GREEN DEAL
LAS IMPLICACIONES DEL PACTO VERDE EUROPEO, MÁS ALLÁ DE UN PAQUETE DE MEDIDAS CLIMÁTICAS
Este último año hemos asistido a un punto de inflexión en la acción climática en todo el planeta: mayor concienciación ciudadana y política, aparición de figuras como Greta Thunberg o donaciones de multimillonarios como Jeff Bezos para la lucha contra el cambio climático. Todo ello bajo la atenta mirada de la Unión Europea (UE) como agente internacional de gran relevancia.
Después de la inacción climática o de acciones consideradas insuficientes durante muchos años en la UE, tras la sucesión de Jean Claude Juncker como presidente de la Comisión Europea por Ursula Von Der Leyen, aparece un proyecto nuevo y en parte desconocido por muchos europeos, que es el EU GREEN DEAL o Pacto Verde Europeo. Pretende no solo transformar la acción climática europea sino también la economía.

El Pacto Verde Europeo fue presentado en la COP25 en Madrid como uno de los proyectos principales dentro de la agenda política europea de la presidenta de la Comisión, que lo ha denominado como “nuestro hombre en la luna” de Europa, por la importancia que representa tanto para la Unión como para el futuro climático. El objetivo principal es convertir a Europa en el primer continente con emisiones cero para el año 2050 y para ello se pretende transformar la economía europea en una economía más circular, limpia, sostenible y, ante todo, justa.
PERO ¿QUÉ ES EL PACTO VERDE EUROPEO?
Más que un proyecto de acción contra el cambio climático es la estrategia de crecimiento que seguirá la Unión Europea los próximos años y pretende transformar la manera en la que la Unión ha estado creciendo. La producción, el consumo, las distribuciones, el transporte, las infraestructuras, la energía… el Pacto Verde Europeo engloba todos los ámbitos de acción para poder reducir las emisiones, conservar el medio ambiente y los recursos a fin de poder mejorar la calidad de vida de todos los europeos.
A día de hoy el plan no está concretado pero algunas de las medidas clave son aumentar a un 50% o 55% las reducciones de gases para 2030, implantar una tasa al carbono en frontera, una nueva fiscalidad de la energía, un mecanismo de comercio de emisiones que incluya a sectores que estaban fuera como al transporte marítimo o aéreo, aumentar los coches eléctricos y sus puntos de recarga, reexaminar los reglamentos y planes nacionales en relación con la materia, la revisión del marco regulatorio para infraestructuras energéticas, el Mecanismo de Transición Justa para asegurar que todos los países miembros estén cubiertos por el proyecto y tengan una salvaguarda (especialmente aquellos más dependientes de los combustibles fósiles) y el Plan de Inversiones Sostenibles Europeo para incentivar las inversiones públicas y privadas, y proteger a las empresas que produzcan de forma limpia.
Todo esto estará respaldado en la “Ley Climática Europea”, anunciada junto al Pacto Verde Europeo, una ley que se formulará para hacer que todos los objetivos del Pacto sean alcanzados.
Una parte muy importante de este pacto será la política principal a seguir, sin que otras puedan disminuir su importancia. Esto supone un punto fundamental ya que el impacto y las presiones serán mayores para poder cumplir con sus objetivos. La uniformidad del Pacto Verde es clave.
Por lo tanto el proyecto de la nueva presidenta de la Comisión no es tan solo un paquete de medidas climáticas, sino que sus efectos y objetivos van más allá y pretenden transformar la economía y el modelo europeo. Los cambios principales se producirán en:
- Energía: uno de los sectores más contaminantes, con el 75% de las emisiones de la UE, sufrirá una de las mayores transformaciones al sustituir los combustibles fósiles por energías más limpias.
- Industria: es otro de los sectores más contaminantes por lo que su transformación será uno de los focos principales. La forma de extraer, producir y distribuir será cambiada a modelos más sostenibles.
- Movilidad: es el segundo sector más contaminante con el 25% de las emisiones. Mejorar las infraestructuras, los transportes públicos e incentivar los coches eléctricos serán, entre otras, medidas necesarias para alcanzar los objetivos.
- Inmuebles: La renovación y construcción de edificios mejor preparados y más sostenibles.
- Naturaleza: La biodiversidad y su conservación es fundamental por todos los beneficios que tienen sobre la vida humana.
- Sector Primario: De la granja a la mesa es uno de los lemas del Pacto, la agricultura y la pesca tienen que ganar en sostenibilidad, reducir pesticidas, potenciar las áreas rurales y no dejar que éstas se pierdan con los nuevos cambios.
- Economía y finanzas: todos estos cambios previos necesitan de cambios en la economía.
- En conclusión, fin de la contaminación y cero emisiones, convirtiéndonos en el primer continente neutro.
