Medio de comunicación independiente

Por Diego Duarte Valdivia

Capítulo I: comprendiendo el origen de las demandas y reseña histórica 1/2

Capítulo I: comprendiendo el origen de las demandas y reseña histórica 2/2

Capitulo II: La arista económica

Capitulo III: Las víctimas de la violencia en La Araucanía 1/3

Capitulo III: Las víctimas de la violencia en La Araucanía 2/3

Capitulo III: Las víctimas de la violencia en La Araucanía 3/3

Capítulo IV: Los caminos a la reconciliación, propuestas de paz y esperanzas a futuro

“El mundo indígena ha sido reconocido legalmente, tiene instituciones propias y legítimos representantes que deben ser escuchados como parte de este proceso. La autodeterminación indígena supone el reconocimiento de sus propias instituciones de adopción de decisiones y elección de legítimos representantes como parte del proceso constituyente”.

- Extracto de una carta firmada por 116 académicos y académicas exigiendo la participación de los indígenas en la redacción de la nueva constitución[1].

En los capítulos anteriores revisamos de forma exhaustiva la historia y desarrollo del conflicto mapuche con el Estado chileno, ahora nos toca revisar las posibles soluciones para este enfrentamiento.

En octubre de 2020, la encuesta Cadem publicaba los siguientes resultados:

Un 79% de los encuestados dijo que la solución al conflicto mapuche pasa por la vía política, un 73% de los entrevistados planteó que el uso de la fuerza no se justificaba para promover la causa y el 76% dijo creer que hay discriminación[2].

Estatua por la Paz Mundial, instalada en la plaza Cacique Colipí de Copiapó, Chile.

Una de las soluciones que han sido planteadas es la de formar un nuevo parlamento, como aquellos que sirvieron como instrumento de comunicación y entendimiento institucional entre el pueblo mapuche y el Imperio Español/Estado chileno.

En el año 2017, el intendente de la región de la Araucanía, Francisco Huenchumilla, planteaba realizar un parlamento ese año en conjunto a las autoridades mapuches, autoridades políticas del Estado y los candidatos presidenciales de ese año[3].

En agosto de 2020, Diego Ancalao Gavilán, destacado académico y columnista mapuche, proponía algo distinto a Huenchumilla. Ancalao acusaba al Estado de una deuda histórica con el pueblo mapuche, también denunciaba la instrumentalización de la “causa mapuche”por parte de políticos buscando candidaturas. Además, Ancalao planteaba que existía un camino, una esperanza para encontrar una solución al conflicto y saldar las deudas con el pueblo mapuche: El proceso constituyente[4].

Las esperanzas de la nueva constitución

Durante el Estallido Social de octubre de 2019, la bandera mapuche se convirtió en un elemento permanente en las protestas que sacudieron al país y en un símbolo del nuevo sentimiento de justicia social que despertaba en los corazones de los manifestantes.

En mapudungún se llama Wenüfoye, "Canelo del cielo", en referencia a uno de los árboles sagrados de la nación mapuche. El Wenüfoye fue acogida como bandera oficial de este pueblo originario después de que el Consejo de Todas las Tierras la eligiera en octubre de 1992[5].

El Wenüfoye estuvo presente desde el día uno de las protestas hasta el triunfo de la opción “Apruebo” en el plebiscito que preguntaba a los chilenos si deseaban una nueva constitución.

La presencia o reivindicación de emblemas mapuches en las manifestaciones dan algo de esperanza a que las problemáticas indígenas puedan ser abordadas y resueltas en la discusión de la nueva constitución.

Existen ejemplos a nivel internacional, en los años 70, en Nueva Zelanda, luego de demandas hechas por los pueblos originarios, se creó el Tribunal de Waitangi para revisar los reclamos indígenas e intentar encontrar soluciones a esas problemáticas, lo que trajo consigo una serie de políticas de reparación. En la actualidad, el pueblo maorí tiene escaños reservados en el Parlamento y se oficializó su lengua revitalizando la identidad indígena[6].

