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Hay una máxima militar que dice que el defensor suele contar con la ventaja. Clausewitz, en "De la guerra", señaló que la defensiva contiene la forma más poderosa de conducir la guerra debido a la capacidad del defensor para aprovechar el terreno y preparar posiciones. Esto es aún más cierto cuando nos referimos al combate subterráneo.

La brigada de paracaidistas de las IDF operando dentro de la Franja de Gaza para encontrar e inhabilitar los túneles terroristas de la red de Hamás y eliminar su amenaza a los civiles israelíes. Fuente: IDF Paratroopers Operate Within Gaza

En este sentido, el combate subterráneo que Hamás pretende librar con las Fuerzas de Defensa de Israel presenta desafíos únicos y requiere de tácticas, equipo y entrenamiento especializado. A pesar de la operatividad del Ejército israelí, a veces mitificada como parte de su disuasión, ha necesitado y necesita de un tiempo de preparación para abordar combates en un entorno tan extremadamente complicado. En este artículo vamos a conocer cuáles son los retos que las IDF están enfrentando en el subsuelo de Gaza.

Los túneles de Gaza y su función

La extensa red de túneles construida por las milicias palestinas en Gaza y parte de Israel es lo más parecido a una gigantesca red de metro, ya que hablamos de cientos de kilómetros. De hecho, así la llaman los militares israelíes, “el metro”. Ya en 2021, tras el fin de la escalada bélica de ese año, cuando las IDF se jactaron de haber destruido 100 km de túneles, el líder de Hamás, Yehya Al-Sinwar,afirmó que su red sobrepasaba los 500 kilómetros. Eso ocurrió hace dos años, por lo que la red en la actualidad, si damos por ciertos los datos de Hamás, podría no solo haberse reconstruido, sino ampliado.

Gracias al tipo de terreno blando y arenoso de Gaza, la excavación de los túneles es relativamente sencilla. Estos suelen tener unos 2 metros de alto y 1 metro de ancho y pueden alcanzar hasta 80 metros de profundidad, pero la mayoría son menos profundos, entre 20 y 30 metros.

La longitud puede superar los 2 kilómetros, estando revestidos de hormigón o de paneles prefabricados de hormigón para evitar que se derrumben y muchos cuentan con ventilación y conductos de aire, aunque esta puede eliminarse o no siempre es adecuada. Es por ello que los soldados israelíes, cuando se internan en ellos, tienen que recurrir a veces a equipos de oxígeno, respiradores y máscaras de protección química.

Acceder a los túneles no es fácil para el enemigo. Las entradas suelen estar ocultas en zonas civiles, como debajo de casas, mezquitas y escuelas, lo que dificulta que las fuerzas israelíes detecten y destruyan los túneles. También, Hamás utiliza diversos métodos para camuflar sus túneles allá donde no hay edificaciones, o incluso en estas, como cubrir las entradas con vegetación y utilizar muros falsos.

En el caso de que el túnel sea descubierto, el trabajo no está del todo hecho para acceder a él. Hamás coloca trampas y otros obstáculos en sus túneles para disuadir a las fuerzas israelíes de entrar en ellos. Una vez dentro, los palestinos pueden canalizar y controlar el movimiento de la fuerza atacante. Ralentizar y degradarla, al ser un combate de uno contra uno, perdiendo la ventaja numérica el soldado israelí en la estrechez del túnel.

Los túneles de Hamás están siendo usados ofensivamente en ataques sorpresa, permitiendo a las fuerzas palestinas infiltrarse y pillar desprevenidas a las unidades invasoras israelíes. Forma parte de la guerra de guerrillas a la que se ve obligada Hamás ante el desequilibrio de poder, aprovechando la protección y sigilo de los túneles para que pequeños grupos de combatientes ataquen y se retiren rápidamente usando la red subterránea y sus múltiples ramificaciones.

