Elecciones decisivas en Polonia
El próximo 15 de octubre se celebrarán unas elecciones decisivas para la UE en Polonia. En juego está un posible tercer mandato de Ley y Justicia (PiS) algo sin precedentes en la política del país. Por otro lado, aunque las encuestas favorecen al partido gobernante, dibujan un escenario ajustado donde una victoria de la oposición también es muy real.

Escenario incierto
La mayoría de las encuestas de opinión pública muestran al PiS y a sus pequeños aliados, Polonia Soberana y los Republicanos, en cabeza. Sin embargo, su margen sobre el principal grupo de oposición, la Plataforma Cívica (PO) de centroderecha y encabezada por el expresidente del Consejo Europeo Donald Tusk, ha disminuido progresivamente desde las elecciones de 2019.
Esto significa que, incluso con una victoria del PiS, su capacidad para formar un gobierno funcional dependerá de otros factores. Por un lado, el sistema electoral polaco favorece a los grandes partidos, por lo que las opciones del PiS aumentan significativamente si alguno de los partidos más pequeños como la Confederación, la Izquierda o Tercera Vía se acaban quedando fuera del parlamento y viceversa.
Por otro lado, si la oposición más allá de Plataforma Cívica consigue un buen resultado, podrían tener opciones de gobernar bajo un acuerdo entre la Plataforma, la Izquierda y la Tercera Vía. Este es un escenario menos probable pero también posible a tenor de algunas encuestas.
Sin embargo. El actor más importante en estas elecciones y posible kingmaker es la Confederación. La Confederación es un partido de extrema derecha (etiqueta que ellos rechazan) que ha logrado en los últimos tiempos conectar con los jóvenes descontentos con el rumbo económico del país gracias a su mensaje libertario partidario de reducir en lo máximo posible el poder del estado.

En algunas encuestas la Confederación llega hasta el 14% y, aunque la tendencia apunta a un descenso de apoyos, esto les convertiría en decisivos para formar gobierno. Aunque a priori tienen más cercanía ideológica con el PiS, han basado su discurso en diferenciarse de la “vieja política” y su líder ha prometido no formar ninguna alianza con los dos partidos mayoritarios, lo que podría condenar al país a unas nuevas elecciones si el resultado no arroja ninguna mayoría clara.
Para la Confederación será clave la participación, siendo un partido que depende del electorado joven (que está históricamente más desmovilizado) una alta participación será decisiva si quieren tener éxito el 15 de octubre.
Respecto al partido líder de la oposición, Plataforma Cívica, plantean un giro significativo a las políticas del PiS. Liderado por el expresidente del Consejo Europeo Donald Tusk, el partido proponer reconducir las dañadas relaciones con la UE y con Alemania, acabar con las reformas judiciales del PiS y cumplir los requisitos para desbloquear los fondos europeos, actualmente retenidos, lo más rápido posible.
Además, respaldarían el derecho al aborto en el país, recientemente cuestionado por el Tribunal Constitucional. Según el escenario demoscópico actual, Plataforma Cívica no podría gobernar sólo en ningún escenario y necesitaría del apoyo tanto de La Izquierda como de la Tercera Vía.
Tercera Vía es una coalición de centro derecha que parte de la unión del Partido Popular Polaco y Polonia 2050. Su objetivo es presentar una alternativa al PiS moderada y que vira a la derecha al contrario que Plataforma Cívica, a quien perciben como un partido de izquierdas. Su discurso está más alejado de temas ideológicos y se centra en mejoras en el sistema educativo, sanitario o medidas climáticas.

Respecto a la UE, también proponen reconstruir las relaciones e incluso acelerar la adhesión de Polonia a la Eurozona. El partido también ha dejado clara su política de pactos electorales, pactarán con Plataforma Cívica y la Izquierda para tratar de desplazar al PiS del poder.
Sin embargo, en las últimas semanas están perdiendo apoyos y las encuestas les colocan en torno al 10-9%, una situación complicada teniendo en cuenta que la barrera electoral para las coaliciones en Polonia es del 8%. De sus opciones para remontar dependen buena parte de las esperanzas de la oposición.
Del partido de gobierno, el PiS, podemos esperar continuismo de sus políticas de los últimos años. Como es habitual, están tratando que la campaña gire en torno a la inmigración dónde se sienten más fuertes. La mayor amenaza para el gobierno estas elecciones no es tanto la acumulación de apoyos por parte de la oposición, sino la desmovilización de su electorado.
Con un escenario ajustado cada voto cuenta y desde el gobierno ya han puesto la maquinaria electoral en marcha para tratar conseguir que se quede en casa el menor número de gente posible. Para ello, han convocado el mismo día de las elecciones un referéndum con varias preguntas, donde destaca especialmente una sobre inmigración:
- ¿Apoya usted la recepción de miles de inmigrantes ilegales de Oriente Medio y África de acuerdo con el mecanismo de reubicación forzada impuesto por la burocracia europea?
Lo capcioso de la pregunta hace evidente los objetivos del PiS con el referéndum. No es más que una herramienta para tratar de movilizar a su electorado y reforzar su discurso. Los partidos de la oposición han llamado a boicotear el referéndum, que necesita de al menos un 50% de participación para ser considerado válido.
Queda poco más de un mes para unas elecciones decisivas en Europa. Polonia se ha ido convirtiendo en uno de los socios más díscolos de la UE y, junto con Hungría, es el país que peor relación mantiene con Bruselas. La guerra en Ucrania y su apoyo decidido a Kiev le ha servido para ganar cierto peso diplomático, pero lo cierto es que su oposición sistemática a las políticas de Bruselas hace imposible que puedan canalizar su influencia más allá de la guerra.
Esta situación cambiaría con un cambio de gobierno, si Polonia logra ser un actor constructivo en Bruselas su influencia aumentaría considerablemente y podríamos hablar de un cierto desplazamiento de la esfera de poder de la UE hacia el este. Además, un giro proeuropeo de Polonia aislaría definitivamente a Hungría, algo que tendría enormes consecuencias para la gobernanza de la UE en su conjunto.
En cualquier caso, este aún parece un escenario lejano pues todos los datos apuntan a una nueva victoria del PiS, aunque es cierto que el partido está experimentando cierto desgaste. ¿Será la oposición capaz de aprovechar el momento? Desde Bruselas estarán muy pendientes.