La tragedia de los mercenarios sirios
En este primer artículo contaremos la trágica historia de varios soldados de fortuna sirios que combatieron y perecieron en los campos de batalla libios enviados como carne de cañón por Turquía para apoyar al gobierno de Trípoli en plena guerra civil durante 2020.

En diciembre de 2019, los mercenarios sirios abrían titulares en media África. ¡Turquía ha desplegado miles de soldados del Syrian National Army tras un acuerdo con el Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) libio! Aunque inicialmente se desmintió este hecho, pronto fue evidente que más de 20.000 mercenarios sirios estaban rellenando los huecos del frente de Trípoli y que una parte de ellos estaban regresando a Siria, en ataúd.
Los investigadores del Syrians for Truth and Justice (STJ) comenzaron a monitorizar el uso de combatientes sirios como mercenarios en el extranjero.
El 11 de mayo de 2020, STJ publicó el primer informe sobre mercenariado en Siria revelando los mecanismos de reclutamiento, el transporte de los soldados al teatro de operaciones mediante compañías aéreas civiles y el sinfín de abusos y engaños a los que fueron sometidos.
Syria/Libya: Complaint to the UN Working Group on the Use of Mercenaries
Entre otros abusos se incluyen soldados engañados, niños soldado, reclutas forzosos debido a la presión familiar, mujeres enviudadas al poco de casarse, cadáveres que no se repatrían, soldados que permanecen secuestrados y sin paga... Estas son sus historias:
Abduljabar M., 38 años, el abandonado
Abduljabar nació en Al Bab en 1985. Está casado y tiene un hijo. Hoy tiene su casa en Ras al Ayn pero su esposa le abandonó y se llevó a su hijo a Al Bab.
Fue reclutado por la Brigada Suleiman Shah por un comandante dentro del Grupo Militar Abu Aubaida. El atractivo de la Brigada Suleiman es que está compuesta por la minoría de turcomanos sirios, que sí hablan turco, por lo que son perfectos para hacer labores de enlace entre el ejército turco y el resto de las facciones sirias que hablan árabe.

Llegó en un avión comercial a Libia el 13 de agosto de 2020 y pronto recibió heridas en tres ocasiones diferentes, la última de ellas le tuvieron que amputar la pierna izquierda.
Abduljabar fue a Libia por el dinero, sin embargo tras se herido regresó a Siria, sin embargo en Libia desarrolló una fuerte drogadicción. Cuando regresó a Siria, su situación familiar se volvió trágica. Su esposa lo abandonó y se vio obligada a trabajar como conserje en un ayuntamiento local para cubrir las necesidades básicas de su hijo.
Abduljabar recibió solo 5.000 liras turcas tras la lesión. El dinero ni siquiera cubrió los costes del tratamiento, hoy está discapacitado y no puede trabajar. También es adicto a las drogas, su esposa le pidió el divorcio. . .
Abdo Z. 16 años, alistado a la fuerza por sus padres
Abdo nació en Taftanaz, una pequeña ciudad de Idlib junto a la que se sitúa un aeropuerto militar en el que se produjo un importante asedio victorioso de los rebeldes. Su identificación fue emitida por el Gobierno de Salvación de Siria (SSG), que está afiliado a la facción militar Hayat Tahrir al-Sham (HTS), la antigua Al Qaeda Siria.
La familia de Abdo contactó con un comandante de Furqat al Hamza para negociar el reclutamiento de su hijo. El comandante, Mu'taz Abdullah (también conocido como Abu Faisal al-Binichi) proviene de la provincia de Idlib y dirige la Brigada Liwa al-Ghab/al-Ghab, un subgrupo dentro de la División al-Hamza.

