La transformación de la alianza entre Estados Unidos y Filipinas
Introducción a los últimos eventos
Para EEUU el año 2023 es clave para la estrategia del país en la región del Indo - Pacifico. Comenzó en enero con el refuerzo de la alianza estratégica entre Washington y Tokio, y continuó en febrero con un relanzamiento de la alianza estratégica entre EEUU y Filipinas.
El secretario de Defensa, Lloyd Austin, y su homólogo filipino, Carlito Galvez Jr., anunciaron que las fuerzas estadounidenses tendrán acceso a cuatro bases militares filipinas adicionales. Esto se da como una expansión del Acuerdo de Cooperación de Defensa Mejorada (EDCA en Inglés) de 2014. Este acuerdo permite que las fuerzas estadounidenses construyan instalaciones en las bases militares filipinas acordadas para el uso de ambos países.

El acuerdo EDCA estaba destinado a facilitar la modernización de las Fuerzas Armadas de Filipinas a largo plazo, a la vez que permitía a las fuerzas estadounidenses el acceso necesario para cumplir con los compromisos de la alianza a corto plazo. En este sentido, Washington y Manila acordaron el acceso de tropas norteamericanas a cinco bases militares: cuatro bases aéreas (una en Luzón, Palawan, Mindanao y Visayas) y la base militar más grande de Filipinas en el sur de Luzón.
Si bien este acuerdo inicialmente se había firmado en 2014, la implementación se retrasó por cuestiones legales, que finalmente se resolvieron a principios de 2016 cuando la Corte Suprema de Filipinas aprobó el pacto. Aun así, la alianza entró en una profunda incertidumbre por los sucesivos intentos del ex presidente Rodrigo Duterte de anular la alianza estratégica y girar hacia China.
En este artículo analizaremos las potencialidades de esta alianza, haciendo un recorrido histórico de la asociación de dichos países, evaluando su impacto geopolítico, y comentando los detalles en esta nueva fase de la asociación estratégica.
La evolución histórica de la Alianza
EEUU y Filipinas tienen una relación especial porque este último fue colonia de los EEUU a finales del siglo XIX cuando este país adquirió las Filipinas de España por la cantidad de 20 millones de dólares mediante el tratado de París, situación que luego fue consolidada mediante la victoria americana en la guerra filipino-estadounidense.

Posteriormente, en la segunda guerra mundial el territorio filipino fue clave en el esfuerzo estadounidense contra Japón, y luego de la independencia de Filipinas en 1946, la relación entre ambas sociedades tomó la forma de una alianza estratégica entre dos países soberanos que duró toda la guerra fría.
De esta manera, el compromiso filipino con la alianza entre Manila y Washington sucede desde su inicio como colonia estadounidense, la cual no se modificó ni aun cuando aceptaron la ley de independencia, ya que esta ley también sancionaba la conservación de bases norteamericanas dentro de sus fronteras.
Asimismo, al igual que todas las alianzas de la época de la Guerra Fría de EEUU, el pacto con Filipinas perdió su razón de ser estratégica con la caída del Muro de Berlín, y ambas partes concluyeron que la alianza ya no era vital. De esta forma, el Senado de Filipinas rechazó en 1991 la renovación del Acuerdo de Bases Militares de 1947 y las fuerzas estadounidenses se marcharon.
Si bien se mantuvo el Tratado de Defensa Mutua de 1951 entre la República de Filipinas y EEUU, no estaba claro si quedaban amenazas externas de las que defenderse. Sin embargo, la ocupación de China en diciembre de 1994 del arrecife Mischief, ubicado dentro de la zona económica exclusiva de Filipinas, proporcionó el primer incentivo para revivir la vieja alianza. Como resultado, en 1997 se llegó a un acuerdo de fuerzas visitantes para facilitar los compromisos entre las fuerzas armadas estadounidenses y filipinas dentro del país.

Luego del ataque del 11 de septiembre, y durante aproximadamente una década, de 2002 a 2012, la alianza se centró casi por completo en la misión antiterrorista en el sur de Filipinas, hasta que China tomó el control de Scarborough Shoal, un arrecife ubicado en la zona económica filipina. Este arrecife había sido administrado por Manila durante décadas. La actitud de China derivó en un consenso en Manila de que Filipinas enfrenta una amenaza externa. Así, el futuro de la alianza dependía de si EEUU se comprometería a ayudar en la defensa contra China, y si Filipinas tomaría las medidas necesarias, costosas y potencialmente riesgosas, para hacerlo posible.
