Elecciones 23J: España vota, Marruecos y el Sáhara observan
El Presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, sorprendía a la oposición y a la ciudadanía española convocando anticipadamente elecciones generales para el próximo 23 de julio. En el histórico español, los asuntos domésticos han dominado las campañas electorales, aunque, a causa de la guerra de Ucrania y otros acontecimientos internacionales, los españoles han pasado a dar una mayor consideración a la política exterior a la hora de depositar su voto.
La carta que el presidente Pedro Sánchez envió, el 14 de marzo de 2022, al rey Mohamed VI de Marruecos sigue siendo el secreto mejor guardado, al menos en su versión originalhttps://t.co/7hJLrYJJIo
— El Confidencial (@elconfidencial) May 9, 2023
El Gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos ha llevado una política exterior más activa que sus predecesores, cosechando grandes éxitos en organismos internacionales, especialmente en la Unión Europea, como muestra el ejemplo de la “excepción ibérica”. No obstante, la relación diplomática de Madrid y Rabat, teniendo como centro de gravedad la cuestión saharaui, ha constituido el “talón de Aquiles” de la política exterior socialista.
En 2021, la hospitalización en La Rioja de Brahim Gali, líder del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Saharaui Democrática, llevó a una “crisis migratoria” en Ceuta, al levantar las autoridades marroquíes los controles fronterizos en el enclave español.
El movimiento de Rabat forzó el cese de la entonces Ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Ayala, y conllevó el apoyo español al plan de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental como “la base más seria, creíble y realista”. Esta medida supuso romper con la postura histórica neutral de España en cuanto a la autodeterminación del pueblo saharaui, que hasta el momento se alineaba paralelamente con la tesis de Naciones Unidas.
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Este episodio llevó a que Argelia, principal aliado internacional del Frente Polisario, suspendiera el Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación (2002) firmado con España, lo que implicó congelar las relaciones comerciales y la subida de los precios del gas natural suministrado a nuestro país.
Argelia es un socio estratégico para España en el sector energético. A pesar de los exitosos esfuerzos españoles por diversificar las fuentes y proveedores de energía, Madrid todavía depende del gas magrebí: En 2022, Sonatrach, la empresa estatal argelina, bombeó el 24% del gas total importado a España.
La mayoría de las encuestas indican que Pedro Sánchez no revalidará su mandato, sino que los comicios darán como ganador al PP, el cual podrá gobernar con la ayuda necesaria del partido de extrema derecha VOX. Sin embargo, todavía puede haber sorpresas. No hay nada decidido hasta que se produzca el escrutinio oficial en la noche del 23J.
Son cuatro los principales candidatos que aspiran a llegar a la Moncloa: Pedro Sánchez (PSOE), Yolanda Díaz (Sumar), Alberto Núñez Feijóo (PP) y Santiago Abascal (VOX). A continuación, en base a los respectivos programas electorales, se analizan las diferentes medidas propuestas por cada una de estas formaciones políticas en relación al triángulo España-Marruecos-Sáhara.
Partidos Socialista Obrero Español
En el programa electoral socialista, solo se encuentran dos referencias, aunque correlacionadas, relativas a este asunto. En primer lugar, el PSOE reafirma el compromiso de España con alcanzar una solución mutuamente aceptable para el Sáhara Occidental en el marco de Naciones Unidas. Además, resalta el liderazgo de España como donante de ayuda humanitaria a los campamentos de refugiados saharauis.
Por otro lado, el texto ensalza la gestión del actual Gobierno respecto a Marruecos, hablando de una “nueva etapa en las relaciones bilaterales” entre Madrid y Rabat. No es baladí que el partido de Pedro Sánchez no haya incluido ninguna referencia a Argelia. Esta debilidad ha sido aprovechada por el Partido Popular.