- Fuente: KREAB
IMPLICACIONES ECONÓMICAS DEL PACTO VERDE EUROPEO
Las estimaciones económicas referentes a los fondos necesarios para llevar a cabo el proyecto implican grandes cantidades de dinero, que provendrán tanto de la inversión pública como de la privada. Por otro lado, el Fondo de Transición Justa que utilizará fondos estructurales no será suficiente. Para ello el Banco Europeo de Inversiones será clave. Actualmente el BEI dedica un 25% de su presupuesto a proyectos climáticos, y se pretende que con el Pacto Verde Europeo se aumente hasta el 50% y posteriormente hasta un 75%. El BEI ha mostrado su compromiso con el proyecto y se ha querido desvincular poco a poco de los combustibles fósiles. En este sentido la fiscalidad verde que busca el Pacto será clave junto al BEI.
Los próximos presupuestos europeos que se están debatiendo serán fundamentales para el futuro del Pacto Verde, de ellos saldrá la parte monetaria destinada para este proyecto y determinará su rendimiento. Ursula Von Der Leyen ha pedido que se destine un cuarto de los fondos para el Pacto Verde con la advertencia de que en caso contrario ella no respaldará los mismos. El tiempo que tardan en decidirse estos presupuestos es crucial ya que aún tienen que acordarse otros muchos aspectos del proyecto que podrían verse influidos por aquéllos. Por otra parte, hay cierto desacuerdo entre algunos de los países europeos que apoyan el Pacto debido a la prioridad que se le tiene que dar y el dinero que quieren destinarle.
Asimismo, los daños que causa el cambio climático también tienen consecuencias económicas en la Unión Europea, por lo que el Pacto Verde supondría también una inversión para paliar esas pérdidas y mejorar las condiciones económicas en el futuro.
Todo esto nos muestra que el Pacto Verde tiene muchas áreas que concretar para ser efectivo y el tiempo apremia antes de la próxima cumbre del clima. La propuesta legislativa está a punto de llegar y de ella depende la hoja de ruta de todo el proyecto y, por ende, las consecuencias y estimaciones económicas definitivas. Hay expertos que mantienen que para poder aplicar las medidas de este proyecto será necesario un decrecimiento económico previo que permita la implementación de las disposiciones propuestas. Sin embargo, aún no hay concreciones en este sentido, pero en los próximos meses se irán desarrollando análisis y estudios más profundos.
LAS CONSECUENCIAS
Hay observadores que indican que a pesar de ser un proyecto ambicioso se queda corto para combatir el cambio climático. Es un proyecto de difícil consecución por todos los cambios que supone, pero a pesar de esto es muy positivo que se empiecen a plantear modelos alternativos como éste de cara al futuro.
Las clases más desfavorecidas son las más vulnerables a los efectos del cambio climático, aunque también son las que más sufren las consecuencias de las políticas que combaten estos efectos. El Pacto Verde Europeo podría suponer un aumento de las desigualdades dado que elevaría el precio de los combustibles fósiles, al igual que incidiría en la pobreza de las zonas rurales que dependen de este sector.
Hay una serie de países, Hungría, Polonia y República Checa, los llamados «rebeldes«, que dadas sus situaciones de desarrollo económico no ven viable apoyar este proyecto. Además Polonia, por ejemplo, es un gran dependiente de los combustibles fósiles ya que estos suponen casi un 80% de la producción de su energía.
Para este problema Ursula Von der Leyen dijo que el Fondo de Transición Justa apoyará a regiones como las de los países «rebeldes», siendo un mecanismo clave para hacer cambiar de idea a los países que no están convencidos y para contrarrestar las posibles desigualdades que se creen. De igual manera los préstamos y ayudas del BEI serán muy importantes para combatir estos problemas.
De la misma manera también habrá consecuencias para el comercio global ya que, como Europa es por sí mismo un gran actor comercial, las medidas internas que se puedan establecer afectarán al comercio con países terceros fuera de la Unión.
Algunos de los problemas concretos que se plantean son:
- Muchos objetivos pero poca acción. Se necesitan medidas concretas y estrategias para que estas acciones se lleven a cabo, por lo que se requiere un gran nivel de compromiso y apoyo entre los países europeos.
- Es una estrategia de crecimiento apoyada en el capitalismo que produce esos mismos problemas que intentan solucionarse.
- La velocidad a la que se desarrolla este Plan esta siendo más lenta de lo que sería óptimo.
Por último, las transformaciones también traerán muchas oportunidades económicas al nuevo modelo que se plantea, más innovación y modernidad. También si se cumplen los objetivos la calidad de vida de los europeos debería verse mejorada. Muchas protestas ciudadanas han mostrado que jóvenes y mayores están de acuerdo con las medidas políticas de este tipo, por lo que el Pacto Verde también ayudará a dar estabilidad política y cohesión.
Los próximos meses serán claves en el futuro de esta nueva hoja de ruta europea, en ellos se tienen que establecer y concretar todas las acciones, impactos, recursos y medios que lo constituirán, por lo que el futuro del Pacto Verde Europeo está por determinar.