Medio de comunicación independiente

Elon Musk no ha dejado de estar en el punto de mira desde que se convirtió en director ejecutivo de la red social Twitter. Después de una reorganización de la plantilla y su “comprometida lucha” con la libertad de expresión, ahora Musk ha anunciado lo que ha denominado “The Twitter Files”, una serie de documentos que expondrían como la anterior junta directa de Twitter había participado en la supresión de la libertad de expresión en la antesala de las elecciones de 2020 al restringir la divulgación de una controvertida historia del New York Post.

Elon Musk, CEO de SpaceX, Tesla y Twitter. Autor: Daniel Oberhaus

Los hechos se remontan al 15 de octubre del año 2020. En ese momento Facebook y Twitter tomaban la decisión de restringir el número de lectores de un articulo del New York Post donde se publicaban supuestos correos electrónicos del hijo del entonces candidato presidencial Joe Biden, Hunter Biden. El abogado del presidente Donald Trump, Rudolph W. Giuliani, y su exasesor principal, Stephen K. Bannon, afirmaron ser los responsables de la obtención, y su posterior filtración, de una serie de materiales privados y comprometidos de Hunter Biden.

Estos documentos “sugerían” que Hunter le había presentado a su padre, el actual presidente de EEUU, a un alto ejecutivo de una empresa de energía ucraniana. El New York Post publicó como prueba un supuesto correo electrónico donde Vadym Pozharskyi, asesor de la junta de la empresa Burisma, se mostraba agradecido con Hunter Biden por concederle la oportunidad de reunirse con su padre. Esto sería utilizado como base para que el New York Post publicase posteriormente posibles acuerdos comerciales del hijo de Biden en China.

Joe Biden (derecha) dice que nunca discutió los tratos comerciales de su hijo Hunter (izquierda) con Burisma, una empresa de energía ucraniana. 

Horas antes de la publicación del hilo en Twitter, Elon Musk ya aumentaba la expectación sobre la historia. “Será increíble” escribía en un Tweet antes de retuitear el hilo de Matt Taibbi, escritor de Substack.

El hilo, compuesto por unos 40 tweets, mostraba supuestamente comunicaciones internas de la anterior dirección ejecutiva de Twitter donde se decidía de forma independiente limitar la difusión del artículo del New York Post. Según Matt, Twitter tomó medidas extraordinarias para suprimir la historia, eliminando enlaces y publicando advertencias de que podía ser “insegura”.

A su vez, también afirma que la portavoz de la Casa Blanca, Kaleigh McEnany, fue bloqueada de su cuenta por tuitear sobre la historia. De acuerdo con Matt, la decisión se tomó en los niveles más altos de la empresa, aunque sin el conocimiento del CEO Jack Dorsey, con la responsable en ese momento de asuntos legales, políticas y confianza Vijaya Gadde jugando un papel clave.

En el proceso, se expusieron los nombres de varios trabajadores de la empresa. Yoel Roth, que trabajaba en el departamento de Confianza y Seguridad de Twitter, dijo en un artículo para Washington Post que “publicar públicamente los nombres y las identidades de los empleados de primera línea involucrados en la moderación de contenido los pone en peligro y es algo fundamentalmente inaceptable”.

Según las capturas de pantalla de Taibbi, Twitter recibió un correo electrónico “subido de tono” de un miembro de la campaña de Trump, Mike Hahn, diciendo que “necesitaba una respuesta inmediata sobre cuándo y cómo se desbloquearía la cuenta de McEnany”. A continuación se menciona que la ejecutiva de política pública, Caroline Strom, explicó que la cuenta había sido suspendida por violar la política de materiales pirateados de la empresa.

En el hilo de Matt también se muestran pantallazos de la conversación entre un congresista demócrata, el representante de California Ro Khanna, y la mencionada Vijaya Gadde. En los correos electrónicos se ve a Khanna decir que la medida parecía ser “una violación de los principios de la Primera Enmienda […] En el fragor de una campaña presidencial, restringir la difusión de artículos periodísticos parece que provocará más reacciones violentas que beneficios”.

De acuerdo con el Washington Post, la oficina de Khanna confirmó la veracidad de los correos electrónicos. Según Taibbi, Twitter “recibió y cumplió” solicitudes tanto de la Casa Blanca de Trump como de la campaña de Biden para marcar contenido de cara a su revisión. Aunque Taibbi también menciona en su hilo que “no hay evidencia, que yo haya visto, de ninguna participación del gobierno en la historia del ordenador portátil”, socavando algunas de las informaciones de medios norteamericanos que involucraban al FBI en el movimiento para suprimir los informes.

Washington Post recopiló algunas de las reacciones de los medios tras la publicación de la historia:

- El presentador de Fox News, Tucker Carlson, lo calificó como “uno de los momentos más extraordinarios en la historia de las redes sociales”.

- El New York Post lo llamó “una bomba portátil de Hunter Biden”.

- Miranda Devine, columnista del New York Post, dijo que “creo que hemos visto bastante que es útil, aunque no es la prueba irrefutable que esperábamos”. Mencionó que “Musk retuvo alguno de material”.

- El ex asistente adjunto de Trump, Sebastian Gorka, mencionó que “hasta ahora estoy profundamente decepcionado”.

Jack Dorsey en 2018. Fuente: Mark Warner

Jack Dorsey durante una conferencia en el MIT. Créditos: Reuters

Este episodio no ha hecho más que aumentar la tensión que se está viviendo dentro de la plataforma, así como avivar la polarización interna que sufre actualmente Estados Unidos. Las reacciones divididas del lado republicano muestran que las pruebas proporcionadas por Taibbi no han sido del todo concluyentes. Queda por ver cómo evoluciona y cual puede llegar a ser el impacto en la administración Biden.

Lo que queda claro es que los sesgos ideológicos han estado a la orden del día en la plataforma azul. La nueva política de “libertad de expresión total” de Elon Musk en Twitter ha supuesto un cambio integral en las conversaciones entre usuarios. Una investigación del Center for Countering Digital Hate, Anti-Defamation League y otros grupos que estudian las plataformas en línea muestran como las cuentas asociadas al ISIS o QAnon han regresado con fuerza. En los primeros 12 días después de que Musk asumiera el control, se crearon 450 cuentas asociadas con ISIS, un 69 por ciento más que en los 12 días anteriores, según el Instituto para el Diálogo Estratégico en un artículo para el New York Times.

Te has suscrito correctamente a The Political Room
¡Bienvenido! Has iniciado sesión correctamente.
¡Excelente! Te has registrado correctamente.
¡Éxito! Su cuenta está completamente activada, ahora tiene acceso a todo el contenido.