La Argentina que conoció a Milei
El fenómeno político del populismo en América Latina ha sido objeto de investigación y análisis por diversos autores. Sin embargo, es importante destacar que el populismo latinoamericano no se limita ni se limitó exclusivamente a la izquierda.
A pesar del notable éxito social, político y económico alcanzado por muchos de estos movimientos, especialmente durante el periodo de la Ola Rosada, desde hace tiempo se han venido debatiendo los efectos que dejan en la democracia. Esta discusión quizás surge en parte debido a que los movimientos populistas están siendo replicados en otras partes del mundo.

El populismo latinoamericano, como señala la lingüista Ruth Wodak [1], tiene sus raíces en diversas corrientes de pensamiento. La primera de ellas es la corriente clásica, nacionalista y desarrollista, cuyo principal referente fue Perón. Esta corriente se expandió por toda la región con réplicas locales, encarnadas en figuras como Haya de la Torre en Perú, Víctor Paz Estenssoro en Bolivia y Stroessner en Paraguay, entre otros.
La segunda ola se caracteriza por la retórica conservadora y a favor del libre mercado, siendo Alberto Fujimori su principal exponente, y también incluye figuras como Carlos Menem en Argentina y Gonzalo Sánchez de Lozada en Bolivia. Todas estas figuras están vinculadas al imaginario del "neoliberalismo".
La tercera ola, en cambio, se inclina hacia la izquierda y el nacionalismo, y se muestra mucho más vocal en su confrontación con los Estados Unidos. En esta ola, Chávez emerge como el núcleo central, mientras que Rafel Correa en Ecuador y Evo Morales en Bolivia son las figuras principales en este grupo ideológico.
Sin embargo, cada una de estas olas surgió en un contexto específico: la primera, en respuesta al surgimiento de la clase media y como reacción a modelos sociales aún no resueltos, como el sistema de haciendas. La segunda ola emergió en un contexto de democratización mundial y una competencia constante con estados recién liberalizados del bloque oriental por atraer inversiones extranjeras.

Por su parte, la tercera ola se originó debido a la crisis política partidista, como respuesta a la falta de resultados tras la liberalización. En este sentido, Milei surge ante una Argentina contemporánea que está lejos del ideal planteado durante la crisis del 2001. Incluso peor, no pudo cumplir su promesa electoral de evitar el colapso económico ampliamente propagado durante la campaña, atribuido al neoliberalismo de Macri.
Alberto Fernández logró posicionar temporalmente todas las corrientes del peronismo actual en una sola corriente (Kirchneristas, Peronistas clásicos, Massa); sin embargo, fue incapaz de reemplazar a Cristina como el nuevo referente del peronismo. A diferencia de Menem, Duhalde, Néstor o Cristina, quienes se convirtieron en líderes poderosos dentro del Partido Justicialista, Alberto quedó en una postura debilitada debido al manejo de la pandemia y a la incapacidad para resolver la deuda.
En este sentido, a principios de este año otorgó simbólicamente el poder a Sergio Massa a través de un "Superministerio", llegando a tal la situación, que durante varios días Alberto Fernández no tuvo agenda oficial mientras Sergio Massa se movilizaba y discutía con el FMI.
Al igual que Alberto, Massa proviene de una corriente peronista opuesta a Cristina. A diferencia de Alberto, Massa fue y es considerado más cercano al empresariado y a los capitales que al discurso tradicional socialdemócrata. Lo que estamos observando ya es un giro hacia la derecha dentro de la coalición peronista. Sin embargo, este giro no se dio sin oposición, ya que el ala izquierdista del peronismo trató de impedir este cambio, con Grabois como su representante más vocal.

En el bando opositor, confiados en una victoria sencilla respaldada por las encuestas, se sumergieron en enfrentamientos internos. Macri dejó el escenario político y estuvo a punto de ser “jubilado” por el jefe de gobierno de Buenos Aires, Rodríguez Larreta. Mientras tanto, Patricia Bullrich consideró que finalmente había llegado su momento para entrar en la política.
A pesar de que la oposición logró sobrevivir y evitó una fractura, esta intensa lucha dentro de sus filas solo reflejó ante el electorado que quizás el PRO no era tan diferente del peronismo. Esto representa "la casta" de la que habla Milei: un grupo de personas fuertemente relacionadas con el estado y con pocas o ninguna diferencias ideológicas. Las nociones de Milei recuerdan de manera clara al "establishment" al que hacía referencia Trump.
Dentro de los análisis del populismo de izquierda en la región, llama la atención la conclusión a la que llegan diversos autores: existe una falta de una propuesta verdadera para los votantes que pueda ofrecer una alternancia más allá de simplemente oponerse (de manera reaccionaria) a las políticas de inclusión de los políticos progresistas.
Por su parte, los académicos Michael Shifter y Bruno Binetti [2] señalan que se ha llegado a un punto muerto en la política, donde la derecha no puede retroceder en los logros alcanzados y la izquierda no puede presentar algo nuevo al votante. La realidad es que estos análisis están gradualmente disolviéndose.

