Medio de comunicación independiente

Por Nacho del Olmo Delgado

El 12 de octubre de 1968 se proclamó la independencia de Guinea Ecuatorial, previo referéndum, hasta dicho día este territorio era una colonia española.

Antes de la independencia se realizaron elecciones que dan la primera presidencia a Francisco Macías, al poco tiempo forjó un carácter autoritario y convirtió su gobierno en una dictadura rompiendo todas las relaciones con la ex metrópoli.

La mala situación de Guinea Ecuatorial provocó en 1979 un golpe militar, Teodoro Obiang, comandante de las Fuerzas Armadas y sobrino del presidente, tomó el control del país. Podemos destacar que España, Francia y Estados Unidos ya tenían conocimiento acerca del preparativo de este golpe. El reconocimiento al nuevo gobierno por parte de España fue inmediato apresurándose a enviar un nuevo embajador a Guinea Ecuatorial y promoviendo la visita deJuan Carlos I a Guinea Ecuatorial. Obiang parecía una oportunidad de cambio para el país, afirmaba que el futuro de la nación no tendría sentido sin España, incentivando así la visita del presidente Suarez junto con el tratado de Amistad y Cooperación de 1981 en el que se otorgaba ayudas económicas al país.

Teodoro Obiang

El primer gobierno democrático, UCD, buscaba asegurar sus intereses y colaborar con el desarrollo económico y democrático de la excolonia. Las prácticas autoritarias no tardaron en aparecer, el PSOE, principal grupo opositor en 1980, fue crítico con la actuación de Suarez asegurando que estaba colaborando con un régimen que poco a poco iba adoptando características dictatoriales preocupantes. A pesar de las continuas violaciones de los Derechos Humanos, las ayudas siguieron llegando en 1982 a través de la “Conferencia Internacional para la Reactivación Económica y Desarrollo de la República de Guinea Ecuatorial”.

En octubre de 1982 el PSOE gana las elecciones con Felipe González a la cabeza, ahora pasaban del papel opositor al papel del gobierno. El año 1983 destaca por la grave crisis diplomática entre ambos países, tras un fallido golpe de estado perpetrado por Venancio Mikó que se refugió en la embajada de España, éste fue solicitado por Obiang que incluso amenazó con entrar ella.

Felipe González

España avisó que no iba a tolerar esto y puso en alerta a las fuerzas armadas situadas en Canarias para una posible intervención. Fernando Morán, ministro de exteriores, tuvo que viajar de urgencia a Malabo para la negociación de la entrega, asegurando que se cumplieran con los protocolos. Fue condenado a muerte pero su pena finalmente tras la intervención española fue de 20 años.

Existía una competencia entre España y Francia por asentarse en los planes de desarrollo del país debido a que Obiang jugaba a dos bandas para su propio beneficio, España reforzó la cooperación para no perder la influencia sobre su excolonia a manos de Francia mediante el Primer Plan Marco con duración mínima de cuatro años, pero no funcionaron. A este fracaso se sumó en 1987 la visibilidad de la corrupción y la falta de control total de las ayudas económicas que España otorgaba al país, con ejemplos claros como el banco Guinextebank, que se componía por capital mixto hispano-ecuatoguineano, que a pesar de las ayudas quebró con unas pérdidas muy llamativas, 1500 millones de pesetas.

La nueva oposición, PP e IU, se oponían a los planes españoles en Guinea Ecuatorial que siguió con la misma estrategia de fuerte cooperación y ayudas con el Segundo Plan Marco de Cooperación de 1990.

El contexto había cambiado, tras el fin de la Guerra Fría y la nueva política reformista constitucional para los países africanos el gobierno español incitó a Guinea Ecuatorial a un proceso democrático real con la convocatoria de elecciones y el respeto a los derechos humanos a cambio de no cerrar el grifo a las ayudas económicas

Las autoridades españolas visitaron en noviembre de 1991 Guinea Ecuatorial, Felipe González tuvo un recibimiento popular por parte de la población ecuatoguineana y aprovechó para manifestar la postura de España, promover la defensa del multipartidismo y la democracia en el país.

