Medio de comunicación independiente

Uno de los escenarios naturales que podríamos esperar tras la escalada de tensión en el conflicto entre Rusia y Ucrania es que otros actores instrumentalicen el empantanamiento de Estados Unidos para sacar rédito y obtener una posición más ventajosa en otras regiones del escenario internacional.

En particular, en Washington está creciendo la preocupación sobre la posibilidad de que China este tratando de replicar la arquitectura de la “línea de las 9 perlas” fuera de sus fronteras. El famoso collar de perlas le permite a Pekín mantener puntos de amortiguación y evitar interrupciones en la cadena de suministros en el contexto de una mayor presencia naval estadounidense en puntos de estrangulamiento como el Estrecho de Malaca o, en zonas estratégicas del Mar de China Meridional.

Asamblea del Foro de Cooperación China - África. 2018. Fuente: GovernmentZA

Uno de los terrenos donde China está trabajando más activamente para consolidar esa nueva orientación de su política exterior es África. A mediados del año pasado, aparecían los primeros indicativos de que Pekín estaba explorando la adquisición de una base naval en la costa atlántica de África. En ese momento, el profesor Michael Tanchum, tomando como referencia los datos de los prestamos chinos a los gobiernos de África Occidental, auguraba que Angola podría ser el principal candidato.

Más adelante, en diciembre de 2021, el Wall Street Journal informó de que el Ejército Popular de Liberación de China estaba en negociaciones con el gobierno de Guinea Ecuatorial, para establecer una instalación militar permanente en la nación centroafricana. El informe fue confirmado recientemente por el general Stephen J.Townsend, jefe del Comando África de Estados Unidos.

De acuerdo con Townsend, Pekín aspira a tener una base militarmente útil en la costa atlántica de África, y aunque han hecho apuestas desde Namibia hasta Mauritania, el general considera que están concentrando todos sus esfuerzos en obtener una posición ventajosa en el Golfo de Guinea.

Unos años atrás surgieron fuertes especulaciones sobre conversaciones entre Namibia y China para el establecimiento de una base permanente del EPL en el puerto de Walvis Bay.

En 2019, China Harbour Engineering Company inauguró su terminal portuaria de 400 millones de dólares con el principal objetivo de posicionar a Namibia como un centro logístico regional y puerta de entrada para las cadenas de suministro global. Pese a que la implementación de la infraestructura naval no se materializase, los informes no confirmados sobre los intereses de Pekín en el Atlántico no parecían estar del todo mal encaminados.

En el caso concreto de Guinea Ecuatorial, todos los ojos están puestos en el puerto de Bata. De acuerdo con el análisis del CSIS, sería la infraestructura logística más adecuada para cualquier futura base del EPL. Ubicado estratégicamente en la costa continental central, es, junto con el Puerto de Malabo, uno de los más grandes del país. Consta de un puerto comercial y una dársena para embarcaciones de la marina y civiles.

Asimismo, posee dos muelles comerciales de aproximadamente 500 metros cada uno, situados junto a una instalación petrolera para facilitar el reabastecimiento de combustible y un área de depósito y patio intermodal. Dada la arquitectura general de la instalación, su expansión hacia el Océano Atlántico podría ser una tarea sencilla.

Pero, ¿hasta qué punto es importante para Pekín poseer un punto de amortiguación en Guinea Ecuatorial? Para responder a esta pregunta debemos analizar las relaciones bilaterales y cómo el país centroafricano encaja en el proyecto de la Franja y la Ruta.

Desde el establecimiento de relaciones diplomáticas en 1970, China ha ayudado a Guinea Ecuatorial en la construcción de infraestructuras, tales como centrales hidroeléctricas, edificios de radiodifusión y televisión, un edificio administrativo del Ministerio de Asuntos Exteriores, etc.

En 2006, las autoridades chinas cancelaron una deuda de 75 millones de dólares con Malabo y, en 2015, le asignaron 2 mil millones para el desarrollo de industrias prioritarias, la creación de infraestructura y la cooperación en los campos de educación, cultura y salud. Por último, en junio de 2017, el Ministerio de Minas y Energías de Guinea Ecuatorial hizo pública la concesión oficial a la empresa china China Railway 14th Bureau Group Co.Ltd del proyecto de rehabilitación de la central hidroeléctrica de Bikomo, en Bata.

Durante los últimos 24 años las exportaciones de China a Guinea Ecuatorial se han incrementado a una tasa anualizada del 17,6%, pasando de 2,33 millones de dólares en 1995 a 113 millones en 2019. Por su parte, las exportaciones de Guinea Ecuatorial a China se han incrementado a una tasa anualizada del 22,9%, pasando de 10,9 millones en 1995 a 1,52 mil millones en 2019.

Una panorámica general sobre los productos de exportación nos permite desgranar las tendencias e intereses comerciales entre ambos países. En 2019, un 72,4% de las exportaciones totales de Malabo al gigante asiático procedían del crudo de petróleo.

