El nuevo camino de la UE
Aunque parezca imposible ahora mismo, aunque la situación en Europa sea la peor que se vive casi desde el final de la segunda guerra mundial, aunque estemos frente a un terrible conflicto armado que conlleva pérdidas humanas, crisis migratorias e importantes recesiones económicas en casi todo el mundo, puede que al final puedan sacarse algunas cosas buenas de todo este terrible momento que estamos viviendo. Puede que tras todo este desastre surja algo mejor de lo que había en Europa, un continente unido que pueda liderar de facto hacia un futuro mejor para todos.
Si dentro de todo este desastre que ha originado la invasión rusa al territorio ucraniano se puede extraer un factor positivo es, casi sin ninguna duda, que Vladimir Putin ha logrado lo que hasta ahora ningún factor ni interno ni externo a la UE había logrado, crear una corriente unida y una voluntad férrea común de todos los miembros y aliados de la Unión Europea frente a la agresión cometida a uno de sus vecinos.

A lo largo de su historia, la UE ha recorrido un duro camino hasta alcanzar la hegemonía mundial a nivel económico y democrático, pero durante los últimos años los retos han sido cada vez más grandes y preocupantes, incluso haciendo pensar que el proyecto común se tambaleaba.
El auge de partidos políticos euroescépticos dentro de los propios órganos de la UE o de sus instituciones, el evidente divorcio escenificado por el Brexit entre el Reino Unido y el resto del continente (problema que aún está lejos de resolverse debido a las discrepancias en las negociaciones de índole territorial, económico, etc.) la crisis energética y climática que exige una reacción inmediata por parte de los dirigentes y, en el plano político, la retirada de Merkel como líder indiscutible de la UE y cabeza visible, probablemente le presentó a Putin la foto ideal para retar una vez más la integridad territorial y política de la Unión, con el fin de fortalecer su propia figura en el plano internacional y debilitar la imagen de la UE frente a las demás superpotencias.
Las intenciones del presidente ruso Vladimir Putin parecen relativamente claras. Mientras por un lado reclama la defensa de los intereses de la población rusa y su categórico rechazo a la inclusión en la OTAN por parte de cualquiera de sus vecinos fronterizos, por otro lado, reta en el plano internacional a la Unión Europea con la idea de debilitar su postura y liderazgo en la geopolítica internacional, haciendo ver que es la OTAN el actor principal en la defensa del bloque occidental, y que las armas de negociación de las que dispone la UE no son determinantes.
Si bien Rusia había intentado en el pasado desestabilizar de diferentes formas el camino de la Unión Europea (sin ir más lejos, la invasión del territorio de Crimea en 2014, conflicto que comparte varias similitudes con el actual o, en un plano no bélico, los constantes tira y afloja en las recientes negociaciones por los suministros energéticos), en esta ocasión la respuesta de la UE no ha sido tan ambigua ni dudosa como en momentos anteriores.
Matteo Salvini, férreo defensor de las políticas antiinmigratorias en Italia, se ha desplazado a Polonia para apoyar a los refugiados que huyen de la invasión rusa. Allí, el alcalde de Przemysl ha querido recordarle su devoción por Putin. https://t.co/fPyDD53II7
— laSexta (@laSextaTV) March 8, 2022
La dependencia energética que la Unión arrastra con Rusia (sigue siendo el mayor exportador de gas de la UE y cabe la posibilidad de que siga siéndolo incluso después de las sanciones y la finalización del conflicto) y la incredulidad de los principales dirigentes europeos frente al avance de las tropas rusas hasta las fronteras ucranianas, retrasaron la puesta en marcha de las medidas a tomar (la Unión y sus dirigentes siempre confiaron en la vía diplomática como solución al conflicto y quisieron agotar esta vía hasta el final).
Sin embargo, en el momento en el que se ha confirmado la violación rusa de la integridad territorial ucraniana, amenazando con un conflicto a gran escala en todo el continente, la UE ha unificado criterios y decisiones coincidiendo en la imposición de sanciones de todo tipo con el fin de condenar y frenar la expansión rusa en territorio ucraniano y atacar de manera figurada (todavía en un primer momento sin una colaboración militar directa con Ucrania) al gigante ruso donde posiblemente más le duela, en su economía.
Si nos centramos algo más en el apartado específicamente económico, el rublo se ha desplomado en el mercado Forex casi un 30% frente al dólar y el euro, todo ello en únicamente un día, tras el anuncio de expulsión de algunos bancos del sistema de comunicaciones interbancario internacional SWIFT y la paralización por parte de la Unión Europea (UE) de las transacciones con el Banco Central de Rusia (BCR). El pasado lunes el rublo seguía en caída libre tras las sanciones británicas al petróleo y gas ruso.
