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La nueva era de competencia entre grandes potencias, con el regreso de Rusia a la arena internacional y el ascenso de China, ha generado tanto en el Pentágono como en algunos ministerios de Defensa europeos preocupación por la necesidad de preparar a las respectivas fuerzas armadas para una nueva era de conflictos armados convencionales de alta intensidad con armamento avanzado.

Cualquier observador del panorama internacional verá un permanente desfile de estudios de think-tanks de Washington D.C. sobre los desarrollos de la armada china o la viabilidad de armas de nueva generación, como sistemas automatizados y armas de energía. Sin olvidar las noticias sobre el rearme de países como Japón y Corea del Sur o las noticias sobre ejercicios militares de países occidentales con India y Australia.

Pero la cuestión que tenemos que plantearnos es qué sabemos sobre el carácter de las guerras que están sucediendo y que tendencias podemos deducir de ellas. Para ello contamos con los datos que recoge año tras año el Uppsala Conflict Data Program (UCDP), un programa académico en el que participan el Peace Research Institute Oslo (PRIO) y nutre los informes anuales del Stockholm International Peace Insitute (SIPRI). Esos datos están disponibles en archivos libres y gratuitos para que cualquier investigador pueda manejarlos y hacer análisis estadísticos o gráficos con ellos. Por ejemplo, encontramos que los datos del proyecto UCDP fueron empleados por Max Roser en su estudio “War and Peace” para OurWorldinData.org en 2016.

Fuente: Roser, 2016.

Muchos estudios actuales toman como punto de partida histórico el fin de la Guerra Fría, pero tomar los datos desde el fin de la Segunda Guerra Mundial hasta el presente aporta una perspectiva más amplia y relevante. Y es que, al fin y al cabo, entre 1946 y 1991 el mundo vivió una intensa era de rivalidad entre super potencias en el que es fácil encontrar antecedentes históricos al momento actual.

Podemos ver una tendencia que llega desde el inicio del periodo histórico considerado hasta el presente: el declive en el número de casos de guerras abiertas y convencionales entre estados-nación. Por el contrario, la mayoría de las guerras que suceden año tras año en el mundo desde el fin de la Segunda Guerra Mundial hasta el presente son conflictos internos.

Es significativo que el fin del proceso de descolonización coincide con el inicio de la tendencia al alza del número de conflictos totales en el mundo. Esto podría indicar que el proceso de descolonización, especialmente en África, dio lugar a la independencia de estados frágiles con sistemas políticos con fallos estructurales que han sido incapaces de articular y canalizar los conflictos políticos.

Otro dato significativo es que la tendencia al crecimiento del número de conflictos armados en el mundo, cuya mayoría son conflictos internos, lleve a un pico histórico poco después del fin de la Guerra Fría. Precisamente, Mark Huband cuenta en África después de la Guerra Fría (2004) que, una vez África dejó de ser un tablero geopolítico donde se disputaban los intereses de ambos bloques para Occidente, terminó de ser relevante mantener regímenes como el de Samuel Doe en Liberia y el de Mobutu Sese Seko en Zaire. Sin la ayuda económica y militar de sus valedores internacionales ambos regímenes sucumbieron en sendas guerras civiles.

Los datos que vimos en la gráfica anterior reflejan el número de conflictos armados por año, tomando el proyecto UCDP como baremo mínimo; 25 víctimas mortales del 1 de enero al 31 de diciembre. Pero esa estadística no refleja la intensidad de los conflictos, por tanto, se hace necesario conocer el número de víctimas en términos absolutos.

Fuente: Roser, 2016

El número de víctimas en términos absolutos reflejo sucesivos picos históricos con máximos cada vez más bajos desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Es interesante que ese dato no guarda correlación con el número de conflictos. Los sucesivos picos, podemos ver en la gráfica, coinciden con la Guerra de Corea (1950-1953), la intervención estadounidense en la Guerra de Vietnam (1965-1975), la Guerra de Irán-Iraq (1980-1988), las segunda guerra del Congo (1997-1999) y la Guerra de Siria (2011-presente).

