Medio de comunicación independiente

Por Guillermo Pulido Pulido

El Estado Islámico está resurgiendo en Irak en 2020, con un incremento muy considerable en su actividad terrorista entre abril y mayo. Aunque hay una serie de factores y circunstancias coyunturales que explican que sea precisamente durante estos últimos meses los que han visto un incremento de la actividad combatiente del autodominado Califato, en realidad la cuestión de fondo es que el Estado Islámico nunca estuvo auténticamente derrotado, ni desarticulado o destruido, lo que unido a la eficaz estrategia que adoptó esa organización terrorista se ha terminado traduciendo en su resurgir en Irak.

Recordemos que en marzo de 2019 los medios de comunicación dieron la «noticia» de que el Estado Islámica había sido derrotado. Esos titulares fueron el producto de la noticia de la caída de Baguz en Siria, considerado el último bastión del Califato en Siria. La batalla de Baguz tuvo una gran cobertura mediática y abría los telediarios. Anteriormente en 2017 había caído Mosul en Irak y Raqqa y otras ciudades en Siria fueron cayendo ante los aliados de la Coalición occidental que daba un apoyo logístico fundamental e imprescindible; sin olvidar la muerte del líder del Estado Islámico (al-Baghdadi) a fines de 2019 por parte de EE.UU..

Sin embargo, como expliqué en su día, en realidad el Estado Islámico no estaba ni mucho menos derrotado y la caída de Baguz debía interpretarse no una destrucción o desarticulación del Califato, sino la maniobra derivada de una estrategia pensada para sobrevivir a largo plazo y resurgir una vez se diera la oportunidad. Esta estrategia ha sido mencionada por los informes de la Coalición (Operación Inherent Resolve) y varios especialistas, y es denominada como «sahraa» (desierto), «sahwat» (contrarrestar suníes opositores) y «sawlat» (combates de atacar y huir).

Sahraa consistía en que el Estado Islámico (ISIS) renuncia al control de ciudades y áreas urbanas, para dispersarse en territorios en los que el acceso sea difícil, poder reorganizarse y esperar una situación propicia para tomar otra vez la iniciativa. Además, se favorecería las operaciones en áreas rurales respecto a las urbanas, en las que la contrainsurgencia es más difícil de aplicar (por lo que no debía sorprender que el ISIS renunciara a Baguz).

Sahwat es el intento de controlar el frente interno sunita de los territorios en los que opera el ISIS. Mediante asesinatos e intimidación a jeques, líderes y personas influyentes, se pretende que cualquier atisbo de colaboración de la población sunita.

Sawlat hace referencia al tipo de operaciones de combate que ejecuta el ISIS en esta estrategia para evitar su destrucción, mantener latente el conflicto y aprovechar cualquier oportunidad para resurgir. Los combates ofensivos se limitarían a ataques a pequeña escala, por grupos de solamente entre 5 y 15 combatientes, para luego dispersarse rápidamente.

Mientras la actividad terrorista del Estado Islámico durante 2019 quedó muy limitada y parecía que los titulares que hablaban de derrota del ISIS tenían cierta base, en realidad la coyuntura se fue haciendo propicia para que este grupo resurgiera, tal y como su propia estrategia planeaba.

A fines de 2019 las milicias PMU iraquíes afines a Irán comenzaron una campaña de hostigamiento contra la Coalición en Irak, ya que Irán estaba implementando una estrategia de intentar expulsar a EE.UU. y Occidente de Irak (conflicto que, como es sabido, tuvo uno de sus puntos álgidos con la muerte de Soleimani en enero de 2020).

La Coalición tuvo que dejar de ejecutar operaciones antiterroristas para evitar los ataques de las milicias proiraníes. Esto dio mucha libertad de acción al ISIS en sus zonas de apoyo tradicional.

Número de muertos y ataques del ISIS hasta 2019. En abril de 2020 ha repuntado solo en Irak a 183 muertes o 87 ataques. Desde 2018 no se observaba tal actividad de ser ciertos esos datos

Las operaciones de Turquía contra las SDF kurdas en la segunda mitad de 2019 también han sido un factor clave para el resurgir del ISIS. Las SDF fueron las que tomaron Raqqah, Baguz, etc, y custodiaban a muchos combatientes del Califato. Con los ataques turcos, muchos de estos combatientes pudieron escapar y unirse de nuevo a las filas del ISIS.

También hay que tener en cuenta que, según varios informes, el ISIS había guardado suficientes reservas de dinero, recursos económicos y armamento, para implementar la estrategia anterior descrita de las tres «s». Por lo que una vez fue ganando libertad de acción, pudo comenzar a reconstituir la coherencia táctica y de combate del Califato.

El ISIS en 2019 y comienzos de 2020 (aproximadamente) había escogido centrarse en las zonas de apoyo en la rivera del río Eufrates (tanto en Irak como Siria) y los territorios desérticos y poco accesibles al norte de Anbar y sur de Nínive.

Pues bien, en el lado sirio de la frontera, las SDF fueron perdiendo eficacia por la campaña de presión y ataque de Turquía (que detrayó recursos de la frontera sirio-iraquí al norte). En el lado iraquí de la frontera, los conflictos entre las PMU proiraníes, la Coalición y los problemas internos en Irak, también permitieron esta libertad de acción del Califato.

El primer ministro iraquí tuvo que dimitir en diciembre de 2019 y desde entonces no hay gobierno. Las fuerzas de seguridad han tenido que distraer recursos para controlar la seguridad interna y los conflictos de las manifestaciones antigubernamentales. Esas protestas contra la creciente influencia de Irán y sus milicias, también fueron un caldo de cultivo para el ISIS estos meses.

El brote de coronavirus, al disminuir las operaciones de la Coalición y las fuerzas iraquíes más todavía, también ha sido un factor que alimentado el resurgir del Califato.

Una línea de actuación principal del Califato estos meses ha sido atacar y operar en zonas en las que las PMU estaban desplegadas en territorios suníes. De ese modo intentaban capitalizar la ola de protestas antigubernamentales, y conseguían azuzar el odio y conflicto religioso en el que se basa el ISIS.

Por ejemplo, hace pocos días el ISIS atacó en Diyala varios despliegues de las PMU, matando por lo menos a 11 miembros de dichas milicias.

El ISIS, aprovechando el caos creciente en Irak y la zona kurda de Siria, ha intensificado sus ataques y operaciones en el triángulo al norte y este de Bagdad, entre la provincias de Diyala, Samarra y Saladino. Las estrategia de las tres «s» se aplica aquí en atacar las afueras de las principales ciudades en grupos no demasiado grandes, pero desde luego ya han abandonado el estar simplemente dispersos en el desierto.

Zonas de apoyo y actuación (en color morado) el Estado Islámico en Irak y Siria

Otros ataques similares se han producido los últimos meses y semanas. Algunos ataques ya se hacen a plena luz del día. Otra señal de la intensificación de los combates, es que fines de abril el Reino Unido volvió a lanzar ataques aéreos contra el Califato después de haber estado varios meses sin ejecutarlos.

Si el número de ataques atribuibles al ISIS y el número de muertos causados durante 2019 fue muy escaso (ver gráfico), en abril de 2020 en Irak el Califato ejecutó 87 ataques y causó 187 muertos.

Ciertamente, el Estado Islámico nunca fue derrotado por más que cayeran Mosul, Raqqah, Baguz o al-Bagdadi fuese muerto. Simplemente, tal y cómo había planeado con su estrategie y alertaban los expertos en terrorismo, estaba esperando la oportunidad para volver a actuar y demostrar lo equivocados que estaban los informes de prensa durante 2019.

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