Pero todo siguió igual, Obiang no daba garantías democratizadoras y la postura autoritaria seguía consolidándose, ante esto la oposición presionó al gobierno para poner fin a la cooperación económica hasta no recibir garantías y cambios reales, la presión no solo era política, también la opinión pública se hacía eco de lo que estaba sucediendo allí, esto obligó al gobierno a pedir de nuevo a Obiang la democratización del país, la respuesta en septiembre de 1992 fue la detención de un periodista español y en octubre se produjo la detención de varios empresarios españoles acusados de intervenir en la política interna del país afirmando una actuación neocolonial.

Las presiones para la democratización del país por parte de estadounidenses y españoles hicieron algo de efecto en los noventa pero finalizaron en una falsa apertura democrática debido al boom del petroleo de 1996 que permitió sobrepasar este auge de democratizaciones y acercarse a EEUU gracias al oro negro.

La llegada del PP en 1996 se tradujo en un intento de mejora en las relaciones bilaterales con Guinea Ecuatorial, pero se fragmentaron tras las elecciones legislativas en 1999 debido a un claro fraude electoral que no mostraba garantías de mejoras democráticas. No duró mucho tiempo, pronto se retomaron las relaciones y las ayudas calcadas al anterior gobierno, ese mismo año tuvo lugar la IX Comisión hispano-guineo ecuatoriana en la que se firmó el acuerdo para la creación de un programa de ayudas para los tres próximos años.

Ahora el PSOE se encontraba en la oposición, su postura cambiaba, ante el acuerdo firmado por los dos países, el partido socialista, junto a IU y organizaciones como CCOO, UGT y el partido opositor guineano ASODEGUE, lanzó un comunicado en el que afirmaban que Obiang era un dictador corrupto y que la firma de este tratado de ayudas sin garantías democráticas suponía la aceptación de Obiang como hombre en Malabo. A pesar del creciente autoritarismo personalista del presidente Obiang y de los continuos ataques a los derechos humanos, en el año 2001 realizó su noveno viaje a España.

En este viaje asistió al II Congreso de la Lengua Española en Valladolid, tuvo una reunión con Aznar y otra con el rey Juan Carlos, visitas que le legitimaban más aún en el contexto internacional.

Para el año 2004 se produciría una nueva fragmentación entre los países, el motivo fue el intento de golpe de Estado contra Obiang, el país acusó a España, EEUU y Reino Unido de colaborar y apoyar el golpe, en el mismo periodo en el que se enjuiciaba a los golpistas con penas inhumanas, el primer ministro ecuatoguineano acusaba en la Asamblea General de la ONU a José María Aznar de apoyar el intento de golpe de estado.

José María Aznar

La llegada al gobierno de Zapatero fue en un momento en el que se veía mermada la presencia empresarial por diversos motivos. La reunión en Madrid entre Obiang y Zapatero en el año 2006 se saldó con la petición por parte del presidente español de la liberalización de los presos políticos, Obiang aceptó, pero nunca cumplió. Zapatero siguió la dinámica de los otros gobiernos españoles y para el impulso y la estimulación de la inversión española en la excolonia, en el año 2007 se abrió una Consejería de Economía y Comercio en Malabo.

El siguiente gran acontecimiento fue en 2009, el ministro de exteriores Moratinos y una comitiva empresarial visitaron Malabo, esta era la tercera vez que Moratinos visitaba el país, las dos anteriores lo prometido por Obiang nunca se realizó, esta visita pretendía dejar a un lado los últimos conflictos entre ambos y relanzar las relaciones de nuevo. Moratinos en la rueda de prensa recordó a Obiang las promesas incumplidas, Obiang mostró un tono esperanzador, en esos momentos llevaba más de 30 años en el poder, legitimó esto afirmando que el pueblo quería eso e incluso se atrevió a definir la palabra dictador, afirmando que lo era por dictar las normas y que esto no era malo. Aseguró también que no existían las torturas, pero añadió la palabra prácticamente a su argumentación.

El fraude electoral era el día a día en las elecciones ecuatoguineanas, en el año 2013, ya con Rajoy en el gobierno, el fraude en unas nuevas elecciones se hizo eco en la prensa española, el Ministerio de Asuntos Exteriores informó que no era posible evaluar dichas elecciones objetivamente ya que no se disponían de información transparente para ello, mientras el PSOE lanzó un comunicado en el que condenaba el fraude, Obiang afirmó que esto era una injerencia en su soberanía.

