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En 1990 el conflicto en Colombia y la guerra contra el narcotráfico se expandían rápidamente, es decir, el crecimiento de los grupos armados y el narcotráfico eran los mayores problemas en la frontera Colombo –Venezolana.

Anterior a eso, en los años 60’,70’ y 80’, las Fuerzas Armadas Venezolanas habían contenido a los grupos armados, tanto guerrilleros como paramilitares, dentro de las fronteras colombianas.

Para ello, utilizaban como método la “persecución en caliente”, táctica en la cual los comandos cruzaban la frontera con Colombia en escenarios donde daban caza segura y cercana al enemigo.

El expresidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, visitandola Academia Militar de Venezuela en 2011. Fuente: Hugo Chávez

En 1992 la crisis política e institucional había llegado al sector militar, dejando como resultado el descuido y abandono de las fronteras sur venezolanas, la apatía por parte de las autoridades dio la oportunidad a los grupos armados de operar en los municipios sur del Estado de Apure. A finales de ese mismo año, grupos paramilitares colombianos (Autodefensas Colombianas) y el Frente Décimo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, guerrilla marxista) se disputaban el control de los municipios entorno al rio Arauca, que transita por la frontera Colombo – Venezolana.

Como consecuencia de la ausencia del Estado Venezolano y la extorción de grupos paramilitares a campesinos y habitantes del municipio Guasdualito del Estado Apure, se creó a las Fuerzas Bolivarianas de Liberación, guerrilla venezolana que justificaba sus acciones en el derecho histórico a la tenencia de armas para la defensa de su población.  Posterior a su creación, declararon el municipio de Guasdualito como una comuna autónoma e independiente del Estado venezolano, siendo a su vez aliados de las FARC.

Al contrario de las Autodefensas Colombianas, que también estaban vinculadas al narcotráfico, la guerrilla colombiana buscaba una expansión ideológica marxista, apoyar política y militarmente los cambios que ocurrían durante de década de los 90’ en Venezuela. Con la llegada de Hugo Chávez al poder, la alianza política dio carta blanca a las FARC para operar libremente en el Estado Apure, lo cual trajo seguidamente la instalación del narcotráfico para la financiación de la guerrilla colombiana.

La guerra que se desarrollaba dentro de las fronteras colombianas y el resguardo en territorio venezolano daba un lugar seguro y estratégico para las operaciones de dicho grupo. Además de las FARC, otras guerrillas colombianas marxistas como el Ejército de Liberación Nacional también habían hecho una alianza con Chávez y operaban en otras regiones de Venezuela, como la frontera occidental que abarca Zulia y Táchira, y la frontera sur con el Estado Amazonas y Bolívar.

División territorial de Venezuela. Autor: Milenioscuro

En 2016, los acuerdos de paz y desmovilización de las FARC con el gobierno colombiano habían creado una división de los frentes guerrilleros. El Frente Décimo, que era el que manejaba las operaciones de narcotráfico para la financiación de la guerra, se había negado a desmovilizarse y continuó con sus operaciones dentro del Estado Apure.

Posteriormente, en 2020, algunos antiguos comandantes guerrilleros ya desmovilizados por el acuerdo de paz, vuelven a las armas denominándose Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia “Segunda Marquetalia” (referencia al territorio donde se inició la guerrilla colombiana), e intentan tomar el mando de todos los frentes guerrilleros, pero los frentes que se habían negado a desmovilizarse llamados disidencias, rechazan unirse a la Segunda Marquetalia.

A finales de ese mismo año, algunos enfrentamientos entre el ejército venezolano y las disidencias en Apure evidenciaban una disputa entre ambos bandos, extraoficialmente los periodistas indican que los enfrentamientos se deben a la disputa entre la disidencia y la Segunda Marquetalia por el control del territorio de Apure, por lo cual el gobierno venezolano busca desplazar a las disidencias para ceder el territorio a la Segunda Marquetalia, que es su aliado más cercano.

En marzo de 2021, durante la campaña de restauración de unidades blindadas, transporte terrestre y aéreo del ejército venezolano, se inicia la operación militar de las Fuerzas Armadas Venezolanas “Lanceros de Apure”, para recuperar el territorio controlado por el Frente Décimo de las FARC (disidencias) desde hace más de 20 años.

Primero se movilizan los batallones de comandos Caribe, conocidos anteriormente como Cazadores (infantería ligera y contrainsurgencia), pero estos son ineficientes para combatir a la experimentada guerrilla, debido a que durante el gobierno de Chávez se eliminó el entrenamiento antiguerrilla de estas unidades por razones políticas.

Ante la falta de progresos se les refuerza con los batallones de blindados BTR-80 y se llama a las Fuerzas Especiales del Ejército y de la Policía Nacional. Para desgracia del contingente venezolano, también son repelidos por la guerrilla; una de las unidades blindadas es destruida por la activación de minas artesanales, las fuerzas especiales del ejército tienen poca experiencia y carecen de buenos oficiales, y las fuerzas especiales de la policía nacional son ineficaces en un terreno no urbano.

