Las elecciones municipales brasileñas de 2020 y el futuro de Jair Bolsonaro
Por Mateus Lopes
El calendario electoral de Brasil, que alterna elecciones generales y municipales cada 2 años, ha convertido la contienda en las ciudades en una prueba de fuerza para quienes aspiran a alcanzar puestos más altos en el gobierno federal. La cantidad de candidatos electos y/o reelegidos, ya sean alcaldes o concejales, permite a los partidos y coaliciones poner a prueba su popularidad y elaborar estrategias para los siguientes 2 años, con el fin de seleccionar a los mejores candidatos para los gobiernos y asambleas estaduales, el Congreso Nacional y la Presidencia de la República. Las elecciones municipales son, por lo tanto, una especie de “ensayo general”, al anticipar cómo podrán ser las generales.

Tras la 2ª vuelta el 29 de noviembre, en las ciudades donde ningún candidato a la alcaldía había obtenido todavía una clara mayoría de votos, podemos observar que las cosas no pintan demasiado bien para el presidente Jair Bolsonaro, a quien se espera que busque la reelección en 2022. En 2018, el candidato de extrema derecha fue en contra de la mayoría de las probabilidades iniciales y se eligió presidente con el 55% de los votos. Lo hizo construyendo una campaña anticorrupción, moralmente conservadora y económicamente liberal que atrajo al promedio de los votantes brasileños, cuyo perfil ya no coincidía con la naturaleza de centroizquierda de las administraciones anteriores del Partido de los Trabajadores (PT).
Este resultado se vio reforzado por una "ola conservadora" en el Congreso Nacional, con el partido del presidente entrante y el Partido Social Liberal (PSL) pasando de una representación menor, a elegir 52 diputados federales y 4 senadores. Eso sí, no contamos a los representantes pro-Bolsonaro electos en asambleas estaduales, además de los gobernadores de los estados de Rondônia, Roraima y Santa Catarina, todos del PSL.

Por lo tanto, Bolsonaro llegó al poder con apoyo popular y parlamentario. Todo lo que tenía que hacer era reunir un buen equipo y no repetir los errores de sus predecesores para que su proyecto prosperara. Sin embargo, si avanzamos a los resultados electorales de 2020, un segundo mandato no parece tan cierto como lo era cuando el presidente asumió el cargo. La explicación última es bastante simple: la popularidad de Bolsonaro se está agotando. Y eso influye en el desempeño electoral de los que se asocian a él.
Primeramente, miremos a los concejos municipales. La República Federativa de Brasil está compuesta por 5570 municipios, sin contar el Distrito Federal, que elige a su gobernador y Cámara Legislativa durante las elecciones generales. En total, hubo poco más de 500 mil candidaturas para las legislaturas locales en 2020. Siguiendo la tradición política brasileña de vincular sus campañas a los cargos ejecutivos, muchos candidatos conservadores no tuvieron vergüenza en promocionarse como partidarios del presidente y su agenda. 84 de ellos en 24 estados incluso adoptaron el nombre “Bolsonaro”en sus campañas.
El presidente expresó su apoyo explícito a 63 de estos candidatos, incluida su ex esposa, Rogéria Bolsonaro, y su ex secretaria, Walderice Santos, ambas candidatas al Concejo Municipal de Río de Janeiro. Sin embargo, no fue suficiente para asegurar su éxito. Días antes de la 1ª vuelta, el 15 de noviembre, una encuesta del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología mostró que el 47,7% de los electores se negaban a votar por candidatos apoyados por el presidente, frente al 42,7% que afirmó considerar hacerlo.
Estas predicciones se confirmaron: el único Bolsonaro ganador fue Carlos, uno de los polémicos hijos del presidente, quien se reeligió como concejal en Río (con menos votos que en 2016, sin embargo). Por lo tanto, el rechazo a la imagen del presidente no solo se mantuvo alto en grupos que no lo votaron en 2018, como los más pobres y las mujeres, sino que hay indicios de que su apoyo entre las clases media y alta también está comenzando a disminuir.