Como se comentaba en la introducción, la alianza corrió riesgo de terminarse. Desde su asunción en 2016 Rodrigo Duterte lanzó repetidas embestidas contra la alianza, terminó la mayoría de los ejercicios conjuntos importantes, se burló de la credibilidad de EEUU y hasta prometió “realinear” a su país con China. De este modo, en 2018 anunció planes para derogar el Acuerdo de Fuerzas Visitantes de Filipinas y Estados Unidos. Sin embargo, y a pesar de sus mejores esfuerzos, Beijing nunca correspondió realmente con Duterte, y sus promesas de inversión y de ayuda quedaron en nada.
Además de esta actitud de Beijing, lo que realmente convenció al gobierno de Duterte de la conveniencia de mantener la alianza entre Washington y Manila fueron las declaraciones del secretario de Estado estadounidense Mike Pompeo en 2019, en donde anunció de manera inequívoca que las obligaciones de defensa mutua de EEUU cubrían a las fuerzas filipinas en el Mar de China Meridional.

Este era un asunto que generaciones de funcionarios estadounidenses habían dejado intencionalmente indefinido. Asimismo, a partir de la llegada de Biden al poder se reiteró regularmente este compromiso, la alianza se fortaleció y se formalizó en una Declaración de Visión Conjunta emitida durante el Diálogo Estratégico Bilateral entre EEUU y Filipinas en noviembre de 2021, que estableció un plan audaz para llevar la alianza al siglo XXI.
La importancia geopolítica de Filipinas para los EEUU
Situadas cerca de las islas Hawai, donde está la mayor base aérea y naval norteamericana fuera de los EEUU, en el centro del Pacífico, la importancia geopolítica de las Islas Filipinas se halla en relación con esta base norteamericana. Así, Filipinas es también una avanzada de casi todas las rutas marítimas desde Asia y Australia e islas adyacentes a los EEUU y Canadá.
Las Filipinas están en las mismas puertas de Asia y ocupan una importante posición estratégica, constituyendo un centro de comercio mundial, navegación y aviación en el Pacífico. Su posición geográfica señala su importancia geopolítica, ya que desde la isla más septentrional del grupo pueden verse en días claros las montañas de Taiwán. Asia continental se encuentra sólo a varios cientos de kilómetros, y es cercana a través del Mar de la China a Cantón y Hong Kong, al noroeste.
Así, las Filipinas se encuentran en el borde del sudeste de Asia y podrían ser un puente para su amenazado vecino Taiwán, al mismo tiempo que apuntan a Corea y su flanco izquierdo se enfrenta con el sur de la potencia terrestre de China y corre paralelamente a Vietnam.
Wheels down in the 🇵🇭 Philippines where I’ll meet with Secretary of National Defense Galvez & other senior leaders to build on our strong bilateral relationship, discuss a range of security initiatives, and advance our shared vision of a #freeandopenpacific. pic.twitter.com/Cu5lhfmqBh
— Secretary of Defense Lloyd J. Austin III (@SecDef) January 31, 2023
Conscientes del coste de la ocupación extranjera, realizada por Japón durante la segunda guerra mundial, los filipinos están determinados a evitar la penetración de otro potencial invasor asiático. Así pues, los filipinos identifican su destino con el de la potencia aérea y naval más fuerte del mundo: los EEUU.
Como mencioné anteriormente, esta estrecha alianza defensiva con los EEUU la aconsejan especialmente los factores geográficos. La línea de defensa norteamericana en Asia se extiende desde las islas Aleutianas a las Filipinas, a través de Guam, el archipiélago japonés, Ryukyus y Taiwán. Esta línea aísla al continente americano de un ataque directo.
Por estos motivos, la asociación estratégica con Filipinas, y su defensa, fue, es y será un asunto de enorme prioridad para la seguridad nacional de EEUU.
