Honduras, Taiwán y la ofensiva china sobre Centroamérica
El pasado 26 de marzo de 2023 Xiomara Castro oficializó la decisión de poner fin a los 82 años de relaciones diplomáticas ininterrumpidas con Taipéi. Honduras reconoce, según la nota de prensa del ministerio de exteriores, “la existencia de una sola China en el mundo", al gobierno de la República Popular China como "el único gobierno legítimo" capaz de representar a "toda China" y concluye que "Taiwán es parte inseparable del territorio chino".
La adhesión hondureña al principio de “Una Sola China” propuesto por Pekín supone un duro golpe para la independencia diplomática taiwanesa, que ve como sus aliados se reducen a 13 países.

Esta decisión de Tegucigalpa refuerza el rotundo éxito de la agresiva ofensiva diplomática que Pekín lanzó a mediados de los 2000 sobre las regiones de Centroamérica y el Caribe. Honduras se convierte así en el cuarto de los gobiernos centroamericanos que, desde 2017, decide abandonar a Taipéi y ponerse del lado de la República Popular.
Taiwán y Honduras: ochenta años de boyante amistad
Desde 1941, año en el que Honduras y la República de China establecen relaciones diplomáticas, el pequeño país centroamericano se había consolidado como uno de los aliados más fieles de la isla. Durante la presidencia de Juan Orlando Hernández (entre 2014 y 2022), el estrechamiento de las relaciones entre ambos estados se hace palpable y alcanza un punto álgido.
Las visitas oficiales se suceden, en 2016, 2017, 2020 y 2021; mientras que las ayudas y proyectos taiwaneses en la pequeña república americana crecen considerablemente. Por ejemplo, en 2020 se inaugura el vivero de aguacate de Comayugua, el más grande de Centroamérica y, un año después, veía la luz el Centro de Genética Porcina, también puntero en la región mesoamericana y que ponía el broche a un proyecto iniciado hacía más de treinta años.
Taiwán también se había convertido en un ávido donante de fondos para los proyectos institucionales hondureños, como el Plan Ciudad Mujer, el Programa Paz y Convivencia o el Plan Vida Mejor. Como curiosidad, Taiwán envío más de cuatro millones de bombillas LED en el marco del Programa Educación en Eficiencia Energética para iluminar los hogares hondureños.
Prueba de la cercanía entre ambos estados es que, en enero de 2021, los gobiernos de Tegucigalpa y Taipéi suscribieron el Memorándum de Entendimiento entre el Consejo Nacional de Inversiones y el Instituto de Información Industrial de Taiwán, con el objetivo de incentivar las inversiones taiwanesas en materia tecnológica.
Gracias Taiwán y a su Embajadora, @hsing_ingrid, por su generosidad y solidaridad con el pueblo hondureño, al donarnos 180 mil mascarillas para el personal de Salud que está en la primera línea contra el covid-19. https://t.co/nXsUHIQ23y
— Juan Orlando H. (@JuanOrlandoH) April 9, 2020
La accidentada relación entre Xiomara Castro y Taipéi
En Honduras este acercamiento con Taiwán nunca fue unánime y, de hecho, las elecciones de 2021 se convirtieron en un auténtico referéndum sobre el reconocimiento del país a la isla. Xiomara Castro, candidata a la presidencia por el partido Libertad y Refundación, prometió que, de ganar las elecciones, se adheriría a Pekín.
Las relaciones entre Xiomara y Taipéi siempre han sido tensas. Allá por 2009, cuando ejercía como primera dama del país, se produce un golpe de estado contra la presidencia de su marido, Manuel Zelaya. Según el líder golpista Roberto Micheletti, el pronunciamiento contaba con el beneplácito taiwanés. Es más, durante el propio golpe y según afirmaciones de la oposición taiwanesa, la embajada del país asiático se negó a dar refugio a Xiomara Castro, únicamente se ofreció a ayudar a su hija.
También subyacen razones ideológicas a la oposición de Xiomara para con Taipéi. Reconocida anti-imperialista y orgullosa miembro del Pacto de Sao Paulo, Xiomara siempre ha abogado por alejarse de los dictámenes estadounidenses en materia internacional. Por ejemplo, nada más llegar a la Casa Presidencial no tardó en revocar sendas decisiones tomadas por su predecesor, restaurando las relaciones diplomáticas con el gobierno de Maduro y volviendo a abrir las puertas a los médicos cubanos que trabajaban en el país.
La ruptura con Taiwán puede enmarcarse en este alejamiento del nuevo gobierno hondureño a los Estados Unidos, buscando un acercamiento a otros países de la región como Cuba, Venezuela, Nicaragua o Brasil.
Gracias Presidente Maduro. https://t.co/HPa4OQMJke
— Xiomara Castro de Zelaya (@XiomaraCastroZ) November 29, 2021
Sin embargo, durante los primeros trece meses de su presidencia, Xiomara no dio el paso definitivo. Durante esos meses no perdió la oportunidad de inaugurar nuevas salas de cuidados intensivos neonatales del Hospital San Felipe de Tegucigalpa, financiadas a base de dólares taiwaneses. Tampoco le tembló el pulso al demandar dos millardos y medio de dólares a Taipéi y, parecer ser que la negación de la República de China a plegarse al requerimiento hondureño, terminó por convencer a Xiomara de retirar el reconocimiento a la isla.