Con el paso del tiempo y el desarrollo del conflicto, las sanciones se han intensificado y las medidas se han ampliado, siendo ahora el apoyo militar directo al ejército ucraniano por parte de países miembros de la UE y países aliados como los Estados Unidos, un arma directa contra el avance ruso en Ucrania. El envío de recursos militares y económicos para fortalecer la defensa frente a los invasores es ya una realidad, aunque aún se reclaman más esfuerzos por parte del Gobierno Ucraniano que resiste la defensa en Kiev.
El rublo ha entrado en caída libre, la Bolsa rusa está cerrada y la deuda puede entrar en impago técnico. Así están impactando las sanciones en la economía de Rusia https://t.co/wHYMhA3ISx
— EL PAÍS (@el_pais) March 3, 2022
Por el momento, ningunas de las medidas tomadas por parte del bloque occidental han sido suficientes para frenar el avance ruso en Ucrania. Más bien Putin las ha tomado como un reto, o “acciones no amistosas” frente a sus ambiciones, como las ha catalogado el propio presidente ruso. Pero las sanciones económicas y la firme oposición frente a la agresión rusa comienzan a tener sus efectos ya no solo en la estructura económica rusa, sino en su propia población, que comienza a perder la fe en su mandatario y a no encontrarle el sentido a una guerra en la que se han visto involucrados sin ningún tipo de consulta y bajo un pretexto que comienza a perder fuerza.
Con las medidas y sanciones mencionadas y con las negociaciones por la paz que ya se están llevando a cabo en Minsk entre los representantes del gobierno ucraniano y sus homólogos rusos, cabe la esperanza de que el conflicto no se alargue mucho más y que pueda llegarse a una situación pacífica lo más rápido posible pero ¿en qué situación quedaría la Unión Europea tras una posible resolución diplomática del conflicto? ¿Realmente estamos preparados para ejercer de líderes en el plano geoestratégico internacional? He aquí cuestiones de vital importancia para el desarrollo de las relaciones y conflictos internacionales en un futuro próximo.
La Unión Europea podría aprovechar el contexto actual surgido a raíz del conflicto militar en Ucrania, como una ventana hacia una proyección internacional que tenga una imagen de unidad y solidez. Si la Unión Europea quiere ser un agente realmente determinante en el devenir de las futuras relaciones internacionales y los conflictos que puedan surgir en un futuro, influyendo de una forma lo más diplomática y positiva posible en la resolución de estos, tiene que tratar de independizarse de cualquier influencia externa en el ámbito geopolítico.
Esto no significa perder la colaboración con sus aliados, sino perfilar una identidad propia e independiente que identifique y defienda sus propios intereses sin la necesidad de estar supeditados a terceros. Es posible que incluso sea necesario retomar la idea de un ejército europeo que dote de esta independencia y aumente el poder de negociación de la UE en el tablero internacional, dejando clara su posibilidad de maniobra frente a posibles agresiones externas.
Scholz anuncia que Alemania aumentará su gasto militar a "más del 2%" de su PIB por año https://t.co/BLpLDdiJtK
— EL MUNDO (@elmundoes) February 28, 2022
Desde la fundación de la Comunidad Económica Europea en 1957, el organismo que daría lugar a la Unión Europea, se han logrado importantes hitos en materia de cooperación internacional:
- Se ha logrado mantener la paz en la mayoría del continente con contadas excepciones.
- Se logró facilitar las condiciones necesarias para que los ciudadanos europeos vivan, estudien o trabajen en cualquier lugar de la UE.
- Se construyó el mayor mercado único del mundo.
- Y se ha luchado por ayudar y asistir para su desarrollo a millones de personas en todo el planeta.
Ahora, frente a los retos presentes en la actualidad, no solo en el ámbito de la geoestrategia sino también en materias como la economía internacional, el cambio climático o la defensa de los derechos humanos, la Unión Europea tiene el deber y la responsabilidad de erigirse como un líder internacional unido y fuerte que pueda afrontar de manera conjunta y eficiente los problemas que se le plantean.
Esta posibilidad es factible gracias al largo camino que hemos recorrido, en el que hemos aprendido a convivir entre naciones tradicionalmente enemigas, hemos aprendido a colaborar para tener una economía más sólida y de proyección internacional y hemos entendido que la mejor forma de avanzar hacia un futuro próspero es todos juntos en concordancia.
Quizá, a raíz de este conflicto, se haya dado el contexto necesario para ejercer ese liderazgo en el plano internacional y buscar un futuro mejor para todo el planeta.