La eterna diplomacia nuclear entre Irán y EE.UU.
Hasta hace poco se celebraron elecciones presidenciales en Irán resultando ganador, Ebrahim Raisi, jefe del poder judicial y clérigo conservador de línea dura, bajo la promesa de luchar contra la corrupción y resolver los problemas económicos de Irán. Su ascenso al poder implicaría una sociedad más cerrada donde se intentará imponer un sistema puritano de gobierno islámico y una fuerte presencia de sus partidarios de línea dura en las funciones del Estado (BBC, 2021).

Con la llegada de Raisi, han despertado ciertos interrogantes sobre cómo serán las relaciones diplomáticas del nuevo gobierno iraní con Estados Unidos, en torno a las conversaciones para revivir el acuerdo nuclear del 2015, denominado “Plan Conjunto de Acción Comprehensiva (JCPOA)”. Pero para entender la escalada de tensiones entre los dos países, bien vale hacer una breve reseña histórica sobre los acontecimientos más importantes durante las últimas cuatro décadas.
Desde 1979, las relaciones entre Estados Unidos e Irán quedaron en un punto muerto, tras el secuestro de diplomáticos en la embajada norteamericana en Teherán, conocido como la “crisis de los rehenes”. Sumado al efecto de la Revolución Islámica que derrocó al régimen monárquico del Sha Reza Pahlavi, y puso en el poder al Ayatolá Ruhollah Khomeini, empezando una larga serie de sanciones unilaterales y hostilidades contra Irán que persisten hasta hoy (Council of Foreign Relations, 2021).
Más adelante, se registraron nuevas hostilidades en la guerra Irán-Irak (1980-1988), producto de una disputa territorial entre ambos países, donde EE.UU. apoyó a Irak en la invasión a Irán, que culminó con enfrentamientos navales entre la marina estadounidense y la iraní (Carcedo, 2019). Durante los años 90, EE.UU. intensificó las sanciones contra Irán, a través de la Ley de No Proliferación de Armas Irak-Irán de 1992 o la Ley de Sanciones contra Irán y Libia de 1996, que prohibió a las empresas extranjeras invertir en sectores de petróleo, financiero y de gas (CFR, 2021).
A comienzos del nuevo milenio, tras los ataques del 11 de septiembre del 2001, en el contexto de la “Guerra contra el terrorismo”, surge la cuestión nuclear en torno al programa de energía atómica en Irán, que Estados Unidos consideraba tenía “claros propósitos militares” para la fabricación de Armas de Destrucción Masiva (ADM). La administración de George W. Bush (2001-2009), siguió castigando a Teherán con un fuerte régimen de sanciones económicas para obligarlo a renunciar a sus pretensiones nucleares (Garduño García, 2020).
Según Barbara Slavin, analista de Atlantic Council, nada proliferó hasta la elección de Hassan Rouhani como presidente de Irán, en 2013, cuando se empiezan a ver progresos diplomáticos, en parte, por los vínculos edificados con la administración de Barack Obama (2009-2017), a través del secretario de Estado de EE.UU., John Kerry y el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Javad Zarif.
Esos esfuerzos se cristalizaron con el acuerdo nuclear del 2015, que significó un giro de 180 grados en sus relaciones; cuyo propósito principal era levantar las sanciones económicas contra Irán y reducir el enriquecimiento de uranio, a cambio de restringir su programa de energía nuclear bajo supervisión de la Organización Internacional de Energía Atómica (IAEA) (BBC, 2018).
Considerado un hito en política exterior para la administración Obama, fue firmado por Irán, Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania. En consecuencia, esta breve distensión generó un impacto contrario en los aliados tradicionales de EE.UU. en Oriente Medio, como Arabia Saudita, Israel, Emiratos Árabes Unidos, etc. quienes se opusieron al acuerdo. Dado que se tradujo en una amenaza para sus intereses en la región, implicando más ventajas para Teherán en su desarrollo nuclear y así armar a grupos terroristas, como Hezbolá y Hamás (Fernández, 2018).