Seguidamente hace acto presencia la aviación militar, bombardeando con cazas ligeros K8W, pero los bombardeos son imprecisos y no causan daños. Ante la ineficacia, se unen al ataque las unidades de artillería remolcada, sumando a los bombardeos cañones de 155mm y morteros SANI de fabricación rusa de 120mm, aunque el resultado es el mismo debido a la falta de preparación y entrenamiento de las unidades del ejército.

Continuando con los combates, ingresan en la zona unidades de la Infantería de Marina, cuyo entrenamiento fue realizado por los Navy Seals de la marina estadounidense, también llegan unidades de la patrulla fluvial, pero sin dar ningún tipo de resultado positivo para el gobierno de Venezuela. A última hora se suman algunos asesores rusos con drones Orlan-10, pero entran demasiado tarde al conflicto.

Un K-8VV Karakorum de la Aviación Militar Bolivariana de Venezuela. Autor: Carlos E. Perez S.L

Finalmente, un grupo mixto formado por Fuerzas Especiales del Ejército y comandos de la Infantería de Marina incursionan dentro del llano apureño para dar caza a los grupos guerrilleros, pero una filtración de información hizo que el grupo cayera en una emboscada realizada por la guerrilla, los mismos fueron abandonados por los helicópteros que los transportaban, por el temor de los pilotos a ser derribados por el fuego enemigo.

Algunos comandos lograron sobrevivir llegando a pie a la base del batallón de caribes más cercana, durante la fallida operación se registraron heridos, muertos, desaparecidos y capturados en manos de las disidencias de las FARC.

Posterior a los hechos, videos publicados por las disidencias muestran a un grupo de comandos venezolanos capturados y pidiendo mediación por parte de gobierno de Venezuela, para luego ser liberados días después y rápidamente retirarse de las zonas de combate, sellando la derrota de las fuerzas armadas venezolanas ese año.

Como resultado del conflicto las Fuerzas Armadas Venezolanas perdieron dos vehículos blindados BTR-80, uno por la activación de una mina de fabricación artesanal y otro por un accidente de mortero dentro del vehículo, además de más de una decena de soldados fallecidos.

Públicamente se evidenció la poca preparación y formación de las unidades de las fuerzas armadas, así como la deficiencia del equipo para la guerra moderna, ya que los blindados no cuentan con la protección para minas de fabricación artesanal lo que fue un gran problema para la movilización de unidades, asimismo es patente la carencia de bombardeo de precisión y el uso de drones para el campo de batalla.

Algunos expertos en la materia preguntan por la ausencia de los drones Arpía y los helicópteros de ataque Mil mi 35, algunos medios afirman que una de las razones del abandono de los helicópteros en el campo de batalla se debe a la tenencia por parte de los guerrilleros de lanza granadas propulsados y antiaéreos portátiles, estos posiblemente fueron suministrados anteriormente por el gobierno de Venezuela, además de contar con tecnología para la guerra electrónica e inhibidores de señales lo cual complico la comunicación de las fuerzas armadas nacionales.

Como consecuencia de la derrota, en febrero de 2022 se inicia una nueva campaña por parte de las Fuerzas Armadas Venezolanas en Apure, pero esta vez con un cambio de táctica evidente, videos publicados en cuentas oficiales muestran soldados mejor equipados y mejor entrenados, así como la utilización de artillería autopropulsada, helicópteros de ataque Mil mi 35, también de blindados de desminado y unidades anti-explosivos, sumando una campaña propagandística que muestra las victorias de las fuerzas armadas sobre el grupo guerrillero. Paralelamente a la propaganda oficial hay un gran hermetismo sobre situación en el Estado Apure, creando dudas sobre la información oficial publicada en redes sociales.

Durante el mes de febrero las Fuerzas Bolivarianas de Liberación (guerrilla venezolana), denuncian la toma del municipio Guasdualito por parte de elementos del Ejército de Liberación Nacional (guerrilla colombiana), piden al gobierno y las Fuerzas Armadas Venezolanas la intervención del municipio, al mismo tiempo periodistas denuncian que elementos de la mencionada guerrilla colombiana son utilizados como combatientes de primera línea, para luego dichos territorios ser tomados por las Fuerzas Armadas Venezolanas.

Posterior a las denuncias, videos oficiales sobre la entrada en acción de la Milicia Nacional Bolivariana (reserva activa de las Fuerzas Armadas Venezolanas), deja la incertidumbre sobre una posible falta de efectivos militares en las Fuerzas Armadas Venezolanas, a su vez el despliegue de tropas aerotransportadas que habían estado ausentes en la campaña anterior, muestra un aumento de efectivos militares en la zona.

Por último, resalta el envío de divisiones mecanizadas compuestas por tanques ligeros Scorpio 90, de fabricación inglesa, y vehículos de trasporte de tropas BMP-3, de fabricación rusa, utilizados actualmente en Ucrania, lo que nos indica que no solo no se ha producido una victoria, sino que además existe un crecimiento del conflicto y las hostilidades en los municipios afectados que intentan recuperar las Fuerzas Armadas Nacionales de Venezuela.

Hasta la fecha continúa el combate en el Estado de Apure.

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