Medio de comunicación independiente
“El país con la mayor diferencia entre su potencial y su desempeño es India”

- Kishore Mahbubani en The Asian 21st Century

Pocos conceptos son tan sonados en el ámbito de las relaciones internacionales como el de la multipolaridad. La existencia de varios polos de poder ha llevado a los Estados a distintas estrategias de adaptación a esta realidad y, mientras desde la Unión Europea la “autonomía estratégica” dista mucho de materializarse, la India ha procurado diversificar desde siempre sus alianzas y evitar alineamientos acérrimos con las superpotencias.

Una estrategia con tradición

Nada más haber obtenido su independencia del Imperio Británico en 1947, el principio rector de la política exterior india fue el de no alineamiento con ninguno de los dos bloques hegemónicos, recordemos, en un mundo bipolar. Jawaharlal Nehru trató de mantener a su país al margen de una pugna global que no beneficiaba al incipiente Estado en pos de una apuesta por el desarrollo económico, plasmando estos principios en la Conferencia de Bandung de 1955 donde India buscó ejercer liderazgo entre todos esos países del llamado “tercer mundo”.

No obstante, y pese a contar con la presencia de importantes líderes como Abdel Nasser (Egipto) o Sukarno (Indonesia), la bipolaridad del sistema pesaba demasiado e inevitablemente condujo a las naciones de la conferencia a elegir bando.

Nehru en la Conferencia de Bandung con Sukarno a su derecha.

En el caso de India, las tensiones regionales con la República Popular China, que llegaron incluso al enfrentamiento armado en 1962 por cuestiones fronterizas, crearon una situación idónea para que se forjara una pragmática relación entre Moscú y Nueva Delhi, dada la enemistad entre soviéticos y chinos. Así, ambas partes firmarían en 1971 un tratado de Paz, Amistad y Cooperación que resquebrajaba en buena medida el principio de no alineamiento, hasta que, tras la caída de la Unión Soviética en 1991, la India se vio obligada a repensar su estrategia en el exterior.

Ya no se volvería a depender de un único socio ni en lo económico ni en lo militar. De esta manera, cuando entre 1991 y 2014 los sucesivos gobiernos optaron por romper con las políticas económicas de planificación centralizada en favor de un modelo aperturista al estilo de los cuatro Tigres Asiáticos (Taiwán, Corea del Sur, Hong Kong y Singapur), lo hicieron desde un enfoque regional y no hacia Occidente.

PIB de India a precios actuales entre 1960 y 2014, fuente: Banco Mundial

El espectacular ritmo del crecimiento económico vivido desde entonces, (el más rápido de las grandes economías actualmente) se desarrolló en el marco de la Look East Policy. Una estrategia de fomentar lazos comerciales y de cooperación con los países del Sudeste Asiático materializada, por ejemplo, con el acuerdo de libre comercio entre India y la ASEAN donde se eliminaron los aranceles al 90% de los productos indios, a lo que habría que añadirle los acuerdos bilaterales que además se firmaron entre India y miembros de la organización como Indonesia, Malasia, Tailandia y Singapur durante este período.

Por otro lado, la cooperación en seguridad experimentó otra diversificación que perdura hasta nuestros días. Por esta razón, el profesor Jorge Turmo de la Universidad Autónoma de Madrid se refiere a la política exterior india y, en especial a la de seguridad y defensa, como la encarnación de Karttikeya, el dios hindú de la guerra cuyos brazos apuntan en numerosas direcciones a la vez.

Link video del profesor Jorge Turmo: (41) LOS BRAZOS DE LA GUERRA DE INDIA - YouTube

Antes de la llegada al poder de Narendra Modi, quien ha intensificado esta estrategia de múltiples alianzas o brazos, ya se habían firmado entre 1993 y 2014 más de una veintena[1] de acuerdos en cooperación militar con miembros de la ASEAN en ámbitos como la lucha contra la piratería, la transmisión de experiencia, la colaboración industrial, ejercicios y entrenamiento de tropas conjuntos, apertura de canales permanentes de comunicación, intercambio de inteligencia…

Con respecto a Occidente, India tampoco ha dudado en estrechar lazos, aprovechando precisamente la oportunidad que brinda la creciente influencia de China en el Indo-Pacífico, pues obliga a Washington a buscar aliados en la región. En 2007 India se incorporaría al Quad, un foro informal con Estados Unidos, Australia y Japón creado para abordar cuestiones de seguridad en este espacio geopolítico que tanta relevancia ha adquirido en los últimos años.

Simultáneamente, la India forma parte de la Organización de Cooperación de Shanghái, en la que también participa Pakistán, junto con Rusia y China desde 2017, cooperando así en materias como la lucha contra el terrorismo o el separatismo con dos rivales sistémicos de los Estados Unidos. Tal y como describe Jaishankar, actual ministro de Asuntos Exteriores indio, en su libro The India Way, “estos desarrollos aparentemente contradictorios únicamente ilustran el mundo en el que ahora operamos”[2].

El proyecto asertivo de Narendra Modi

A partir de su llegada al poder en 2014, el presidente, líder del BJP (Partido Popular Indio, de carácter nacionalista y religioso) ha continuado formulando la política exterior partiendo de los mismos axiomas, pero con una diferencia significativa respecto de sus predecesores: la asertividad. En otras palabras, la Look East Policy ha sido reemplazada por la Act East Policy a fin de ganar protagonismo y liderazgo en cuestiones trascendentales para India como puede ser su proyección naval hacia el Indo-Pacífico.

