La presa de la discordia
Por Javier Rodríguez
Antes de continuar quisiera agradecer a The Political Room la oportunidad de publicar este artículo, así como recomendar los trabajos (1) (2) de Pablo G. Bautista sobre la Presa del Renacimiento.
El río Nilo tiene reservado un lugar especial en el imaginario de todo el planeta: el descubrimiento del Lago Victoria, los episodios bíblicos, la historia romana... No se trata solo de un gran río, sino de uno con un valor político y simbólico.

Materialmente se trata de una corriente de agua que nace en Etiopía, circula por Sudán y desemboca en el Mediterráneo egipcio regando todos los lugares a su paso y haciendo posible la agricultura, la ganadería y la generación eléctrica.
La disputa surge en 2011 cuando Etiopía inicia la construcción de la "Presa del Milenio" cerca del nacedero del Nilo tras aprovechar la inestabilidad de la Primavera Árabe.
El nombre no es casual, ya que se trata de un complejo y avanzado proyecto de construcción, un proyecto sumamente innovador que haría de la presa una de las más modernas del planeta.
En El Cairo preocupa sobremanera la escasez de agua en el Nilo egipcio. En ello influirían las pésimas previsiones demográficas, ecológicas e hídricas del país, que a partir de 2025 se enfrentaría a una peligrosa escasez de agua dulce.
Varios Estados han estado interesados en mediar en este conflicto, el último de ellos, Qatar. Doha ha intentado promover una conferencia sobre la presa en su propio territorio, sin embargo, el fracaso parece garantizado debido a la posición de Etiopía y Egipto.
Por un lado, Egipto acusa a Qatar de estar echando leña al fuego del conflicto en Gaza durante más de 20 años hasta llegar a la guerra de mayo entre Gaza e Israel. Por otro lado, Etiopía, -un país cristiano-, tiene unas relaciones tensas con Qatar, entre otras cosas por su apoyo a los separatistas de Tigrai.
Otro intento de mediación ha sido el de Emiratos Árabes Unidos, que mantiene muy buenas relaciones con El Cairo y con Abdís Adeba. En este caso los emiratíes han intentado usar la persuasión personal gracias a la mediación del príncipe regente, Mohamed Bin Zayed, quien ha visitado a Al Sisi para convencerle.
El esfuerzo de E.A.U. se hace en el marco de las iniciativas de seguridad emirato-sauditas del Mar Rojo, y hasta ahora ha sido el único mediador más o menos aceptado por todos los estados ribereños.
Otro de los mediadores ha sido Estados Unidos, especialmente durante el último año de gobierno de Donald Trump. Ante la inminencia de los Acuerdos de Abraham y las buenas relaciones con los países árabes y con Egipto, Washington acabó por ser un mediador algo favorable a El Cairo.
Abiy Ahmed (Etiopía) no ha secundado la iniciativa estadounidense y lo mismo ha sucedido con Sudán. Los etíopes incluso han acusado a EE.UU. de ser favorable a los intereses egipcios, por eso el documento de mediación que propuso Trump solo ha sido firmado por Al Sisi.

La diplomacia norteamericana ha intentado ganar tiempo y evitar que comience el polémico llenado de la Presa, a pesar de ello, en julio de 2020 los etíopes dieron el primer paso para rellenar el pantano provocando un pico de tensión política.
Desde entonces el U.S. State Department ha suspendido la financiación a Abdís Adeba.
En realidad, las negociaciones llevan años estancadas debido a las posturas de los 3 países:
- Etiopía: como lugar de nacimiento del Nilo, se siente legitimada por el derecho internacional para construir la Presa. Asimismo, está dispuesta a defender el proyecto militarmente.
- Sudán: mantiene una postura equidistante. Considera que Etiopía sí tiene derecho a construir la Presa, pero no debería hacerlo sin alcanzar un acuerdo con el resto de usuarios del Nilo.
- Egipto: tiene la postura más dura porque es el mayor perjudicado por el proyecto. Se ampara en diversos tratados internacionales para alegar que todo el Nilo pertenece a El Cairo. Han hecho declaraciones en tono bélico.
Que Etiopía y Egipto no compartan frontera es una suerte, porque sino la probabilidad de un conflicto sería mucho mayor.
Hasta ahora los etíopes han sido ralentizados por las iniciativas diplomáticas. De todas maneras, el llenado no se ha detenido y seguirá adelante incrementando la tensión. La presa representa una oportunidad política importante para ganar varios tantos internacionalmente.