La desconocida diplomacia de Emiratos en Europa e India
Por Yago Rodríguez
Aprovechando el reciente nombramiento de Emiratos Árabes Unidos como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU vamos a hacer un repaso de la intensa y desconocida actividad de la acción exterior emiratí.
Cabe destacar que para ser uno de los 10 miembros no permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU es necesario obtener al menos 2/3 de los 190 votos de los Estados con derecho a voto. La votación es secreta y sirve para renovar a 5 miembros simultáneamente.

EAU ha logrado 179 de 190 votos y sustituirá a Túnez como único país árabe en el Consejo. Es una regla no escrita que un país árabe esté siempre presente. Pero más allá del altavoz que este puesto otorgará a Emiratos en asuntos tan importantes como Yemen o Siria, lo relevante es el consenso que ha logrado.
Este resultado puede ser considerado la guinda en el pastel de un bienio de éxitos políticos y diplomáticos en plena pandemia mundial, una guinda que solo ha sido posible gracias al consenso que el país ha despertado entre los Estados que forman la Comunidad Internacional, sin embargo este éxito viene trabajándose desde hace años. En este artículo analizaremos su acción exterior en Europa e India, y en otros posteriores explicaremos la enemistad con el Eje de los Hermanos Musulmanes, las relaciones con Washington, la diplomacia africana, y su acción exterior en Oriente Próximo.
Vayamos al viejo continente. Las ciudades de Emiratos fueron protectorados británicos, sin embargo a partir de la constitución del país la influencia de Londres se resintió en favor de un nuevo actor: Francia.

Ya en 1993 Emiratos firmó la adquisición de más de 400 tanques Leclerc frances convirtiéndose así en uno de los escasos adquirentes del diseño galo. Lo mismo podríamos decir de sus cazas Mirage 2000.
Pero ha sido la última década la que ha visto un gran salto en las relaciones bilaterales. Es probable que el "desacople" con Oriente Próximo de la era Obama y las Primaveras Árabes ayudaran a cimentar la relación franco-emiratí. Francia se ha convertido en el gran rival europeo de Turquía, país con el que Abu Dhabi mantiene malas relaciones, lo que ha motivado la colaboración con Grecia y Chipre en el Mediterráneo Oriental y Libia.

En 2009 firmaron la creación de la estación aeronaval de Camp de la Paix (Base de la Paz), desde donde operan la Marina francesa y el Almirante Jefe del Océano Índico. El complejo incluye la base aérea de Al Dhafra.
Interesantemente, EAU ha contribuido económicamente a la creación de Camp de la Paix indicando así la asociación estratégica con París. No en vano poco antes de la independencia en los años 70 algunos emiratos pidieron al Imperio Británico que mantuviera sus bases en la zona a cambio de jugosos pagos. Ahora es París quien se beneficia de subsidios de algunas decenas de millones.

La asociación Abu Dabi-París es tan importante que el servicio exterior emiratí no ha dudado en apoyar al país cuando ha sufrido atentados terroristas, apoyando incluso la intervención de las mezquitas, hecho que contrasta con la tímida reacción de otros países árabes. A cambio, Francia es un importante punto de apoyo para EAU ante la Unión Europea, más ahora después del Brexit.
Yendo al caso británico, la influencia y la larga sombra que proyectan los británicos aún tienen un gran papel en el imaginario de los emiratíes, quienes aprenden inglés, se educan en instituciones británicas, viajan al Reino Unido e invierten allí su dinero.
La Royal Air Force también ha realizado ciertos despliegues en bases emiratíes. En general destacan el poder blando y las intensas relaciones personales y económicas con Reino Unido, así como cierta cooperación industrial de defensa.
En el caso alemán los emiratíes se centran en las inversiones económicas, mientras que Italia es un socio prioritario de Qatar.
Para aquellos que sean más curiosos, España puede ser considerado un actor de tercera fila para Emiratos. Abu Dabi no parece estar muy interesado en explotar el trampolín español en Iberoamérica, nuestra economía tampoco ha atraído grandes inversiones más allá de algunos episodios puntuales, y nuestra política exterior pasiva y poco dispuesta a la proyección militar internacional tampoco atraen a Emiratos.

Frente a todo esto, Emiratos sí es un destino muy importante para las exportaciones españolas en Oriente Próximo, mientras que la ministra de Exteriores se ha esforzado en mejorar las relaciones con Abu Dabi realizando múltiples visitas, llamadas y comunicados conjuntos.
Finalmente, cabe reseñar la aceptación del rey emérito Juan Carlos I en territorio emiratí, hecho que bien podría deberse a la intermediación del gobierno español, o de las monarquías saudita o de Marruecos, o simplemente a un acto de generosidad de MBZ. Bien es cierto que desde que acogieron a Juan Carlos I EAU ha sido duramente criticado por este y otros hechos, involucrando al país en la enconada política nacional.
Otro actor fundamental es la India. En tiempos del Imperio Británico India era la joya del Océano Índico por ser el territorio mayor y más fructífero, al fin y al cabo, la influencia india en el Golfo se remonta a milenios: desde la construcción de las embarcaciones tradicionales, -los dhows-, hasta las comidas locales a base de arroz y especias. Incluso en la primera mitad del siglo XX, el comercio de perlas con la India representó la mayor parte de los ingresos de la economía emiratí. Hoy día la economía y la migración también son muy importantes.

Las buenas relaciones con el gigante indio son tan importantes que Abu Dabi se posiciona junto a Nueva Deli en el conflicto de Cachemira. Así es, mientras
casi todo los países musulmanes apoyan a Pakistán y a la separación de Cachemira (de mayoría islámica) Abu Dabi apoya la unidad de la India.
Adelanto una reflexión que me vengo haciendo desde los Acuerdos de Abraham. Emiratos se guía más por el interés nacional que por la lógica árabe o islámica, indicando así la construcción de un Estado nación más arraigado que el de otros países de la región. Asimismo, su política exterior es muy activa en Europa, África, Oriente Próximo y con las principales potencias mundiales.
Ante todo han sido capaces de mantener un provechoso equilibrio entre distintas potencias, lo que se traduce en un cómodo margen de maniobra político y diplomático, hecho que demuestra los 179 votos a favor y 11 en contra ante el Consejo de Seguridad de la ONU.

Dicho esto, todos los países mencionados tienen una importancia secundaria y limitada principalmente a las relaciones económicas, con la excepción de Francia y en menor medida de Reino Unido, así pues es interesante comprobar como economías menores a las de India o Alemania "golpean por encima de su peso", y poseen una influencia y un atractivo políticos desproporcionados gracias a su voluntad política y a su proyección militar.