Medio de comunicación independiente
Foto: Benjamín Figueroa

Irene Baños es  una periodista especializada en el área medioambiental. Actualmente reside en Alemania y es colaboradora en la emisora internacional alemana Deutsche Welle. También forma parte del equipo de la publicación Renewable Matter, una revista bilingüe en italiano e inglés donde escribe sobre temas relacionados con la economía circular y la bioeconomía. Irene Baños es coautora del libro Che cosa è la bioeconomía («Qué es la bioeconomía»), de momento solo con edición en italiano, pero con vistas a tener su versión en inglés en el futuro.

__ ¿Cómo definirías la bioeconomía, y cuál sería su posible impacto sobre las sociedades de consumo?

La bioeconomía es un nuevo paradigma basado en los recursos biológicos renovables en vez de en los recursos fósiles finitos. Un modelo en el que, a través de la innovación y las nuevas tecnologías, el progreso económico y la sostenibilidad vayan de la mano.

<<Para que la bioeconomía sea sostenible, debe ser una bioeconomía circular, que escape del actual modelo linear de usar y tirar>>

Pero para que la bioeconomía sea sostenible, debe ser una bioeconomía circular, que escape del actual modelo linear de usar y tirar y en el que el ritmo de explotación de los recursos biológicos sea sostenible, que no supere el de su crecimiento. Insisto mucho en el libro en que los recursos biológicos son renovables, pero no infinitos.

__ La bioeconomía circular que nombras es una combinación de la bioeconomía y la economía circular. ¿Cuáles son las principales características que definen la economía circular? Estos sectores de base biológica, ¿podrían llegar a ser estratégicos en las economías estatales del futuro?

Una economía circular pretende reducir la cantidad de recursos que se usan en la fase de producción y alargar todo lo posible la vida útil de los productos. Se trata de que los productos formen parte de un círculo en el que, a través de mejoras en la fase de diseño y de reciclaje, los materiales se puedan reutilizar tantas veces como sea posible y, por tanto, se ahorre energía y se reduzca la extracción constante de recursos a la que estamos sometiendo al planeta. En las últimas cinco décadas, hemos triplicado el uso de los recursos naturales.

Teniendo en cuenta que los recursos fósiles se están agotando, los países van a tener que buscar alternativas. Los recursos biológicos van a tener sin duda un papel estratégico en las economías del futuro. De hecho, ya lo están teniendo. Por eso, una vez más, hay que acercarse a la bioeconomía con cautela, puede ser el perfecto aliado para dejar atrás la economía fósil y combatir el cambio climático, pero también puede exacerbar problemas geopolíticos ya existentes, como la lucha por el agua o las tierras.

__ Existen suficientes expertos para cubrir las posibles necesidades de este nuevo tipo de industria. ¿Cuáles deberían ser sus principales capacitaciones?

A día de hoy, la bioeconomía ya genera unos 18 millones de puestos de trabajo en Europa, el 8% del total de los trabajadores europeos. Y, según la Comisión Europea, una bioeconomía circular podría crear, como mínimo, otro millón de puestos trabajos nuevos para el 2030, especialmente en zonas rurales y costeras.

Dentro de la economía circular, parte de los trabajos vendrían a sustituir actividades dependientes de la economía fósil, como la minería, y para ello harán falta políticas de apoyo, tanto para ayudar a los trabajadores a adaptarse a los nuevos puestos como para compensar a aquellos que no sean capaces de adaptarse. Algunos expertos critican, precisamente, que no se está invirtiendo lo suficiente en capacitación para ayudar a los trabajadores a integrarse a una economía circular, en sectores como la remanufacturación o el reciclaje, aunque la Comisión Europea está apoyando la capacitación a través del Fondo Social Europeo y de programas como Horizonte 2020.

<< El impacto de la bioeconomía en el sector laboral va a ser muy distinto según el país, pero España va a tener seguro un papel importante>>

El impacto de la bioeconomía en el sector laboral va a ser muy distinto según el país, pero España va a tener seguro un papel importante por la cantidad de recursos naturales de los que disponemos y lo mucho que nos queda por crecer en investigación, por ejemplo.

__ Las cuestiones medioambientales y aquellos fenómenos que están relacionados con el cambio climático se han convertido en asuntos de seguridad para muchos estados. ¿Crees que las instituciones de la Unión Europea están preparadas para asumir los riesgos derivados de los cambios en el clima?

Desde luego, la crisis climática que estamos sufriendo va a poner en peligro muchas vidas. Se nos olvida que la lucha contra el cambio climático no es solo por “salvar al planeta”, no se trata de salvar a los orangutanes o a los koalas, es por salvarnos a nosotros mismos como especie. El planeta seguirá existiendo, los que lo tendremos muy difícil seremos los humanos. No sé si están preparadas para asumir los riesgos, pero desde luego no los están asumiendo, o al menos no a la velocidad necesaria. Falta mucha ambición a nivel político, y es ahí precisamente donde se tiene que generar el cambio. Los ciudadanos podemos, y debemos, esforzarnos por reducir nuestro impacto individual, pero sin la correcta legislación y sin las políticas adecuadas no conseguiremos nada.

No, no lo está, hay mucha desconexión entre lo que nos cuentan sobre el cambio climático, lo que vemos en la tele, y nuestras acciones. No entendemos aún la relación entre nuestra dieta y el aumento de temperaturas o entre nuestra cesta de la compra y las ballenas que aparecen en las noticias con el estómago lleno de plástico. Y no somos conscientes de que echar una papeleta en las urnas y exigir responsabilidad a las empresas es crucial para ponerle freno a esta crisis. Pero he visto un avance muy esperanzador en el último año. Gracias a los profesionales de la comunicación y a movimientos como el Fridays for Future, se están dando pasos de gigante en cuanto a concienciación ambiental.

__ El discurso sobre el cambio climático es muy polémico y muchas veces poco conocido en profundidad. ¿Consideras que la sociedad española, en general, está bien informada acerca de este fenómeno? ¿Podrías adelantar algunas de las posibles consecuencias que sufrirá el país en el futuro próximo?

Como ya estamos viendo, los veranos en España cada vez van a durar más y las temperaturas van a ser más altas, lo que puede afectar no solo a la salud de las personas mayores y vulnerables y a la productividad laboral en general, sino también a muchos sectores económicos, empezando por la agricultura. Ahora el verano ya dura cinco semanas más que en los 80 y, claro, con las altas temperaturas también aumentará el peligro de incendios forestales que ya de por sí asolan cada año nuestro país.  El aumento del nivel del mar de aquí a final de siglo puede poner en peligro las zonas costeras de España, en las que las inundaciones se pueden convertir en el día a día. Al mismo tiempo, la sequía golpeará cada vez más fuerte y, según un estudio, la Península Ibérica se podría convertir en el Sáhara a final de siglo. Hasta la invasión de medusas en el Mediterráneo que tanto nos molestan en verano tiene que ver con el cambio climático. El libro ¿Qué hacer en caso de incendio? hace un muy buen repaso, bastante aterrador, de las consecuencias a las que nos vamos a enfrentar. “El museo de los horrores climáticos futuros”, lo llaman los autores.

Pero que no cunda el pánico. Estamos a tiempo de parar todo este desastre. Bueno, que cunda un poco, porque si no nos podemos las pilas, va a ser muy difícil.

Te has suscrito correctamente a The Political Room
¡Bienvenido! Has iniciado sesión correctamente.
¡Excelente! Te has registrado correctamente.
¡Éxito! Su cuenta está completamente activada, ahora tiene acceso a todo el contenido.