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“Mientras Martin Luther King sueña, el resto de nosotros vive una pesadilla”.

Nació bajo el nombre de Malcolm Little, pero una vez que descubrió que el origen de los apellidos de los negros en Estados Unidos provenía de los dueños de las plantaciones, se cambió el nombre a Malcolm X. Siendo la “X” el valor desconocido en matemáticas, Malcolm defendía y promovía este cambio de nombre en la población negra estadounidense. Dicha población había llegado a Estados Unidos a través del sistema de esclavitud imperialista creado por el Imperio Británico.

Cuando el país norteamericano consiguió su independencia, los patriotas que lucharon por la “libertad” mantuvieron el sistema de esclavitud. Más tarde, cuando el país intento erradicar la esclavitud, los Estados del sur se opusieron y, gritando confusas e incoherentes arengas sobre la libertad, entraron en una guerra civil que estuvo a punto de dividir al país. Con el fin de la guerra en 1865 se erradicó la esclavitud y comenzó la segregación de la población negra en la vida política, social y económica de Estados Unidos, el mensaje era claro; los negros no pueden ser esclavos, pero tampoco pueden ser iguales a los blancos.

Malcolm X esperando una conferencia de prensa en 1964

Una de las consecuencias de la esclavitud en Estados Unidos fue el arrebatamiento de la identidad de los africanos que llegaron de manera forzada al continente americano. Malcolm, entendiendo esta situación, mantuvo la posición de que el hombre y la mujer negra no conocían su identidad, si bien en África pudieron haber gobernado reinos, en “la tierra de la libertad” habían sido reducidos a esclavos y luego a ciudadanos de segunda clase. Mientras la población negra no consiguiera reconectarse con su identidad, su apellido sería desconocido.

En un Estados Unidos gobernado por la intolerancia y el racismo, Malcolm se posicionó como una figura icónica del movimiento de liberación negra en el continente americano. A lo largo de su vida sufrió una transformación de ser un proxeneta a un separatista que reivindicaba la violencia política y, tras su peregrinación a la Meca, a un defensor de los Derechos Humanos. La intensa vida de esta histórica figura terminó de forma abrupta el 21 de febrero de 1965, cuando fue asesinado por un ex compañero de la Nación del Islam, el grupo musulmán que vio nacer la vida política y espiritual de Malcolm X.

He aquí su historia.

De Malcolm Little a Malcolm X

Malcolm poseía una capacidad de oratoria hipnotizante, una tenacidad en la retórica que lograba posicionarlo como líder entre sus pares y una valentía que despertaba respeto, inclus, entre sus mayores enemigos. Pero Malcolm Little no siempre fue así.

Desde pequeño, el joven Malcolm experimentó la barbarie de la violencia racista. Su padre, un ministro bautista y seguidor del líder nacionalista negro Marcus Garvey, fue linchado por miembros del Ku Klux Klan. Tras su muerte, vio como su madre debió luchar para asegurar comida, techo y medicina para él y sus hermanos y hermanas. Lamentablemente su madre cedió a las presiones que la pobreza y el racismo generan en las personas, terminando en una institución por complicaciones de salud mental.

Una ficha policial de Malcolm X en 1944

Tras quedar huérfano, las calles se volvieron el refugio del joven Malcolm. Asqueado del racismo institucional que existía en el sistema educacional estadounidense, Malcolm abandonó la escuela y se transformó en un proxeneta y un drogadicto. Una vida que lo terminaría enviando a la cárcel, donde eventualmente conocería el islam y su destino (y el de la población negra estadounidense).

Cuando era un veinteañero, fue condenado por robo y sentenciado a 10 años de prisión. Mientras estaba en la cárcel, el joven Malcolm recibió una carta de su hermano. En la carta, su hermano hablaba de las enseñanzas del mensajero de Alá y de un nuevo profeta: El honorable Elijah Muhammad. Este nuevo profeta americano, aseguraba que el islam es la “religión natural del hombre negro”. En prisión conoció a un hombre llamado John Elton Bembry, fue John y la carta de su hermano, lo que inspiró a Malcolm a estudiar y educarse de forma autodidacta.

Malcolm de forma autónoma aprendió a leer y, en un intento de deconstruir el lenguaje, memorizó el diccionario. Malcolm estaba convencido de que detrás de las palabras y ejemplos plasmados en el diccionario norteamericano se escondía la naturaleza racista del lenguaje empleado por la sociedad estadounidense. La verdadera naturaleza racista de la sociedad se podía evidenciar en el lenguaje empleado por la mayoría de la población blanca cristiana y conservadora estadounidense, para Malcolm X el lenguaje construía una realidad.

Elijah Muhammad se dirige a sus seguidores, incluido Muhammad Ali, 1964

Tras salir de prisión, él ya no tan joven Malcolm, se unía a la nación del islam y en 1954 se transformaba en ministro de la mezquita de Harlem. Fue en estos años cuando Harlem se convirtió en la Meca de la vida revolucionaria de los negros en Estados Unidos. La contracultura empezaba a formarse y se aproximaban épocas de cambios radicales para la nación americana. La popularización de ideas socialistas y revolucionarias alimentaban los sueños de la población negra que, tras años de injusticias, estaban listos para reclamar dignidad[1]. Y, por su parte, Malcolm estaba listo para guiarlos.

Las ideas de Malcolm X

La osadía de Malcolm a la hora de hablar, su elocuencia e inteligencia, se convirtieron en un afrodisiaco para las y los futuros militantes de la Nación del Islam. Su discurso no estuvo exento de polémicas, Malcolm hablaba acerca de la autodefensa y de la violencia política como una forma valida de defensa por parte de la comunidad negra. Convencido de que las instituciones judiciales y policiales operaban en contra de los intereses de la comunidad afroamericana, realizaba llamamientos a los negros para que se armaran, haciendo uso de sus derechos constitucionales.

