La ofensiva turca en Siria
Por Yago Rodríguez.
Mientras los jóvenes sirios limpian cuidadosamente sus cañones y cargan los cartuchos en las cintas de munición, Recep Tayip Erdogan desde su despacho se dispone a firmar la orden que autoriza el inicio de su enésima campaña militar en el norte de Siria. Mientras tanto, al otro lado de la frontera un puñado de kurdos montan guardia a la espera de que estalle el infierno.
Desde 2016 Turquía ha lanzado diversas acciones militares en Siria e Iraq para combatir a los kurdos y realojar a los refugiados sirios en su propio país. Y ahora nos encontramos en la víspera del siguiente capítulo de esta historia, la invasión de las provincias de Manbij y Tal Rifat.

Hay tres ideas para comprender la mentalidad turca respecto a la operación militar que se avecina:
● El separatismo kurdo representado por el PKK se considera una amenaza vital al Estado turco. El resto de kurdos sirios e iraquíes son vistos como una extensión de dicho grupo terrorista.
● Turquía acoge a 3,6 millones de refugiados sirios que han procurado reasentar en territorios conquistados de Siria.
● El neo-otomanismo propugnado por Erdogan ve en el norte de Siria un territorio que les puede ser legítimo. Recordemos que el norte de Siria e Iraq hasta Mosul y Alepo fueron considerados para formar parte de la República de Turquía.
Para conjugar los anteriores retos y ambiciones, la solución turca desde 2016 ha pasado por construir una zona colchón de 30 km de profundidad en todo el norte de Siria.
Con el fin de construir el colchón fronterizo se ha invadido el norte del país, establecido instituciones títere al servicio de Ankara -incluyendo policía y ejército- e inculcando el turco en vez del árabe en los servicios educativos. Una conquista en toda regla.

Sin embargo, los turcos se han topado con una importante oposición kurda. Los kurdos del norte de Siria lideraron la guerra contra el Dáesh en el norte, lo que les valió la protección de Washington y la oportunidad de constituir un Estado organizado en cantones y conocido como Rojava.
Rojava se estructura gracias a la YPG, la organización política y militar kurda que permitió encauzar la rebelión contra Asad y la ayuda internacional para luchar contra el Dáesh, no obstante, los kurdos dependen de la buena fe de EEUU, quien mantiene 2.000 efectivos en Rojava que sirven para combatir a la insurgencia islamista, y disuadir a Siria y Turquía de intervenir militarmente.
En estos momentos la gran duda pesa sobre Tal Rifat -al norte de Alepo- y Manbij, dos áreas muy expuestas a una ofensiva turca y que han sido referidas por las autoridades de Ankara como objetivos.
Los incentivos que tienen los turcos para lanzar su campaña son notables. Los rusos están centrados en Ucrania, así que han reducido su presencia en Siria, por no decir que están interesados en que Ankara no venda ciertas armas a Ucrania y no obstaculice el tráfico naval ruso en el Bósforo.
De otro lado, Estados Unidos debe garantizar que Finlandia y Suecia accedan a la OTAN, a la vez que las cuestiones de Oriente Próximo en general y Siria en particular, cada vez tienen menos importancia en Washington.

Ante este contexto no debería sorprendernos que ya hayan existido negociaciones secretas para consentir la acción turca, pero incluso si estas no han existido, lo cierto es que EEUU no tiene mucho margen de actuación: una respuesta muy dura puede provocar una ruptura con Turquía que no conviene a los intereses de la Casa Blanca.
Mientras tanto, hay informaciones sobre desplazamientos del ejército turco y despliegues de sus aliados del Syrian National Army junto a territorio kurdo. Asimismo, los kurdos ya han decretado el Estado de Emergencia y han constituido salas de operaciones conjuntas con Irán para planificar la defensa y la llegada de material de guerra.
Irán -una potencia rival para Turquía- es el único Estado con margen de maniobra y fuerza sobre el terreno como para apoyar a los kurdos de manera decidida.
En vista de todo lo apuntado, es razonable asumir que los turcos aprovecharán esta ventana de oportunidad a fin de lanzar su campaña, durante la que los kurdos estarán solos. Al fin y al cabo, como reza el dicho kurdo, solo tienen un aliado real, las montañas.