La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca en 2017 estableció un punto de quiebre y una fuerte escalada de tensiones entre Washington y Teherán. Para 2018, anunció el retiro de EE.UU. del JCPOA y adicionalmente lanzó una campaña de “máxima presión” que reinstauró las sanciones económicas. En respuesta, Irán incrementó sus actividades nucleares (Slavin, 2021). Por si fuera poco, en 2020, la Casa Blanca ordenó el asesinato del general del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Iraní(CGRI), Qasem Soleimani, lo que minó cualquier posibilidad de reconciliación y generó repercusión internacional por temor a un nuevo conflicto bélico en la región (Guimón, 2020).
Pese a la agresiva política exterior de la Administración Trump, quizás su uno de sus méritos fue la firma de los Acuerdos Abraham en 2020 para normalizar las relaciones diplomáticas con sus socios tradicionales: Israel, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Sudán (U.S. Department of State, s.f.). Si bien es cierto, la finalidad de este tratado fue construir una solución pacífica a las tensiones en Oriente Medio, hablando en términos de cooperación internacional, económica y comercial, pese a que no se tomó en cuenta la disputa territorial entre Israel y Palestina (France24, 2020).
Según Laipson (2021), este tratado bien podría significar una estrategia geopolítica de EE.UU. para formar una alianza militar con sus aliados regionales y así frenar el programa atómico de Teherán, entendiendo que su campaña de máxima presión no ayudó mucho. En ese sentido, se puede interpretar que Irán fue otro de los motivos detrás de los Acuerdos de Abraham, para que Israel y Emiratos Árabes Unidos mejoren sus relaciones y ejerzan mayor influencia, tratándose de percepciones de amenazas mutuas: contener al país islámico. Sin embargo, es muy pronto para determinar si estos acuerdos incidirán en la prioridad de la Administración Biden de reactivar el JCPOA, lo cual agravaría la percepción de amenaza de Irán y echaría abajo las futuras negociaciones.
Durante su campaña presidencial, Joe Biden prometió que EE.UU. regresaría al JCPOA, una vez en el cargo, a principios del 2021, ambas partes han mantenido conversaciones indirectas en Viena para debatir la posibilidad de reactivar el acuerdo nuclear del 2015 (Brewer, 2021). Pero hasta el momento no se ha trazado un camino de retorno definitivo al JCPOA, siendo inciertas las negociaciones.

Pese a la posición anti- Occidente, tanto de Ebrahim Raisi cuanto del ayatolá Alí Khamenei, no se oponen a volver al acuerdo nuclear de 2015, que en su momento fue un intercambio de sanciones por restricciones. De hecho, Raisi en su primera conferencia de prensa declaró que las negociaciones para un eventual retorno deberán ser “beneficiosas para los intereses nacionales del pueblo iraní”, si es así su gobierno las apoyará; aunque responsabilizó a EE.UU. y los tres países europeos (Francia, Reino Unido y Alemania) de incumplirlo (France24, 2021).
Estos pronunciamientos hacen referencia a la difícil situación económica que ha encarecido las condiciones de vida de la población iraní en los últimos años gracias a las sanciones impuestas por EE. UU. en el sector petrolero y financiero. Produciéndose un decrecimiento desde 2017 y una baja anual del 5% hasta 2020, tras el rompimiento del acuerdo nuclear y las restricciones de la emergencia sanitaria del Covid-19 (Robinson, 2021).
A su vez, la inflación anual bordea el 50%, el desempleo llega al20% y la cifra de muertos por la pandemia es la más alta de Oriente Medio, siendo ya 82.000 los decesos confirmados (Sierra, 2021). Por lo tanto, estos esfuerzos para lograr un acuerdo de “largo plazo y más fuerte” podrían venirse abajo por la apatía de los sistemas políticos iraní y norteamericano. Sumado al afán de EE.UU. por contrarrestar la influencia de China y Rusia en Oriente Medio, en vista de la amenaza externa que constituye para su liderazgo internacional.
