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La crisis catalana es la crisis independentista por excelencia en la España actual; sin embargo, hay conflictos “congelados” marcados por los deseos de independencia de alguna región en muchos otros lugares del mundo. En este artículo se explicará un escenario más desconocido en el que se desarrollan varios conflictos fruto de la disolución de la Unión Soviética en la zona del Cáucaso Sur: el de Osetia del Sur y Abjasia, disputados entre Georgia y Rusia, y el de Nagorno Karabaj, entre Armenia y Azerbaiyán. Pero, ¿qué ocurre en estas desconocidas regiones del mundo?

Abjasia, situada al noreste del mar Negro y al noroeste de Georgia, se convirtió en una región autónoma de Georgia cuando el país se independizó en 1991; sin embargo, las tensiones étnicas entre abjasios y georgianos llevaron a que el país declarase su independencia. Tras años de idas y venidas militares en los que Rusia apoyó y defendió los intentos de independencia fue en el año 2008 cuando la antigua URSS, Nicaragua, Venezuela y varias islas del Pacífico reconocieron a Abjasia como Estado independiente. Georgia y el resto de la comunidad internacional aún la consideran una República autónoma perteneciente al país.

Según el artículo 1 de la Convención de Montevideo sobre los Derechos y Deberes de los Estados, “el Estado como sujeto de Derecho Internacional debe poseer los siguientes atributos: (a) una población permanente, (b) un territorio definido, (c) gobierno, y (d) la capacidad de tener relaciones con otros Estados”.  En este contexto, se entiende que la región de Abjasia, tal y como éstos aseguran desde sus órganos oficiales, reúne todos los criterios para ser un Estado independiente reconocido por tres países miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

No muy lejos de Abjasia, Georgia mantiene un conflicto similar con otra región: Osetia del Sur. El conflicto comenzó de igual manera y en el año 2008 estalló la Segunda Guerra con Georgia, que enfrentó durante diez días a Georgia con Osetia del Sur y Abjasia y que terminó con el reconocimiento como Estado independiente por parte de Rusia, Nicaragua, Venezuela y Nauru. Es necesario añadir la existencia de Osetia del Norte, la cuál pertenece a Rusia y a la que la región Sur quiere imitar.

Tanto Abjasia como Osetia del Sur tienen su propia Constitución y han celebrado elecciones libres y directas en varias ocasiones. Ambas son independientes económicamente de Georgia, pero no de Rusia, de la que dependen tanto económicamente como en el ámbito de la seguridad. La Unión Europea (UE), la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y gran parte de Occidente se han negado a reconocer la independencia de estos dos países y expresan su apoyo a la integridad territorial de Georgia, a pesar de que han apoyando la independencia de Kosovo.

Otro de los conflictos subyacentes de la disolución de la Unión Soviética se encuentra en Nagorno Karabaj, una República declarada unilateralmente independiente de Azerbaiyán en 1991. Esta región, históricamente habitada por armenios, proclamó su reunificación con Armenia mediante un Referéndum tras la independencia del país armenio y Azerbaiyán. Tras un conflicto armado entre los dos Estados post-soviéticos nació la República de Nagorno Karabaj, actualmente conocida como República de Artsaj y únicamente reconocida por Abjasia, Osetia del Sur y Transnistria, un territorio ubicado principalmente entre el río Dniéster y la frontera oriental de Moldavia con Ucrania cuya soberanía también es discutida. La situación en la Republica de Artsaj es considerada como uno de los más explosivas de la región y por ello representantes de los Gobiernos de Armenia y Azerbaiyán han mantenido conversaciones de paz con la mediación del Grupo de Minsk de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). A diferencia de Osetia de Sur y Abjasia, Nagorno Karabaj no es reconocido por ningún país miembro de la Organización para las Naciones Unidas (ONU) y el hecho de que ni Armenia les reconozca, aunque sí les apoye, se debe a la intención de evitar un conflicto a mayor escala con Azerbaiyán. En este caso Rusia no tienen influencia en este conflicto por no mantener intereses en la región, pero Turquía entra en escena en apoyo al país azerí.  

Algunos concluyen que estos países tienen derecho a determinar su situación jurídica teniendo en cuenta la Ley Soviética de Secesión “sobre la solución de los asuntos relacionados con la secesión de las Repúblicas de la URSS” y que permitía a las Repúblicas y regiones autónomas a decidir independientemente su separación o permanencia dentro de la antigua Unión Soviética. Sin embargo, la situación no es tan simple: Osetia del Sur y Abjasia sí eran regiones autónomas dentro de Georgia, pero Nagorno Karabaj no cumplía dicha condición complicando aún más el proceso de paz y finalización del conflicto que aún se mantiene. Por otro lado, los dos primeros cuentan con la ventaja de ser reconocidos por países miembros de la ONU, pero, gracias a la mediación del Grupo Minsk, parece que Nagorno Karabaj tiene más posibilidades de encontrar una solución.

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