Medio de comunicación independiente
Fuente: Rojava Azadi

Tras meses de amagos por parte del gobierno turco de comenzar una operación militar en la parte de Siria que se autoproclamó Federación Democrática del norte de Siria, esta dio comienzo en las ultimas horas con escaramuzas armadas y el anuncio de toma de diferentes pequeñas localidades próximas a Girê Sipî

Si nos atenemos a las declaraciones de Erdogan, esta ofensiva tiene como objetivos derrotar erradicar la presencia tanto de Daesh como del Partido de los Trabajadores del Kurdistán cerca de sus fronteras, así como reubicar a los centenares de miles de refugiados sirio que actualmente están acogidos en el estado otomano.

Y si bien, tal y como se presenta la operación, a la misma se le podrían pone pocas objeciones, sin embargo, nadie duda de que la realidad subyacente es otra, lo que ya en primera instancia provocó una amenaza nada velada del presidente de Estados Unidos al gobierno turco, que ha sido acompañada por advertencias de varios países y organismos internacionales.

Ya que, si la intención de Ankara es combatir el integrismo islámico militante que representa Daesh, Turquía tuvo una oportunidad magnifica los años precedentes, en las que estos yihadistas controlaban una parte sustancial de Siria incluyendo cientos de kilómetros de frontera entre ambos países.

Sin embargo, Turquía solo se animó a intervenir con una operación limitada contra Daesh para frenar el avance de la Fuerzas Democráticas Sirias, que a la sazón es una organización paraguas de la milicia kurda de Siria conocida como YPG, y que amenazaba con enlazar los cantones de Jazira y Kobani con el de Efrin.

De hecho, en la actualidad la presencia de Daesh en la zona se limita a los yihadistas ocultos en el desierto fronterizo con Iraq y a los militantes y familiares recluidos en el campo de prisioneros y desplazados de Al Hol, bajo vigilancia de las FDS, y que se encuentra a varios centenares de kilómetros del lugar donde Turquía ha comenzado la ofensiva.

Por otro, lado la pretensión de crear un buffer de seguridad de 30 kilómetros de profundidad para evitar el lanzamiento de cohetes de milicias kurdas tiene diversos peros por su indefinición y por la forma en el que este se quiere llevar a cabo desde el gobierno y el ejercito turcos.

Y es que Ankara no cuenta con la autorización del gobierno sirio, ni el de ningún organismo internacional. Además, tal y como está demostrando en un cantón de Efrin que controlan desde hace meses, tanto el ejercito como las “milicias rebeldes sirias” afines no suelen tener muy clara la diferencia entre un civil desarmado y un miliciano kurdo armado.

Este ultimo aspecto, de cara a la zona de seguridad que pretende crear Turquía es relevante ya que los susodichos 30 kilómetros de profundidad en los cantones de Jazira y Kobane albergan a la gran mayoría de la población kurda, lo que una represión generalizada contra estos podría pretender una expulsión masiva de población y su sustitución por refugiados sirios.

De momento es pronto para ver que derroteros tomará el plan de Erdogan y si las advertencias de Estados Unidos y la Unión Europea caen en saco roto ya sea por que están han sido expresadas por postureo de cara a sus ciudadanos o por simple incapacidad de llevar a cabo una represalia.

Te has suscrito correctamente a The Political Room
¡Bienvenido! Has iniciado sesión correctamente.
¡Excelente! Te has registrado correctamente.
¡Éxito! Su cuenta está completamente activada, ahora tiene acceso a todo el contenido.