Kazajistán, una mirada al pasado para entender el futuro
Antecedentes
El Asia Central en su conjunto (entendemos esta zona como los actuales estados de Kazajistán, Turkmenistán, Kirguistán, Uzbekistán y Tayikistán) ha sido un territorio muy disputado a lo largo de muchas épocas y por distintos imperios y estados en su afán de controlar esta zona. Sin ir más lejos formaba parte de la antigua Ruta de la Seda (siendo vía fundamental para el flujo de mercancías y personas durante siglos entre oriente y occidente) y podría tener importancia en la nueva proyectada por China, pero de ello hablaremos más adelante.
Durante la segunda mitad del siglo XIX dos de los imperios más potentes del globo se disputaron cierta parte de dicha región, estamos hablando de los imperios británico y ruso. En lo que se conoció como “The Great Game” (término acuñado por Rudyard Kipling en su novela Kim en 1901) ambos estados se enfrentarían al sur en lo que antiguamente se conoció como el Turquestán, en un intento británico de evitar que los rusos pudieran hacer peligrar el control de la India, sin duda una de las colonias más preciadas e importantes de la corona británica. Prueba de ello se ve reflejada en las tomas de Kokand (1863), emirato de Bujara (1865), Jiva (1873) o las dos guerras anglo-afganas de 1838 y 1978, aunque en 1907 se firmó el Tratado Anglo-Ruso de mutua cordialidad dejando la otrora importante zona en segundo plano. No hay que olvidar que ambos países estaban sumidos en otros conflictos en otros puntos del planeta (como la Guerra Ruso-Japonesa o la de los Boers por el lado inglés).
Sin duda alguna la Revolución Bolchevique de 1917 cambiaría la visión que tenían los antiguos aliados occidentales del imperio ruso. Este nuevo estado mantendría relaciones problemáticas con las potencias occidentales a lo largo de su historia (salvando ciertos momentos puntuales). Así mismo, en materia de asuntos internos trato de reorganizar el vasto territorio con el fin de impulsar la necesaria modernización económica. En el año 1936 se produjo la reestructuración final de los nuevos estados socialistas de Asia Central buscando un esparcimiento de las distintas etnias para evitar un proyecto unitario en la zona. Es curioso que durante los últimos momentos de la desintegración del gigante soviético las 5 repúblicas no fueran participes en el proceso de la misma, es decir, su independencia fue la única salida ante el desmoronamiento del gobierno federal. Esto será importante para entender las relaciones actuales de Kazajistán con la federación rusa.
Estado actual
Kazajistán es un país clave en la estrategia comercial China de la Nueva Ruta de la Seda proyectada para el aniversario de la Revolución China en 2049. Por otro lado, Rusia y EEUU tienen importantes intereses en el estado asiático vinculados a la extracción de gas y petróleo o al control de los oleoductos y gaseoductos vitales para la exportación en la zona. Sin olvidar tampoco que es el principal productor de uranio, uno de los mayores de plata y tampoco es desdeñable el volumen de extracción de oro.

Sin ir más lejos, Rusia tiene allí situado su cosmódromo en Baikonur, esencial a la hora de llevar cualquier personal o material en la actualidad al espacio exterior (a pesar de que viene siendo necesaria una modernización de tales instalaciones). Aunque el gobierno ruso intenta tener un trato preferente e influir de una manera decisiva con respecto a otros países de la región, el estado de Kazajistán ha intentado en los últimos años disponer de una independencia económica, política y militar. Pero como resulta obvio, los tratados con Rusia son ineludibles a causa de la proximidad geográfica que les une, compartiendo más de 7000 km de fronteras, cuya permeabilidad hace que necesiten disponer de sólidos lazos en la lucha contra el integrismo el islámico que en el pasado ha puesto en peligro los intereses de Rusia así como también los de Kazajistan.

Este es un estado bastante extenso (2.724.900 km) y de una población escasa (18 millones aproximadamente) si la comparamos con la amplitud de su territorio, lo que resulta en una densidad de población baja (6,49 hab./km), por lo tanto, el control de esta vasta zona se antoja esencial para impedir la propagación del terrorismo yihadista proveniente del sur (Afganistán principalmente).
Debe de ser tenida en consideración la política interna que el presidente Nursultán Nazarbáyev ha manejado desde los años 80, cuando aún estaba adherida a la URSS, que en realidad sigue la misma tónica que otras repúblicas ex soviéticas aunque manteniendo mayor proximidad en las relaciones con Rusia, de lo cual deriva quizás parte de su estabilidad. Es un hecho que los antiguos dirigentes de las repúblicas vieron la oportunidad perfecta para no solo hacerse con las riendas del país, sino perpetuarse el máximo tiempo posible enriqueciéndose tanto ellos mismos como su círculo de influencia más cercano. Se estima que en el año 2017 las empresas del entorno del líder manejaban casi el 50% de la economía del país
Podemos poner de ejemplo el ya citado Nazarbáyev así como a Edward Shevernatze (Georgia), Islom Karimov (Uzbekistán), Saparmyrat Nyýazow (Turkmenistán) o Askar Akáyev (Kirguistán). Más tarde o temprano todos han perdido sus cargos, ya sea debido a la presión popular demandando cambios o por defunción como en el caso uzbeko.
Se antoja un futuro complicado para Kazajistán, al anterior problema mencionado del terrorismo de corte islamista (aunque no hayan sido golpeados de una manera severa, no deja de ser preocupante) se suma el de su posición geoestratégica que hace que tenga que entrar a un juego a varias bandas, siempre peligroso, de cara a los acuerdos entre potencias que a día de hoy mantienen tensiones importantes como es el caso de Rusia y EEUU. No podemos olvidar que, si bien es cierto que desde principios de este siglo XXI ha habido avances en la mejoría de la situación, sigue siendo insuficiente y la población está por debajo de los estándares de vida occidentales, a lo que debe ser sumado el retroceso provocado por la crisis económica de 2008.
Tampoco ayuda la fuerte corrupción y la falta de respeto a los derechos humanos por parte de sus dirigentes. En ciertas áreas, como por ejemplo la relativa a la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, la situación es delicada.
Por otro lado, hace apenas unos 8 meses tuvieron lugar las elecciones nacionales. Sorprendentemente Nazarbáyev después de casi 30 años en el cargo decidió dimitir en marzo de 2019, siendo sustituido hasta las mencionadas elecciones por su segundo Tokayev, quien las ganó con un 70,76% de los votos escrutados. Esta victoria asegura sin ningún género de dudas la continuidad de la política llevada a cabo por su antecesor, pero no sin polémica. Ha habido protestas en el país aludiendo que las elecciones estaban dirigidas de antemano y que no había posibilidad de un cambio en el gobierno actual, y manifestaciones en las que se han producido centenares de detenciones y se han reportado también heridos.

Conclusiones
La situación no parece tender hacia la complacencia, pero
para las potencias adyacentes al estado asiático la solidez política es la vía más
conveniente para la continuidad de sus negocios e intereses comerciales y
estratégicos. Habrá que estar atentos a los próximos movimientos en la zona (Irán,
China, EEUU y Rusia) para ver si se gana en estabilidad o, al contrario, el
terrorismo y las luchas entre potencias quebrantan el necesario equilibrio.