También facilita el transporte de armas y municiones a donde más se necesiten, con mucho menor peligro de ser interceptados por la aviación o las fuerzas terrestres del IDF. Por último, los túneles han servido para cargarlos de explosivos, atrayendo a las unidades israelíes a donde están plantados para su posterior detonación.

Pero, ¿por qué Hamás recurre al combate subterráneo? Aunque ya hemos dado algunas claves sobre ello, vamos a profundizar más en los elementos principales. Básicamente es rebajar el desequilibrio de poder entre Israel y Gaza, eliminando las fortalezas del IDF.

Orientación y navegación subterránea

Al menos para los atacantes, bajo tierra no hay puntos de referencia visuales como los que se encuentran en la superficie con los que poder localizar la propia posición en un mapa. Por otra parte, Hamás sí que debe de contar con señales de referencia para localizarse dentro de la red de túneles, junto con mapas.

Si bien es cierto que los israelíes han obtenido algunos de estos mapas, no sabemos el alcance de los mismos ni sus detalles. Por supuesto, la familiaridad de los milicianos de Hamás con la red de túneles es muy superior a la que pueden obtener los militares israelíes con un mapa y empezando a conocer las señales o referencias en la red de túneles.

El combate subterráneo también anula una de las principales ventajas tecnológicas de las IDF, la navegación por GPS. Los sistemas GPS no funcionan bajo tierra, ya que las características de la señal evitan que penetre. En este sentido, mientras Israel ha estado impidiendo la cobertura GPS o utilizando *spoofing contra Hamás, los palestinos consiguen los mismos efectos bajo tierra contra las IDF.

Punto de acceso a un tunel en la Franja de Gaza. Fuente: Ministerio de Asuntos Exteriores Israelí

Por último, la ausencia de luz en ciertos túneles hace que la orientación y el propio combate sean mucho más difíciles. Las gafas de visión nocturna habituales no funcionan, por lo que necesitan gafas térmicas, mucho más caras y menos abundantes que los intensificadores de luz.

Por tanto, no puede cualquier infante o zapador internarse en estos túneles, al menos, esperando hacer uso de su ventaja tecnológica como lo haría en el exterior. Han de recurrir a unidades especiales, ya que un militar no especializado, una vez que entra en los túneles, puede perder rápidamente el sentido de la orientación o cualquier noción del tiempo.

Degradación del C4ISR israelí

Uno de los principales puntos fuertes del ejército israelí y de los más difíciles de comprender es el C4ISR (Command, Control, Communications, Computers, Intelligence, Surveillance, and Reconnaissance). No será tan llamativo como el Iron Dome o el Merkava, pero es el factor diferenciador que lo hace superior a todos los ejércitos de la región. Tendremos que explicar qué es y qué significa para comprender este game-changer.

El C4ISR integra el mando, control, comunicaciones, computadoras, Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento proporcionando a los mandos y al conjunto del ejército una visión bastante completa y precisa del campo de batalla. Esto mejora la planificación y ejecución de operaciones complejas, la rapidez y precisión en la toma de decisiones y permite una respuesta coordinada y efectiva ante las amenazas. Las IDF pueden adaptarse más rápidamente a los cambios en el entorno operativo y a las acciones del enemigo, reduciendo la incertidumbre en el campo de batalla.

El C4ISR es, por tanto, un componente crucial de la capacidad militar moderna, proporcionando las herramientas y la información necesaria para operar de manera efectiva en los complejos campos de batalla actuales. El mejor ejemplo se dio en la Guerra de 2020 entre Armenia y Azerbaiyán. Los azeríes contaron con un C4ISR que sobrepasó a las anticuadas fuerzas armenias, que no fueron rivales en ningún momento.

