“Miradnos, todo es posible”: Volodímir Zelesnki, el sexto presidente ucraniano

Desde la presentación de su candidatura a finales de 2018, el actor y cómico Volodímir Zelenski ha ido ampliando su apoyo electoral hasta convertirse en el nuevo presidente de Ucrania consiguiendo un 73,23% de los votos. A pesar de su inexistente experiencia política en la vida real, Zelesnki ya ostentaba el cargo de presidente en el programa que bautizó a su propio partido político, “El Servidor de Pueblo”. La serie, que ha sido premonitoria, se emitía en el canal de televisión del oligarca ucraniano Igor Kholomoiski, acusado “el saqueo del Privatbank Commercial Bank PJSC, un banco nacionalizado en 2016 a un costo de más de $ 5 mil millones” actualmente residente en Israel, y con el que Zelesnki admite tener solo una relación profesional.
La lucha contra la oligarquía y la corrupción ha sido uno de los puntos fuertes del autodenominando candidato independiente: “quiere limitar los aforamientos, endurecer en el código penal los delitos de soborno y establecer un sistema, no vigente hoy día, que permita destituir al jefe del Estado, que será él mismo en cuanto tome posesión.”. Afirma no ser un político: “solo soy una persona que ha venido a romper el sistema”, algo que por el momento ya ha conseguido arrebatando la presidencia a Petro Poroshenko que ha regido Ucrania tras la Revolución de la Dignidad de 2014. En un debate electoral insólito entre los dos candidatos y ante una audiencia de 20.000 asistentes, Zelesnki ya había anticipado el resultado electoral afirmando ante Poroshenko que: “no soy tu oponente, soy tu sentencia”.
Zelesnki se presenta ante los ucranianos con la intención de no decepcionar a una sociedad hastiada de la corrupción política, la precaria situación económica que sufre el país y los nulos avances en la solución de un conflicto armado en el este que ya ha causado más de 13.000 muertes y 1,36 millones de desplazados según la agencia ACNUR.
El nuevo presidente se enfrenta también a una Rada dominada por el partido de Poroshenko que puede significar el retraso en la implantación de sus nuevas medidas políticas. Su antigua rival en la carrera presidencial, Yulia Timoshenko, ya ha manifestado que: «¿Acaso debemos soportar durante medio año más al Gobierno actual? Pienso que el 75 % de la gente votó por el cambio para no soportar este Gobierno medio año más… Por ello, si este Parlamento tiene al menos una gota de conciencia, debe permitir la conformación de un nuevo Gobierno». El próximo otoño se celebrarán las elecciones parlamentarias en Ucrania, está será la primera prueba que deberá superar Zelenski para conseguir un apoyo parlamentario contundente que le permita cumplir su programa electoral, que tiene todavía puntos poco claros tanto en materia económica como en la acción exterior.
La presidencia de Ucrania es el organismo encargado de desarrollar la política exterior del país y próximamente Zelenski deberá nombrar a los altos cargos correspondientes: “el del fiscal general, el presidente del Consejo de Seguridad, el jefe del Servicio Secreto de Ucrania (SBU), el jefe del Estado Mayor, el ministro de Exteriores y el presidente del Banco Central (…) unas decisiones que son esperadas como agua de mayo por diplomáticos occidentales y observadores, ansiosos de saber por dónde irán los tiros en el nuevo periodo que se inicia.
La incertidumbre se cierne sobre Zelenski, ya que su ambigüedad en la política exterior ha levantado las dudas en Rusia, la Unión Europea y Estados Unidos. Ucrania es un país geoestratégico en las relaciones entre Rusia y la UE, su posición en geográfica lo sitúa en el área de influencia entre ambos vecinos regionales cuyas relaciones no pasan por buen momento debido precisamente a la situación política que atraviesa Ucrania, entre otros motivos.
La historia del país, bien conocida tras las movilizaciones del Euromaidán, es testigo de esa dualidad en la vinculación entre la Federación Rusa y Europa, un equilibrio que Ucrania necesita para conseguir la estabilidad nacional.
Durante la campaña electoral, el propio Zelesnki ha declarado “que las conversaciones son inevitables entre Ucrania y Rusia porque hay una guerra real entre los países. También dijo que «no puede haber ningún compromiso sobre la soberanía y la independencia de Ucrania. No vendemos a nuestra gente y no vendemos nuestros territorios». Es partidario de volver a conseguir la integridad territorial de Ucrania, sin el empleo de la fuerza. Como primera medida ha adelantado que trabajará por el retorno de los 24 marineros ucranianos encarcelados en Rusia.
A pesar de que se mantiene a favor de integrar a Ucrania en la UE y en la OTAN esto debería realizarse, en su opinión, mediante un referéndum dónde la ciudadanía pudiese decidir, y manifiesta que Ucrania “no va a estar petando en la puerta de Bruselas eternamente”. “Zelensky también dijo que en un futuro cercano su equipo desarrollaría un plan para una guerra de información en relación con el conflicto en Donbass, e hizo un llamado a los periodistas ucranianos para que lo ayuden”. Es también partidario de encontrar fuentes energéticas alternativas a Moscú.
El nuevo presidente ucraniano ya ha sido felicitado por Bruselas en una misiva firmada por Jean-Claude Junker, presidente de la Comisión Europea, y Donald Tusk, presidente del Consejo de Europa, en la que afirman que el nuevo presidente ucraniano «puede contar con el firme apoyo de la UE en el camino de la reforma de Ucrania». También destacaron que la UE «creía firmemente» en la implementación total del acuerdo de libre comercio con Ucrania, que entró en vigor en 2016 y alimentó las tensiones con Rusia».
Donald Trump también felicitó al nuevo presidente ucraniano: «El presidente le deseó éxitos y calificó las elecciones como un importante momento en la historia de Ucrania, remarcando la manera pacífica y democrática en la que se llevó a cabo el proceso electoral», afirmó el comunicado de la Casa Blanca, que indicó que la llamada se produjo este domingo”.
Ambas felicitaciones concuerdan en el deseo conseguir la unidad en la integración territorial de Ucrania, y el éxito en la lucha contra la corrupción y la mejora de la economía.
Por la parte rusa, Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin ha afirmado que «aún es prematuro hablar de las felicitaciones de Putin y de la posibilidad de trabajo conjunto (…) Moscú respeta la elección del pueblo de Ucrania y máxime que fue una elección evidente” . El primer ministro ruso, Dmitri Medvedev ha afirmado en su cuenta de Twitter que “todavía existe la posibilidad de que Ucrania mejore sus relaciones con Rusia”, aunque no alberga “ninguna ilusión” y subrayó el «valor inherente» de las relaciones entre ambas naciones que, en su opinión, «trascienden todas las consideraciones políticas momentáneas».