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Ya han pasado 60 años de la fundación de Euskadi Ta Askatasuna: ETA y más de dos años de su desarme definitivo. Hasta los atentados del 2004 era la principal amenaza de España. Sin embargo, a raíz del crecimiento de la amenaza terrorismo internacional de índole yihadista España no quedó aislada pasó a ser un punto importante a tener en cuenta, convirtiéndose hoy en día en la principal amenaza.

En 2010, una sociedad conmocionada por atentados indiscriminados como los sufridos en 1987 y con la perspectiva de un posible diálogo con Euskadi Ta Askatasuna (ETA), las principales fuerzas políticas desarrollaron tres pactos antiterroristas: los pactos de Madrid, Ajuria Enea y Pamplona.

Los Pactos de Madrid se firmaron el 5 de noviembre de 1987 en el Congreso de los Diputados con cinco puntos. En ellos, los partidos firmantes (Partido Socialista Obrero Español, Alianza Popular, Centro Democrático Socialista, CIU, Partido Nacionalista Vasco, PDP, PL, PCE y Euskadiko Ezkerra) denunciaron principalmente la falta de legitimidad de ETA para expresar la voluntad del pueblo vasco. En el punto tercero, se expresó la intención de trabajar con las instituciones europeas con el objetivo de avanzar en la creación de un espacio judicial europeo en la lucha contra el Terrorismo y otras formas de delincuencia organizada. El Partido Comunista de España realizó una reserva expresa en dicho apartado.

El Pacto de Ajuria Enea, firmado el 12 de enero de 1988 y denominado Acuerdo para la normalización y pacificación de Euskadi, fue mucho más amplio que el anterior y consta de 17 puntos. En el segundo de ellos se destaca: “Frente a quienes pretenden que Navarra forme parte del régimen autonómico vasco al margen de la voluntad de los propios navarros y sus instituciones, proclamamos que sólo a los ciudadanos navarros corresponde decidir sobre su propio futuro.” Por este mismo motivo fue firmado en Navarra el 7 de octubre de ese mismo año.

Por último, el pacto conocido como Acuerdo por la Paz y la Tolerancia consta de diez puntos donde se reafirma el apoyo al Estado Democrático de Derecho, se rechaza la violencia como método de actuación política. Además, también se creó una Comisión integrada por representantes de los partidos firmantes del pacto para que, con la representación del Gobierno de Navarra, se elaborase un programa de acciones concretas en defensa de la paz y de la tolerancia cuya ejecución se encomendó al propio Gobierno.

Las conversaciones de Argel

Ese mismo año, el Presidente del Gobierno socialista, Felipe González, se sentó con la banda terrorista en las llamadas, Conversaciones de Argel. En ellas participaron por parte del Gobierno el entonces secretario de Estado de Seguridad, Argel Rafael Vera, y el delegado del Gobierno en Murcia, Juan Manuel Eguiagaray. Al otro lado de la mesa se sentaron los miembros de ETA, Ignacio Arkama (también conocido como “Makario”), Belén González Peñalba (“Carmen”) y Eugenio Etxebeste (“Antxon”).

Sin embargo las conversaciones se paralizaron el 24 de febrero, cuando un comando de la banda terrorista secuestró en el portal de su domicilio de Madrid al empresario inmobiliario, Emiliano Revilla Sanz, expropietario de la empresa “Chorizos Revilla”. El objetivo el secuestro era de carácter económico y el empresario fue finalmente liberado tras permanecer 249 secuestrado y cumplir el pago de 750 millones de pesetas.  

El 22 de enero del año siguiente ETA anunció la primera tregua de su historia provocando que el Gobierno socialista reanudase las conversaciones. La tregua duró tan sólo tres meses puesto que el Gobierno no aceptó las condiciones de los etarras y la banda anunció su vuelta a las armas.

La alianza PP-PSOE en la lucha antiterrorista

El 8 de diciembre del año 2000, el PNV y EA promovieron una estrategia que finalmente fracasó. La consecuencia fue la firma del acuerdo entre el Partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español que significó la creación de una Fundación en la que estaban representados ambos partidos y que coordinaba las actividad de las Fundaciones ya existentes.

En el noveno punto de dicho acuerdo se acordaba que el objetivo del mismo era “impulsar conjuntamente las libertadas y la política contra el terrorismo” exigiendo “una colaboración permanente entre el Partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español, que implica el intercambio de información, la actuación concertada en los ámbitos recogidos en el presente Acuerdo -reformas legislativas, política penitenciaria, cooperación internacional, movilización ciudadana e instituciones- y la búsqueda de posiciones conjuntas ante todos los acontecimientos que afecten a la política antiterrorista”. A tal fin, se creó una “Comisión de seguimiento que se reunirá periódicamente y en la que se integrarán representantes de ambas fuerzas políticas y, con el acuerdo del Gobierno, representantes de éste”.

