El discurso estadounidense ante la crisis venezolana: ¿El regreso de la Doctrina Monroe?

“The era of the Monroe Doctrine is over” o al menos eso anunciaba el por aquel entonces Secretario de Estado de la administración Obama, John Kerry, en un discurso(1)dado ante una cumbre de la Organización de los Estados Americanos (OEA), celebrada en Washington en noviembre de 2013. Estas palabras serían acogidas con una mezcla de escepticismo y desinterés por parte de los presentes, ninguno de los países que participaron en la conferencia harían declaraciones al respecto estando más preocupados de las consecuencias de la guerra contra las drogas que de posibles invasiones o golpes de estado.
Pero la administración Obama llegó a su fin, y tras ella dio comienzo la era de la administración Trump. Con su llegada vendría una visión sobre Latinoamérica considerablemente más tradicional. La más clara prueba de ello nos la traería el actual Consejero de Seguridad Nacional, John Bolton, quien el pasado 3 de marzo de 2019, en una entrevista realizada por la cadena CNN diría todo lo contrario a Kerry: “No tememos el uso de las palabras Doctrina Monroe” (2).
Desde ese momento, las palabras Doctrina Monroe han resonado habitualmente entre la prensa y los políticos estadounidenses.Pero ¿qué es la Doctrina Monroe?
La Doctrina Monroe

La Doctrina Monroe, tal y como la conocemos hoy en día, fue enunciada originalmente durante el Discurso del Estado de la Unión de 1823 dado por el 5º presidente de Estados Unidos, James Monroe (3). A partir este discurso se entiende que los principios fundamentales de esta nueva doctrina son:
- Estados Unidos no permitirá que potencias extranjeras establezcan nuevas colonias o estados vasallos en el continente americano
- Estados Unidos no permitirá que los países europeos intervengan en los asuntos de los países independientes de las Américas.
- Estados Unidos no interferirá con las colonias europeas existentes en el momento de creación de esta doctrina.
- Estados Unidos no se verá envuelto en los conflictos entre las potencias europeas.
*A pesar de ser enunciada en 1823, esta primera versión de la Doctrina Monroe no sería conocida por este nombre hasta 1850
Esta primera declaración se constituiría con el paso de los años como uno de los principales y más longevos pilares de la política exterior estadounidense. La Doctrina original, tal y como la enuncio la administración Monroe, se vería modificada en varias ocasiones buscando siempre ampliar su alcance, permitiendo así que esta fuera convocada más habitualmente. Algunas de las interpretaciones, aplicaciones y ampliaciones más relevantes hechas a la Doctrina Monroe con el paso de los años son las siguientes:
- El“Corolario Roosevelt” (4):que permitía a Estados Unidos intervenir, militarmente en caso de que fuera necesario, cuando surgiera una disputa entre los estados americanos y potencias extranjeras fruto de un “comportamiento erróneo crónico” por parte de un estado americano con el fin de corregir este y así impedir que las potencias extranjeras tuvieran legitimidad para influir en la región.
- El “Corolario Lodge” (5):Aprobado por el Senado de Estados Unidos en 1912, ampliaba la doctrina Monroe para cubrir también las acciones de corporaciones y asociaciones controladas por estados extranjeros.
La Doctrina no siempre encontraría apoyo entre las administraciones estadounidenses y existieron algunos casos en los que esta fue claramente rechazada siendo el más destacado de estos casos el de la administración de Franklin D. Roosevelt, quien enunciara la “Good Neighboor Policy” que basaba los principios de la política estadounidense para con el resto de naciones americanas en la no intervención y la no injerencia. Esta politica llego rapidamente a su fin con el advenimiento de la Guerra Fría.

Volviendo al presente, encontramos que el resurgir de la Doctrine Monroe en la administración Trump ha estado muy estrechamente vinculado a un segundo concepto, también enunciado por John Bolton: La Troika de la Tiranía.

Este concepto ha sido utilizado por distintos miembros del gobierno estadounidense para referirse a Cuba, Venezuela y Nicaragua, países cuyos regímenes han sido declarados como enemigos de los Estados Unidos en la región.
La crisis venezolana está siendo el principal escenario en el cual el gobierno de Estados Unidos parece estar planteando una posible aplicación de la Doctrina Monroe, debido principalmente al apoyo que otorgan la República Popular China y sobre todo la Federación Rusa al gobierno de Nicolás Maduro. En la prensa estadounidense hemos podido ver una considerable división sobre la Doctrina Monroe y su posible aplicación en el caso venezolano con artículos que van desde llamadas directas a su aplicación como en el caso de “Enforce the Monroe Doctrine on Russian Moves in Latin America”, publicado el 7 de enero en National Interest (7), o el de “Venezuela, the Monroe Doctrine and the Roosevelt Corollary”, publicado el 11 de febrero en The Hill(8) hasta claras condenas de la misma como es el caso de “John Bolton and the Monroe Doctrine”,publicado en The Economist (9)el pasado 5 de mayo.
Por último, también resulta interesante señalar como durante los últimos meses hemos podido ver varias alusiones claras a esta por parte de figuras políticas destacadas como la del senador republicano, Marco Rubio, quien publicó el 25 de marzo en Twitter el siguiente mensaje: “Rusia está desplegando personal militar en el Hemisferio Occidental en Venezuela. Esto es un desafío directo a nuestros intereses nacionales y es una amenaza directa a nuestra seguridad nacional. Debe ser y estoy seguro de que será respondido” (10)o la del también senador Rick Scott (11).

Esta apelación por parte de figuras políticas estadounidenses que tienen una clara influencia sobre el presidente (12)da lugar a que nos preguntemos ¿estamos ante el comienzo de una nueva etapa de intervencionismo directo por parte de los Estados Unidos en América Latina?
Finalmente, también cabe hacerse otra pregunta ¿existe la posibilidad de un choque entre Estados Unidos y Rusia en Venezuela? Nunca se puede descartar que, en caso de una hipotética escalada de las tensiones en el país, alguna de las partes cometiera un error de cálculo desencadenando un enfrentamiento limitado, pero al menos por ahora ese escenario parece poco probable, especialmente si tenemos en cuenta como se ha desarrollado la crisis siria desde 2015 y el hecho de que actualmente se están celebrando reuniones diplomáticas de alto nivel(13)entre ambas potencias para tratar esta y otras crisis de mutuo interés.
Esto nos lleva a una última pregunta cuya respuesta hasta el momento es un completo enigma ¿habrá un acuerdo entre Estados Unidos y la Federación rusa para resolver la crisis venezolana? Lo descubriremos durante los próximos meses.