La fallida comprensión de la realidad Afgana
El fiasco en Afganistán es fruto de dos décadas de malas políticas y una lectura errónea de la situación del país.
Los dirigentes políticos nacionales de Afganistán nunca llegaron a cohesionarse totalmente para acordarla mejor manera de combatir a los talibanes. Había tensiones entre los agentes del poder regional y Kabul, y entre los distintos grupos étnicos. No se promocionó lo suficiente una visión nacional de cohesión común. Además, los esfuerzos de Estados Unidos por identificar, incluso seleccionar, a los líderes políticos sólo consiguieron socavar la independencia y la legitimidad del gobierno afgano. Afganistán está conformado por una compleja realidad étnica que Estados Unidos y sus aliados no han sido capaces de comprender (ver mapa 1).

En este sentido, otro error de cálculo de Estados Unidos tiene que ver con la debilidad de los señores de la guerra regionales. Desde 2001, se había asumido que éstos comandaban miles de guerrilleros armados que podían ser movilizados rápidamente contra los talibanes. Tanto EE.UU. como el gobierno nacional afgano creían que esto era así y, en consecuencia, les acomodaron en puestos de poder locales, pero a menudo eran corruptos y brutales.
Sin embargo, la rápida caída de sus bastiones ante el avance talibán, incluido Sheberghan, que estaba bajo control del criminal de guerra y ex vicepresidente Abdul Rashid Dostum, han demostrado lo errónea que estaba esta suposición. De hecho, el ahora expresidente Ghani llegó a pedir ayuda a estos señores de la guerra, sólo para descubrir que no tenían hombres que reunir. Esto hace palpable la lamentable situación del gobierno afgano.
Por el contrario, los talibanes demostraron ser resistentes no sólo como organización militar y terrorista, sino también como movimiento político. Después de 2001, los talibanes siguieron gozando de apoyo popular en algunas partes de Afganistán, especialmente las zonas rurales. Además, han sabido conservar la capacidad de alistar a nuevas generaciones de jóvenes, fruto en parte de la falta de oportunidades y expectativas de prosperar entre estratos más desfavorecidos y desencantados con la ocupación militar estadounidense y el gobierno central afgano (McMaster, 2021). Por ello, la Coalición, aunque tecnológicamente superior, nunca pudo eliminar por completo la presencia talibán, incluso en las ciudades. Siempre han tenido espías, simpatizantes, o militantes infiltrados en toda la geografía del país.
Por su parte, los esfuerzos del gobierno afgano por reconciliarse con los talibanes a partir de 2010 cristalizaron en una aceptación implícita de su importancia política y militar dentro de Afganistán. Asimismo, la decisión de Estados Unidos de negociar formalmente con los talibanes en 2018 fomentó que algunos gobiernos extranjeros recibiesen a emisarios talibanes tras el Acuerdo de Doha de febrero de 2020. Esto dio a los talibanes legitimidad política, tanto doméstica como internacional; hecho que no ha pasado de vista a la población afgana (Boone, 2021).

Occidente ha malinterpretado su promesa de paz y coexistencia con el gobierno cuando se pusieron a negociar en Doha con Ghani después de llegar a un acuerdo con la administración Trump sobre el calendario de retirada. Nunca tuvieron intención de llegar a un acuerdo ni de cambiar y prescindir de su ideario más radical, como atestiguan las recientes imágenes tras la toma del poder (torturas de colaboradores de la OTAN, prohibición a las mujeres de trabajar o estudiar, implantación de la Sharia, brutal represión de protestas pro-bandera tricolor afgana, etc.).
Ahora, desde el Palacio Presidencial de Kabul, a los talibanes no les importa que sus actos supongan perder el reconocimiento internacional occidental, pues saben, como ya ha sido anunciado, que otros países reconocerán su nuevo estado. Es especialmente destacable el caso de China, cuyo ministro de asuntos exteriores se reunió con una delegación talibán, llegando a acordar el reconocimiento de China a un futuro Emirato Islámico (McMaster, 2021).
Por último, cabe destacar que, incluso con los éxitos en materias como calidad institucional, representatividad política, fortalecimiento del estado de derecho, o calidad de los servicios públicos; se han exagerado los beneficios conseguidos. Se trabajó conscientemente con altos cargos políticos, militares y policiales corruptos y que la población veía como responsables de abusos de todo tipo. Esto socavó aún más la legitimidad pública del gobierno afgano.
Por otro lado, la producción de droga, especialmente de opio, no paró de crecer desde 2001 (ver gráfico 1). Asimismo, el lento crecimiento de la economía afgana ha producido un exceso de dependencia de las ayudas extranjeras, especialmente de la inversión estadounidense que se espera que desaparezca tras la toma del poder por parte de los talibanes.

Por todo ello, en última instancia, la decisión de la Casa Blanca de retirar sus fuerzas de Afganistán no es la única explicación del caos y desesperación que inundan hoy Afganistán. La verdadera causa de que los talibanes hayan tomado el poder radica en dos décadas de políticas fallidas que no consiguieron crear un liderazgo político eficaz. Todo ello, a consecuencia de no saber interpretar la realidad del país.
En este contexto, resulta incomprensible la incapacidad y falta de instinto de supervivencia del gobierno afgano para alzar un grito de guerra general a la nación en contra de los talibanes que la asediaban. La culpa de la pérdida de Afganistán es pues, de todos los implicados en los últimos veinte años.
Bibliografía
Boone, J. (2021). The last days of the ‘New Afghanistan’. Obtenido de Financial Times el 20/08/21: https://www.ft.com/content/4a276093-cf85-4da7-9093- 6af6443bb53a
Izady, M. (2017).Infographs, Maps and Statistics Collection. Obtenido de The Gulf/2000 el 23/08/21: project: https://gulf2000.columbia.edu/maps.shtml
McMaster, H. (2021). We All Lost Afghanistan. Obtenidode Foreign Affairsel 20/08/21: https://reader.foreignaffairs.com/2021/08/16/we-all-lost- afghanistan/content.html
Rowlatt, J. (2019). How the US military's opium war in Afghanistan was lost. Obtenidode BBC News el 22/08/21: https://www.bbc.com/news/world-us-canada-4786144