Pese a la crítica de la oposición y sus socios de Gobierno, parece que el PSOE, en caso de gobernar en la siguiente legislatura, no dará marcha atrás y continuará cediendo ante las demandas del rey Mohammed VI. La política del “colchón de intereses”, aunque ha creado satisfactoriamente interdependencias económicas y políticas entre ambos, no es suficiente para frenar el afán expansionista marroquí.

A pesar de la buena sintonía entre Pedro Sánchez y Yolanda Díaz en una gran diversidad de temas, la cuestión saharaui ha sido un punto de fricción en el Gobierno progresista. Por ello, si la nueva formación de izquierdas llega al poder, revertirá el cambio de posición español y tomará todas las medidas necesarias para garantizar el respeto del derecho de autodeterminación del pueblo saharaui, siempre en el seno de Naciones Unidas.
Del mismo modo, Sumar afirma que defenderá el cumplimiento de los pronunciamientos de la justicia europea, en clara referencia al polémico acuerdo pesquero entre la UE – Marruecos. Además, en aras de la verdad, justicia y reparación, la coalición izquierdista propone la creación de una comisión de trabajo sobre la responsabilidad histórica de España con el pueblo saharaui.
Si bien la candidatura de Sumar parece ser la más comprometida con la excolonia española, no ha quedado exenta de controversia. La Vicepresidenta Segunda nombró a Agustín Santos Maraver, actual embajador permanente de España ante Naciones Unidas, como número dos por Madrid. Ante esta decisión, la organización Juventud Activa Saharaui exigió la expulsión del diplomático de dicho partido político, acusándole de cooperar con la ocupación ilegal marroquí. El Frente Polisario no se ha pronunciado todavía.
Comunicado de Juventud Activa Saharaui en respuesta a las declaraciones de Agustín Santos Maraver: pic.twitter.com/HoVwIcbEVc
— Juventud Activa Saharaui (@JV_ACTIVA_SH) June 24, 2023
Al igual que el PSOE y SUMAR, el PP reitera la necesidad de conseguir una solución política justa y duradera para el pueblo saharaui de acuerdo con las resoluciones de Naciones Unidas.
Asimismo, los populares ahondan en recuperar unas relaciones equilibradas con Marruecos y Argelia. En relación a Rabat, Feijóo busca una buena vecindad, pero no a costa del bienestar de Ceuta y Melilla (feudos populares). El hecho de que el presidente popular no haya desvelado si mantendrá la nueva postura española sobre el Sáhara inquieta enormemente a la monarquía alauí. Cuando el líder de la oposición es preguntado sobre si rectificará, éste se escuda en que desconoce los términos del acuerdo hispano-marroquí para no dar una respuesta contundente.
Los conservadores han puesto el grito en el cielo con la falta de transparencia del Gobierno con las Cortes Generales y por la disputa diplomática desencadenada. Sin embargo, el Partido Popular no ha presentado ninguna alternativa ni ha hecho público como va a conseguir devolver ese equilibrio entre las potencias magrebíes.
El partido de Santiago Abascal, siguiendo la denominada “Agenda España”, no hace mención al pueblo saharaui en su programa electoral, pero sí a Marruecos. En pocas palabras, VOX propone lanzar una guerra comercial contra Rabat en pro del sector agrario español y proteger la españolidad de Ceuta y Melilla, ciudades incluidas en el proyecto del “Gran Marruecos”. En comparación a las elecciones de 2019, el tono, aunque igualmente beligerante, lejos queda de la propuesta trumpista de construir un muro en la frontera española con Marruecos.
Las disparidades entre los principales partidos políticos españoles entorno a la autodeterminación del pueblo saharaui demuestra una vez más que la política exterior en España lejos queda de ser una política de Estado. El Gobierno salido de las urnas, sea PSOE-Sumar o PP-VOX, debe recuperar el equilibro Rabat-Madrid-Argel, buscar nuevas estrategias en sus relaciones con Marruecos y volver al sendero marcado por la ONU para encontrar una solución a la ocupación marroquí del Sáhara.