Esta tendencia se confirma cuando consideramos la elección de alcaldes y vicealcaldes, particularmente en las principales ciudades brasileñas, ya que dos tercios de los candidatos de Bolsonaro a dichos cargos no pasaron de la 1ª vuelta. En São Paulo, la principal apuesta del presidente, Celso Russomano solo obtuvo el 10.5% de los votos, dejando la 2ª vuelta para que fuera disputada por el actual alcalde, Bruno Covas, y Guilherme Boulos, líder de movimientos sociales y estrella en ascenso de la izquierda brasileña.
Covas se reeligió con el 59.38% de los votos, pero Boulos retuvo alrededor del 40%, confirmando el crecimiento local del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), uno de los más activos en la oposición a Bolsonaro. En Río de Janeiro, el candidato del presidente, Marcelo Crivella, consiguió suficientes votos para disputar una 2ª vuelta, pero también la perdió para otro integrante del establishment político, Eduardo Paes, quien regresa al Ayuntamiento tras comandar Río de 2009 a 2017.
La victoria o la votación expresiva de los candidatos progresistas no se limitó a la altamente industrializada región Sureste de Brasil. Fortaleza (Nordeste) eligió el candidato de centroizquierda José Sarto, por encima del bolsonarista Capitán Wagner. En Belém (Norte), Edmilson Rodrigues fue el primer miembro del PSOL a elegirse alcalde, ganando del también bolsonarista Delegado Eguchi. Incluso el Partido Comunista estuvo cerca de la victoria, con su candidata Manuela D’Ávila ganando el 45% de los votos en Porto Alegre (Sur), ciudad que ha sufrido una expresiva vuelta hacia la derecha en años más recientes.
En números absolutos, el Movimiento Democrático Brasileño (MDB), uno de los principales partidos del establishment político del país, tuvo el mejor desempeño eligiendo a 784 alcaldes, seguido por el Partido Popular (PP) y el Partido Socialdemócrata (PSD), respectivamente, con 685 y 654 alcaldes. El PSL también creció eligiendo a 90 alcaldes, pero perdiendo mucho más espacio en comparación con su desempeño eufórico en las últimas elecciones generales, y con poca o ninguna posibilidad de victoria en las ciudades más grandes.

¿Eso significa que las elecciones de 2020 representan una victoria para la izquierda brasileña? No necesariamente, ya que los candidatos de centro-derecha y de derechas obtuvieron el voto más expresivo. Pero sí representan una pérdida para Bolsonaro, cuya imagen no es la misma que la del presidente electo en 2018. No olvidemos que Brasil enfrenta una difícil situación social y económica en los últimos años. La tasa de desempleo está en un histórico 14,6%, la moneda nacional acumula una de las devaluaciones más altas entre las economías emergentes en 2020, y se espera una retracción del 5% del producto interior bruto (PIB) para este año.
El COVID-19 ha jugado su papel en este escenario, eso es correcto, pero también lo hizo el presidente. Desde marzo, Bolsonaro ha minimizado significativamente la amenaza del virus, ha criticado a los gobiernos regionales por imponer medidas de combate al virus y ha convertido la aprobación de la candidata china para una vacuna en una batalla personal contra João Doria, gobernador del estado de São Paulo y su aliado en 2018. La derrota de Donald Trump en las elecciones estadunidenses puede agravar dicho escenario, una vez que su colega brasileño perderá su principal modelo y aliado internacional, lo que puede llevar a un aislamiento diplomático de Brasil.
Irónicamente, Bolsonaro tuvo su tasa de aprobación más alta (40%) a mediados de 2020, debido a un paquete de emergencia, aprobado por el Congreso a comienzos de la pandemia, que brindaba ayuda financiera mensual a los más afectados por la situación sanitaria. La ayuda, sin embargo, se redujo a la mitad poco antes de las elecciones (R$ 600,00 mensuales a R$ 300,00), y no hay expectativas de que continúe a lo largo de 2021. En consecuencia, la imagen del presidente fue negativamente afectada. En noviembre de 2020, su administración ya era tan impopular como las de sus antecesores, Dilma Rousseff y Michel Temer, en sus peores momentos. Y ambos contaban con escenarios libres de pandemia y mejores indicadores socioeconómicos. Por lo tanto, realmente no fue una sorpresa que sus candidatos para las elecciones de 2020 obtuvieran un desempeño inferior.