Tradicionalmente, los conservadores latinoamericanos han mantenido una línea de pensamiento relacionada con el éxito de Fujimori y Pinochet, hace ya varios años; esto involucra la reducción del tamaño del estado, la privatización y la alineación estratégica con los Estados Unidos. Los progresistas interpretan esto como sumisión y contrario a la idea de autonomía que se promueve en el otro lado del espectro. En este sentido, Milei no parece proponer nada nuevo, aunque sus seguidores argumentan lo contrario.
No obstante, es importante entender esto en su contexto y es que, desde la construcción de la democracia en Argentina, el país se ha caracterizado por mantener estructuras de poder regionales y paralelas bastante sólidas; si bien no llega al nivel de Bolivia con sindicatos formando partidos, la sociedad argentina es profundamente corporativista [3].
Desde la perspectiva libertaria, Menem no destruyó estas estructuras [4], lo que lo diferencia de Milei, quien busca (al menos en propuesta) hacerlo a través del poder de la popularidad. Aquí es donde reside la diferenciación personal que Milei establece frente a "la otra derecha", a la cual él considera tan responsable como la izquierda por el desastre económico en Argentina.
Al igual que otros políticos contemporáneos latinoamericanos, y como bien notó el Christopher Sabatini [5], Milei pertenece a una nueva élite, una que, a diferencia de la anterior, se educó en universidades argentinas y está más vinculada a la realidad nacional que sus antecesores, siendo estas sus cartas de presentación ante el electorado; una persona de abajo, consciente de los problemas de la gente, en una lucha política y cultural contra la élite y dispuesta a devolver a Argentina su puesto de potencia.

El historiador ruso Vladislav Zubok [6] menciona en su libro sobre la caída de la Unión Soviética que cuando Boris Yeltsin llegó por primera vez a los Estados Unidos y vio supermercados, quedó tan sorprendido que decidió enfocarse en un objetivo: llevar el sueño americano a Rusia. Yeltsin era una figura popular, de origen rural, vinculada a la "anti-élite", que aprovechó el sentimiento de frustración y el emergente nacionalismo para enfrentarse al liderazgo de Gorbachov.
A diferencia de sus predecesores, Gorbachov se negó a usar la fuerza para someter a su rival. Yeltsin era un fenómeno político que, según el autor, tenía una característica central: representaba una visión idealizada, distorsionada y fuertemente acrítica del libre mercado.
Javier Milei está, al menos en el ámbito discursivo, frente a una juventud enojada y privada de los beneficios de un estado que existía tan solo diez años atrás. Estos años presentan una visión idílica del libre mercado. Con un discurso disruptivo, Milei está a punto de transformar el escenario internacional argentino.
En medio de la segunda Ola Rosada, con victorias en estados donde nunca había gobernado, como Colombia, Perú y Chile, llega Milei. Esto podría provocar un cambio profundo en cómo Argentina ve la región y en cómo la gente, ahora más propensa a aceptar políticas de mercado, percibe la economía y la política.
La era Kirchner y la reconstrucción del peronismo han concluido, y un nuevo escenario político se aproxima en la nación del Río de la Plata.
Bibliografía:
Féliz, Mariano. “Neo-Developmentalism: Beyond Neoliberalism? Capitalist Crisis and Argentina’s Development since the 1990s.” Historical Materialism 20, no. 2 (January 1, 2012): 105–23. https://doi.org/10.1163/1569206x-12341246.
Gezmis, Hilal. “From Neoliberalism to Neo-Developmentalism? Political Economy of Post-Crisis Argentina, 2002-2007.” PhD Thesis, 2015.
Ruth Wodak. “The Trajectory of Far-Right Populism - a Discourse-Analytical Perspective.” In Far Right and the Environment, Politics, Discourse and Communication, 21–37. Abingdon, Oxon ; New York, Ny: Routledge, 2020.
Sabatini, Christopher. “Latin America’s New Power Elite.” Foreign Affairs, August 31, 2022. https://www.foreignaffairs.com/americas/latin-america-new-power-elite.
Shifter, Michael, and Bruno Binetti. “Latin America’s Political Pendulum.” Great Decisions, 2017, 79–99. https://www.jestor.org/stable/44215465.
Vladislav Zubok. COLLAPSE : The Fall of the Soviet Union. S.L.: Yale University Press, 2021.
[1] Ruth Wodak, “The Trajectory of Far-Right Populism - a Discourse-Analytical Perspective,” in Far Right and the Environment, Politics, Discourse and Communication (Abingdon, Oxon ; New York, Ny: Routledge, 2020), 21–37.
[2] Michael Shifter and Bruno Binetti, “Latin America’s Political Pendulum,” Great Decisions, 2017, 79–99, https://www.jestor.org/stable/44215465.
[3] Hilal Gezmis, “From Neoliberalism to Neo-Developmentalism? Political Economy of Post-Crisis Argentina, 2002-2007” (PhD Thesis, 2015).
[4] Mariano Féliz, “Neo-Developmentalism: Beyond Neoliberalism? Capitalist Crisis and Argentina’s Development since the 1990s,” Historical Materialism 20, no. 2 (January 1, 2012): 105–23, https://doi.org/10.1163/1569206x-12341246.
[5] Sabatini, Christopher. “Latin America’s New Power Elite.” Foreign Affairs, August 31, 2022. https://www.foreignaffairs.com/americas/latin-america-new-power-elite.
[6] Vladislav Zubok, COLLAPSE : The Fall of the Soviet Union. (S.L.: Yale University Press, 2021).