Fuente: OEC

Desde la óptica de la exportación de seguridad y defensa, sabemos que los sistemas de misiles antiaéreos portátiles chinos QW-2 están de servicio en las fuerzas armadas de Guinea Ecuatorial. Asimismo, el EPL inició escalas portuarias con los países del Golfo y lanzó sus primeros ejercicios contra la piratería junto a las armadas locales.

De acuerdo con los datos proporcionados hasta la fecha, entre 2014 y 2019, China participó en 39 intercambios militares con sus homólogos del Golfo. Las empresas chinas también se han intensificado y han construido cuarteles navales y viviendas para el ejercito de Guinea Ecuatorial. Para 2021, el monto total de deuda de Malabo con China se estima en un 49,7% de su PIB.

Transferencia de armas chinas a África y ejercicios militares. Fuente: Two Markets, Two Resources: Documenting China’s Engagement in Africa.

Por lo tanto, aunque Malabo cuelga fundamentalmente de un gancho económico, China protegerá sus intereses en la región al ser uno de sus principales nodos de interconexión dentro de la ruta de la seda marítima. Esta “protección de los intereses chinos” parece que está adquiriendo un nuevo tinte bajo el mandato de Xi Jinping.

Ya en 2004, el presidente Hu Jintao había indicado a los militares que debían asumir “nuevas misiones históricas”. De acuerdo con los observadores del gigante asiático, desde al menos 2019, los documentos y declaraciones oficiales del Ministerio de Defensa chino han encomendado explícitamente a los militares la protección de los intereses de Pekín en el extranjero y han declarado abiertamente que el EPL desarrollará “instalaciones logísticas en el extranjero”.

Una línea argumental que ya fue usada como justificación para instalar su base naval en Yibuti, usando las operaciones contra la piratería en el Golfo de Adén y su deseo de asegurar las líneas de comunicación marítimas internacionales, como fundamentación del establecimiento de la base militar.

Sin ir más lejos, a mediados de 2020, imágenes satélites indicaban que China continuaba trabajando en la Base de Apoyo fortificada en el Cuerno de África.

Para el analista de inteligencia abierta, H I Sutton, esto podría ser el comienzo de un nuevo muelle o un segundo gran muelle, aumentando significativamente la capacidad de la base. De hecho, en 2019 Pekín ya había finalizado el trabajo principal construyendo un muelle de 1.120 pies, lo que permitía acomodar los nuevos portaaviones, portaaviones de asalto u otros grandes buques de guerra chinos. Igualmente, con las nuevas reformas H I Sutton considera que podría acomodar fácilmente cuatro de los submarinos de ataque de propulsión nuclear si fuera necesario.

¿Y cuáles pueden llegar a ser las principales implicaciones geopolíticas de una base china en la costa Atlántica?

En este sentido, creo que lo verdaderamente relevante no es la hipotética base en el Puerto de Bata, sino lo que el profesor Michael Tanchum define como el avance de China hacia una arquitectura de seguridad panafricana. En septiembre de 2015, en su intervención ante la Asamblea General de la ONU, Xi Jinping señaló el interés de Pekín por involucrar a los mecanismos de seguridad africanos prometiendo 100 millones de dólares en asistencia militar a la Unión Africana, para apoyar la creación de una Fuerza Africana de Reserva y la Capacidad Africana de Respuesta Inmediata a las Crisis.

Una sintomatología que se ha venido repitiendo estos últimos años, como se hizo visible en una última cumbre del FOCAC de 2018, cuyo Plan de Acción (2019-2021) pedía el establecimiento de 50 programas distintos para mejorar la coordinación de la seguridad entre China y sus socios africanos en todo el continente, incluyendo el Foro de Paz y Seguridad China-África y el Foro de Seguridad y Aplicación de la Ley China-África.

Un contexto que nos hace presagiar que China parece estar dispuesta a apostar cada vez más por el componente securitario como forma de apalancamiento. Un informe del CSIS de 2019 evaluó los riesgos de las inversiones chinas en los puertos de África subsahariana. Identificó 46 puertos con participación financiera de construcción u operativa de entidades chinas. Al menos 6 de dichos puertos fueron visitados por embarcaciones navales chinas o son puertos civiles y militares de doble uso.

Las entidades chinas operaban 11 de los 46 puertos del África subsahariana identificados por el CSIS. Siete estaban situados en la costa oeste y cuatro en la costa este, siendo el puerto multipropósito de Doraleh en Yibuti el puerto que más preocupación genera en Washington, debido a su proximidad a un cuello de botella marítimo y una base militar estadounidense. Tomando en cuenta su base naval, China controla dos de las cinco terminales en el puerto de Yibuti.

