La posición China en la guerra de Ucrania
Tras un año de conflicto en el este de Europa, se ha puesto en duda la posición de China en numerosas ocasiones. Ciertas partes de la población veían al país asiático como el actor clave para inclinar la balanza; algunos aseguraban que la ideología la llevaría a conformar un gran bloque junto a Rusia; mientras que otros pensaban que jamás intervendría en la crisis.
Es por ello por lo que tenemos que pararnos a reflexionar qué hay detrás de las actuaciones del gobierno chino en esta guerra, cuáles son sus intereses y cuál es la estrategia que está siguiendo. Ahora es más importante que nunca dar respuesta a esto, para conocer el contexto tras la publicación oficial de “la posición China sobre la Solución Política de la Crisis de Ucrania”.

Antes de nada, hay que aclarar que las relaciones que mantiene China con Ucrania y con Rusia son buenas desde el final de la Guerra Fría. La cooperación ruso-china ha ido en aumento, en especial por la existencia de intereses económicos mutuos. Les unen intercambios comerciales de más de 145 millones de dólares, el rechazo a la expansión de la OTAN hacia la región asiática del Pacífico y el intercambio de productos agrícolas y energía por tecnología.
Por otro lado, las relaciones entre China y Ucrania se caracterizan por las grandes inversiones en infraestructuras por parte de China, así como la concesión de préstamos y ayuda sanitaria. Esto va unido a fuertes relaciones agrarias y mineras. En definitiva, China es uno de los principales proveedores de Ucrania.
Ahora bien, primero debemos conocer la postura de China en el conflicto ruso-ucraniano. Jamás un refrán pudo definir mejor la situación de un Estado: andar con pies de plomo es la política que está determinando la actuación de China. No busca que otros gobiernos (especialmente europeos) consideren que apoya a Rusia, pero tampoco quiere descuidar las relaciones estratégicas con este último. Esto ha quedado reflejado en el punto 2 de su declaración.
China no tiene ningún interés en la clasificación en simples bloques y afirma que se debe “evitar la confrontación entre bloques y trabajar juntos por la paz y la estabilidad del continente euroasiático”. (Ministerio de Asuntos Exteriores de la República Popular China, 2023).
Antony Blinken advierte a China
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El secretario estadounidense de Estado aseguró que si China entrega armas a Rusia tendrá "un verdadero problema con muchos otros países, no sólo con Estados Unidos"
China, por su parte, niega que planee suministrar armas a Rusia - lis pic.twitter.com/79Fd8ilszF
Esto introduce a China en una incómoda tesitura en la que ofrece una retórica basada en la no injerencia en los asuntos internos de un Estado por parte de otro. Es decir, China (y el derecho internacional) consideran una intervención prohibida aquella que se da sobre asuntos propios de otro Estado soberano y va acompañada por elementos coercitivos.
Con el objetivo de salvaguardar el poder soberano de los países implicados, y en línea con su discurso, China ha situado como punto número uno de la propuesta de resolución del conflicto el respeto de la soberanía de todos los países de acuerdo con la Carta de las Naciones Unidas.
Dicho esto, el objetivo es entender por qué ha decidido optar por esta postura.
En el ámbito económico, a causa de la creciente competencia con Estados Unidos y su fuerte control del comercio internacional, China quiere depender cada vez menos del exterior y tender a la autarquía. Aunque se encuentre lejos del objetivo, va por el buen camino, gracias a la construcción de un gran tejido industrial.
Pese a esto, y con el objetivo de escapar del férreo control estadounidense, China ha construido otras vías comerciales, como la llamada «Nueva Ruta de la Seda», en la que el principal socio europeo es Ucrania. A través del acuerdo de libre comercio, China usa a Ucrania como una puerta al continente.
China presenta un plan de paz para Ucrania con un cese al fuego y el fin de sanciones a Rusiahttps://t.co/BallsrmvvB
— El Confidencial (@elconfidencial) February 24, 2023
Esto va relacionado con una de las principales preocupaciones de China por la guerra de Ucrania: la interrupción de las telecomunicaciones y la destrucción de las cadenas logísticas amenazan las conexiones comerciales chinas. La prioridad de China, por tanto, es el restablecimiento de los vínculos mercantiles previos a la guerra.
Este es el tercer, cuarto y onceavo punto de su proposición, que busca el cese de las hostilidades y el diálogo pacífico entre ambas partes. “El conflicto y la guerra no benefician a nadie”. (Ministerio de Asuntos Exteriores de la República Popular China, 2023).
En las guerras normalmente también puede haber partes beneficiadas, pero en el caso de China las ventajas son escasas. Más allá de poder convertirse en una potencia política mediadora, tiene que hacer frente al deterioro de muchas relaciones económicas y empresariales, además de ver en peligro la puerta principal al mercado europeo: Ucrania. Uno de los ejemplos que mejor refleja las pérdidas de China es la empresa Huawei, cuyas inversiones se han visto muy afectadas por la crisis bélica.