Sus críticos lo acusaron de promover el racismo, pero el líder religioso no comprendía la legitima defensa por parte de los negros contra supremacistas blancos como racismo. Sin embargo, si entendía el supremacismo blanco, los linchamientos hacia los negros, la segregación racial y la pasividad de las autoridades con estos crímenes, como actos de racismo.

Malcolm X se opuso categóricamente en contra de la integración de los negros en la sociedad norteamericana. Desconfiaba de todos los políticos blancos y de aquellos negros que promovían la mutua convivencia. Malcolm no veía a los liberales como aliados, si bien los progresistas de la época condenaban la barbarie racista que se vivía en los Estados del sur, hablaban poco o nada acerca de las condiciones del negro en el norte.

Mezquita No. 7 en Harlem, Nueva York, donde Malcolm X fue su imán y predicador. Autor: Pablo Lowry

Para Malcolm, los linchamientos y violencia del KKK en el sur era horrible, pero la pobreza y la marginación que vivían los negros en el norte no era algo menor. Malcolm conocía bien las formas de violencia que Estados Unidos ofrecía a sus ciudadanos “afroamericanos”. Su padre había sido víctima de la violencia racista y su impunidad, Malcolm y su familia vivieron la pobreza y la marginalidad por ser negros. En definitiva estaba convencido, no aceptaría algo menos que dignidad para su pueblo.

El descaro de exigir justicia y dignidad lo llevó a ganar poderosos enemigos. No pasó mucho tiempo para que los servicios de seguridad e inteligencia de Estados Unidos se percatarán de la amenaza que suponía Malcolm X para el estatus quo racial norteamericano. No estaban equivocados, la mente de Malcolm X se convirtió en un arma poderosa, el uso tan hábil de la retórica y lógica convirtieron a Malcolm en un imán para los jóvenes que buscaban romper las lógicas racistas de su país.

Los postulados de Malcolm X acusaban a Estados Unidos de tener un sistema racista en contra de la población negra. Veía en los valores tradicionales norteamericanos todas las cadenas que oprimían a los negros. Veía la democracia como una forma de dominación por parte de los burgueses blancos, veía el cristianismo y sus valores como una hipocresía, y veía el sistema económico capitalista como un mecanismo que buscaba la perpetuidad de las injusticias sociales. Coqueteó con las ideas socialistas y, si bien nunca se declaró marxista, veía una mayor igualdad racial en aquellas sociedades que se revindicaban como socialistas que en aquellas que decían ser “democracias liberales”.

La vida y lucha de Malcolm X terminó en 1965, para estas alturas Malcolm había abandonado la Nación del Islam debido a acusaciones de caciquismo y corrupción por parte de sus críticos dentro de la organización. Ya había regresado de su peregrinaje a la Meca en el cual se habría “curado del racismo”, con un discurso mucho más moderado Malcolm quería que las fuerzas progresistas y anti racistas (de cualquier color) unieran fuerzas en su lucha por mejorar la vida de los negros, pero la retórica violentista de Malcolm había dejado muchas heridas que seguían abiertas.

Martin Luther King, Jr. y Malcolm X se encuentran antes de una conferencia de prensa. Ambos hombres habían venido a escuchar el debate del Senado sobre la Ley de Derechos Civiles de 1964. Esta fue la única vez que coincidieron, su reunión solo duró un minuto.Fecha 26 de marzo de 1964

La comunidad negra defensora de los Derechos Humanos en Estados Unidos veía la imagen de Malcolm como controversial y divisora, muy pocas fuerzas progresistas querían una alianza con el hombre que dijo que los negros debían portar armas para defenderse del racismo estadounidense.

Malcolm fue asesinado el 21 de febrero de 1965, a manos de militantes de la Nación del Islam, antigua organización de Malcolm. Su intensa vida y lucha acababan, pero su legado no moriría en ese auditorio de Nueva York.

La conformación de milicias negras y organizaciones revolucionarias negras (tales como Las Panteras Negras) serían los principales herederos políticos de Malcolm X. A diferencia de Martin Luther King, Malcolm X no pidió convivir en armonía con los racistas que buscaban la subyugación de los negros en Estados Unidos, Malcolm X exigía a los negros que tuvieran el orgullo de ser negros, la dignidad de levantar sus comunidades y el valor de defenderse del racismo del cual eran víctimas.

El activismo político de Malcolm hizo que el islam se popularizara de forma exponencial en un país donde predominaban las corrientes derivadas del cristianismo. Elija Muhammad hablaba del islam como la única religión que podía tener la población negra, y Malcolm X hizo que ese mensaje llegara a todos los rincones de Estados Unidos.

Un letrero de la calle Malcolm X Boulevard (Lenox Avenue) en Manhattan, Ciudad de Nueva York. Fuente: Phillie Casablanca.

Hoy en día los problemas que vive la población afroamericana han evolucionado, sin duda existe la presencia del espíritu racista que combatió Malcolm en sus años, pero la brutalidad se ha reducido, aunque aún existan los fantasmas de la división racial en el país más rico del mundo. Los desafíos que vive la población negra en su búsqueda de justicia e igualdad deben ser enfrentados con organización por parte de las y los negros en Estados Unidos. Necesitan ver con claridad la realidad en la que viven y el ejemplo de Malcolm X puede ayudarles a dar con ella.


[1] https://peoplesworld.org/article/the-revolutionary-legacy-of-malcolm-x/

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