Puertos operados por entidades chinas en África subsahariana. Fuente: CSIS

Mandira Bagwandeen, investigadora de la Universidad del Cabo, explica que se necesita una inversión significativa en el desarrollo del sector marítimo de África si la región va a manejar un rendimiento portuario previsto de mas de 2 mil millones de toneladas para 2040. Es por ello que varios países africanos han recurrido a China y a su entramado empresarial estatal de construcción e ingeniería para financiar y desarrollar sus puertos o mejorar la infraestructura marítima existente.

En 2017, la inversión china acumulada en puertos africanos ascendió a 25.549 millones de dólares, cubriendo 24 puertos en 20 países africanos. Previo al cambio de siglo, los chinos habían invertido en solo dos puertos africanos: el puerto de Nouakchott, en Mauritania, y el puerto de Sudán, ambos en el norte de África. Para 2009, estaban financiando y construyendo tres proyectos portuarios más: la Terminal de Contenedores de Port Said (Egipto), la ampliación del Puerto de Nouakchott (Mauritania), y la reconstrucción y ampliación del Puerto de Bata (Guinea Ecuatorial).

Ante este panorama, dada la necesidad de los gobiernos africanos para modernizar sus infraestructuras y al ser China el único prestamista extranjero dispuesto a proporcionar enormes cantidades de capital necesario, los gobiernos locales se quedan con muy pocas alternativas.

Inversiones portuarias chinas en África. Fuente: CSIS

El modelo de expansión portuaria de Pekín en África posee elementos comunes de su modelo autóctono de “puerto en el frente-parque en el centro de la ciudad detrás” o modelo “Port-Park-City” (PPC). El modelo se basa en el Parque Industrial de Shekou en la ciudad de Shenzen, en la provincia china de Guangdong, establecido en 1979. Fue la primera zona económica especial del país y provocó el crecimiento de Shenzhen como centro comercial e industrial. El Modelo Shekou “implica desarrollar parques industriales adyacentes, edificios comerciales, carreteras, zonas de libre comercio, áreas residenciales y centrales eléctricas”, todo ello, con el foco en el puerto.

El modelo no apunta solo a facilitar el transporte de mercancías, sino a “desarrollar un sistema integrado más grande que ayude a sostener el puerto y sea sostenido por él a su vez” . En 2017, Li Xiaopeng, presidente de CMG, mencionó que su empresa estaba utilizando el modelo Shekou como plantilla o concepto que se puede aplicar y modificar para ajustarse a sus proyectos portuarios en todo el mundo.

A modo de conclusión, en este artículo se ha tratado de articular una revisión de la arquitectura portuaria china en el continente africano tomando como referencia el posible despliegue de una base en Guinea Ecuatorial. Llegue o no a materializarse, la realidad es que la tendencia actual hace presagiar que tarde o temprano China acordará con más países la instalación de bases en su territorio, en línea con la nueva política exterior de Pekín que busca proteger sus intereses en el extranjero.

No sólo China, sino también Turquía, en especial mediante la industria de defensa, Emiratos Árabes Unidos, mediante su aparato estatal DP World o, Rusia, a través de los PMC y sus bases navales.

Foro sobre Cooperación China-África del año 2018. Fuente: GovernmentZA

Todos estos países han estado aumentando su influencia en África, brindando a las fuerzas de seguridad locales de equipamiento, entrenamiento y logística. Una situación que preocupa a los actores que clásicamente han estado involucrados en la región, como es el caso de Francia o Estados Unidos.

Hace un tiempo, algunos medios rusos se hacían eco de que Moscú estaba en proceso de establecerse en Guinea Ecuatorial a través de los Compañías Militares Privadas. A su vez, Guinea Ecuatorial forma parte de la zona de influencia francesa al igual que su vecino Gabón, un país estratégico al contar con importantes riquezas petrolíferas. Gabón es probablemente el estado con el que Francia tiene más lazos económicos. El gigante petrolero francés TotalEnergies tiene su sede en Gabón, al igual que otros poderosos fondos de inversión franceses que apuestan por este país francófono.

Dado que el Tribunal Supremo francés condenó a la familia gobernante de Guinea Ecuatorial, los Obiang, por corrupción y malversación de bienes sociales, el temor de París es ver un efecto dominó donde, uno tras otro, los países bajo la influencia francesa en África pasarían al redil ruso. ¿Pero realmente Moscú está activa en Guinea Ecuatorial? Los observadores de la región creen que incluso dentro de los modestos contratos bilaterales entre ambos países, Moscú no se encuentra particularmente activa. En 2017 se firmó un acuerdo sobre el suministro de dos sistemas de defensa aérea Pantsir-S1 al país, pero las ultimas noticias al respecto datan de 2018.

Te has suscrito correctamente a The Political Room
¡Bienvenido! Has iniciado sesión correctamente.
¡Excelente! Te has registrado correctamente.
¡Éxito! Su cuenta está completamente activada, ahora tiene acceso a todo el contenido.