Aunque los clamores por un proceso de impeachment hayan disminuido desde principios de 2020, la respuesta dada por los votantes en las elecciones municipales es suficiente para levantar las alarmas sobre cómo el presidente conducirá el país durante los próximos 2 años. Miembros del gobierno y de la oposición en el Congreso han llegado a conclusiones similares al respecto.
En consecuencia, la reelección de Bolsonaro en 2022 depende fundamentalmente de 2 puntos. Primero, cambios significativos en la conducción de diversas agendas, siendo las más importantes la económica, la ambiental, la social, la energética y la sanitaria. Los distintos grupos de interés y el propio pueblo están ansiosos por obtener resultados sustanciales, que demuestren que la crisis actual del país no está lejos de su fin. Y si no es Bolsonaro quien aporta soluciones, debería haber suficientes votos para reemplazarlo por un candidato que sí lo haga.
De ahí pasamos al segundo punto: la presencia en las elecciones generales de 2022 de una alternativa viable a Bolsonaro. Parece haber una articulación al respecto desde la derecha más moderada, con el ex Ministro de Justicia Sergio Moro y el presentador de televisión Luciano Huck en conversaciones para construir una candidatura conjunta. Y el otro lado no se queda atrás, con líderes como Ciro Gomes, del Partido Democrático Laborista (PDT, en portugués), haciendo públicas sus intenciones de construir una campaña progresista que unifique a los distintos partidos de izquierda.
En este caso, queda por ver si el PT cederá el papel de protagonista por una vez en los últimos 30 años y apoyará a otro candidato en lugar de presentar el suyo. Independientemente, es necesaria una propuesta sólida para demostrar a los votantes indecisos que hay opciones mejores que Bolsonaro. Dicha diferencia en los votos fue esencial para alzarle a la Presidencia en 2018.

En conclusión, las elecciones municipales de 2020 pueden representar el comienzo de la caída de Bolsonaro o bien, servir como su llamada de atención para tomar la presidencia más en serio y hacer las reformas necesarias para recuperar el crecimiento socioeconómico del país. Lo que será de Brasil queda por ver en 2022.
Referencias
Caesar, G. (2020). MDB encolhe, mas lidera ranking de prefeitos eleitos; PP e PSD crescem e ocupam 2ª e 3ª posições. G1. Recuperado de: https://g1.globo.com/politica/eleicoes/2020/eleicao-em-numeros/noticia/2020/11/29/mdb-encolhe-mas-lidera-ranking-de-prefeitos-eleitos-pp-e-psd-crescem-e-ocupam-2a-e-3a-posicoes.ghtml.
Coletta, R. D. (2018). Onda conservadora cria bancada bolsonarista no Congresso. El País. Recuperado de: https://brasil.elpais.com/brasil/2018/10/07/politica/1538947790_768660.html.
G1. (2020). Eleições 2020. Recuperado de: https://g1.globo.com/politica/eleicoes/2020/.
Parreira, M. & Vasconcellos, F. (2020). Apenas 1 dos 78 candidatos com Bolsonaro no nome de urna é eleito no Brasil. G1. Recuperado de: https://g1.globo.com/politica/eleicoes/2020/eleicao-em-numeros/noticia/2020/11/16/apenas-1-dos-78-candidatos-com-bolsonaro-no-nome-de-urna-e-eleito-no-brasil.ghtml.
Pinhoni, M. (2020). Bruno Covas, do PSDB, é reeleito prefeito de São Paulo. G1. Recuperado de: https://g1.globo.com/sp/sao-paulo/eleicoes/2020/noticia/2020/11/29/bruno-covas-do-psdb-e-reeleito-prefeito-de-sao-paulo.ghtml.
Quadros, V. (2020). Como Bolsonaro sairá das eleições segundo governistas e oposição. Pública. Recuperado de: https://apublica.org/2020/11/como-bolsonaro-saira-das-eleicoes-segundo-governistas-e-oposicao/.
Shalders, A. (2020). Eleições municipais 2020: dois terços dos candidatos a prefeito apoiados por Bolsonaro perderam. BBC. Recuperado de: https://www.bbc.com/portuguese/brasil-54954584.
Sobrinho, W. P. (2018). PSL elege mais de 50 deputados e 4 senadores. UOL. Recuperado de: https://noticias.uol.com.br/politica/eleicoes/2018/noticias/2018/10/08/psl-elege-mais-de-50-deputados-e-4-senadores.htm.
Traumann, T. (2020). É a economia, Bolsonaro. Veja. Recuperado de: https://veja.abril.com.br/blog/thomas-traumann/e-a-economia-bolsonaro/.
Vasconcellos, H. (2020). Bolsonaro cabo eleitoral polariza e não domina o eleitorado, diz pesquisa. UOL. Recuperado de: https://noticias.uol.com.br/politica/ultimas-noticias/2020/11/10/eleitores-candidatos-bolsonaro-pesquisa.htm.