El duro trabajo de informar en Nigeria

Nigeria es el país más grande, más poblado y con el mayor crecimiento económico del continente africano. República federal presidencialista gobernada por Muhammadu Buhari desde 2015.
En 2002 nace Boko Haram, “la Educación Occidental es Pecado”, en el norte de Nigeria que, en connivencia con otros grupos terroristas presentes en el país han conseguido desestabilizar por completo la sociedad nigeriana.
La libertad de expresión a examen
Existen un centenar de medios de comunicación nigerianos, principalmente de propiedad privada y focalizados en cuestiones de ámbito nacional y local. Entre los medios públicos destacan la Corporación Federal de Radio de Nigeria (FRCN) y la Autoridad de Televisión de Nigeria (NTA).
La constitución nigeriana garantiza la libertad de expresión y de prensa y el Gremio de Editores de Nigeria y el Sindicato de Periodistas de Nigeria son los adalides de la defensa de estos derechos. En el ámbito internacional, además de Reporteros sin Fronteras o Amnistía Internacional, otras entidades han realizado estudios en esta materia.
Los medios de comunicación no gozan de buena popularidadentre la opinión pública nigeriana, como indica el ex Director de la Autoridad Nigeriana de Televisión (NTA), Dr. Tonnie O. Iredia, pese a haber favorecido la descolonización y la transición democrática. Por ello, los sucesivos gobiernos han trabajado en vías de democratización en esta materia.
Omolola Cokerrelata cómo en 2011, tras el debate legislativo más largo de Nigeria, se aprueba la ley de libertad de información con el fin de proteger la privacidad de los ciudadanos y favorecer la transparencia en la rendición de cuentas gubernamentales. Ligadas a los nuevos derechos se impusieron ciertas exenciones y limitaciones, bajo el pretexto de que se vieran comprometidos el interés nacional, asuntos comerciales o internacionales en el ejercicio del derecho de la libertad de expresión y/o prensa.
Cinco años después de su entrada en vigor, la organización estadounidense The Carter Centerelabora un informe donde sostiene que esta ley no está siendo respetada debido, entre otras cosas, al tratamiento de los secretos oficiales.
Libertad de prensa en Nigeria en 2017
Fuente:The Freedom House
De acuerdo con Reporteros sin Fronteras, Nigeria se sitúa en el puesto 119 – de 180 países– en cuanto a libertad de prensa durante el 2018. La política interior, la corrupción política o el terrorismo son los temas tabú entre los medios de comunicación en Nigeria. Esto no sucede porque exista una institución oficial de censura sino por la propia autocensura de algunos periodistas ante temores políticos – represión o acoso por parte de las fuerzas de seguridad–; judiciales – por la impunidad de los atacantes o ante el temor de un enjuiciamiento criminal-; o económicos – entrar en conflicto con los propietarios de las cadenas privadas o publicistas-.
En este sentido, Amnistía Internacional viene denunciandoen los últimos meses la campaña de represión y detenciones arbitrariasde profesionales de medios de comunicación como el Daily Independent, Daily Trust o Daily Sun, entre otros.
No solo ocurre en medios de prensa escrita: en 2015 entra en vigor una ley contra delitos informáticos, focalizada en la persecución de la transmisión de noticias falsas, con penas de hasta tres años de prisión. El Gobierno de Nigeria se ampara bajo una interpretación de esta ley para el arresto de blogueros, periodistas, activistas en la red y ejercer una fuerte represión: de agosto de 2015 a marzo de 2018, han sido detenidos 17 periodistas y blogueros nigerianos.
Casos de repercusión mediática entre 2016 y 2019
El editor de la revista Prime, Yomi Olomofe, cubría una operación de contrabando ilegal en la frontera con Benín cuando recibió un ataque armado en las instalaciones oficiales de Aduanas de Nigeria. Tras ser arrestado, se enfrentó a una contrademanda de sus atacantes.
Entre 2017 y 2018 aparecieron cuatro hasthags en Twitter con amplio seguimiento:
- #freedejiadeyanju. Deji Adeyanju, un miembro de la oposición política fue detenido en julio de 2016 en su oficina del Weekly Source en Yenagoa (Bayelsa);
- #freesamuelogundipe. Samuel Ogundipe retenido tres días por “incumplimiento del orden público” al no citar la fuente de una noticia;
- #freeowerri112. 112 mujeres fueron arrestadas tras una manifestación pacífica pidiendo la liberación de Nmandi Kanu, el líder de Pueblos Indígeneas del Biafra (IPOB), que continúa en paradero desconocido desde su detención en septiembre de 2017;
- #freejonesabiri. Jones Abiri, editor del Weekly Source, acusado de pertenecer a un grupo armado y planearatentados, finalmente fue liberado tras dos años retenido.
En enero de 2019 conocimos la historia de Uthman Abubakar, periodista en el periódico Daily Trust, detenido tras publicar un artículo sobre una operación militar planificada contra Boko Haram. El Ejército comunicó que había puesto en peligro la seguridad nacional al dar un preaviso a este grupo y el redactor jefe respondió apuntando una ilegalidad en las operaciones militares en Abuya y Maidguri, además de la incautación, de dispositivos del diario por parte del Ejército. Finalmente, el Sindicato de Periodistas de Nigeria consiguió la liberación del periodista.
El impacto de Boko Haram
Desde que Boko Haram anunciara su campaña, se estima que más de veinte mil personas han sido asesinadasy más de dos millones han sido expulsados de sus hogares. La sharía está institucionalizada en doce estados del norte de Nigeria, las sanciones en materia de prensa o comunicación son elevadas y algunos de los sucesos acontecidos en esas zonas, aun no se han resuelto.
Miles de mujeres y niñas captadas por Boko Haram fueron liberadas por el Ejército y enviadas a campamentos vigilados por milicias y el Ejército de Nigeria. Algunas de ellas participan en el informe “They betrayed us”, publicado por Amnistía Internacional (AI) en mayo de 2018. En él, se afirmaba que cinco mujeres habían sido violadas en el campamento de Bama (Borno) por soldados nigerianos. Antes de publicarlo, la organización quiso conocer la versión oficial del ejército nigeriano pero la respuesta fue una negativa y el comienzo de una campaña de amenazas y desprestigio hacia AI.
En paralelo, el gobierno nigeriano creó una Oficina de Derechos Humanoscompuesto por seis juristas de la Asociación Nacional de Abogados con el fin de investigar estas denuncias y motivado por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos. En definitiva, queda un largo camino de trabas políticas y sociales en las vías de la libertad de expresión y prensa en Nigeria. La irrupción de Boko Haram no ha hecho más que mermar los derechos humanos, dificultar la libertad de expresión y desestabilizar la sociedad nigeriana abriendo una brecha– cada vez mayor – entre la sociedad civil y el Gobierno. No obstante, entes nacionales, supranacionales e internacionales defensoras de los derechos humanos siguen y seguirán de cerca el caso de Nigeria