Fuente: UCDP

Contamos con una gráfica de los datos absolutos de número de víctimas mortales por tipo de conflicto sólo desde el fin de la Guerra Fría y nos sirve para confirmar la principal tendencia que señalábamos al principio: los conflictos entre estados-nación han ido siendo cada vez más escasos desde el fin de la Segunda Guerra Mundial y su peso en el cómputo total de víctimas mortales ha sido mínimo en lo que llevamos en el siglo XXI.

Los tres picos estadísticos de conflictos interestatales en la gráfica son atribuibles a un solo conflicto en cada caso. El primero de 1991 representa la Guerra del Golfo en el que una coalición multinacional liberó Kuwait de la ocupación iraquí. El segundo de 2003 representa la invasión estadounidense de Iraq. Y el pico de víctimas de conflictos interestatales que vemos entre 1999 y 2001 corresponde a la guerra de Badme, una guerra entre Etiopía y Eritrea generalmente olvidada en la que se produjeron grandes batallas convencionales (Fontanellaz y Cooper, 2018:49-65).

Para una puesta al día de las tendencias, podemos acudir al breve informe que el PRIO publica cada año utilizando los datos del proyecto UCDP. El último se trata del documento "Trends in Armed Conflict, 1946–2019" elaborado por Håvard et al. en 2020. Entre los datos de 2019, destaca que el número de conflictos activos fue de 54, un máximo en las dos últimas décadas que ya se había alcanzado en 2016. El número de víctimas, unas 51.000, reflejaba una caída desde el máximo de 2016, pero aún así era el doble que en 2010. Además, habría que destacar que el 86% de las víctimas mortales se produjeron en Afganistán, Siria, Libia, Yemen, Somalia y Nigeria. En definitiva, 2019 fue el tercer año más violento desde el fin de la Guerra Fría, alcanzando el número de conflictos una cifra no vista desde aquella época.

Conclusiones

Con los datos estadísticos presentados podemos sacar unas cuantas conclusiones preliminares. La primera es que los datos de la Guerra Fría nos muestra que la existencia de una rivalidad entre grandes potencias no coincide con un aumento de conflictos armados, precisamente, el número de conflictos armados creció tras el proceso de descolonización y alcanzó sus cifras más altas en el proceso de reordenación internacional que coincidió con el fin de la Guerra Fría y, encontramos cifras que alcanzan a aquellas durante la segunda mitad de la pasada década. Por tanto, el aumento del número de conflictos no responde a la existencia de una dinámica de competencia entre potencias, sino a causas internas.

Otro dato interesante es que el número de conflictos entre estados-nación ha ido descendiendo desde el fin de la Segunda Guerra Mundial y que el número de víctimas que han provocado en lo que llevamos de siglo XXI tiene un peso estadístico relativamente pequeño frente al número de víctimas que generan los conflictos que suceden entre facciones dentro de un estado-nación.

La importancia estadística de las guerras internas, tanto por el número de las que tienen lugar y por el número de las víctimas que provocan, no nos tiene que hacer pensar en conflictos aislados. Es de destacar que el proyecto académico UCDP tenga en consideración la categoría "conflicto interno internacionalizado" para destacar la importancia de los actores externos.  

Así que podemos imaginar un futuro en el que la nueva era de competencia entre grandes potencias no necesariamente genere un aumento de las guerras en el panorama internacional. Sino que estas tendrán en su inmensa mayoría el carácter de guerras civiles que sucederán por factores internos y veremos una multiplicidad de actores externos interviniendo en ellas. Es decir, si queremos ver el futuro de la guerra tenemos que prestar atención a Siria y Libia.

AUTOR: MAJED JABER / REUTERS

Referencias:

FONTANELLAZ, Adrien y COOPER, Tom: Ethiopian-Eritrean Wars Vol. 2. Helion Books, Solohull, 2018.

STRAND, Håvard, RUSTAD, Siri Aas, MOKLEIV, Håvard y HEGRE, Håvard: "Trends in Armed Conflict, 1946–2019", Conflict Trends, 8. PRIO, Oslo, 2020.

HUBAND, Mark: África después de la Guerra Fría. Paidós, Barcelona, 2004.

ROSER, Max: "War and Peace". OurWorldInData.org, 2016.

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