¿Cómo se ve degradado el C4ISR en la guerra subterránea? Pues el ISR básicamente apenas llega bajo tierra. Es un agujero negro para la inteligencia israelí. Aunque tiene una red de sensores para ello (sísmicos, radares de penetración terrestre, etc.) la capacidad para recopilar datos es muy inferior a la que hay en superficie. Tanto es así, que Eado Hecht, analista de Defensa del Centro para Estudios Estratégicos Begin–Sadat, decía lo siguiente: ”La mayoría de nuestros éxitos en la búsqueda y destrucción de túneles en los últimos 10 años se han logrado robando mapas o capturando al personal involucrado en su excavación".

Por otro lado, el rango efectivo de las comunicaciones, una de las siglas de C4ISR, se reduce drásticamente bajo tierra. Esto hace que el concepto quede cojo y esa capacidad se vea reducida drásticamente.

La falta de comunicaciones puede llevar a una pérdida de coordinación entre las diferentes partes de una unidad o entre unidades distintas. La propia naturaleza del combate subterráneo implica la fragmentación de las unidades en elementos más pequeños. Ambas cosas hacen que aumente la carga para los líderes de las pequeñas unidades (escuadra, pelotón, sección) teniendo que tomar más decisiones por sí mismos sin el apoyo de los niveles superiores de mando.

Video de la visita del embajador Shapiro al túnel de Gaza en Ein Hashlosha, 17 de octubre de 2013. El embajador Dan Shapiro visita el túnel que penetra a Israel desde Gaza, demostrando el apoyo de Estados Unidos a la seguridad de Israel y su derecho a defenderse. "Me sorprendió lo que vi en el túnel. Está claro que este túnel tiene un solo propósito: llevar a cabo ataques terroristas contra civiles israelíes y soldados de las FDI". Crédito de la foto: Matty Stern/Embajada de Estados Unidos en Tel Aviv.

Aun así, siempre va a haber un mayor retraso en la toma de decisiones, en especial las críticas, ante la pérdida de conciencia situacional bajo tierra. Todo esto sin contar con la mayor probabilidad de fuego amigo por desorientación de las tropas.

Respuestas de Israel al desafío la guerra en el subsuelo

Israel dispone de una unidad especializada en combate en túneles subterráneos denominada "Samur”, que forma parte de la unidad de élite de ingenieros "Yahalom". La falta de efectivos suficientes para lidiar con los túneles de Hamás durante la Operación "Margen Protector" de 2014, ya hizo que en 2015 el tamaño de la que en principio era sólo una compañía se triplicara y que la entidad del "Yahalom" pasara de un batallón a una brigada.

El equipamiento de los miembros del "Samur" está enfocado en las peculiaridades del combate en los túneles: Utilizan el Micro-Tavor, con munición más pesada para reducir el riesgo de rebote en las paredes de hormigón; radares de penetración del terreno, aunque el suelo húmedo de Gaza no los hace muy adecuados; UGV (Vehículo Terrestre no Tripulado) para combatir, mapear o sellar los túneles; y perros como los de la unidad Oketz. Estos “militares caninos” pueden detectar entradas y bombas trampa, yendo por delante de sus compañeros humanos, llegando incluso a poder atacar a los milicianos palestinos.

De todos modos, el combate bajo tierra suele ser el último recurso. Ese es el consenso de los expertos israelíes. Se baja para rescatar rehenes u otras misiones de vital importancia, sino se opta por bombardear los túneles con bombas penetradoras guiadas por láser como la GBU-28 o se destruyen con excavadoras acorazadas D9.

Aun así, no se destruye nunca un túnel entero, sino a lo sumo, una sección de este. Nada que no pueda reconstruirse más tarde cuando las tropas israelíes vuelvan a casa. Es por ello que, si se quiere garantizar la seguridad de Israel frente a estos túneles, no basta con “cortar el césped”.


*Spoofing: Tipo de ataque de guerra electrónica para engañar a un receptor de GPS haciéndole "creer" que se encuentra en un lugar diferente al real. El spoofing de GPS generalmente se realiza transmitiendo señales erróneas de GPS a un receptor con una intensidad suficientemente fuerte como para superar las señales reales de los satélites de GPS. El receptor es entonces engañado para que use la información falsa.

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