Los planes actuales y futuros de la Alianza
En la declaración conjunta de este relanzamiento de la alianza entre los históricos aliados, Manila y Washington se comprometieron principalmente a lanzar un nuevo diálogo de seguridad marítima para coordinar las respuestas a la coerción de la zona gris china, aumentar el apoyo de EEUU para la modernización militar filipina, negociar nuevas pautas de defensa y un Acuerdo de Seguridad General de Información Militar largamente retrasado, y “continuar implementando proyectos de infraestructura en las ubicaciones actuales de EDCA y explorar sitios adicionales para un mayor desarrollo”.
🇨🇳🇵🇭 China y Filipinas crearán una línea de comunicación directa para gestionar las tensiones existentes en el Mar Meridional. La medida ha sido firmada, junto con otros 13 acuerdos bilaterales, durante la visita Ferdinand Marcos Jr a Pekín, donde se ha reunido con Xi Jinping. pic.twitter.com/5wt4sHP7RZ
— Descifrando la Guerra (@descifraguerra) January 5, 2023
Una de las partes más importantes del acuerdo es el avance en el marco del EDCA, y en este sentido los gobiernos de EEUU y Filipinas han acelerado los planes de construcción en los sitios existentes, en particular la Base Aérea de Basa y Fort Magsaysay en Luzón, y la Base Aérea Antonio Bautista en Palawan. Basa es crucial para las patrullas aéreas alrededor del arrecife Scarborough, frente a la costa de Luzón, y cualquier respuesta aérea aliada a las crisis allí.
La Base Aérea Antonio Bautista cumple un papel similar para las islas Spratly en disputa, especialmente Second Thomas Shoal, donde las fuerzas chinas bloquean con frecuencia el reabastecimiento de una pequeña guarnición filipina, así como para la protección de la exploración de energía potencial en el cercano Reed Bank.
Los secretarios Austin y Gálvez no especificaron dónde se ubicarán las cuatro nuevas instalaciones y señalaron que aún se está consultando a los gobiernos locales, pero aseguraron que estarán en "áreas estratégicas", como por ejemplo la posible instalación en el norte de Luzón, como la provincia costera de Cagayán, que podría ayudar en la vigilancia, el posicionamiento previo de equipos y el apoyo en la retaguardia en las contingencias de Taiwán.
Esto marca el comienzo de una nueva era para la alianza, Manila reconoce cada vez más que tienen intereses de seguridad nacional en cualquier crisis en torno a Taiwán. La costa norte de Luzón se encuentra muy cercana a Taiwán y casi 200.000 ciudadanos filipinos viven y trabajan en aquel Estado.
Filipinas acusó a China de utilizar un láser militar contra uno de sus barcos en el mar Meridional https://t.co/8LegUiMjgF
— infobae (@infobae) February 13, 2023
Manila sabe muy bien que, si busca una relación más igualitaria con los EEUU y su protección, tendrá que aceptar obligaciones, no pueden esperar que las fuerzas estadounidenses defiendan a los filipinos en el Mar de China Meridional sin al menos la posibilidad de apoyo filipino en crisis en otras partes de la región. Así, por primera vez, Washington y Manila han estado entablando conversaciones honestas sobre sus expectativas mutuas en una contingencia de Taiwán.
Asimismo, lo más probable es que la alianza entre EEUU y Filipinas formará parte de otras arquitecturas de seguridad en la región, especialmente con la red de alianza trilateral entre EEUU, Australia y Japón. Una señal de esto es que, a principios de febrero, el presidente Ferdinand Marcos Jr. realizó una visita de estado a Japón y se firmaron sendos acuerdos en materia de cooperación.
Conclusión
Las alianzas, por su propia naturaleza, están impulsadas por amenazas. La alianza entre EEUU y Filipinas, que se ha vuelto más estrecha a medida que aumenta el poder de China, no es una excepción. Aun así, hay que observar esta alianza en un marco mucho más grande que el ascenso de China, y en este sentido, este artículo se concibió con el objetivo de ayudar en esta tarea.
Desde esta perspectiva, se sostiene que la relación especial entre Washington y Manila proviene, por un lado, de la importancia geopolítica que tiene para ambos y, por otro lado, de la particular evolución histórica en la relación entre las dos sociedades.
Los filipinos se comprometieron en una alianza defensiva con los EEUU incluso antes de lograr su soberanía como Estado, y esa política continúa hasta hoy.