El distanciamiento entre Polonia y Hungría
Polonia y Hungría han sido, y continúan siendo, dos de los mayores quebraderos de cabeza para la UE. Sus vulneraciones del estado de derecho y de los valores europeos los han puesto en el punto de mira de la Comisión, que mantiene una larga batalla contra ellos, que ha provocado incluso la modificación de las normas europeas para restringir el acceso a los fondos de recuperación.
Sin embargo, la alianza entre los dos países ha impedido que la UE vaya más allá de las sanciones, ya que ambos se protegen mutuamente y este el motivo por el que no pueden prosperar los procedimientos del artículo 7 vigentes contra los dos actores, que en última instancia podrían dejarles sin derecho a voto.

En este sentido, Budapest, de no ser por Varsovia, estaría en una situación mucho más complicada en Bruselas y lo mismo pasa en el caso contrario.
Con todo, en cualquier relación se suceden momentos de bienestar con momentos de tensión y la guerra en Ucrania ha provocado un distanciamiento significativo entre ambos actores que ha llevado a la implosión del Grupo de Visegrado del que los dos formaban parte. ¿Estamos ante la ruptura definitiva entre Hungría y Polonia?
Los problemas crecen
Polonia y Hungría siempre han visto a Rusia de manera diferente. Para Polonia, Moscú representa la mayor amenaza para su seguridad, mientras que para Hungría es un socio fundamental en la estrategia de Orbán para trazar una política exterior independiente entre Occidente y Oriente.
Esta diferencia de posición con respecto a Moscú no suponía una gran brecha entre los dos países en tanto que había muchos más elementos de unión (su conflicto contra la UE, su oposición frontal a la inmigración o sus relaciones con China) que de separación y existía una especie de pacto tácito en el que los dos Estados miraban a otro lado respecto a la posición de su amigo hacia el Kremlin.

Esto fue así hasta febrero de 2022. Con la invasión rusa de Ucrania la posición sobre Rusia ya no fue un aspecto secundario, sino que pasó al primer plano y se exigió a todos los países posicionarse claramente. Cuando el polvo se asentó Polonia y Hungría se encontraron en lugares opuestos del tablero, con Polonia siendo uno de los países más beligerantes contra Rusia y con Hungría manteniendo intactas sus relaciones energéticas con el Kremlin y vetando la imposición de sanciones.
El núcleo del desacuerdo era Rusia, pero este se extendía a otros factores como la OTAN. Para Polonia la OTAN es el pilar sobre el que se construye su defensa, más aún en el contexto actual. Sin embargo, desde Hungría se veían las cosas diferentes hasta el punto de que vetaron la entrada de Suecia en la alianza.
Estas diferencias, unido a los cambios de posición respecto a la integración europea de los otros miembros, Eslovaquia y República Checa, han provocado el ocaso del Grupo de Visegrado. El Grupo, como la formación euroescéptica que boicoteaba la acción de la Comisión, simplemente ya no existe. No se ha disuelto formalmente y no es esperable que lo haga en tanto que los estados que lo forman aún tienen intereses comunes, especialmente en materia económica, para los que puede ser beneficioso actuar conjuntamente. Pero como fuerza euroescéptica ha dejado de existir.
Este distanciamiento entre Varsovia y Budapest se ha hecho más grande si cabe debido al ciclo electoral en ambos países. En Hungría se celebraron elecciones en abril de 2022 y la posición de Orbán como un actor independiente respecto a la guerra que no se plegaba a los intereses occidentales fue uno de los pilares de su campaña. Esto embarró aún más la situación durante meses haciendo imposible cualquier intento de reconducir la situación. El Primer Ministro polaco Mateusz Morawiecki reconoció públicamente que los caminos de sus países se habían separado ese mismo verano, cuando el distanciamiento ya era evidente.