La ofensiva china sobre Centroamérica: infraestructura, deuda y planes inacabados
Desde 2005 y, especialmente 2015, la República Popular de China viene prestando especial interés en la región de Latinoamérica y el Caribe. Incentivados por las vastas riquezas naturales de la región y aprovechando la ventana de oportunidad que se abría tras el reordenamiento de las prioridades estadounidenses hacia oriente medio, Pekín decide lanzarse a aumentar su influencia en la región.
Además de esto, es importante destacar que hasta 2017 la región centroamericana constituía el bloque de países más significativo que seguía manteniendo relaciones diplomáticas con Taiwán, dándole la oportunidad al gigante asiático de cortejar a los últimos aliados de Taipéi.
A partir del año 2000, gracias al milagro económico del nuevo siglo, el peso de China en las economías centroamericanas se dispara, convirtiéndose para el año 2006 en el segundo socio comercial más importante de países como Costa Rica, Nicaragua o Panamá. En esta nueva realidad internacional el cortejo chino se reducía a las promesas de líneas de crédito muy baratas y planes para el refinanciamiento de la deuda, acompañadas de donaciones y regalos.

Por ejemplo, en Costa Rica, pionera en reconocer a China en 2007, Pekín construyó el Estadio Nacional de San José, con capacidad para 35.000 personas, y en 2008, le ofreció al gobierno de Oscar Arias un paquete de ayuda de 130 millones de dólares además de comprar 300 millones en bonos costarricenses.
A partir del año 2013, el anuncio de la Belt and Road Initiative (BRI) abre un nuevo campo para la intervención China en Centroamérica, una región afectada por una crónica falta de adecuada infraestructura. A las líneas de crédito baratas se le unieron las promesas de megalómanos proyectos para la región a base de talonario chino. De esta manera, al reconocimiento de Costa Rica le seguirán el de Panamá en 2017; el de El Salvador en 2018; el de Nicaragua en 2021; y el de Honduras en este 2023.
Sin embargo, la mayoría de esos planes y proyectos no han avanzado más allá de las mesas de diseño, como es el caso de la autopista San José-Limón, en Costa Rica, que uniría la capital con el caribeño puerto de Limón, donde China había prometido la construcción de una nueva dársena comercial de la que tampoco hay novedades. O la línea de alta velocidad Panamá City-Colón, que uniría mediante vía férrea la capital panameña con el país tico. Tampoco se sabe nada de la nueva planta de procesamiento de gas verde que debía construirse en la misma Colón.
My exclusive article in @CGTNOfficial on "Brazil President Lula's visit to China Mark's a new era of cooperation". https://t.co/kPsTAzwTvx
— Saud Faisal Malik (@SaudObserver) April 16, 2023
Al final, en todos estos casos, las dudas que se tienen con las empresas chinas, acusadas de no cumplir los reglamentos legales en materia de seguridad laboral y medioambiental; la ralentización económica tras la pandemia de COVID-19 y el miedo de los países a caer en la trampa de deuda con la que Pekín ha sometido a otros Estados como Sri Lanka han frenado la construcción de estos proyectos.
El complicado futuro de Taiwán en América Latina
A medida que la presión de la República Popular China aumente sobre los trece países que aún reconocen a Taiwán y, sobre todo, las ofertas se hagan más atractivas, parece difícil que estos puedan seguir resistiendo los cantos de sirena de Pekín. Sin embargo, también es cierto que, cuantos menos países haya, más podrá concentrar sus recursos Taiwán sobre sus escuetos aliados.
Sea como fuere, el debate está servido y, siguiendo la estela hondureña, las recientes elecciones paraguayas del domingo 30 de abril se perfilaron como un referéndum sobre la relación del país con Taiwán. El candidato opositor, Efraín Alegre, hizo campaña con la promesa de revisar la relación paraguaya con Taiwán, similar a la realizada por Xiomara Castro en 2021, prometiendo grandes inversiones en el país por parte de Pekín.
Sin embargo, la victoria del candidato del Partido Colorado, Santiago Peña, ha calmado las preocupaciones de Taipéi. El candidato oficialista, que contra todo pronóstico ha arrasado en los comicios, aleja, al menos de momento, la “cuestión china” del Palacio de López.
Taiwán respira aliviado y parece que, durante los próximos cuatro años, Asunción se mantendrá como el último bastión taiwanés en la región sudamericana.
Tenemos una relación histórica con Taiwán y ese es un vínculo que no tiene que cambiar. Nuestro desafío es seguir abriéndonos al mundo para que los paraguayos estemos mejor.#SantiEnCNN pic.twitter.com/uU41YD0bCf
— Santiago Peña (@SantiPenap) January 26, 2023