Medio de comunicación independiente

Por Yago Rodríguez.

La importancia de esta cumbre es evidente, pero no así los engranajes de esta, y en particular aquellas palancas que permitirán a España adelantar sus objetivos de política exterior o quedarse enfangada y sin lograr éxito alguno.

Resulta obvio que la Cumbre girará entorno a la Guerra de Ucrania y la reordenación de la arquitectura de seguridad y política en Occidente, asimismo habrá otros asuntos de fondo; la admisión de Finlandia y Suecia, la presencia de países de Asia-Pacífico con el trasfondo del ascenso chino, la posible ofensiva turca en Siria...

Insignia de la OTAN. Fuente: NATO E-3

Pero lo que interesa a España se llama Flanco Sur, y por tanto este deberá estar "hasta en la sopa". Cada vez que se hable del mismo durante la Cumbre, España podrá anotarse un tanto.

Imaginemos que esto es un partido de fútbol con más de 27 equipos, 4 o 5 porterías -los objetivos de los distintos Estados- y una sola pelota. El tiempo de juego son las 48 horas de duración de la Cumbre. Meter gol en un contexto así es tremendamente difícil y exige mucha preparación del campo de batalla.

En particular, España debe haber sido capaz de movilizar a sus aliados naturales para sacar el Flanco Sur adelante, en este sentido Francia, Italia o Portugal y quizás Grecia y Turquía deben estar con nosotros.

Ante el Ucranocentrismo de la Cumbre y la necesidad de convencer a los aliados anglosajones o de Europa oriental, el hilo argumental más eficaz pasará por destacar la guerra híbrida rusa en África en general y el Sahel en particular.

Conviene detenernos en este punto. La Junta golpista que gobierna Mali o el gobierno de Burkina Faso dependen cada vez más del apoyo ruso, que ha instrumentalizado a los mercenarios de Wagner como herramienta de seguridad.

Wagner y el Estado ruso proporcionan armas y mercenarios -o lo que es lo mismo, seguridad-, así como liquidez y respaldo político a regímenes africanos débiles que se han enemistado con Francia y la Unión Europea.

Vladimir Putin planea usar las corrientes migratorias y el alza de precios y fertilizantes para presionar a los países norafricanos y a Europa. Las olas migratorias tendrán efectos sobre la política interior de los Estados y tienen el potencial de desencadenar dinámicas políticas impredecibles.

Al asunto ruso se suma el yihadismo saheliano -y en especial el auge del Dáesh- con lo que esta segunda baza servirá para reforzar a la primera.

España ha planificado cuatro grandes jugadas para alcanzar sus objetivos.

La primera pasa por el Concepto Estratégico que publicará la OTAN el día 29. Este documento es fundamental, ya que es un reflejo del sentir político de los aliados y permite definir las líneas maestras de la política adoptada por los funcionarios y por el secretario general de la organizaicón atlántica durante los próximos años.

Los adjetivos utilizados, el número de menciones o el espacio dedicado dentro del documento al Flanco Sur servirán para apuntar si España ha hecho los deberes y ha podido alcanzar sus objetivos. No obstante, este logro será inútil si no se ejecuta un esfuerzo a largo plazo para mantener al Flanco Sur en la agenda euroatlántica mediante iniciativas concretas.

En todo caso, se puede adelantar que el concepto de Flanco Sur y el de "amenazas híbridas" irán de la mano a lo largo del documento.

Una segunda jugada pasará por las relaciones personales culminadas mediante sendas cenas. El Museo del Prado acogerá la primera "cena euroatlántica" presidida por el presidente del gobierno, quien podrá así departir con Joe Biden y trasladarle nuestros objetivos.

La diplomacia española ha logrado que Jordania y Mauritania sean invitadas a la cena euroatlántica con el fin de estrechar lazos y avanzar la agenda española.

Asimismo, el día 29 tendrá lugar la cena de ministros de Exteriores de la OTAN, con lo que José Manuel Albares tendrá la oportunidad de hacer lo propio con sus contrapartes.
La tercera jugada pasará por un "non-paper" un documento guía estratégica de la OTAN en el que "habrá estrategia para el Flanco Sur" en palabras de José Manuel Albares. Este documento es importante, ya que resulta básico para que la OTAN puede planificar y desarrollar operaciones militares en la zona/región.

Cabe destacar que la diplomacia española -y en cierto sentido la de OTAN- reforzarán sus relaciones con Mauritania como socio estratégico para la proyección militar euroatlántica en el Sahel.

La última jugada se producirá durante la propia Cumbre, ya que una de las sesiones de presidentes de gobierno será dedicada exclusivamente al Flanco Sur.

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