España toma el timón del Consejo de la Unión Europea ¿Qué desafios le esperan?
El 1 de julio comenzó la presidencia española del Consejo de la Unión Europea, que se extenderá hasta diciembre de este año. La presidencia, la primera española desde 2010, llega en uno de los momentos de mayor influencia española en Bruselas. Además, será la última presidencia completa de esta legislatura, ya que en junio de 2024 se celebrarán elecciones al parlamento europeo que interrumpirán la presidencia belga.

Para finalizar, el contexto electoral en el que España asume esta presidencia, con elecciones generales este mismo mes de julio, añade aún más excepcionalidad a un momento ya de por sí excepcional. ¿Cómo puede España aprovechar la presidencia?
Prioridades
La presidencia española se va a articular sobre cuatro prioridades principales:
· Reindustrializar Europa: Europa está viviendo un momento decisivo en cuanto a su competitividad industrial. Los altos precios de la energía provocados por la guerra de Ucrania junto con medidas como la IRA estadounidense han ahondado en una perdida de competitividad que ya venía dándose desde hace años.
En este sentido, la presidencia española pretende impulsar el debate acerca de la autonomía estratégica desde el punto de vista industrial y trazar las líneas maestras de la reindustrialización europea. España está bien posicionada para hacerlo pues desde Bruselas perciben claramente que este aumento de la competitividad europea pasa necesariamente por las energías renovables: La energía limpia y barata será el corazón de la industria europea en el futuro y en ese futuro España ya está mostrando liderazgo con su apuesta por las renovables.
· Transición ecológica: Relacionado con el último punto, las consecuencias del cambio climático pueden ser muy significativas para Europa, especialmente para el sur, lo que implica tener que soportar sus inevitables consecuencias climáticas, pero también sociales y económicas. Aquí la presidencia española tratará de impulsar la reforma de un mercado eléctrico, que desde España hace tiempo se considera inadecuado e ineficiente en las circunstancias actuales.
Europa sufre "alarmantes cambios del clima": se calienta el doble que la media mundial y bate récords de calor en 2022https://t.co/S8HEMYIGpt
— RTVE (@rtve) April 23, 2023
· La consolidación del Pilar Social Europeo: Desde muchas capitales europeas mantienen que la Unión Europea, para ganar legitimidad entre los ciudadanos, debe transcender su misión originaria económica y desarrollar un verdadero Pilar Social que preserve y extienda el estado del bienestar a todos sus ciudadanos. Para ello son fundamentales dos medidas a las que la presidencia española ha dotado de prioridad; la reforma de las reglas fiscales y la actualización del Marco Financiero Plurianual.
Respecto a las reglas fiscales estas provienen de un marco diseñado en un contexto de austeridad dónde había cierto consenso en torno a la idea de que el gasto se había disparado por encima de las posibilidades de los estados miembros y tocaba ajustarse el cinturón para sostener sus economías.
Sin embargo, el contexto actual ha cambiado: El diagnóstico sobre la crisis financiera de 2008 ahora se mira desde un punto de vista más crítico, además de que el shock económico que produjo la pandemia ha hecho ver que la intervención del estado y la inversión pública son fundamentales.
Los estados como España pretenden flexibilizar las reglas fiscales para garantizar la sostenibilidad de la deuda, pero también dejando margen para que la inversión pública sea uno de los motores de la economía. Otros estados, los conocidos como frugales (véase Países Bajos) no están por la labor de un cambio así y un acuerdo en este sentido es tan inevitable y necesario como dificil.
Holanda pide condicionar los fondos europeos a que España cumpla las reformas https://t.co/KfpfempLss
— EL MUNDO (@elmundoes) July 19, 2021
Respecto al Marco Financiero, la lucha en esencia es la misma. El MFP es el presupuesto de la UE que ya está comprometido hasta 2027, pero que cuando se creó (2021) existía un contexto significativamente diferente, por lo que se hace necesaria una actualización para apoyar medidas inesperadas como la reconstrucción de Ucrania.
Varios estados miembros no están por la labor y, de no actualizarse, implicaría que muchos programas ya definidos y presupuestados podrían perder sus fondos, que deberían recolocarse a cuestiones más urgentes si no se consiguen fondos nuevos.
Estos dos serán los principales problemas económicos a los que deberá hacer frente la presidencia española y en los que deberá invertir todo su buen hacer negociador para conseguir un acuerdo.
· Mantener la cohesión y la unidad europea: En el contexto actual, no es de extrañar que mantener la unidad en la UE sea una de las prioridades de la presidencia del Consejo. Es fundamental que la UE actúe con una sola voz respecto al conflicto en Ucrania, en sus relaciones con China o la hora de negociar con Estados Unidos. Sin embargo, las brechas a la unidad siguen ahí.
La invasión de Ucrania nos recuerda el motivo por el cual celebramos hoy el #DíaDeEuropa.
— Comisión Europea (@ComisionEuropea) May 9, 2022
72 años después, Europa está más fuerte y unida que nunca. Estamos todo unidos para apoyar a nuestros amigos ucranianos.
¡Feliz Día de Europa 🇪🇺!
🗣 Discurso de @vonderleyen pic.twitter.com/TXxF8SiDQb
Polonia, uno de los países que ha mostrado un apoyo más decidido a Ucrania, lo que le ha granjeado cierta reputación diplomática, continúa bloqueando cualquier acuerdo en materia migratoria en la UE y está muy lejos de volver a ser un actor constructivo en Bruselas. La situación con Varsovia refleja muy bien los límites de la unidad europea, especialmente cuanto más se prolongue la guerra.
En este sentido, España apoya también el proceso de ampliación, pero reconociendo la necesidad de reforma. Una Unión Europea con 30 miembros y operando con unanimidad simplemente no es operativa y parece que las posiciones poco a poco se van desplazando hacia una reforma del proceso de toma de decisiones en el que la mayoría cualificada haga paso a la unanimidad.
El problema es el de siempre, para acabar con la unanimidad hace falta unanimidad y en este momento no existe el consenso necesario para dar ese paso.
Conclusiones
La labor de la presidencia del Consejo de la Unión Europea no es tratar de imponer su posición sino hacer de intermediaria, mostrar capacidad negociadora y poder sacar legislación adelante. En el caso de España, más aún por ser la última presidencia completa de esta legislatura, ya que mucha legislación, si no se aprueba en estos meses, ya no tendrá tiempo para aprobarse.
Por eso mismo será una presidencia para cerrar cuentas pendientes, no hay tiempo para promover nueva legislación y la presidencia deberá centrarse en cerrar y llegar a acuerdos respecto a la que ya está sobre la mesa. España en los últimos tiempos goza de una buena posición y credibilidad en la Unión Europea para que pueda cumplir este papel de manera efectiva.

Sin embargo, la incertidumbre por el contexto electoral español puede lastrar la presidencia. El gobierno actual goza de simpatías y credibilidad en Bruselas, pero un cambio de gobierno con la presencia de ministros de extrema derecha puede dar al traste con las buenas relaciones e influencia que se han construido en los últimos años en Bruselas. Veremos si España es capaz de sortear estos obstáculos y estar a la altura de la expectativas.