos de origen incierto, que puedan generar alarma social en cuestiones de salud. Estas actividades siempre tienen escrupuloso respeto a la libertad de expresión y a la crítica política” 15, puntualiza.

Con respecto a la actuación del Gobierno sobre críticas, bulos y redes sociales, Felipe Sahagún apunta: “Lo del CIS me pareció una grave falta de sensibilidad democrática. La declaración del general José Manuel Santiago puso en evidencia la utilización incorrecta y posiblemente ilegal de las unidades de seguridad informática del Estado. Me explico: si de algo ha adolecido siempre nuestro sistema constitucional, como se ha visto durante años con la propaganda y las mentiras del independentismo catalán, es que nuestro Gobierno estaba absurdamente desasistido para defender a los ciudadanos. A nivel internacional nos ha ocurrido lo mismo frente a la desinformación desde potencias grandes y pequeñas. El error no está en reconocer que, por fin, el Gobierno tiene algunos medios para defenderse de esos ataques, sino en equivocarse de enemigo y cruzar las líneas rojas de un sistema democrático”16.

Estas declaraciones tienen lugar también en el marco de la filtración de un informe de la Fiscalía General del Estado con propuestas de endurecimiento de las penas para los que difundan bulos17:

14 https://elpais.com/espana/2020-04-21/el-general-de-la-guardia-civil-aclara-que-se-persiguen-los- bulos-no-la-critica-politica.htmlconsultado el 17/05/2020
15 Íbid.
16http://rsocial.elmundo.orbyt.es/epaper/xml_epaper/El%20Mundo/02_05_2020/pla_25589_Madrid/
xml_arts/art_43089970.xml? SHARE=6C23C0F29C6C4F158F7CA6264B486305C89B4D4078EBFA5C005BBF2F7FF9ED95A1E9A23D9C87 01F205B27F9372C339074A12A53F649099F64C1C4E27E8698EF4DEAE2081763C51BAECB3F20E5EB30F9
363248F3B6266FB7662CEECFCAEF37061 consultado el 17/05/2020
17 https://www.efe.com/efe/espana/portada/los-propagadores-de-bulos-pueden-enfrentarse-a-cinco- anos-carcel/10010-4224394 consultado el 17/05/2020

Otra forma de expresar algo similar, más coloquial quizá, desde alguna voz de uno de los que fue representante político de uno de los socios del actual Gobierno, sería esta:

Así las cosas, parece que el camino para contrarrestar noticias falsas, bulos y campañas de desinformación transcurre por otros derroteros. Por los del ejercicio de la transparencia, la veracidad, el esfuerzo y la dedicación a investigar, contrastar y exponer más de una perspectiva de cada hecho. Máxime en tiempos de pandemia y en tiempos de crisis, cuando, como afirma Felipe Sahagún: “Históricamente, los populismos y los extremismos, como el fascismo, el nazismo y el comunismo criminal, han encontrado un caldo de cultivo propicio en las peores crisis. El riesgo está ahí; que se haga realidad o no dependerá de la evolución de la pandemia y de la reconstrucción posterior. Si se deja a millones de personas sin salida, podemos esperar lo peor. La larga sombra de los años 30 debería enseñarnos e inspirarnos humildad además de estupor”18.

Empezábamos este artículo haciendo referencia a Joseph Goebbels, ministro de Propaganda nazi. Y, antes de terminar, volvemos con unas palabras suyas que, a día de hoy, todavía algunos recuerdan:

A 23 de mayo de 2020, la cuenta de Twitter del Foro para la Paz en el Mediterráneo recupera la columna escrita el 26 de junio de 1991 por su actual vicepresidente ejecutivo, Rafael Vidal Delgado, titulada “El noble arte de la política”. Un texto en el que el autor reivindica la figura de Platón, su concepción de la política como un “arte” y de los políticos como “pastores de hombres”, personas que persiguen el bien común.

18http://rsocial.elmundo.orbyt.es/epaper/xml_epaper/El%20Mundo/02_05_2020/pla_25589_Madrid/xml_arts/art_43089970.xml? SHARE=6C23C0F29C6C4F158F7CA6264B486305C89B4D4078EBFA5C005BBF2F7FF9ED95A1E9A23D9C87 71F205B27F9372C339074A12A53F649099F64C1C4E27E8698EF4DEAE2081763C51BAECB3F20E5EB30F9 363248F3B6266FB7662CEECFCAEF37061 consultado el 17/05/2020

Pero se puede ir aún más allá. ¿Qué hacer cuando la democracia se convierte en demagogia? Ya es algo sobre lo que reflexionó en su momento el filósofo griego, espectador de primera fila de la decadencia de la democracia ateniense. En un primer momento, en su República, Platón aboga por un rey-filósofo y un orden social estratificado. Pero el fracaso de su experiencia con el tirano de Siracusa, le hace pensar de nuevo.

Al final de su vida, Platón escribe Las Leyes, libro en el que defiende el imperio de la ley por encima de todo, y de todos, como única manera de evitar los abusos de unos y de otros. Ahora, claro, para que eso suceda, tiene que estar garantizada la independencia del Poder Judicial de los otros dos poderes, que forman los pilares del sistema democrático, el Ejecutivo y el Legislativo. Algo que, a día de hoy, está lleno de matices. Un ejemplo, el que se ha visto más arriba en este texto al hilo de la reflexión en torno a las acciones del Gobierno a la caza de los bulos, en las que se ha involucrado a la Guardia Civil y a la Fiscalía.

Para terminar, ahondando en los pensamientos expresados por Felipe Sahagún, Ramón Espinar, Rosa Díez y Rafael Vidal, este artículo ha descrito un contexto socio-económico sometido a mucha tensión y un proceso de manipulación que tiene lugar ante nuestros ojos, los de todos. Es público, manifiesto, y requiere un mayor grado de implicación (o de responsabilidad, si se quiere). En primer lugar, por parte de la ciudadanía, para detenerse a reflexionar antes de dar pábulo a bulos y de, quizá, dejarse arrastrar por ellos y por los que están detrás de ellos, que siempre tienen un interés, que, en numerosas ocasiones, se desconoce.

En segundo lugar, por parte de los medios de comunicación, que, a las dificultades en su desempeño, deben sumar un esfuerzo, aún mayor, por la profesionalidad y, quizá, la ecuanimidad, además de huir, probablemente, de un exceso de gusto por la inmediatez y el escándalo.

Y, por último, por parte de las autoridades públicas, como se ha señalado más arriba en este documento, un mayor ejercicio de transparencia en la gestión, menos maquillaje, menos, a lo mejor, retorcer la realidad para que se adecue a un determinado interés o discurso y, quién sabe, también menos oportunismo a la hora de afrontar fenómenos de corte violento que uno crea que se pueden manejar y que, es una posibilidad, terminen por escaparse de las manos.

Pero, quién sabe, esto es solo una idea…

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