En efecto, no son pocas las voces que ya están planteando propuestas que puedan ser abordadas en la nueva carta magna chilena.

Una parte del pueblo mapuche ha tomado la decisión de impulsar la idea de un Estado plurinacional, mientras otro sector propone la creación de un gobierno mapuche independiente. Asimismo existe un último grupo que apunta a seguir con la estrategia del control territorial como forma de hacer política (sin participar activamente de la política institucional del Estado chileno).

Estos últimos forman parte de algunas comunidades mapuche que no ven en el proceso constituyente una solución real para los pueblos indígenas, tampoco creen en las certezas que se desprendan de la nueva constitución. Creen que solo sería un reconocimiento simbólico, un saludo a la bandera o un intento paternalista del Estado chileno con las demandas de este pueblo originario.

Cabe destacar que Chile ha suscrito diversos tratados que entregan garantías al pueblo mapuche, tales como:

· Garantía de ser titulares de derechos.

· Libre determinación de sus recursos naturales.

· Restitución de territorio.

· Derechos consagrados en la Declaración de las Naciones Unidas

· Convenio 169 de la OIT (Tratado sobre los Pueblos Indígenas y Tribales).

Para algunos autores, el Convenio 169 de la OIT tendría un papel protagónico en las discusiones sobre materia indígena en la nueva constitución. Si se consagra como ley, esta obligaría al Estado chileno a reconocer e incluir en el ordenamiento jurídico del país una serie de derechos que, por años, han sido postergados a los mapuches y cualquier otro grupo indígena en Chile.

Lo que nos permite pensar que una nueva Constitución gozará de legitimidad y será totalmente democrática solo si considera los derechos consagrados y reconocidos por Chile en el Convenio 169, los que nos lleva a concluir, además, que el reconocimiento constitucional no bastará, ni será suficiente[7].

Fuente: https://www.gob.cl/procesoconstituyente/

Sin lugar a dudas la problemática mapuche será un tema en las discusiones constituyentes en el proceso que se avecina para el pueblo de Chile.

Ya no hay excusas en las cuales esconderse. Se sabe la historia, se conoce el dolor, no se puede desconocer la injusticia, como tampoco se puede ignorar la impotencia.

Esta guía inicio con las palabras de la gran cantautora chilena Violeta Parra: “Arauco tiene una pena”.Las promesas y esperanzas que despierta el proceso constituyente puede que finalmente acaben con la pena de Arauco. Puede que, al final del proceso, deje de haber indios y huincas en el sur de Chile y, en vez de eso, existan mapuches y chilenos conviviendo en armonía, exista una economía que respete el medioambiente y los territorios sagrados, donde la violencia no sea una moneda de cambio para diálogos políticos y donde el racismo este erradicado.

Un Arauco que, en vez de pena, tenga la alegría de albergar en su corazón comunidades que son capaces de coexistir en respeto, alabando la justicia y comprendiendo que el único camino a la paz fue, es y será el entendimiento.


[1] https://www.ciperchile.cl/2019/11/29/sin-los-pueblos-indigenas-no-hay-nueva-constitucion/

[2] https://www.soychile.cl/Santiago/Sociedad/2020/08/10/668146/Cadem-79-dijo-que-solucion-a-conflicto-mapuche-pasa-por-la-via-politica.aspx

[3] http://www.proaraucania.com/wp-content/uploads/2015/08/Propuesta-Francisco-Huenchumilla.pdf

[4] https://debatesindigenas.org/notas/66-conflicto-estado-pueblo-mapuche.html

[5] https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-54689364

[6] https://www.latercera.com/reconstitucion/noticia/reconocimiento-de-los-pueblos-originarios-una-postergacion-constitucional/5KCSBGLPIBE5TH3AF3BOC5RJB4/

[7] https://elsiglo.cl/2020/08/11/la-nacion-mapuche-frente-a-la-nueva-constitucion/

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