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Copyright de Maher Attar

Para la mayoría de los libaneses, y especialmente para los cristianos, la imagen de Francia se ha considerado desde el comienzo de su mandato en Líbano como una “madre protectora”. Después de la firma de Sikes-Picot, el sistema de mandato francés en Siria y Líbano que se implementó en 1923 era distinto al sistema colonial, ya que el país gobernante actuaría como fideicomisario hasta que los habitantes pudieran sostenerse por sí mismos.

En Siria, los franceses fueron considerados como intrusos y se enfrentaron a una fuerte resistencia, pero en Líbano fueron recibidos como protectores, especialmente por los cristianos. Por otro lado, cuando la guerra civil libanesa comenzó en 1975, las posiciones políticas de Francia estaban principalmente en contra de las milicias cristianas, especialmente cuando los medios franceses comenzaron a criticarlas y, en particular, al Partido Kataeb, también conocido como “los falangistas”.

Antes de la era de Internet, Sygma—una agencia francesa de noticias fotográficas tan importante como su homóloga estadounidense Gamma— envió a París fotos de la horrible masacre de Karantina que las milicias cristianas cometieron el 18 de enero de 1976 contra los musulmanes—que eran en su mayoría palestinos— y causaron la muerte de aproximadamente 1500 personas. Esta masacre causó una gran represalia y miles de cristianos fueron asesinados en la famosa masacre de Damour.

Las fotos mostraron a miembros de las milicias cristianas marcando una cruz en la espalda de sus víctimas. Se exhibieron en 14 páginas en la famosa revista francesa Paris Match, la cual causó fuertes reacciones por parte del público de opinión francés. Esto llevó al presidente francés en aquel momento, Valéry Giscard d’Estaing, a convocar a una reunión general extraordinaria que dio lugar a una legislación que estipulaba la equidad en las relaciones de Francia con las diferentes confesiones religiosas libanesas.

¿Cuáles eran las primeras relaciones entre Francia y Líbano?

Durante la época de la guerra libanesa, Francia adoptó una nueva política exterior que prohibía a su ejército intervenir en cualquier conflicto extranjero a menos que sus intereses estratégicos se viesen amenazados. Mientras tanto, los funcionarios libaneses no estaban al tanto de todos los cambios drásticos que el gobierno francés había adoptado y, a pesar de esto, la comunidad cristiana libanesa ha celebrado hasta hoy en día la primera misa después de Pascua elogiando el papel de Francia. Esta misa está presidida por el jefe de la Iglesia maronita y patriarca de Antioquía y todo Oriente.

Pese a que el gobierno francés decidió no involucrarse en la guerra civil libanesa de ninguna manera, los libaneses continuaron destacando el papel de Francia a través de la difusión del idioma francés y de la influencia de las escuelas y universidades francesas —como la prestigiosa Universidad Saint Joseph o la Universidad Saint Esprit Kaslik— por todo el territorio libanés. Por otro lado, las instituciones académicas estadounidenses se limitaron a unas pocas, como la Universidad Americana de Beirut o la Escuela Secundaria Brummana.

En 1977, las fuerzas disuasorias árabes entraron en Líbano sin que el gobierno francés interviniese de manera alguna. Estas fuerzas abandonaron el territorio libanés después de un tiempo; sin embargo, dejaron atrás al ejército sirio en tierras libanesas. Este fue un hecho desencadenante que, finalmente, llevó a la comunidad cristiana a darse cuenta de que Francia no los ayudaría de ningún modo y, en un movimiento desesperado por protegerse en esta compleja guerra civil en la que había varias partes involucradas, decidió pedir ayuda a Israel, un hecho que lamentarían más tarde.

Mientras tanto, muchos voluntarios franceses que pertenecían al Frente Nacional —es decir, sin apoyo del gobierno— se desplazaron a Líbano para ayudar a los cristianos, especialmente en los conflictos que se conocen como las “batallas de los zocos de Beirut”Francia siguió manteniendo una postura de indiferencia hacia lo que estaba ocurriendo en el país de Oriente Medio hasta la llegada del ejército general libanés al mando de Michel Aoun, que desarrolló en aquel entonces una fuerte relación con el embajador de Francia en Beirut, René Ala.

La realidad tras la guerra contra el ejército sirio: desde la década de los noventa hasta la actualidad

El 14 de marzo de 1989, después de un ataque por parte de Siria en el palacio presidencial de Baabda y en el Ministerio libanés de Defensa en Yarze, Aoun declaró la guerra contra el ejército sirio. Entonces, cuando el general Aoun —ahora presidente libanés— comenzó una guerra para liberar a Líbano dela influencia siriael embajador francés lanzó por su parte una campaña en Francia para salvar a la nación libanesa de la hegemonía siria. Este revuelo en Francia terminó cuando Aoun se tuvo que exiliar en el país europeo.