Puesto que no sería extraño si Teherán buscara cooperación estratégica con otros aliados rivales de la superpotencia norteamericana, que no interfieran en sus asuntos internos y les ayuden a superar la crisis económica por las sanciones. Entonces, buscar levantar las sanciones será prioritario para el próximo presidente iraní afín de mejorar las condiciones económicas de su pueblo golpeadas por las mencionadas sanciones y la pandemia, a través de la diplomacia nuclear con EE.UU.
The fact is, Iran is closer to a nuclear bomb today than it was when Donald Trump took office.
— Joe Biden (@JoeBiden) September 15, 2020
Every day he’s in charge of our national security is another day our enemies are emboldened and the American people are at risk. https://t.co/hEMkpGARuo
Referencias Bibliográficas:
Brewer, E. (2021). What’s Next for Iran Nuclear Talks? Center for Strategic and International Studies (CSIS). Retrieved from: https://www.csis.org/analysis/whats-next-iran-nuclear-talks
BBC. (2018). 5 puntos clave del acuerdo nuclear con Irán del que Donald Trump retiró a Estados Unidos. Recuperado de: https://www.bbc.com/mundo/noticias- internacional-43962589
BBC. (2021). Qué significa para Irán y para el mundo la victoria del clérigo ultraconservador Ebrahim Raisi en las presidenciales de la nación persa. Recuperado de: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-57536833
Carcedo, D. (2019). La sangrienta guerra entre Irán e Irak. La Vanguardia. Recuperado de: https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia- contemporanea/20190625/47311984019/la-guerra-entre-iran-e-irak.html
Council Of Foreign Relations (CFR). (2021). U.S. Relations With Iran 1953-2021. Retrieved from: https://www.cfr.org/timeline/us-relations-iran-1953-2021
Fernández, D. (2018). Las relaciones de Estados Unidos con Irán (2009-2018) Tensión, distensión, tensión. Revista UNISCI, (48), 165-208. Recuperado de: http://www.unisci.es/wp-content/uploads/2018/12/UNISCIDP48-6DAVID.pdf
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Guimón, P. (2020). EE UU mata al poderoso general iraní Soleimani en un ataque con drones en el aeropuerto de Bagdad. El País. Recuperado de: https://elpais.com/internacional/2020/01/03/actualidad/1578010671_559662.htm l
Garduño García, M. (2020). La cuestión nuclear iraní revisitada: tensiones, sanciones y negociaciones en torno al Plan de Acción Integral Conjunto de 2015. Estudios de Asia y África, 55(1), 5-42. Recuperado de: http://www.scielo.org.mx/pdf/eaa/v55n1/2448-654X-eaa-55-01-5.pdf
Laipson, E. (2021). El presidente Biden y los Acuerdos de Abraham. Política Exterior. Recuperado de: https://www.politicaexterior.com/articulo/el-presidente-biden-y- los-acuerdos-de-abraham/
Robinson, K. (2021). Iran’s Presidential Election: What to Know. Council Of Foreign Relations (CFR). Retrieved from: https://www.cfr.org/in-brief/irans-presidential- election-what-know
Slavin, B. (2021). The JCPOA but not much else: Modest expectations for US-Iran relations post Rouhani. Atlantic Council. Retrieved from: https://www.atlanticcouncil.org/blogs/iransource/the-jcpoa-but-not-much-else- modest-expectations-for-us-iran-relations-post-rouhani/
Sierra, G. (2021). Quién es Ebrahim Raisi, el clérigo ultraconservador que llega a la presidencia de Irán. Infobae. Recuperado de: https://www.infobae.com/america/mundo/2021/06/19/quien-es-ebrahim-raisi-el- clerigo-ultraconservador-que-llega-a-la-presidencia-de-iran/
U.S. Department of State. (s.f.).The Abraham Accords.Retrieved from: https://www.state.gov/the-abraham-accords/