Indonesia, ¿un nuevo tigre asiático?

La República de Indonesia cada vez tiene mayor influencia en el área de Asia-Pacífico. Su relevancia estratégica en términos energéticos y económicos, en combinación con su peso demográfico y geopolítico, ha consolidado a este país como uno de los principales mercados y tigres asiáticos. Indonesia es hoy la mayor democracia islámica del mundo y la economía más grande del Sudeste Asiático.

Tras su exilio, regresó a Indonesia y con Muhammad Hatta se firmó la proclamación de la independencia en agosto de 1945. Esta independencia no fue reconocida por los Países Bajos y se inició una Revolución nacional desde dicho año hasta 1949. Tas una sangrienta guerra, Indonesia lograría ser reconocida como un Estado soberano e independiente.
Antes de lograr la independencia, Sukarno difundió en un discurso una nueva doctrina llamada pancasila. La pancasila se articuló en torno a cinco principios: la creencia en un único y verdadero Dios, la deferencia de una humanidad justa y civilizada, la unidad de Indonesia, la promoción de la democracia deliberativa basada en la sabiduría interior de los representantes del pueblo y la justicia social para las gentes de Indonesia.
El pancasila se ha mantenido como la ideología del Estado durante todo el siglo XX hasta hoy en día. Además, ha sido importante para cohesionar el fracturado archipiélago y una voz disidente con el sistema bipolar de la Guerra Fría. En 1955, Indonesia fue la huésped e impulsora de la conferencia de Bandung, que estableció el Movimiento de Países No Alineados.
La Indonesia poscolonial se caracterizó por una elevada inestabilidad política, a la que Sukarno trató de responder instaurando una frágil “democracia guiada” en 1959. Asimismo, la división ideológica entre el Partido Comunista de Indonesia (PKI por sus siglas) y las Fuerzas Armadas indonesias dio lugar a un clima enrarecido.
La democracia guiada de Sukarno había generado malestar entre las potencias occidentales y algunos sectores del Ejército, fruto de esta inestabilidad, en 1966, Suharto logró obtener por la vía de la fuerza toda la autoridad del país.
Durante los treinta años que gobernó Suharto se emprendieron medidas de liberalización de la economía, que permitiría que Indonesia comenzara un despegue económico que duraría décadas. Este progreso económico fue a costa de un mandato enturbiado por una corrupción escandalosa, un ejercicio acostumbrado al uso de la violencia, y una política territorial de integración y centralización que trajo consigo diversos choques con movimientos secesionistas en Nueva Guinea y Timor Oriental.

Este primer despegue económico indonesio se vio truncado con la crisis del Sudeste Asiático. La devaluación de la moneda tailandesa en 1997, exacerbada por la aplicación de las recetas de austeridad del FMI, causaría enormes destrozos en la economía indonesia. El PIB se contrajo en un 14%, la pobreza aumentó de 20 a 80 millones de personas en un año y el ciclo de crecimientos cercanos al 7% del PIB alcanzados en los años precedentes experimentó una caída drástica.

En 1998, Suharto se vio obligado a abandonar el poder debido a las protestas y fue sustituido por su vicepresidente Bacharuddin Jusuf Habibie. Habibie recurrió a los tecnócratas económicos para hacer frente a la crisis financiera.
En los últimos años, Indonesia atravesó un importante cambio estructural con la celebración de las primeras elecciones democráticas en 2004. Durante estos años, Susilo Bambang Yudhoyono, el candidato del Partido Democrático (SBY) fue el primer presidente elegido democráticamente.
Durante el mandato del SBY, la producción de carbón, aceite de palma y azúcares aumentó significativamente, impulsando la economía indonesia. No obstante, esta liberalización tuvo resultados limitados en temas cruciales para la sostenibilidad fiscal y fue limitada por la corrupción endémica del país.
En el plano internacional, el SBY aprovechó la posición de Indonesia como enclave colindante a las transitadas rutas comerciales marítimas del Indo-Pacífico, y estableció asociaciones estratégicas con China, India y EE.UU. Además, mantendría una línea de no injerencia con la política de los “mil amigos y cero enemigos” y una posición favorable a potenciar su comercio exterior e inversiones.
En 2014, llegaría al poder el outsider Joko Widodo, conocido como Jokowi, prometió una transformación profunda del tablero político nacional. Una de las prioridades de Jokowi era relanzar el crecimiento económico del país hasta un 7% del PIB, facilitando la inversión y el emprendimiento, a través de la atracción de capital extranjero e industrias tecnológicas.

Jokowi no ha podido evitar la ralentización de las tasas de crecimiento y reducir la brecha de infraestructuras que sufre el país. Hoy en día, el 80% del crecimiento económico indonesio se genera en su parte occidental.
Bibliografía:
- Encyclopedia.com. 2020. Mohammad Hatta | Encyclopedia.Com. [online] Available at: https://www.encyclopedia.com/people/history/southeast-asia-history-biographies/mohammad-hatta
- Indonesia-investments.com. n.d. Asian Financial Crisis - Cause & Effect | Indonesia Investments. [online] Available at: https://www.indonesia-investments.com/culture/economy/asian-financial-crisis/item246?
- Mourelle, D., 2017. Indonesia, una potencia islámica dormida en el Sudeste Asiático. El Orden Mundial, [online] Available at: /ghost/#/editor/post/5f06fd793f81010001fb511a