Por otro lado, Pekín tiene muy en cuenta las consecuencias que generaría para el pueblo chino una intervención en la guerra. No es ningún secreto que existe la amenaza de crear paralelismos entre la situación en Taiwán y la invasión rusa de Ucrania.
Xi Jinping afirma que China y Rusia son "socios estratégicos"
— DW Español (@dw_espanol) March 21, 2023
Durante la segunda jornada de su visita a Moscú, el presidente chino dijo: "somos grandes potencias vecinas y amplios socios estratégicos", según informaron agencias rusas de noticias - lis pic.twitter.com/QGEqXkLoVb
De hecho, la situación de Taiwán es más sensible debido a su estratégica localización en el Pacífico. Si, finalmente, China consigue ejercer un control total en Taiwán, extendería su poder por el Pacífico consiguiendo una oportunidad para impulsar una sólida ruta de comercio global, e incluso podría llegar a amenazar ciertas bases militares estadounidenses, como Guam o Hawái.
La consciencia de China sobre su propia situación en ámbitos similares, como en Hong Kong, Tíbet, Xinjiang o Taiwán, ha provocado la oposición del gobierno a las sanciones que Occidente ha impuesto a Rusia. Se han puesto sobre la mesa iniciativas para sancionar a China con el fin de evitar la invasión de Taiwán y, en 2021, ya se penalizó al gigante asiático por la “violación de los derechos humanos contra la minoría uigur en Xiajiang”.
En ocasiones, algunos ministros chinos (como Wang Yi) se han opuesto a la utilización de sanciones, las cuales consideran un medio manipulado de forma discrecional por ciertos países.
El argumento expuesto es que, estos últimos, se aprovechan de la situación para establecer sanciones contra China y debilitarla así en el ámbito internacional, rompiendo flujos y suministros mundiales. Este criterio también está incluido en la carta publicada por China. El punto 10 habla sobre “poner fin a las sanciones unilaterales”, en donde se reitera la ineficacia de estas medidas.
China señala que no dará apoyo militar a Rusia, aunque sí que ayudarán a Moscú a paliar los efectos económicos de las sanciones de occidente.
— RTVE (@rtve) February 24, 2022
Lo explica @yalvareztv #GuerraUcraniaRTVEhttps://t.co/f3hgxENcky pic.twitter.com/ciygoKIxlr
De la mano con este criterio, y como consecuencia de las sanciones, se ha dado una interrupción del envío de cereales a través del mar Negro, lo que se traduce en consecuencias graves en lo que respecta a la seguridad alimentaria de los países más pobres.
De hecho, Putin ha acusado a los países europeos de colonialistas, basándose en que los barcos con productos agrarios que van a Yemen, Sudán y Egipto, entre otros países, se quedan en países de la Unión Europea. Pese a las declaraciones de la ONU de que el 30% de los productos alimenticios iban a países de bajos ingresos, Putin afirmó que solo el 3% de las exportaciones van a los países en desarrollo.
Es por esto por lo que en el punto 9, China ha hecho énfasis en la necesidad de facilitar las exportaciones de cereales para terminar con la crisis alimentaria que se está dando a causa del conflicto y los bloqueos comerciales.

Desde un punto de vista social, el gobierno chino está tratando de orientar la opinión pública justificando sutilmente la actuación del gobierno ruso. Como hemos mencionado antes, el Partido Comunista teme que se ponga en duda su legitimidad territorial y comiencen a aparecer demandas de autonomía o incluso de independencia por parte de tibetanos o iugures.
Además, como se ve reflejado en el último de los puntos de la publicación del gobierno chino, se busca promover una rápida reconstrucción de las zonas de conflicto. Se podría ver esto como una oportunidad para mejorar la imagen de Xi Jinping en Occidente, a través de su implicación en la reconstrucción de Ucrania o con su objetivo de facilitar la llegada de cereales a los países más pobres, disminuyendo las críticas que recibe el régimen chino en temas de derechos humanos.
Fuera de los intereses de las partes, está claro que la utilización de armas nucleares no debe darse bajo ningún concepto. China ha dejado clara su posición en este ámbito: el diálogo y la diplomacia deben ser los medios. La protección de las centrales nucleares debe ser una prioridad para todas las naciones porque, más allá de los intereses de China, esto incumbe a todo el planeta.
Es por ello por lo que el discurso del Partido Comunista está enfocado en la búsqueda de la cooperación, catalogando que la división en bloques propia de la Guerra Fría es anacrónica y defendiendo la soberanía e integridad territorial de las naciones. Ante todo, como cualquier potencia haría, China prioriza sus intereses comerciales, políticos y nacionales.
China se opone a las sanciones económicas contra Rusia por no tener base sobre el derecho internacional. pic.twitter.com/O4ZGXE1shX
— Raquel (@RaquelLopezIU) February 28, 2022
Esto es importante porque, pese al objetivo de alzarse como mediadora política, China ha enviado apoyo financiero a Rusia. No ha llegado a implicarse militarmente, pero la cooperación económica se ha fortalecido mucho. En este momento, el conflicto está en un momento de inflexión en el que el apoyo de China a Rusia podría cambiar totalmente la balanza.