EL RUMOR: Marruecos, Israel, la presión a EEUU y el Sáhara Occidental
Recientemente, en los informativos del día 4 de febrero el canal de televisión 13 de Israel anunciaba en hebreo lo siguiente:
Que el premier del país, Benjamin Netanyahu está maniobrando para que Washington reconozca el Sáhara Occidental como parte de Marruecos, a cambio de que Rabat reconozca al estado de Israel.

Para analizar la noticia conviene recordar varios hechos:
- El Sáhara Occidental es considerado por la ONU territorio colonizado, y en teoría está gestionado por su antigua metrópoli, España.
- Marruecos ocupó ilegalmente la mayor parte del Sáhara Occidental, hubo una guerra y tras los Acuerdos de Madrid de 1991, la mayor parte del país, y en especial su capital siguen en manos marroquíes y se está llenando de colonos de ese país.
- Que Israel no es reconocido por buena parte de los países musulmanes, incluido Marruecos.
- Que a pesar del no reconocimiento, muchos países musulmanes mantienen crecientes relaciones económicas y diplomáticas con Tel Aviv, incluido Marruecos.
En las dos ideas que siguen encuadramos las acciones del premier israelí, mientras que la tercera es solo una nota interesante.
Idea 1
La existencia «de facto» de Israel está plenamente consumada, sin embargo la cuestión jurídica del reconocimiento por parte de un buen número de países donde predomina el Islam termina por tener efectos tangibles, al dificultar a Israel mejorar su posición regional, establecer alianzas, o simplemente llevar a cabo actividades comerciales.
Idea 2
A lo anterior hay que sumar que, políticamente, cualquier nuevo reconocimiento del estado de Israel puede considerarse un «gol» político y diplomático.
Idea 3
Por último es interesante constatar la similitud de la relación Israel-Palestina y Marruecos-Sáhara Occidental desde el punto de vista del Derecho Internacional (DI) Público y en especial desde el reconocimiento de estados.
Sabemos que las relaciones con Marruecos en general han mejorado, y que de hecho Rabat ha adquirido tres drones del país hebreo hace unos días.
Parece que Netanyahu ha intentado esta misma maniobra en 2018 y 2019, tal y como han informado los canales 12 y 13 de Israel, sin embargo también parece existir una gran desinformación entorno a estas intentonas, con afirmaciones tan absurdas como la que sigue.

Quoting a senior Israeli official who was involved in arranging the meeting, the TV report [del Canal 13] said Netanyahu asked Bourita to advance the normalization of Israeli-Moroccan ties. He offered assistance for Morocco regarding Iran, the report said without elaborating.
Times of Israel 17-II-2019
Como nota interesante, todas las informaciones de relaciones Netanyahu-Marruecos parecen ser filtradas por los canales 12 y 13, que fueron creados simultáneamente en noviembre de 2017 y que forman parte del mismo grupo mediático, llamado «Reshet».
Cualquier manual de acción sicológica habla de como los gobiernos usan vías indirectas para enviarse «señales», como las filtraciones, pero esto mismo ocurre entre el gobierno y la oposición, o incluso entre rivales políticos en un mismo partido o entre instituciones que buscan justificar su trabajo o solicitar incrementos presupuestarios.
Sea como fuere, en general se habla de reuniones secretas entre el ministro de exteriores marroquí y Netanyahu en Nueva York en septiembre de 2018 tras la reunión de la Asamblea General de la ONU.
También se apunta al papel clave de un judío marroquí llamado Yariv Elbaz que tendría cercanía con el también judío Jared Kushner, esposo de la hija de Donald Trump.
Además, según los rumores, las presiones de Netanyahu al entonces Consejero de Seguridad Nacional, el halcón John Bolton, no surtieron efecto.
Pero la caída en desgracia de Bolton en noviembre de 2019 habría reavivado la actividad de «Bibi» quien se habría reunido con el Secretario de Estado Mike Pompeo con este mismo fin.
El resumen es que parecería que estamos ante una iniciativa política marroquí que afecta a una de las cuestiones nucleares de su política exterior (e interior).
Rabat estaría aprovechando la existencia de contactos personales de Elbaz con miembros cercanos al presidente de Estados Unidos, unido a algún tipo de acuerdo con el gobierno de Netanyahu para que sirva de mediador o facilitador ante la Casa Blanca.
Una iniciativa como la descrita es especialmente acuciante en el marco de, como apuntaba Guillermo Pulido, una creciente mirada crítica hacia Marruecos por la cuestión del Sáhara desde la ONU en general y desde el Consejo de Seguridad en particular.

El reconocimiento de estados es una cuestión muy importante en la política exterior de cualquier país y el Sáhara Occidental está en un limbo legal, lo que no obsta a que tácitamente tenga el DI a su favor.
Para Tel Aviv, más allá de los acuerdos puntuales que pueda haber alcanzado, esta no es una cuestión que deba preocuparle o que tenga mucho peso, más bien lo contrario, por tanto ¿qué están dispuestos a ofrecerle a Estados Unidos?
Para Tel Aviv esta es una cuestión menor, para la política exterior de Washington sería una cuestión de gran calado, y además sería una violación del DI, mientras que para Marruecos es un interés vital obtener este reconocimiento.
Así que la cuestión es: lo poco que está dispuesto a ofrecer Tel Aviv, sumado a lo mucho que está dispuesto a ofrecer Rabat, ¿sería suficiente para satisfacer lo mucho que pediría Estados Unidos a cambio de un reconocimiento así? Por ahora, la respuesta parece negativa.
No obstante, en el largo plazo la incapacidad saharaui para hacer lobby o conseguir la atención de los medios internacionales pesan lo suyo, al igual que la poca atención internacional prestada a este tema, y nunca se sabe si el azar de las relaciones personales podrían desembocar en un golpe de suerte para Rabat.