El texto no encontraba demasiadas diferencias con el Pacto de Madrid ya que en ambos casos se pide la colaboración del Gobierno como responsable de dirigir la lucha antiterrorista. La gran novedad de se encontraba en que, por fin, se había logrado poner de acuerdo los dos grandes partidos del momento, PSOE Y PP en cuanto a la lucha contra el terrorismo nacionalista de ETA.

Los atentados del 11-S: nuevos retos, nuevas respuestas

Los ataques del 11 de Septiembre de 2001 pusieron de manifiesto la necesidad de una nueva Estrategia, que ningún país podía permanecer ajeno a la amenaza que el terrorismo global comportaba para las sociedades occidentales y que ETA ya no era la única amenaza terrorista en suelo español.

Dos años después, España confeccionaría un documento titulado “Nuevos restos, nuevas respuestas” en el que aparecería la imperiosa necesidad de encontrar respuesta militar y armamentística a las llamadas amenazas asimétricas. Todas estas nuevas estrategias se daban a nivel defensivo y militar; a nivel político, continuaban las negociaciones con ETA.

Casi un año después de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, el Gobierno de Jose Luis Rodríguez Zapatero reabrió el diálogo con la banda terrorista y 22 días después ETA anunció un alto al fuego indefinido y permanente. No hay que dejar de recordar los intentos de diálogo fallidos del Gobierno de Aznar, entre Eguiguren (nombre y cargo) y Arnaldo Otegi (Cargo).

Una vez que Zapatero fue investido en el Gobierno, el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, controlo las conversaciones. Paralelamente a estas conversaciones ETA y el Gobierno aprobaban la participación en el proceso en ciernes de un organismo mediador, el Centro de Diálogo Henri Dunant, radicado en Ginebra (Suiza) y con una amplia experiencia en conflictos armados. Entre el 3 y 12 de noviembre de ese mismo año, se inició una segunda tanda de negociaciones conocida como “Reuniones de Oslo” y, consecuencia de ello, el 22 de marzo ETA hizo público el alto el fuego permanente. Las conversaciones volvieron a interrumpirse el 30 de diciembre de 2006, cuando ETA colocó una bomba en Barajas, que costó la vida a los ecuatorianos Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palate.

Este hecho dio a entender que los objetivos de las reuniones eran muy diferentes para ambas partes, ETA buscaba la soberanía de Euskadi mientras que el Gobierno su fin era erradicar la violencia.

Estrategias de Seguridad Española: de 2011 a 2019

El 22 de junio de 2011, nace la nueva Estrategia Española de Seguridad, el apartado de terrorismo ocupaba de la página 49 a la 53.  En dichas páginas se afirma que “el final de ETA está más cerca que nunca”, añadiendo que “la única salida para ETA es el abandono incondicional de la violencia o su fin por medios policiales y judiciales.”

En siguiente apartado, ”Líneas estratégicas de acción”, se describe a una España fuerte frente a la lucha contra el terrorismo, debido a su dilatada experiencia frente al terrorismo de ETA y al terrorismo internacional.  Entre las medidas que se toman para la lucha antiterrorista, es la Creación del Centro Nacional de Coordinación Antiterrorista (CNCA), con participación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) e Instituciones Penitenciarias, y en colaboración con los Cuerpos de Policía Autonómicos y con órganos similares de la UE, de sus Estados miembros y de otros aliados estratégicos. Además, se suma la amenaza que supone el terrorismo internacional, haciendo especial mención al terrorismo yihadista. Para ello pretende seguir las líneas de acción de anticipación y protección. Por lo que aquí se comienza a girar la preocupación hacia el nuevo terrorismo global disminuyendo la preocupación al terrorismo nacionalista de ETA.

Estrategia de Seguridad Nacional de 2013

En 2013, nace una nueva ESN sustituyendo de esta manera a la anterior del 2011. Se divide en cinco capítulos y conserva el modelo que sigue la ESN anterior. En el aparatado de terrorismo, se habla de una derrota de ETA:

“España ha sufrido desde hace más de cincuenta años la crueldad y la sinrazón del terrorismo de ETA. La madurez de la sociedad española –con las víctimas como referencia ética-, la unidad de los partidos políticos, la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y de los Servicios de Inteligencia, el trabajo de los jueces y fiscales, así como la cooperación internacional, han logrado imponerse a la amenaza de la banda terrorista. La fortaleza del Estado de Derecho, la solidez de sus instituciones y la eficacia de las acciones implementadas han derrotado a ETA, sin perjuicio de que la democracia siga actuando y no baje la guardia hasta conseguir la disolución de la banda terrorista.”