Mariano Rajoy

Obiang volvió a España en 2014, para asistir al funeral de Adolfo Suarez y siguió su agenda en Europa, impartió dos conferencias en Bruselas en la IV Cumbre UE-África en las delegaciones españolas del Instituto Cervantes y la Uned, organismos que dependen del Ministerio de Educación y cultura, a pesar de esto Rajoy eludió a Obiang para no verse comprometido. La situación cambió, Obiang invito a Rajoy en junio de ese mismo año a la XXIII Cumbre de la UA que iba a realizarse en Guinea Ecuatorial, el presidente español aceptó y se produjo el segundo viaje de un presidente español a Guinea Ecuatorial, en la cumbre, Rajoy sugirió de una manera sutil e intrascendente el respeto de los Derechos Humanos, también se produjo una reunión entre ambos en la que Obiang se posicionó a favor de la democracia y el libre mercado.

España ha sido el país que históricamente ha concedido más apoyo económico a los ecuatoguineanos en áreas como la educación, la sanidad y la cooperación cultural, ayudas no reembolsables y que han tenido un efecto nulo en aspectos de mejora social. Desde que el petróleo empezó a ser muy rentable la relación entre ambos fue rebajándose, ya no existía esa dependencia económica que mantuviera a Obiang en el poder, las ayudas no eran viables ni entendibles ya que atendiendo al aumento económico del país existían niveles propios de occidente a nivel económico.

Actualmente el panorama es muy distinto, la presencia de Estados Unidos y la reciente intrusión de China en África con el objetivo de expandirse y revocar la hegemonía francesa en la región, han hecho que la presencia española en Guinea Ecuatorial también se haya visto afectada ante estas dos potencias pudiendo ejercer menos presión sobre Obiang y sus atrocidades ya que se priorizan los intereses económicos. Los diversos actos que han permitido los gobiernos españoles solo han contribuido a un lavado de imagen que se publicita internacionalmente para mostrar una situación de normalización democrática que no se acerca nada a la verdadera situación de Guinea Ecuatorial

Parece que más que un vínculo especial entre España y su excolonia es más bien una relación obligada entre ambos, numerosos intentos desde España han sido usados para el interés personalista de Obiang lo que ha reducido a simples intereses económicos de inversión española empresarial muy acentuada en la primera década del siglo XXI. En el aspecto democrático los nulos avances han mermado los intentos españoles de solucionar esa deuda pendiente con el pueblo ecuatoguineano, ya que la mala gestión de la descolonización española, con la presencia de Manuel Fraga en el proceso de independencia, trajo consigo una serie de problemas internos que han tenido efectos hasta nuestros días. La presencia española en Guinea Ecuatorial no generó capacidades locales que permitirían el crecimiento de la sociedad y del país para mejorar las condiciones de vida de la población ecuatoguineana, imposibilitado la creación de elites internas o sociedades civiles que hicieran mejorar económica y democráticamente al país.

Estas repercusiones han sido un aliciente para la ayuda española en Guinea Ecuatorial, los gobiernos independientes han utilizado este lastre para asegurarse las ayudas de la ex metrópoli, esto se une al interés español en Guinea Ecuatorial, pero la fuerte presencia de Francia en la región permitió a Obiang jugar a dos bandas y sacar beneficios económicos y políticos que le han permitido permanecer en el poder en los peores años de la economía ecuatoguineana.

Respecto a las relaciones bilaterales mantenidas entre Guinea Ecuatorial y España encontramos como los diversos gobiernos españoles, a pesar de no observar resultados positivos, han apostado por el respeto de los Derechos Humanos y la implantación de la democracia en el país junto con la defensa de los intereses económicos españoles.

Esto no ha sido posible en ningún momento, pero aun así no se ha dejado de lado esta inversión, el boom petrolero ha hecho pasar de una dependencia de la excolonia a que esta última tenga intereses económicos en la región con los sectores petroleros y la construcción, de la dependencia económica total a los intereses españoles en el país.

Por lo tanto, podemos hablar de que Guinea Ecuatorial ya no depende de la ayuda española. La autosuficiencia económica ecuatoguineana ha permitido no atender las demandas históricas de democratización que tanto ha reclamado España. Esto produce una situación delicada para los últimos gobiernos españoles que se encuentran entre el interés de mantener vínculos privilegiados y las repercusiones que producen el abandono de la presión sobre la democratización de Guinea Ecuatorial y la defensa de los Derechos Humanos.

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