Medio de comunicación independiente

Por Yago Rodríguez

Viendo los últimos movimientos de la diplomacia española no me he podido resistir a redactar este artículo, ya que al fin parece que España está centrando sus esfuerzos de una manera menos ineficaz, un hecho que se puede atribuir al nuevo ministro de Exteriores, José Manuel Albares.

En 2019 el PSOE de Pedro Sánchez ganaba las elecciones. Durante los 2 años siguientes Arancha González Laya ocuparía la cartera de exteriores.

El ministro de Exteriores José Manuel Albares. Captura de pantalla propia.

La ministra tuvo una dura etapa que incluyó la crisis con Marruecos derivada de los Acuerdos de Abraham, lo que terminó costándola la cartera.

La crisis con Rabat dejó entrever la ineficacia y los errores de la política exterior española, incluyendo:

  • La incapacidad para prevenir y estar preparados ante los Acuerdos de Abraham y la reacción marroquí.
  • El desgaste (y el descuido) de las relaciones con Estados Unidos.

No se trata aquí de ser duros con la hoy exministra, puesto que en realidad desconocemos las presiones y limitaciones a las que se vio sometida.

La crisis con Marruecos es el resultado indirecto de los acuerdos entre Rabat - Tel Aviv - Washington -AbuDabi. Como indicó el periodista Ignacio Cembrero, Mohamed VI pidió la "cabeza" de la ministra debido a que apoyó tratar en España al líder del Polisario Brahim Gali. Captura de pantalla propia.

Junto a lo anterior, hay que apuntar un rasgo permanente de la cultura política española: la política exterior tiene poco peso electoral, a lo que se suma el problema de la inestabilidad interna, todo lo que desemboca en que gobierno tras gobierno, no se puedan centrar las energías en una política exterior proactiva.

Así las cosas, poco después de la crisis con Marruecos -en julio de 2021- José Manuel Albares se convirtió en el sustituto de Arancha González y pese a que solo han pasado 5 meses ya se pueden apreciar cambios.

Albares es un diplomático de carrera con una formación muy completa que incluye derecho con especialidad jurídico-económica (Universidad de Deusto), defensa (CESEDEN), y gestión cultural en el exterior (Universidad Carlos III).

Leyes, defensa y cultura son tres ramas del saber cuyo manejo debe servir bien a un diplomático.

Junto a eso, Albares tiene una amplia experiencia diplomática, habiendo estado destacado como embajador en Bogotá y París. Recordemos que históricamente, Francia es una de las potencias más importantes para España , por lo que se trata de una embajada que solo se confía a los "funcionarios" que más destacan.

Por su perfil, podemos definir al ministro como un verdadero estadista, una persona que debe conocer los entresijos y los mecanismos de la política europea y francesa y una persona con una abultada agenda de contactos personales.

El jarro de agua fría que fue la "reunión" de Sánchez con Biden se produjo en el marco de la OTAN. Que Madrid anfitrione el NATO Summit de junio de 2022 es una nueva oportunidad. Captura de pantalla propia.

Dicho esto veamos como Albares y el gobierno han maniobrado los últimos meses.

De entrada, Margarita Robles ha proseguido ejecutando la diplomacia de defensa ante la OTAN y Estados Unidos, y es que Defensa ha sido la principal baza de Madrid para mejorar sus relaciones con Washington. Pero el MINDEF no puede hacerlo todo, es necesario que el MINEXT interpele directamente a la Secretaría de Estado dirigida por Anthony Blinken en Estados Unidos.

Pero hay 3 citas que marcarán este 2022. En septiembre Pedro Sánchez asistirá a la apertura del periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU, y en octubre, asistirá a la cumbre del G20 en Bali.

En ambos casos se trata de citas importantes en las que España debe estar presente.

Pero la más importante y la que  representa un gran éxito es la anunciada el pasado octubre junto al secretario general de la OTAN: Madrid acogerá el próximo "NATO Summit" los días 29 y 30 de junio de 2022.

No solo se trata de acoger el evento clave de la mayor organización de seguridad en Europa, sino que se trata de que acuden numerosos jefes de gobierno, incluido el mismísimo Joe Biden, y se trata de la organización que Washington más valora en el viejo continente... La OTAN es una "autopista" para la diplomacia estadounidense, así que profundizar las relaciones con dicha organización permite aproximarse a Estados Unidos en un momento crítico.

Recordemos que de la administración Biden depende el statu jurídico del Sáhara Occidental y el grado de apoyo al régimen de Mohamed VI. Los elementos descritos son la clave de bóveda de la crisis Madrid-Rabat.

Imagen vía El Correo del Golfo

Es bueno que la diplomacia y el gobierno español se hayan dado cuenta de lo importante que era reparar las relaciones con Washington.

En otro orden de cosas, destaca la positiva llamada entre Pedro Sánchez y el regente de Emiratos Muhamad bin Zayed (MBZ), durante la que ambos abordaron la cooperación económica. En este sentido recomiendo echarle un vistazo al artículo que publicamos sobre el Dubai Air Show.

Asimismo, Sánchez y MBZ tienen otros 2 asuntos importantes:

  • La estancia del Rey emérito en Abu Dabi.
  • La postura emiratí ante los Acuerdos de Abraham.

Recordemos que dichos acuerdos han tenido una derivada imprevista que está en el fondo de la actitud marroquí sobre el Sáhara Occidental, y que por tanto hay un asunto bilateral importante para ambos países.

Cabe destacar la "gira" que Pedro Sánchez tiene prevista en la región de Indo-Pacífico, y cuya fecha aún no ha sido aclarada. En este caso es previsible que la finalidad sea atraer inversiones extranjeras y quizás apoyar proyectos concretos, como la venta de los submarinos españoles S-80 a la India.

Un proyecto estratégico como el del S-80 del que depende la supervivencia de Navantia, así como miles de millones y de trabajadores merece ser promocionado ante India durante la gira de Sánchez.

Finalmente, el gran problema de la diplomacia española en estos momentos es la crisis latente con un Marruecos que mantiene cerradas las fronteras con Ceuta y Melilla y que ha establecido ilegalmente una piscifactoría en las Chafarinas.

Desgraciadamente, parece que ante Marruecos siempre se está dispuesto a ceder en pos de la estabilidad, aunque quizás sea más conveniente que por una vez tomemos nosotros la iniciativa y elevemos la tensión para meter en vereda al rey de Marruecos.

Tal y como me comentaba un amigo extranjero: es increíble como España cede ante un "chantaje barato" como el de lanzar miles de inmigrantes contra las vallas.

En conclusión, parece que la política exterior española camina en la dirección correcta, - en especial a la hora de reforzar las relaciones transatlánticas- aunque la falta de voluntad política siempre nos fuerza a la pasividad y a las concesiones ante Rabat: ¿logrará Albares cambiar también esto último? Solo el tiempo lo dirá.

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