Comprándolo con la estrategia del 2011, se observa el cambio de perspectiva del Gobierno, de  “El fin de ETA está más cerca que nunca” a “Han derrotado a ETA”. ETA anunció su cese definitivo el 20 de octubre de 2011, es decir, 4 meses posterior a la publicación del ESN del 2011, por ello califican la amenaza de la banda terrorista, como debilitada y llegando a sus últimos días.  A pesar de que no será hasta el 2017 donde ETA entregue las armas e incluso vuelva a publicar comunicados, en 2013 con el Gobierno de Mario Rajoy, ETA está más que derrotada.

Se vuelve a reafirmar en la ESN del 2013, la preocupación por el terrorismo internacional, y, en especial, de organizaciones terroristas como Al Qaeda en el Magreb Islámico. El grupo terrorista DAESH no había llegado, en ese momento, a independizarse de Al Qaeda, por lo cual, no se sabía de los enfrentamientos que existían entre Al Qaeda de Irak Y Levante y Al Qaeda central. Es cierto, que se comienza a mencionar, la preocupación por la posible radicalización de los emigrantes tanto de primera como de segunda generación, posteriormente se vio como Daesh supo captar la atención de jóvenes que no llegaban a integrarse dentro de las sociedades occidentales.

Estrategia de Seguridad Nacional de 2017

La Estrategia de Seguridad Nacional del año 2017, fue aprobada el 1 de diciembre. El órgano responsable se su elaboración fue El Consejo de Seguridad Nacional. Asimismo, fueron participes todos los ministerios; como también el Centro Nacional de Inteligencia (CNI). También colaboró un Comité Asesor independiente, compuesto por más de 50 expertos.

En dicha estrategia no queda lugar a duda que el terrorismo de carácter yihadista ha asumido dimensiones cada vez mayores, como principal protagonista de la escena global, Daesh. Sin embargo, ETA ya no es considera una amenaza:

“Con respecto al terrorismo autóctono, ETA ya no es una amenaza relevante gracias a la victoria del Estado de Derecho y sin perjuicio del trabajo constante de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en la investigación de los hechos criminales, la defensa de la memoria de las víctimas del terrorismo y la transmisión de una narrativa que resalte la lucha de la democracia frente al terrorismo.”

Estrategia de Seguridad Nacional de 2019

Aprobada el pasado 26 de febrero, se adapta a la nueva situación de la amenaza y conforma su contenido a la Estrategia de Seguridad Nacional de 2017. Posee una estructura de 4 pilares: Prevenir, Proteger, Perseguir y Preparar la respuesta.

Siguiendo la misma línea de la anterior ESN:

“El terrorismo yihadista sigue siendo la principal amenaza para nuestro país. El surgimiento, consolidación y declive del DAESH en la zona sirio-iraquí ha sido el factor determinante que ha marcado la actividad terrorista en los últimos años”.

Sin embargo, en cuanto a la banda terrorista ETA, el Estado Español se considera como vencedor y hacen hincapié en la desaparición del grupo:

“En el caso de ETA, se ha consolidado su desaparición como muestra de la victoria del Estado de Derecho sobre la barbarie terrorista. Los terroristas no han conseguido los objetivos para los que nacieron y se ha impuesto la democracia frente al terror, la fuerza del Estado de Derecho frente a la pretendida imposición de los violentos. En la vanguardia de la derrota de ETA han estado las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y los servicios de inteligencia, los funcionarios de prisiones y otros muchos servidores públicos, jueces y fiscales, un cuerpo legislativo optimizado y la sociedad en general, con el ejemplo ético y la dignidad de las víctimas del terrorismo y de sus familiares”

Como se ha ido analizando en la primera parte del artículo, los diferentes Gobiernos españoles llevaban a cabo diferentes métodos políticos para combatir a ETA. Se comenzó con los Pactos Antiterroristas, los pactos de Madrid, Ajuria Enea y Pamplona.

Posteriormente se intentó negociar con la banda, de forma fallida, la primera vez bajo el Gobierno de Felipe González, en la Conversaciones de Argel, y luego en el denominado proceso de paz del Gobierno de José Luis Zapatero. Entre medios, se dio un pacto entre las dos principales fuerzas políticas del momento.

A partir, de la caída de las torres gemelas, nace una nueva preocupación a nivel internacional, y España la introduce dentro de sus planes de seguridad. Sin embargo, ETA sigue siendo el principal foco de atención, hasta tal punto que los atentados del 11M, en un principio se barajeo la posibilidad de ser atentado cometido por los etarras.

En 2011, se comienzan a elaborar los Estrategias de Seguridad Nacional españolas, hasta la fecha existen tres, 2011, 2013, 2017 y 2019. En la primera ETA, está llegando casi a su fin, en la segunda ETA ya ha sido derrotada, y finalmente en el 2017 y 2019, ya no existe la amenaza de ETA. Las dos estrategias coinciden en la preocupación por el terrorismo internacional, en especial el terrorismo yihadista.

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