Prueba de ello han sido las maniobras celebradas del 14 al 19 del pasado mes de mayo en el Mar de la China Meridional en colaboración con la Marina de Indonesia. El objetivo de este tipo de ejercicios es el de mejorar la interoperabilidad de ambas armadas a fin de tener capacidad de respuesta suficiente ante amenazas futuras de manera conjunta y coordinada.

Personal de ambos ejércitos al finalizar los ejercicios Fuente: Ministerio de Defensa Indio

En la misma línea, Japón, Vietnam, Australia, EEUU e incluso Reino Unido han colaborado activamente con el ejército indio en maniobras similares en lugares del Océano Índico como el Golfo de Bengala o el Mar de Andamán, siendo esta una tendencia reforzada desde el contexto poscovídico. La finalidad principal no es otra que la de contrarrestar los tentáculos de China en la región, materializados en bases y puertos bajo su gestión ubicados en lugares tan variopintos que van desde las Islas Coco (Myanmar) hasta Gwadar (Pakistán), pasando por Hambantota (Sri Lanka).

Es decir, toda esta arquitectura de alianzas estratégicas pretende dar respuesta a lo que en geopolítica se ha bautizado como el collar de perlas de China, una iniciativa a través de la cual Beijing buscar asegurarse sus vías de suministro y a la vez guardarse una importante baza de presión contra las de la India (o similares) en un hipotético conflicto.

Mapa del collar de perlas elaborado por El Orden Mundial

La revitalización de una vieja amistad

En las agitadas aguas de la multipolaridad vale todo. La realpolitik que defiende Jaishankar para India se ha ganado la crítica de EEUU y especialmente de la Unión Europea dada la postura de permisividad que ha adoptado Nueva Delhi a la hora de condenar la invasión rusa. Así, en la Resolución A/ES-11/L.7 de la Asamblea General de Naciones Unidas en su undécimo período extraordinario de sesiones de emergencia, India optó por la abstención, desmarcándose del bloque occidental desde un primer momento.

En realidad, las relaciones con Moscú siempre han sido fructíferas y nunca se han apagado del todo pese a la caída de la URSS. De hecho, según un informedel Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo, India, en su posición como mayor comprador de armas a nivel mundial entre 2018 y 2022, importó un 45% de estas armas desde Rusia y entre 2013 y 2017 el porcentaje llegó a situarse por encima del 60%.

Por otro lado, las sanciones a las exportaciones de petróleo crudo ruso se han traducido en una desesperada búsqueda de nuevos compradores de la que India ha sabido aprovecharse. Si antes de la guerra tan solo el 2% del crudo de India provenía de Rusia, a mayo de 2023 esta cantidad ha aumentado hasta el 19,3%, hecho que a su vez ha supuesto la obtención de pingües beneficios gracias a la reventa de este petróleo, comprado a precios muy bajos en versiones refinadas (y por tanto libre de sanciones para vender a los países de la UE).

Vendedores de petróleo a India antes y después de la guerra. Fuente: Centre for Monitoring Indian Economy
Precio promedio de venta del crudo ruso a mayo de 2023 por tonelada. Fuente: Centre for Monitoring Indian Economy

Se trata de una práctica abiertamente reprendida por Josep Borrell, quien ha instado a los 27 a cesar en sus compras de refinados a India ya que estarían restando eficacia a las sanciones. Por su parte, Jaishankar ha respondido que “si el crudo ruso es sustancialmente transformado en terceros países, entonces no es tratado como ruso”[3], mostrando, una vez más, sus intenciones de no alinearse con Occidente.

No debemos olvidar que a pesar de que India sea una democracia y tenga una enemistad latente con China, India no colaborará con el bloque occidental a no ser que existan intereses compartidos, es decir, no se verá arrastrada por cuestiones idealistas y proseguirá con su estrategia propia. En ese sentido, las palabras de Biden asegurando que la amistad entre ambos países es “más fuerte, cercana y dinámica que nunca” tras la visita de Modi a la Casa Blanca el pasado 22 de junio, difieren en gran medida con la realidad que describen la mayoría de analistas.

India as It Is
Washington and New Delhi share interests, not values.

En definitiva, si hay algo que los indios han acabado heredando de los británicos ha sido su pensamiento geopolítico, que podemos sintetizar en las famosas declaraciones de Lord Palmerston al afirmar que “no tenemos aliados eternos y no tenemos enemigos perpetuos. Nuestros intereses son eternos y perpetuos y nuestra obligación es vigilarlos”.


[1] India's Defense-Related Agreements With ASEAN States: A Timeline: India Review: Vol 12, No 3 (tandfonline.com) Artículo con la lista de todos los acuerdos durante dicho período.

[2] Traducido del original: “These apparently contradictory developments only illustrate the world in which we now operate”

[3] Traducido del original: “my understanding of council regulations is that if Russian crude is substantially transformed in a third country, it is not treated as Russian anymore”

Te has suscrito correctamente a The Political Room
¡Bienvenido! Has iniciado sesión correctamente.
¡Excelente! Te has registrado correctamente.
¡Éxito! Su cuenta está completamente activada, ahora tiene acceso a todo el contenido.