Cuando los aviones de combate sirios atacaron el palacio presidencial en Baabda el 13 de octubre de 1990, donde Michel Aoun estaba atrincherado con tropas leales al régimen, el general se refugió en el anexo de la embajada francesa al este de Beirut, desde donde pidió a sus unidades que se rindiesen al ejército sirio. Poco tiempo después de terminar la guerra, el presidente francés, François Mitterrand, advirtió que la seguridad de Aoun era una cuestión de honor para Francia. Por ello, con especial interés por su parte, concedió el exilio al general libanés.

Las relaciones entre Francia y Líbano se reanudaron alrededor de 1995 con el ahora fallecido primer ministro libanés, Rafic Hariri, que representaba los intereses del Reino de Arabia Saudí tanto en Líbano como en Francia. Hasta su asesinato, Hariri estableció una fuerte relación con el presidente francés de aquel entonces,Jacques Chirac. El presidente francés visitó a Hariri durante su deber como Primer Ministro. Por ello, Hariri, para mostrar su gratitud hacia Francia, celebró la Cumbre de la Francofonía en Beirut en 2001. No obstante, durante su estancia en Líbano, Chirac descuidó la tradicional visita presidencial al Jefe de la Iglesia maronita, un hecho que afectó considerablemente a los cristianos. Desde aquel entonces y hasta ahora, la difusión del inglés ha tenido una gran fuerza y acabó por sustituir al francés en el país de Oriente Medio. Además, las escuelas y las universidades estadounidenses se implementaron en todo Líbano.

Otra de las visitas del presidente Jacques Chirac al país de Oriente Medio fue para rendir homenaje a Rafic Hariri tras su asesinato el 14 de febrero de 2005. Después de este acontecimiento, Francia además contribuyó, entre otros países, a la retirada de las tropas sirias de Líbano. Sin embargo, las relaciones libanesas-francesas se desvanecieron hasta la última intervención, cuando el actual presidente francés Emmanuel Macron invitó al hijo del fallecido Rafic Hariri y al actual Primer Ministro libanés, Saad Hariri, a Francia después de que este renunciara a su cargo mientras se encontraba en Arabia Saudí en noviembre 2017. Esta intervención de Macron fue aclamada por todos los libaneses, no solo los cristianos, y Francia por una vez fue capaz de obtener la aprobación de todos. Tras esta visita, Hariri regresó a Líbano, suspendió su renuncia y siguió siendo el Primer Ministro libanés.

¿Cuál es la situación actual de Líbano? ¿Cómo es su relación actual con Francia?

En cuanto a la situación actual del país, Hariri y el gobierno libanés se enfrentan más que nunca a grandes desafíos para salvar a Líbano de la bancarrota. Con una deuda de 85,1 mil millones de dólares, el país está al borde de la ruina. Líbano ha acumulado tanta deuda que se ha convertido en el tercer país más endeudado del mundo. La deuda pública ha aumentado en más del 150 por ciento del PIB, lo que es insostenible según el Fondo Monetario Internacional. Líbano se ha convertido en una sombra de la nación que fue en el pasado, con una tasa de crecimiento que cayó a menos del 2% en 2018. Hace solo una década, la tasa de crecimiento anual superó el 9%.

Por otro lado, hay otros datos altamente significativos que afectan a la economía del país. Con una población de aproximadamente cuatro millones, Líbano alberga la mayor concentración de refugiados percápita del mundo: más del 40% de la masa demográfica del país. Esto ha creado una presión abrumadora sobre los servicios públicos y la estabilidad de la nación. Casi 2,5 millones de refugiados de Siria, Irak y Palestina han encontrado refugio en el país vecino.

La situación económica es muy crítica y la lenta respuesta del gobierno está poniendo en riesgo su relación con Francia. En abril de 2018 durante una conferencia en París, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, otras organizaciones internacionales y más de 50 países prometieron colectivamente otorgar 11 mil millones de dólares para ayudara Líbano.

En el pasado, la ausencia de un presupuesto nacional permitía importantes desviaciones en el gasto público, pero el gobierno ha actuado de manera correcta en los últimos tiempos para poder sacar unos presupuestos en la actualidad. El 19 de julio de este año, el Parlamento libanés presentó un presupuesto para racionalizar el gasto público.El documento del presupuesto de 2019 tiene como objetivo limitar el déficit a menos del 7% del PIB mediante la implementación de programas de austeridad y controlar la apropiación indebida de fondos públicos. 

Ahora el gobierno libanés debe apresurarse para salvar la economía del país y, de esta manera, demostrar a Francia y a todas las otras naciones que han contribuido que tenían razón al depositar su confianza en Líbano; de lo contrario, las relaciones entre el Líbano y Francia se podrían dañar para siempre.

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