El 9 de diciembre de 2020, Abdo fue transportado junto a otros reclutas a un punto de reunión cerca de la aldea de Hawar Kilis, en el lado sirio de la frontera con Turquía. El 13 de diciembre cruzaron a Turquía y el 1 de enero de 2021 fueron trasladados a Libia.
La familia acordó con el comandante un salario mensual de 9.000 liras turcas (450 euros), aunque hasta el momento Abdo afirmó que habían pagado solo 7.000 y añadió: "Me hirieron en Libia y regresé a Siria para recibir tratamiento. Me enviaron de regreso a Libia cuando mejoré. Actualmente estoy presente en Salah Eddin Camp, cerca de Trípoli”.
“Después de que me hirieran mi familia pidió repetidamente a Furqat al Hamza que me despidieran y me devolvieran a Siria, pero sus esfuerzos fueron en vano. Hoy vivo en un constante estado de miedo. Sobre todo tengo miedo de violar cualquier orden militar que me den, porque el castigo sería prisión en el mejor de los casos. Tengo miedo de los asesinatos y las matanzas; los soldados se asesinan unos a otros sin que nadie les haga redir cuentas. Aquí no hay poder judicial ni tribunal”.
Wael. Z 16 años alistado a la fuerza por sus padres
Wael también nació Taftanaz y al igual que Abdo, fue enviado a luchar en Libia por sus padres.
Hoy, Wael sirve en el campamento de refugiados de Yarmouk, dentro de la oficina de seguridad de Furqat al Hamza.
La familia envió a su hijo a Libia anhelando el salario mensual de 9.000 liras turcas. Wael tuvo suerte pues le asignaron tareas administrativas y logró permanecer en Siria. No fue enviado a combatir, sin embargo se volvió adicto al cristal, o lo que localmente llaman H-Pose. Los padres son conscientes de su adicción pero les resulta indiferente, tan solo les importa el salario que envía su hijo.
Una fuente informada de la División al Hamza afirmó que más de 2.000 combatientes sirios resultaron heridos durante la guerra de Libia, y varios cientos de ellos no recibieron compensación por sus lesiones.

Los soldados de la primera oleada que llegó a Libia a menudo sufrieron heridas debido a los explosivos trampa, la metralla del fuego de mortero y el fuego de fusilería, sin embargo con el tiempo la principal amenaza está entre los propios mercenarios y las milicias libias, que a menudo tienen roces que degeneran en tiroteos y violencia.
En un informe anterior, STJ citó una entrevista con un empleado administrativo dentro de la Primera Legión del Syrian National Army. El empleado era responsable de registrar los nombres de los combatientes sirios reclutados como mercenarios y dijo que a los reclutas se les prometió una compensación de 35.000 dólares estadounidenses en caso de lesiones permanentes sufridas durante los combates en Libia.
Obviamente ese tipo de compensaciones jamás se han materializado.
Mustafá H., 34 años, el estafado
Mustafá nació en la ciudad de Al Bab, en la provincia de Alepo en 1989. Durante la operación Escudo del Éufrates el Estado Islámico se atrincheró en dicha ciudad e infligió varias derrotas al ejército turco apoyado por el SNA antes de alcanzar un acuerdo de retirada.
Nuestro protagonista está casado y tiene cuatro hijos. Fue reclutado por Hamza al Shaker, un comandante de la Liwa Muhammad al Fateh famosa por sembrar el pánico mediante secuestros en el cantón kurdo de Afrin.
Mustafa llegó a Libia el 7 de marzo de 2020 y fue herido en combate el 8 de abril de 2020, en lo que pronto se convirtió en una discapacidad permanente en su pierna izquierda y en un desprendimiento de retina en su ojo derecho. Fue dado de alta y regresó a Siria el 22 de octubre de 2021.

“Mi pariente fue a Libia por el salario, y fue testigo de varias reducciones de salario hasta quedar reducido a 9.000 libras sirias, 3,3 euros. La Liwa no le recompensó ni cubrió los costos del tratamiento por su lesión.
Su familia ha contactado al Departamento Médico de la Oficina de Reclutamiento, afiliada a la Oficina de Relaciones Públicas en Hawar Kilis, Turquía pero "no obtenemos nada más que promesas”.
Afortunadamente, su esposa trabaja en una organización de la sociedad civil y está administrando las finanzas familiares. Su familia también la ayuda; le envían algo de dinero. Sin el trabajo de la esposa, la familia habría estado en una situación muy grave.
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