Orbán dice que Ucrania no puede ganar la guerra
— DW Español (@dw_espanol) May 23, 2023
"Si uno mira la realidad, las cifras, el contexto, y que la OTAN no está dispuesta a enviar tropas, es evidente que no hay victoria posible para los pobres ucranianos", afirma el mandatario húngaro (lgc)https://t.co/iiJqetF1pI
Respecto a Varsovia, este otoño se celebran elecciones en el país y la seguridad en el contexto de la guerra de Ucrania será uno de los temas principales de campaña. Desde Varsovia están tratando de proyectar su apoyo a Ucrania, tanto interna como externamente, para mejorar su imagen y ganar peso diplomático, y en ese contexto cualquier acercamiento a Hungría es tóxico. Más aún si tenemos en cuenta que las encuestas de opinión pública recogen un descenso significativo de la popularidad de Hungría en Polonia, a niveles de la de Alemania.
Ni contigo ni sin ti
Los motivos que les separan han aumentado y se han magnificado en los últimos tiempos, pero lo cierto es que los puntos que les unían también siguen presentes. Polonia ha demostrado ser un aliado comprometido con Ucrania excepto cuando afecta a sus propios intereses. Polonia lideró las restricciones a las importaciones de grano de las que tanto depende Ucrania por las consecuencias que estaba teniendo para sus agricultores.
Con elecciones cerca, el PiS no se puede permitir erosionar su base electoral agraria y ciertamente no lo hará por defender los intereses de Kiev. En las restricciones al grano volvió a encontrarse con Hungría que, junto con Eslovaquia y Bulgaria, también decidieron imponer restricciones unilaterales al grano ucraniano hasta que la Comisión Europea consiguió negociar un acuerdo. Sin embargo, el acuerdo no ha sido más que un parche y Polonia y Hungría ya están amenazando de nuevo con imponer restricciones si la situación no se resuelve.
Ambos países también se opusieron a los planes de reducción del consumo de gas de la Comisión Europea. Además, han vuelto a ser los países que han bloqueado un acuerdo sobre inmigración que pretendía repartir la carga migratoria entre los estados miembros.
Hungría y Polonia bloquean el pacto migratorio en la Unión Europeahttps://t.co/DJsQkGOCZj
— RTVE (@rtve) July 1, 2023
A pesar de sus desacuerdos respecto a Rusia y el devenir de la guerra y que su relación está en horas bajas, esto no implica que Hungría y Polonia vayan a dejar de colaborar. La Unión Europea trata de profundizar la brecha entre ambos acercándose a Polonia para desbloquear sus fondos y enterrar así el conflicto respecto al estado de derecho y aislar a Orbán pero, a pesar de algunos progresos, la situación está lejos de resolverse.
Polonia y Hungría continuarán colaborando allá donde sus intereses convergen y, en política europea, esto es habitual. Polonia, a pesar de su instrumentalización del apoyo a Ucrania para mejorar su imagen, continúa siendo una fuerza disruptiva en la Unión Europea por su euroescepticismo y oposición a los valores europeos.
Esto le impide aprovechar el momento actual para extender su influencia más allá de lo relacionado con la guerra por lo que, como es habitual, su influencia se reduce al poder de veto, algo en lo que siempre encontrará apoyo en Hungría.
En definitiva, Hungría y Polonia se han distanciado significativamente y este distanciamiento se ha llevado por delante el Grupo de Visegrado junto con las dinámicas internas del resto de miembros y hace que su colaboración no pueda ser tan explicita especialmente en el contexto electoral que está viviendo Polonia.
El primer ministro nacionalista húngaro, Viktor Orban, acusó este domingo a la Unión Europea de "disparar" contra su país, al haber adoptado una serie de sanciones contra Rusia, que el gobierno califica de "bomba" contra la economía #AFP pic.twitter.com/GJrMByUTRY
— Agence France-Presse (@AFPespanol) October 23, 2022
Pero, a pesar de todo esto, la posición fundamental de ambos países no ha cambiado y continuarán colaborando en el futuro cercano. Cuestión aparte son los cambios que podría traer a la relación la derrota en las urnas del actual gobierno polaco, pero aún es demasiado pronto para contemplar esa posibilidad.